-Life is Like a Boat-
Ayumi Yamada permaneció sentada sobre el borde de su cama algunos minutos, los primero rayos de sol comenzaban a filtrarse tímidamente por su ventana y ella supo que cuando mucho habían pasado dos horas del amanecer
Quizás eran las siete en punto o pasada de esa hora, la tienda no abriría hasta dentro de cuarenta y cinco minutos, lo sabía de sobra pero aún así fue incapaz de volverse a acostar. Sería en vano porque en toda la noche no había logrado dormir más que dos horas, y si volvía a poner la cabeza sobre la almohada estaba segura que terminaría por incrementar el fuerte dolor que sentía.
Su mirada permaneció fija en sus piernas, una mirada que no captaba nada a su alrededor, se hubiera obtenido el mismo resultado de mirar sus piernas desnudas a mirar un inmenso y hermoso paisaje, porque los diversos recuerdos e imágenes en su cabeza le impedía almacenar una más. Se llevó sus manos al rostro en el instante en que sus ojos se llenaban de lágrimas, trató de aguantar la respiración esperando con eso frenar un nuevo llanto pero el dolor en su pecho tan solo se intensifico, echó a correr hacia el baño antes de volver a hacerlo.
Y entonces no supo si su llanto se mezcló con el agua de la regadera que mojaba su rostro, lo que si sabía era que aquello dolía demasiado. Porque incluso en aquellos años de amarlo no había sentido aquello, Yamada sabía que era un persona débil, que la única manera de expresar su debilidad y temor era llorando, dejando que todos aquellos sentimientos fluyeran a la par de cientos de saladas lagrimas, pero esta vez todo era diferente porque una parte de ella sabía que lo estaba perdiendo.
El sonido de la puerta atrajo su atención al presente y entonces, como si fuese un plan ensayado desde hace mucho su rostro se volvió en una falsa sonrisa y su voz sonó alegre. Mientras Ayumi se dirigía a su habitación no se percató de aquel ciclo que llevaba repitiéndose desde hace una semana, que comenzaba cada mañana ocultando a los demás sus verdaderos deseos y sentimientos detrás de esa sonrisa y que moría por las noches, cuando en la soledad de su habitación la asaltaban sus propios fantasmas.
Durante el desayuno se limitó a sonreír con los comentarios de su padre, y más de una vez desvió el rostro o fingió querer otro tazón de arroz al notar la mirada de su hermano. Hasta que ambos se dirigieron a la tienda; ella en el mostrador y él completando las cuentas de fin de mes.
-"¡Ey!"- El hombre llevaba más de diez minutos observándola tras la computadora, pero ella permanecía ensimismada en sus propios asuntos como para prestar atención a la tienda o a su voz. Así que lo volvió a intentar hasta captar la atención de su hermana.
-"Ayumi ¿A qué se debe esa expresión?, ¿Será acaso que sigues pensado en ese cuatro ojos amigo tuyo'"- Mientras hablaba fingía no interesarle el tema y fijarse en lo que la pantalla le mostraba. –"¿Te han dicho que eres mala para mentir?, aún si no me quieres contar deberías decírselo a una amiga, no es bueno que te lo guardes o terminaras explotando antes de que te des cuenta"-
Esta vez se giró hasta donde ella estaba, expresando con una sonrisa su apoyo como hermano, Yamada lo miró con sus enormes ojos azules abiertos de par en par pero antes de poder decir algo él se le adelantó.
-"Es más de medio día y creía que tenías que entregar unos tazones"-
La joven solo le dedicó una sonrisa antes de abandonar la tienda llevando consigo los tazones que le habían encargado.
Atravesó el distrito de comercios saludando con el gesto de su cabeza a sus amigos de la infancia. Cuando salió del lugar que de pronto se le pareció lleno de gente miró al cielo, sintiéndose un poco mejor al notar el azul del cielo y lo brillante del sol, cierto que el calor del mes de Agosto era sofocante pero también te llenaba de energía.
Ayumi desvió la mirada hacia un grupo de amigas que muy seguramente disfrutaban de sus últimos días de vacaciones, sonrió lánguidamente ante la escena recordando como había sido su vida de estudiante. Se quedó de pie, observando la escena mientras las memorias de esos días asaltaban su mente.
Dentro de poco se cumpliría un año desde su definitiva separación con su grupo de amigos, cada uno había elegido tiempo atrás su futuro y se habían encaminado hacia éste. Hagumi se encontraba junto a Hanamoto concentrada en su rehabilitación que progresaba día con día, Takemoto dentro de poco iba a empezar la reconstrucción de algún templo en la ciudad de Asakusa, Morita continuaba trabajando en America y Mayama en España.
Aunque cada uno tenia una vida completamente diferente, de algún modo se habían logrado reunir de nuevo, como si se tratase de algo predestinado llegaron a Tokyo. Desde luego que Yamada se sentía feliz al verlos de nuevo y cuando cada uno de ellos regreso con aquella enorme sonrisa ella los recibió como si no hubieran tenido contacto desde hace siglos.
Pero también regresó él, y su mundo se distorsiono. Era como un maremoto que llega sin avisar y que arrastra todo a su paso volviendo inestables aquellas murallas que se creían infranqueables.
