Hola! Bueno, aquí vengo con un nuevo fic que…. Bueno, para serles sincera, este es mi primer fic editado… muy, editado. En fin, encontrarán ooc de Sakuno, pero me encanta que ella tenga esta personalidad. Ojalá puedan disfrutar este fic.
Disclaimers: los personajes que en este fic aparecen, no me pertenecen; son propiedad deTakeshi Konomi. Pero la historia si me pertenece.
-No… No puedes… - decía la chica mientras corría tras el taxi – No puedes dejarme sola aquí… - una lágrima recorrió su rostro mientras dejaba de correr – Ryoma…
Despertó abruptamente… ¿Qué demonios…? Un sueño, sólo eso. Pero no podía comprender el por qué estaba soñando con uno de los días más dolorosos de su vida. ¿Qué? ¿Acaso no era suficiente el haber perdido a sus padres? Al parecer no. Pero ya tenía diez y siete años, y debía saber llevar el hecho de que ahora se encontraba completamente sola. Sí, sus padres le habían dejado una amplia fortuna pero… ¿De qué servía eso? No podía compartirla con nadie, no sabía cómo comenzar a gastársela, y ¡qué va! Se sentía sola.
Se levantó de la cama, le costaba recuperarse luego de soñar con ese día. El día en que él se fue, una de las personas más importantes para ella. La dejó sola, pensando en que nada malo iba a ocurrir, y tres años después… sus padres murieron en un accidente. Tal vez ella estaba destinada a sufrir pérdidas. Aunque el contacto con él no lo había perdido para nada. Aún seguían hablando. Pero no era lo mismo hablar a la distancia, que verse, tenerse frente a frente… Ella jamás lo preocupó diciéndole que sus padres habían muerto, pero fue sólo cuestión de tiempo para que se enterara. Ella jamás le permitió volver a América sólo para verla, aunque… ¡Demonios! Era lo que más quería pero… simplemente no quería ser una carga, sólo eso.
Ella suspiró una vez más… ¿Qué seguía haciendo ahí? Estaba completamente sola, aún estudiaba, pero no tenía un propósito en la vida. Ya no tenía padres que le dijeran que hacer, y había decidido vivir sola, por que así había querido. No quería la lástima de ninguno de sus familiares, sin mencionar que nunca se llevó bien con ninguno por ser diferente a sus demás primos. Además, ella no compartiría su gran fortuna con ninguno de ellos, no se lo merecían, ni siquiera habían ido a acompañarla cuándo sus padres fallecieron, lo habían hecho uno o dos días después del funeral, tras saber la cantidad de dinero que los señores Ryuzaki le habían dejado a su única hija, la única heredera de millones de billetes y empresas.
-Muy bien – dijo decidida – Es hora de tomar riendas sobre el asunto… ¡Let´s go!
Aún era temprano, en New York eran apenas las seis de la mañana, así es que llamó al aeropuerto para reservar un vuelo con destino a Japón. Este saldría a las diez de la mañana.
Fue a tomar una ducha, y luego se puso algo decente para poder viajar. Hizo su maleta y procuró tomar las tarjetas de crédito suficientes para poder sobrevivir allá. Volvería a la tierra natal de sus padres, para no estar sola… Comenzaría una nueva vida junto a la única persona con la que podía ser fuerte. La única persona, que a pesar de todo la apoyaría.
El vuelo fue cómodo, aunque estaba impaciente por llegar. De seguro Ryoma ya era todo un hombre, ya debe haber tenido centenares de novias, y el mismo número o incluso más de seguidoras – sonrió de medio lado – ese chico de seguro se sorprendería al verla.
Tomó un taxi en dirección a la casa Echizen. Sí, ahí estaba, la misma casa, el mismo templo e incluso la misma esencia a "Echizen". Pagó el taxi, y pasó el portón de la casa, ok, hasta ahora estaba nerviosa, pero una vez pasó aquellas rejas, se sintió… en casa.
Tocó la puerta dos veces y fue una mujer mayor quien abrió.
-Buenas – dijo sonriente Ryuzaki
-Sa… ¡Sakuno! – dijo sorprendida la mujer
-Ha pasado mucho Rinko-San – una sonrisa dulce se formó en sus labios, hacía mucho no sonreía de esa manera
La mujer abrazó a la chica de una manera efusiva - ¿Por qué no me pediste que te recogiera en el aeropuerto? – la mujer no cabía en felicidad. Adoraba a aquella chica, y no la veía hace más de cinco años.
Entraron a la casa, Sakuno fue recibida por un maullido…
-Etto… ¿Ese…? – Dijo apuntando al gato un poco sorprendida - ¿Ese es Karupin?
