Capítulo 1: LA 2ª DESPEDIDA

Armando se encontraba apoyado en la baranda del balcón de su apartamento bajo una hermosa luna llena pensando en su futuro, ya que desde que Bunny derrotó a Galaxia, y aún habiéndole prometido que nunca más se alejaría de ella, no paraba de pensar que aunque la quería mucho, más que a nada en el mundo, allí en Tokyo no avanzaba nada en sus estudios y quería darle a Bunny, todo lo bueno que ella se merecía, pero para ello, debería de irse a Estados Unidos…

Mientras tanto, Bunny andaba en su cuarto toda espatarragada en la cama, roncando como una mona y soñando… soñaba que estaba en un bosque donde sólo se respiraba paz, el ruido de los pajarillos revoloteando sonaba por todas partes, una suave brisa hizo mover las hojas de los árboles los cuales al unísono formaron una preciosa melodía la cual hizo que Bunny paseara entre ellos con más tranquilidad. Andaba descalza, sus pies se posaban sobre la fresca pero suave hierba, el sol se colaba entre las hojas dando reflejos y haciendo que el estar en ese lugar fuera mas placentero… al fondo, un precioso y gran lago azul se extendía hasta perderse entre las montañas.

Bunny se acercó hasta la orilla y se sentó sobre la suave hierba. Al lado de ella se encontraba un pequeño embarcadero con una barca en él, lo estuvo mirando por unos instantes pensando en la idea de irse a dar una vuelta en ella, pero se dio cuenta de que estaba sola y que no disfrutaría lo mismo del paseo en ella; así que decidió tumbarse bajo aquel cálido sol.

Llevando un rato y estando Bunny casi dormida tumbada en la hierba, notó la presencia de alguien a su lado, no dándole tiempo a incorporarse, sintió que esa persona le pasaba el brazo por encima de su pecho hasta el lado contrario de su cuerpo y dejando caer su peso en el cuerpo de ella, pero no podía abrir los ojos porque le escandilaba el sol.

Al verse así, empezó a ponerse nerviosa, a patalear y a chillar deseando que esa persona se quitara de encima, sin embargo, dicha persona se acercó más a su cara, estando tan cerca que la piel de sus mejillas se acariciaban.

- Te he echado mucho de menos cabeza de chorlito – le dijo esa voz a Bunny susurrándole al oído.

Bunny al escuchar esa voz dejó de patalear y empezó a sentir un escalofrío por todo su cuerpo que la dejó inmóvil y su corazón empezó a latirle muy, muy rápido, esa persona se separó un poco de ella hasta poner la cabeza de tal manera que Bunny pudo abrir sus preciosos ojos azules y no ser escandilada con el sol.

- Se… Se… Seiya! – dijo tartamudeando al ver quien era – qué haces tú… aquí…?.

- Ven, vamos a dar un paseo en barca – le dijo Seiya sonriendo, levantándose y tendiéndole la mano a Bunny para ayudarla a levantarse para así dirigirse hacia el embarcadero.

Una vez allí, Seiya fue el primero en subir a la barca y cuando estuvo encima de ella, le tendió la mano a Bunny, la cual la agarró para poder subir, pero para hacer acta de su torpeza, al bajar el segundo pie a la barca y dar el paso para ir hacia el banco para sentarse, tropezó con una tabla que sobresalía, haciéndola caer entre los brazos de Seiya, el cual aprovechó la ocasión y la abrazó más a él.

- No sabes cuanto te he echado de menos – le dijo Seiya aprovechando la ocasión.

Bunny se puso nerviosa y se echó un poco hacia atrás haciendo que Seiya abriera los brazos y se separaron.

- Jajajaja… - a Bunny le entró esa risa tonta que tiene.

Seiya vió que estaba muy nerviosa y para no ponerla más, le tendió la mano indicándole a Bunny que se sentara mientras él soltaba la barca.

Una vez suelta, Seiya tomó su asiento, cogió en sus manos los remos y empezó a moverlos haciendo que la barca se moviera muy lentamente sobre la cristalina agua azul.

Bunny se apoyó sobre un lado de la barca y metió una de las manos en el agua dejándola llevar con la velocidad con la que Seiya remaba; la brisa acariciaba su brillante y sedoso pelo rubio que hacía que se moviera suavemente. Seiya no paraba de mirarla, no paraba de mirar la expresión que bunny tenía de bienestar, sus ojos perdidos en el horizonte, sus labios brillosos bajo el brillo del sol…

- Oye Seiya, cómo es que podemos vernos? – le dijo Bunny cuando se dio cuenta de que no paraba de mirarla – acaso no es un sueño?.

- Quería verte de nuevo, quería volver hablar contigo y tenerte cerca… - le contestó Seiya.

Terminando su frase, Seiya cogió la mano de Bunny y empezó a acercarse a ella cada vez más hasta casi rozar sus labios…

En ese momento, Bunny abrió sus ojos de sueño…

- Luna!!, por qué demonios me has despertado??!! – dijo Bunny muy furiosa cuando vió que estaba en su habitación y que Luna la había despertado en la mejor parte de su sueño.