Entonces se dio cuenta que no estaba dispuesta a dejarlo ir, Mayama se había vuelto su propia esencia para vivir durante muchos años y no comprendía que ahora tuviese que ser diferente; estaba tan acostumbrada a vivir con aquel sentimiento de vacía frustración, porque era algo que ella misma se imponía al saber que un mal similar le causan sus caprichos a Mayama.
Pensar en él de nueva cuenta después de tantos meses le hizo sentir que estaba traicionando a aquella persona que tan solo se limita a esperar, pero ahora que su antiguo compañero de clases había vuelto no podía hacer otra cosa más que aguardar de nueva cuenta esa pequeña esperanza.
Nomiya suspiró por tercera vez, aún con la mirada perdida en algún lugar lejos de la oficina, viendo a través de la ventana el extenso paisaje que se mostraba. Miwako le dio un rápido golpe con el codo a Yamazaki indicándole con la mirada al hombre.
Ambos sabían lo que ocurría con su jefe aún así ninguno se atrevía a hablarle acerca del tema, durante algunos meses Miwako se había encargado de darle ánimos y una que otras pista que le pudiera animar pero había terminado dándose por vencida al ver que sus esfuerzos eran en vano. Yamazaki había hecho lo suyo tratando de mostrarse comprensible y dándole de tanto en tanto algún consejo que esperaba Nomiya tomara en consideración, pero ahora ambos compañeros se limitaba a observarlo esperando por un desenlacé que no parecía augurar nada bueno.
Una relación que nunca fue tal, pero que a Miwako le pareció demasiado extraña su inicio o como se habían ido dando las cosas, tomando en consideración los antecedentes amorosos y la fama de casanova de su jefe; incluso ella misma, aunque no le gustara admitirlo había apostado con Yamazaki para ver en cuanto tiempo Nomiya se aburría de la joven y se buscaba otro blanco. Después de todo Yamada no encajaba de ninguna manera en el prototipo de mujeres con las cuales Takumi Nomiya acostumbraba a tener citas, fueses están duraderas y simples aventuras de una noche.
Pero la mujer se había equivocado, la joven recién graduada mostró tener algo que nunca había visto en otras mujeres; fuese su falta de experiencia, aquella inocencia natural con que se mostraba o simplemente la fuerza que mostraba ante un amor que jamás podría ser; aunado a la natural belleza de la joven, habían terminado por hacer madurar la forma de pensar de su amigo. Por un tiempo Miwako creyó; y así lo deseó, que Ayumi terminaría correspondiendo los esfuerzos y el amor que Nomiya le había mostrado, pero se había equivocado. Lo poco que ambos habían logrado en aquella extraña amistad se desvaneció ante una inquebrantable muralla que Yamada había interpuesto entre ambos y Nomiya no hizo nada por derribarla; simplemente se había dado por vencido.
Nomiya sabía que era el objeto de la atenta mirada de sus compañeros desde hace rato, pero no hizo nada por cambiar ese hecho. De pronto se había hecho una costumbre que repetía una vez a la semana; porque aún cuando Yamada colaboraba para Fujiwara Desing, con algunos encargos de cerámica, ellos dos no tenían ningún contacto desde hace algunos meses.
Fue algo que el mismo había decidido cuando veía entrar a la joven mujer, y buscaba por todos los medios desviar su mirada de donde él se encontraba, todo trato lo terminaba realizando con Miwako y cuanto antes terminara y dejara la oficina era mejor para ella, por eso él simplemente prefería abandonar la oficina por algunas horas cuando ella iba a ir. De ese modo ninguno de los dos tendría que fingir algo que en realidad no sentía.
Suspiró por cuarta vez, preguntándose como era posible que gastara su tiempo pensando en aquella chiquilla caprichuda y aferrada a algo que sabía no le atraía ningún bien , y aunque lo sabia de sobra no era capaz de apartar ese sentimiento de seguir esperando día con día un mensaje que lo hiciera ponerse rojo como si se tratase de un estúpido estudiante de secundaria.
Miwako miró el reloj sobre la pared, faltaban treinta minutos para que dieran las tres. Le dirigió una rápida mirada al joven arquitecto, cuando él asintió ella respiró profundamente antes de dirigirse a su jefe.
-"Es imposible para un adulto jugar a ser el príncipe azul de una chiquilla malcriada"- Exclamó de pronto sin dirigirse a nadie en particular mientras se ponía de pie, y se encaminaba a la salida.
-"Es posible serlo, porque eso significa que tu la a..."-Respondió Miwako con aquella voz burlona que solía emplear en esos temas.
-"Es mejor que no lo digas. Me largo de aquí"-
La mujer se levantó con rapidez extendiendo el brazo para detener al hombre, pero Nomiya salió dejando solo el sonido hueco de la puerta al cerrarse. Intercambió una mirada con su compañero antes de escuchar su reproche.
-"Tendrías que haberle dicho que Yamada no vendría hoy"-
-"Puedes guardarte tus reproches para más tarde, ahora vamos si no quieres que esos dos se encuentren"-
Antes de que el hombre pudiera reaccionar Miwako ya abandonaba el lugar seguida por Leader.
つづく...
Me declaro fan de Honey and Clover, tengo muchas cosas que decir respecto a esta serie pero como este espacio no es diario personal, solo dire que mi pareja no. 1 es indudablemente Nomiya-Yamada. Así que aquí esta mi primer fic de ellos, espero les guste y dejen sus comentarios.
-Sherrice_Adani-