-Así es – respondió sonriente la mujer – Ha crecido mucho
La chica se arrodillo para poder acariciar al gato, este se dejó sin objeciones, se agradaban entre sí.
La mujer le preparó una habitación a la chica, esta desde el momento en que llegó a la casa, quería preguntarle por él, ¿Dónde estaba? ¿Cómo estaba? ¿Seguía igual de serio y frío? Pero ni una de estas preguntas tuvo que salir de su boca, la mujer mayor sabía perfectamente que ella quería saber por su hijo.
-Ryoma está en el instituto, llega más o menos en unas tres horas – Habló la mujer – Si quieres puedes ir a verlo – le sugirió Rinko
-Sí – dijo decidida - ¿Cómo se llama su instituto?
-Seishun Gakuen – respondió esta – de seguro a esta hora Ryoma esté en los entrenamientos, así es que dirígete directamente a las pistas ¿de acuerdo?
-Por supuesto – respondió esta – Por cierto… Rinko-san
-¿Qué? – preguntó ella
-Me quedaré un tiempo aquí, hasta que pueda encontrar un lugar para mí – dijo – Me quedaré a vivir en Japón
-Quédate el tiempo que necesites, Sakuno – le respondió la mujer con una sonrisa maternal
Sakuno abrazó a la mujer, ella era cómo su segunda madre, y eso no cambiaría nunca… se arrepintió de haber dejado pasar tanto tiempo para decidir ir a vivir a Japón.
Salió de la casa, no sin antes preguntarle a Rinko la dirección del instituto, quería caminar un poco, así es que cómo el instituto no estaba tan lejos no tomó un taxi.
Caminó un par de calles, dos a la derecha, luego una a la izquierda, y para cuándo se quiso dar cuenta, ya estaba perdida. Suspiró ¿Por qué tenía que tener tan mal sentido de la orientación? Buscó un taxi, y le pidió que la llevara a Seishun Gakuen, pero el conductor le dijo que no era necesario, el instituto estaba doblando la esquina. Ella le agradeció y se dirigió a este.
Quedó sorprendida, el instituto era bastante mono, sí era acogedor y a ella le encantaba. Miró su reloj, y se fijó en que aún le quedaba tiempo. Se inscribiría en este instituto, dónde estudiaba Ryoma.
Vio pasar a un par de chicas por el lugar, una traía coletas, su cabello era castaño y parecía hiperactiva, la segunda tenía el cabello rubio y le llegaba a lo hombros. Ambas parecían amables.
-Disculpen… - habló Sakuno
-Buenas – dijo la chica rubia
-Necesito saber dónde está la dirección – les dijo
-¿Te vas a inscribir en el instituto? – Habló la de coletas - ¡No te arrepentirás! Por casualidad, ¿Te gusta el tenis? – Continuó – El club de tenis de Seigaku es el mejor de todo Japón, sobre todo por su capitán, es… ¡Tan lindo! – comenzó a divagar la chica
Una gotita salió por la nuca de Sakuno ¿Quién le había preguntado aquello? ¡Eso no le interesaba!
-¿Dónde está?- Preguntó Sakuno un poco impaciente
-¿El capitán? - Preguntó la de coletas - ¡Pues en las pistas de tenis! ¿Dónde más? – respondió cómo si fuera lo más obvio del mundo
-No – respondió Sakuno, luego suspiró – La dirección
-Gomenasai – habló la rubia – A veces a Tomoka le gusta soñar con el capitán de tenis, de verdad es muy guapo pero… yo prefiero a Takeshi…
¿Ella también? Ok, sólo debía alejarse sin que se dieran cuenta.
-Gomene – continuó la rubia – Soy Tachibana Ann de tercer grado, clase C. Un gusto - extendió su mano – Ella es Osakada Tomoka, de la misma clase.
-Ryuzaki Sakuno – dijo dándole la mano - ¿Podrían decirme dónde está la dirección? No tengo mucho tiempo.
Las chicas le indicaron el camino, y luego se fueron, ¡Excelente! No llevaba ni dos horas en Japón, y ya había conocido a gente extraña.
No tardó mucho en la dirección, al ser extranjera la recibieron muy bien. Pudo inscribirse en el instituto, y comenzaría el lunes a asistir a clases. Ahora sólo le restaba ir a por Ryoma.
Iba camino a las canchas cuándo ya comenzó a escuchar el melodioso sonido de pelotas rebotar contra el suelo y raquetas. Cómo amaba ese deporte, era uno de los mejores que podían existir.
Llegó a las pistas y entonces… le vio. Ahí cómo siempre con una raqueta en mano, su mirada era fría y penetrante. Estaba más alto y fornido, el paso de lo años lo hacían ver más atractivo que nunca. El deporte le había dado un físico extraordinario y la sonrisa arrogante no se le quitaba con nada. Era su Ryoma.