- Miau!, porque quedastes con las chicas, le recuerdas? – le dijo Luna – y llegas tarde!!.

- Ray me va a decir que siempre soy la misma, que siempre llego tarde – dijo Bunny mirando el reloj y viendo que eran las 9:30 y que había quedado con las chicas a las 10… - aaaaaaah!, tengo que darme prisa!.

Se vistió rápido y bajó corriendo las escaleras de casa, se despidió de su madre y se fue corriendo hacia el "Fruit Palas CROWN", donde todas las chicas ya la estaban esperando.

- Llegas tarde Bunny! – le dijo Ray entre gritos.

- Jajajaja… - Bunny se rió.

- Siempre andas con excusas, eres la misma irresponsable de siempre!, haber cuando creces! – le dijo de nuevo Ray muy furiosa.

- Venga Ray… - le dijo Bunny dándole con el codo modo de zalamería – te invito a lo que quieras – dijo Bunny guiñándole un ojo.

Se sentaron todas en la mesa y empezaron a desayunar lo que se habían pedido, Bunny movía la pajita de su batido mientras tenía la mirada perdida y pensaba en aquella noche y en el sueño que había tenido y en Seiya, en el tiempo que había pasado desde que habían derrotado a Galaxia y en lo mucho que echaba de menos los momentos que había pasado con él.

Tan inmensa estaba en sus pensamientos, que no se dio cuenta de que las chicas la estaban llamando.

- Bunny!, eh!, Bunny! – le dijo Carola zarandeándola de un lado a otro – en qué piensas?.

- Eh? – dijo Bunny volviendo en si – en nada chicas, en nada!... jajajaja – dijo riéndose.

- Venga Bunny, cuéntanos! – dijo Amy – sabes que nos puedes contar lo que sea.

- Bueno, está bien – dijo Bunny con un tono conformista – pensaba en un sueño que tuve anoche… soñé con Seiya… - dijo con tono triste.

- Con Seiya? – dijeron todas al unísono.

- Si – dijo Bunny secamente.

- La verdad es que ha pasado casi 1 año desde la última vez que lo vimos – dijo Amy – y yo también los hecho de menos.

- Cómo me encantaría volver a verlos – dijo Carola – eran tan guapos…. – dijo con las manos unidas y con los ojos en forma de corazón.

- Oye Bunny – preguntó Amy – esque lo echas de menos?.

- Si – dijo Bunny triste.

- Pero tú tienes a Armando!! – contestó sulfurada Carola.

- Eh?, oh!, no, no, no!, no es lo que estáis pensando chicas! – dijo Bunny moviendo la cabeza y las manos de un lado a otro – lo que pasa… - dijo con tono triste – le tengo mucho cariño y los ratos que pasé con él me divertí mucho, pero nada mas – y las miró a todas para ver si se creía lo que les había dicho, aunque en el fondo, deseara verlo.

- Venga Bunny, verás como cuando menos te lo esperes, volverás a verlo – le dijo Patricia poniéndole la mano sobre su hombro.

Ambas se miraron y asintiendo con sus cabezas, sonrieron.

Cuando terminaron de desayunar, todas estuvieron en el centro comercial entrando en las tiendas de ropa y probándose todo lo que les gustaba, aunque no compraron anda, en las joyerías, en las de peluches… y terminaron en el salón de juegos de Mauricio.

Legó la hora de comer y cada una se fue a casa para comer, Bunny llegó hambrienta, entró corriendo, dejó sus zapatos en la entrada y cuando pasó por al lado del teléfono, éste sonó.

- Si?, dígame?, aquí casa de los Tsukino – contestó Bunny.

- Bunny – le contestaron desde el otro lado del teléfono.

- Armando! – dijo ella toda energética – pasa algo? – le preguntó.

- no, no pasa nada, sólo quería preguntarte si luego querías que quedáramos – le dijo.

- Claro!.

- Bien, pues a las cuatro en el parque, allí te espero.

- Muy bien, a las cua… - y Bunny terminó de hablar porque Armando, desde el otro lado del teléfono, había colgado.

Con las mismas, Bunny miró el teléfono preguntándose que qué le pasaba, pero no le dio importancia, así que siguió su camino hacia la cocina ya que estaba muerta de hambre.

Al terminar de comer, Bunny se tumbó en el sofá y se quedó durmiendo plácidamente, cuando pasada una hora abrió los ojos y miró el reloj y vio que eran las cuatro, se levantó corriendo y chillando de un lado a otro porque había quedado con Armando y llegaba tarde.

