El viento golpeaba con fuerza las ventanas, la lluvia caía con fuerza, y cada cierto tiempo, un trueno estallaba en la distancia, acercándose cada vez más

Era una noche idónea para contar historias de terror.

Arrebujada en las mantas, y abrazando con fuerza su muñeca preferida, Hanabi trataba de evitar sollozar cada vez que escuchaba un trueno, sintiéndose desamparada en la soledad de su habitación.

No le gustaban nada las tormentas.

No les tenía miedo, y aunque así fuera, nunca lo admitiría. Después de todo, era una Hyûga, y auque solo tuviera seis años, sentía el deber de mostrar una actitud digna del clan más poderoso de Konoha.

Y un verdadero Hyûga, jamás reconocería que estaba asustado, por tanto, ella no lo haría en ninguna circunstancia.

Estallo otro trueno, y Hanabi, harta de ser incapaz de dormir, decidió dar la luz, beber un té y esperar leyendo un libro de taijutsu a que la tormenta terminara.

Se levantó tambaleándose, y apretó el interruptor. Nada. Ninguna luz se encendió.

Intentando dominar el pánico, volvió a intentarlo, obteniendo los mismos resultados de la vez anterior.

Apretando con fuerza a su muñeca, Hanabi miro su solitaria cama, al borde de las lágrimas.

Junto a la cama, no había nadie que le dedicara palabras tranquilizadoras cuando estaba asustada, como en ese momento.

Pero en la habitación de al lado, sí.

Dudando si dejarse llevar por algo tan ridículo como él miedo a una tormenta y acudir a ella pisoteando su orgullo en el camino, o quedarse en su habitación, a sabiendas de que no dormiría, decidió ir con ella.

Por que ella, no la juzgaría. Ni se reiría de su miedo.

Se limitaría a abrazarla, dedicarle frases cariñosas y acariciarle el pelo hasta que se durmiera.

Reconfortada por esa certeza, llamo a la puerta, y la abrió.adormilada.

- ¿No puedes dormir, Hanabi-chan? –le pregunto con ternura.

La pequeña negó tímidamente con la cabeza.

En el interior de la habitación, Hinata bostezó y miro fijamente a Hanabi, - No te preocupes. Solo es una tormenta, y no tardara en irse – aseguró Hinata dulcemente. – ¿Por qué no duermes conmigo?

Hanabi sonrió y corrió hasta los brazos de su hermana, que la abrazo, y la arropo junto a ella en la cama.

- Buenas noches, Hanabi-chan. – susurró Hinata volviendo a dormirse.

- Buenas noches – musitó Hanabi acurrucándose aun más entre los brazos de la morena, y sintiendo como por fin, el sueño acudía.

Porque entre los brazos de su hermana mayor, se sentía tan segura y protegida, que ninguna tormenta podía asustarla.

Sonriendo, Hanabi se durmió.


¡Hola!

Hacia un tiempo que llevaba planeando escribir algo así. Tanto Hinata como Hanabi me encantan, y pienso que dan muchisimo juego. Además, este drabble en concreto, se lo dedico a mi propia hermana pequeña, Verónica, que me inspiro para escribirlo hace unos dias, cuando despues de ver una peli de miedo, como no era capaz de dormir, decidio venirse conmigo. (Pero, conste, que no repito experiencia. Al principio parecia adorable, abrazandome en sueños y sonriendo. Luego, le dio por boxear...y me uso a mi de saco. Podia haberme apartado...pero no queria despertarla. ¿Resultado? Ahora estoy llena de moratones)

¡Gracias por leer!