Se sentó en el césped cerca de las pistas para poder terminar de ver el partido que Ryoma estaba debatiendo, no quería interrumpirlo. Al parecer habían comenzado hace poco. Cuándo Ryoma sacó, Sakuno sonrió.
-Su Twist es más rápido – se dijo así misma sin dejar de observarlo
-¿Ves? ¡Te lo dije! – gritó una chica tras ella, ese grito casi hace que su corazón dejara de latir.
-¿Qué…? ¿Qué hacen aquí? – preguntó exaltada mientras se volteaba a ver a la gritona, eran las chicas de antes
-Lo mismo que tú – respondió la de coletas – Observamos al príncipe, ¡Te dije que era hermoso!
-¿Príncipe? – preguntó Sakuno
-¡Ryoma-sama! – gritó de nuevo
Sakuno se volteó a ver el partido de nuevo y sonrió nuevamente, él había mejorado mucho. No aguantaba para poder hablarle.
A medida el partido continuaba, no cabía de la emoción. Ryoma en verdad había mejorado mucho, y al parecer no se había dado cuenta de la presencia de ella.
Cuándo el partido al fin acabó, la chica se puso de pie y se dirigió a la salida. Esperaría en la puerta de Seigaku, cuándo Ryoma estuviera solo. Lo conocía perfectamente, y el chico no mostraba sentimiento alguno habiendo gente alrededor.
No esperó mucho, cuándo quiso darse cuenta, unos pasos iban en su dirección. El chico no se dio cuenta de la presencia de esta, y cruzó las puertas sin inmutarse.
-¡Cuánto has crecido!, Echizen Ryoma – dijo Sakuno con una sonrisa en sus labios.
El chico detuvo el paso, ¿acaso se había imaginado esa voz? Pero parecía tan real… aunque en verdad, era imposible que ella estuviera ahí.
Se iba a voltear, simplemente para comprobar su demencia, era completamente imposible que ella estuviera en Japón. Cuándo estaba a punto de hacerlo...
-¡Ryoma! – dijo una chica mientras se colgaba de su cuello y le besaba levemente los labios
-¡Fu…! ¡Fuko! – Habló sorprendido él, intentando liberarse del agarre de su novia -¿Qué haces aquí?
-¿Cómo que qué hago aquí? – Preguntó colocando sus manos en las caderas - ¡Me prometiste que iríamos a tomar helado después de los entrenamientos! Así es que ¡vamos!
Fuko Ibuki tomó a su novio del brazo, y lo jaló en dirección a la tienda.
-A tomar helado, a tomar helado – comenzó a entonar fuko
-Pareces una cría – dijo Ryoma volteando la mirada
-Mou Ryoma, eres cruel con tu novia – dijo ella haciendo un puchero
-Ya – dijo él parando el paso y besando levemente a Fuko - ¿Quieres helado? Entonces vamos
Ella le sonrió y siguió su camino, Ryoma volteó la mirada a la puerta de Seigaku para asegurarse de que lo que había escuchado hacía poco era una mala pasada de su mente. Al no ver a nadie en ese lugar, se volteó para satisfacer a su novia.
¿Qué había hecho? ¿Por qué se había ocultado al ver a aquella chica besar a Ryoma? Se suponía que ella había ido preparada para encontrarse con que Ryoma tuviera novia. Pero… ¿Por qué se sintió traicionada? Ryoma solamente era su amigo, ella no tenía derecho a reclamarle nada.
Suspiró una vez más cuándo aquellos jóvenes se habían ido del lugar. Decidió volver a casa, y esperar a Ryoma allá. Así hablarían más tranquilos, y no tendría que volver a ver la cara de la chica que por alguna razón, le había desagradado.
Cuándo iba a emprender camino a la casa de los Echizen, se dio cuenta de que no sabía en qué dirección ir. Así es que buscó un taxi, y le dio la dirección de la casa.
Al llegar, Rinko la recibió nuevamente.
-¿Y Ryoma? – preguntó
-No lo encontré – le respondió Sakuno – Esperaré a que llegue
Rinko sólo le sonrió. Sakuno se fue a su habitación y se recostó en la cama. ¿Qué le pasaba? Se suponía que debía estar feliz. Había visto a Ryoma, aunque no había podido hablar con él. Pero lo haría en un par de horas. Era extraño. Sentía cómo si le faltara algo…
Sin darse cuenta, sus ojos se fueron cerrando de a poco. Involuntariamente, se dejó caer en los brazos de Morfeo.
Suspiró una vez más. No había podido disfrutar ni un poco la cita con su novia, por el simple hecho de que su mente le había jugado una mala pasada. Ok, la extrañaba, pero… ¿Se estaba volviendo loco? ¿Por qué había escuchado la voz de ella? Además, las cosas con Fuko no andaban bien. Mientras más tiempo pasaba con ella era como si… lo ahogara.