Mientras tanto, Armando ya estaba en el parque, estaba sentado en un banco bajo la sombra de los árboles, hacía calor, las chicharras no paraban de sonar, los niños correteaban y jugaban de un lado a otro, pero especialmente se fijó en una pareja con una niña pequeña, no paraba de mirar lo feliz que se les veía a los tres y de pensar en Bunny, en como sería su vida con ella, en todo lo que la quería, en lo feliz que quería hacerla y en Chibiusa, en aquella niña tan parecida pero a la vez tan distinta de Bunny, pero un montón de gritos y de gente corriendo para todos lados lo sacó de sus pensamientos y cuando volvió a la realidad y miró hacia donde se encontraba todo el alboroto y vió a un niño suspendido en el aire cogido del cuello casi sin respiración de manos de un ser (se trataba de Herichef), que intentaba absolverle la energía de su alma, no tardó en transformarse en "El Señor del Antifaz" y sin pensarlo, se abalanzó sobre Herichef y empezó a pelear con él, dando los golpes y devolviendo, los mismos que él estaba recibiendo.

Tras forcejear un rato, consiguió darle con el bastón en el "anj" que ese ser tenía dibujado en el pecho y el cual le había visto mientras forcejeaba con él, acto seguido Herichef se desvaneció y tras desvanecerse, el niño, que estaba tumbado en el suelo, volvió a respirar, abrió los ojos y siguió jugando con sus amigos, como si no hubiera pasado nada.

Bunny llegó sofocada al parque, se acercó a Armando que se encontraba de pie junto a una baranda que daba aun estanque donde los patos se paseaban de un lado a otro a su antojo.

- Armando! – se acercó a él, lo abrazó con todas sus fuerzas – te he echado de menos.

Los dos se miraron y Armando sonrió.

- Bunny, paseemos, tengo que contarte una cosa – le dijo Armando cogiendo la mano de ella.

Bunny se extrañó al ver lo serias que sonaron sus palabras y lo que se constractaron con su sonrisa, pero Bunny asintió con la cabeza, cogió el brazo de Armando y se fueron caminando.

Estaba anocheciendo cuando Bunny regresaba hacia casa recordando la conversación que había tenido con Armando, iba andando cabizbaja y sus ojos reflejaban tristeza. Tan metida en sus pensamientos estaba, que no se dio cuenta de que iba andando en dirección hacia un chico que andaba con una revista en las manos e iba leyéndola y que tampoco él se había percatado de que iba en dirección hacia Bunny, hasta que se chocaron.

- Oh!, perdón! – dijo Bunny – iba despistada, disculpe! – y con las mismas, siguió andando hacia su casa.

El chico al verla, se quedó parado, nunca pensó en volverla a ver, notó que su corazón empezó a latir muy rápido….

- Bunny…. – dijo sorprendido – pronto nos volveremos a ver – y prosiguió su camino.

Bunny llegó bastante triste a casa, entró en ella, se quitó sus zapatos, subió a su cuarto, se echó en la cama y rompió a llorar. Luna fue detrás de ella y al verla llorar, se acercó a ella, le dio con el morro y Bunny levantó la vista.

- Miau, que te pasa Bunny? – le preguntó Luna preocupada.

- Oh Luna!, es Armando – le contestó volviendo a romper a llorar – se marcha Luna, se marcha a Estados Unidos a proseguir con sus estudios…

- Bunny, si lo hace es para convertirse en un gran ingeniero – le contestó Luna con firmeza.

- Si lo sé - dijo entre sollozos – me ha dicho que lo hace porque me quiere, pero….

- Miau, entonces, deja que dicte tu corazón, verás como no es tanto el tiempo que está fuera, y no debes de preocuparte, porque sabes que Armando te quiere, y mucho. Vámonos a dormir, que mañana será otro día – y Luna hizo un hueco en el edredón y se durmió.

Bunny se pudo el pijama, se metió en la cama, apagó la luz y se durmió pensando en lo que Armando le dijo y en las palabras de Luna.

A la mañana siguiente se levantó muy temprano, se vistió y salió corriendo hacia el aeropuerto, en él, antes de entregar el billete para subir al avión, Armando miraba hacia la puerta con la esperanza de ver a Bunny aparecer y poder volverla a ver antes de marcharse, ya que no sabía cuanto tiempo iba a estar estudiando fuera, pero la hora se iba acercando y Armando tenía que subir al avión, así que entregó el billete y cuando iba dirección hacia el pasillo para subir al avión, volvió a mirar hacia atrás de nuevo.

- Armando!, espera un momento Armando! – le gritó Bunny a lo lejos y bastante sofocada.

- Bunny – dijo Armando con una sonrisa – has venido.

- Claro que si – dijo Bunny sonriéndole – quería desearte buena suerte en Estados Unidos y… - empezaron a caerle lágrimas por las mejillas.

Armando se acercó, la besó y la abrazó muy fuerte.

- Bunny, para mí tampoco es fácil separarme de ti, porque eres lo que más quiero en el mundo… cuando regrese de Estado Unidos, nos casaremos, te lo prometo – le susurró Armando al oído.

- Te quiero Armando – dijo Bunny abrazándolo muy fuerte y con los ojos llorosos.

- Yo también te quiero Bunny – se separó de ella y se dirigió hacia el avión para embarcar en él.

Desde fuera, Bunny vió despegar el avión – Buena suerte Armando…..-