Y aquí estamos con el segundo fic. Se trata de aquel que anuncie no AU, un dramón en toda regla para contrarrestar el fic portugués que ya empecé a traducir que es mucho más ligero.
Este se titula Salve Regina, es francés y su autora es Moithea.
Sinopsis: Tras el regreso de Marianne que priva, una vez más, a la Regina Malvada de su final feliz, Regina se entera de que es víctima de una terrible enfermedad. Cuando se entera del mal que se abate sobre la madre adoptiva de su hijo, Emma va a hacer de todo para apoyarla en esa dura prueba y luchar a su lado para evitar lo inevitable.
El título del fic es un juego de palabras entre el apodo de Emma, "salvadora" y la oración mariana, el "Salve, Regina".
Vamos a llorar mucho, pero bueno, eso también es catártico. De todas maneras espero que os guste, y ya sabéis que yo nunca hago finales tristes del todo.
Prólogo
El doctor Whale se quedó unos instantes inmóvil delante de la puerta de su consulta, pensando en la paciente que le esperaba al otro lado.
Ella ya había sufrido tanto, tantas desgracias, sufrimientos y desilusiones la habían roto a lo largo de su vida. Cierto, eso no justificaba en lo que se había convertido, y todo el padecimiento que había infringido a un pueblo.
Cuando la Salvadora había roto la primera maldición, él había encabezado a aquellos que querían lincharla, sin ningún tipo de juicio. Pero tras haberla visto luchar con los otros males engendrados por la magia, sobre todo contra su propia madre, él no había cambiado de opinión, sería pedir demasiado, pero consentía en darle una oportunidad para redimirse.
Hacía tres semanas que nadie la había visto, desde la recepción de la boda que se había convertido en desastre. Así que cuando se había presentado en el hospital, delgada, el rostro pálido, con ojeras y totalmente irreconocible, inmediatamente había sospechado lo que ahora, una vez hechas las pruebas, era una certeza.
¿No era él quien se negaba a aceptar toda fatalidad hasta el punto de pretender traer a los muertos de su tumba? Él había hecho lo que incluso el mismo Oscuro se había prohibido hacer, saltándose todas las leyes de la magia en nombre de la ciencia. Lo había hecho, a pesar de los avisos, a expensas del dinero de su padre, de su hermano y de esa mujer. Contribuyendo así a crear al monstruo en que ella acabó por convertirse.
Es difícil admitir que la ciencia pueda ser tan nefasta como la magia, y así como esta, tener sus límites. Él lo había comprendido demasiado tarde, empujándola a ella a matar por segunda vez a su amor verdadero.
Poco importa cómo se podían ver hoy las cosas, él se sentía en deuda, pero dudaba que su paciente aceptara su ayuda. Sobre todo porque los tratamientos de este mundo inevitablemente tocarían su dignidad.
Se armó de valor y abrió la puerta. No necesitó expresarlo en voz alta. Ella lo había comprendido nada más ver su rostro serio. Sin embargo, ella tuvo que templar su corazón.
«¿Ha vuelto?» preguntó con valentía
El doctor Whale suspiró y terminó por asentir afirmativamente.
Los malvados de los cuentos no tienen derecho a su final feliz. Ninguna magia, ninguna predicción, aunque fuera de un hada, ni siquiera una Salvadora podría cambiar nada. Resignada, cogió su bolso, dejado al pie de la silla, antes de levantarse con la elegancia que la caracterizaba, como una Reina.
«¡Regina, espere! Existen tratamientos en este mundo con un buen índice de curación»
«¿A qué precio, doctor? ¿Por qué prolongar mi calvario?»
«Por Henry» intentó él
Ella esbozó una sonrisa triste antes de salir de la consulta con ese paso orgulloso que le era propio.