Cuándo se despidió de ella, se sintió aliviado. Ahora no debería fingir una buena cara. Estaba algo decepcionado, de alguna manera, le hubiera gustado que ella en verdad se encontrara ahí.
Pudo relajarse al llegar a casa.
-Estoy en casa – dijo cerrando la puerta tras él
-¡Ryoma! – su madre le sonrió de una forma… extraña cómo si hubiera ocurrido algo en su ausencia
-Mamá, ¿Ocurre algo? – le preguntó
-Nada malo – le respondió
-Iré a darme una ducha – dijo y sin más, subió las escaleras y se fue a su cuarto
Rinko se apresuró al cuarto de Sakuno, cuándo abrió la puerta la encontró dormida, parecía tan tranquila, que le dio lastima despertarla. Pero ella ansiaba ver a Ryoma.
-Sakuno – dijo moviéndola levemente
La chica poco a poco abrió los ojos.
-Rinko-san ¿Qué ocurre? – preguntó
-Acaba de llegar Ryoma, ahora se está duchando. Puedes esperarlo en la sala para cuándo baje – le dijo
-Claro – respondió levantándose de la cama y arreglándose la ropa
No llevaba mucho esperando, cuándo Rinko le fue a decir, que de seguro Ryoma estaba dando vueltas en su habitación. La cena ya estaba lista, así es que le pidió a Sakuno que subiera a avisarle a Ryoma que bajara a cenar.
Sakuno sonrió, sabía perfectamente que Rinko sabía que ellos necesitaban algo de privacidad. Subió las escaleras y llegó a una puerta, en la que decía "Ryoma". Tocó dos veces.
-¿Quién es? – se escuchó al otro lado de la puerta
Ella no contestó, si no que volvió a tocar.
-No molestes, viejo – dijo Ryoma con tono fastidiado
Sakuno volvió a tocar.
Ryoma se levantó, notablemente cabreado y dispuesto a descargarse con su padre, pero cuándo abrió la puerta todo lo que tenía planeado decir se le olvidó.
-La cena está lista – le dijo Sakuno cómo si fuera lo mas normal del mundo que ella se encontrara en esa casa
Ryoma siguió sin decir nada, sólo se quedó ahí cómo si estuviera viendo a un fantasma.
-¿Qué ocurre, te sientes mal? – le preguntó de nuevo
Ryoma abrió la boca para intentar decir algo, pero la voz no le salía.
-Ryoma me estás asust… - pero Sakuno no pudo terminar de hablar
Ryoma la había abrazado.
-¡No puedo creer que seas tú! – dijo el algo desesperado
-Me asfixias – respondió Sakuno
-Perdón – la soltó y se pasó una mano por el cabello sonriendo. ¿Cuánto hacía que no se veían? Ya eran más de cinco años ¿Cómo era que no se esperaba esa reacción? Pero… al parecer ella no estaba sorprendida de verlo. ¿Por qué? -¿Cuándo llegaste, por qué no me dijiste que venías?
-Fue una decisión de último minuto – sonrió, pero algo le estaba molestando. ¿Había sido lo que había visto cuando fue a verlo a Seigaku?
Ryoma suspiró – Al menos creo que no me estoy volviendo loco – le contó a Sakuno sin notar la incomodidad de la chica
-¿A qué te refieres? – preguntó confundida
-Cuando iba saliendo de Seigaku me pareció escucharte, pero al voltear no… estabas en ningún lado. – le contó, no mencionando que Fuko había interrumpido que el volteara más rápido.
Sakuno no mencionó nada, no le confirmó a Ryoma que realmente había ido a Seigaku para verlo; no quería preguntarle quién era Fuko, quería que él se lo dijera. Para eso eran mejores amigos, ¿no?
-¡Neh! Ryoma – le llamó, el solo la miró – Hay que bajar a cenar.
Ambos chicos fueron a la cocina. Nanjiroh… los molestó, diciendo que Sakuno había regresado por su novio. Ryoma se molestó, era lógico; Sakuno simplemente sonreía, aunque por dentro seguía molestándole aquella imagen de Fuko besando a Ryoma. Llevándoselo a alguna cita.
Durante la cena, Ryoma se enteró de que Sakuno iría a su instituto; y que desde ahora en adelante, vivirían juntos. Tal y como hacían antes.
Ojalá les haya gustado :) con respecto a mis otros fics… bueno, estoy intentando actualizar. Me falta el final de ambos capítulos, la inspiración ya llegará créanme. En fin, ¿un review? Se los agradecería mucho. Gracias por leer una vez más.
Jani-chan (:
