Disclaimer: Los personajes de esta historia le pertenecen a JK Rowling.
Este fic participa en el Mini reto: "¡Feliz cumpleaños Ron y Remus!" del foro First Generation: The story before books.
365 DÍAS
Remus se despierta con las primeras luces del alba. La minúscula habitación está sumida en penumbra, así que se levanta para descorrer las cortinas. Fuera, en la calle, la ciudad ya se ha despertado y se sacude el sueño de la noche anterior. Observa a algunos transeúntes que caminan deprisa en dirección a su trabajo. Para Remus, cada día es igual desde hace varios meses. Suele levantarse pronto, pero no tiene nada que hacer. De vez en cuando desempeña trabajos temporales, cada uno menos gratificante que el anterior, pero que cumplen el cometido de pagar las facturas. Ese 10 de marzo de 1982, cuando se mira al espejo, el reflejo le devuelve una mirada triste enmarcada en una cara llena de arañazos. No ha pasado demasiado tiempo desde la última luna llena y sus huesos se lo recuerdan. Baja a la cafetería de la esquina a desayunar. Es el día de su cumpleaños, así que pide junto a su habitual café un pedazo de pastel y un zumo de naranja. Tom, el camarero que lleva viéndole todas las mañanas, le dirige una mirada de sorpresa desde el otro lado de la barra.
-Vaya, señor Lupin, se ha despertado con apetito esta mañana.
Siempre le llama Señor Lupin, a pesar de que es bastante más joven que él, pero ese día a Remus sólo le recuerda que es un año más viejo. Observa a la gente a su alrededor y se fija en un grupo de estudiantes que acaban de acaparar la mesa de la esquina, riendo escandalosamente. Comen con el apetito propio de la juventud y charlan de temas triviales antes de coger las mochilas cargadas de libros e irse al instituto. Cuando salen por la puerta y Remus los ve cada vez más lejanos, allí fuera en la calle, paga el desayuno casi intacto y vuelve a su piso. Hace la cama y ordena las pocas pertenencias que aún conserva, apiladas en el diminuto armario de madera en el que apenas caben un par de camisas y pantalones. El resto de las cosas, las que más ocupan, las guarda en su baúl: Más libros de los que debería, algún disco, plumas, tintero y un puñado de fotos. Bucea por algunas de ellas, hasta que encuentra la que inconscientemente está buscando. Una foto que fue tomada 365 días atrás desde ese preciso instante. Remus recuerda muy bien aquél día. Recuerda que, a pesar de estar muertos de cansancio tras una larga jornada trabajando para la Orden, a pesar del horror de la guerra, y de las muertes sin sentido, y del dolor, sus amigos sacaron tiempo para celebrar su cumpleaños. Todos miran a la cámara y sonríen, felices, ignorantes de lo que sucederá apenas unos meses después. Porque ni Peter, ni James ni Lily están ya, y Sirius se pudre en alguna celda de Azkaban. Ha pasado sólo un año desde que todos le dijeran, al unísono "Feliz cumpleaños, Lunático", pero a él le parece una eternidad.
