Prologo: Una nueva calamidad
15/4/2008
Era una mañana normal en la ciudad de Yomiyama, lejos habían quedado aquellos días horribles, de muerte y pavor... Hace ya 10 años de la ultima muerte por la calamidad de la clase 3-3 de Yomi del norte. Iba a comenzar un nuevo año escolar, todo pintaba para ser regular... Otro año evitando tener un extra, otro año sin calamidad, al menos eso pensaba la junta de la escuela, ¿Qué podría salir mal con tanta precaución? Bueno, hay veces en donde los problemas cobran otra forma y deben buscarse nuevas soluciones...
—Ya llegamos Srta. Shiraiwa —Exclamaba un señor de cierta edad con un traje de chófer, que conducía una limusina, aunque no se veía muy feliz de hacerlo.
"¿Así que esta es la escuela? Pues no es la gran cosa", pensaba una chica de cabellos castaños y largos, de tez blanca y ojos negros, que traía puesto el uniforme de la secundaria.
La chica se bajó del vehículo, camino algunos metros hasta la entrada de la escuela, ahí se encontró con un señor de apariencia bastante senil, que llevaba un traje con la insignia de Yomi del norte a su lado.
—¿Y usted es? —Preguntó el viejo.
—Shiraiwa Nozomi —Respondió sin mas la castaña.
—Oh, usted debe ser la hija de Satoru Shiraiwa, el gran detective... A usted le corresponde la clase 3-3 —Dijo con una gran sonrisa.
—Gracias por ubicarme, con su permiso iré a mi salón de clase —Se despedía con una reverencia, propia de una princesa.
Subió las escaleras y llegó al susodicho salón, ese salón que había acogido tantos gritos, tanta sangre, tantas tragedias, tantas cosas repugnantes... Al entrar, encontró al profesor dando su clase regular.
—Jovencita, se puede saber ¿Por qué interrumpió mi clase? —Cuestionó molesto.
—Es que... Acabo de llegar... Perdón por la demora profesor...
—Solo dígame su nombre y tome asiento...
—Yo soy Shiraiwa Nozomi...
Al proclamar estas palabras, el profesor, que era un hombre joven, de cabellos y ojos marrones, delgado y de tez blanca, la apuntó como presente en la lista y le señalo un asiento en la primera fila de la hilera izquierda para que se sentara, estaba junto al lado de la ventana por lo que se veía todo el terreno de la escuela, Nozomi sin mas que agregar se sentó en el puesto asignado y escuchó atentamente la clase del profesor, hasta que la campana se hizo escuchar, eso significaba que era tiempo de receso. La castaña se levantó de su silla, y mientras algunos de sus compañeros se quedaron platicando en el aula, ella se dirigió a la cafetería, se sentó en una mesa y saco un sandwich para empezar a comerlo, pero una figura extraña se sentó a su frente.
—¿Puedo hacerte compañía? —Sugería una chica pelinegra, de tez blanca y ojos amarillentos, que tenia una sonrisa de boca a boca, con su almuerzo en una bandeja.
—Claro, no veo el inconveniente... —Respondía fríamente la castaña.
—Así que... ¿Tu también eres nueva? —Le preguntó al sentarse.
—Pues si, tu también pareces serlo al no tener amistades aquí...
—Pues si... Por eso pensaba que...
—Que al acercarte a mi me convertiría en tu amiga y ya no estarías tan sola... ¿Eso es lo que pensabas no?
—Pues, si no quieres ser mi amiga no te obligaré... —Dijo algo temerosa por la actitud de la castaña.
—No, está bien... Yo también necesito una amiga... ¿Qué tal si me dices tu nombre y por qué te transfirieron a Yomi del norte? Así nos podríamos conocer mejor —Decía algo mas relajada.
—Oh, bueno... Mi nombre es Matsuyama Yumiko, hasta el año pasado estudiaba en una secundaria privada al sur de la ciudad, pero me cambiaron debido a que cerraron ese instituto... ¿Y tu? ¿Por qué estas aquí?
—Bueno, para empezar mi nombre es Nozomi Shiraiwa, como ya debiste escuchar en la clase... Me transfirieron acá por el trabajo de mi padre, el es detective, vino acá a investigar un caso de un asesino en serie si no me equivoco, ademas que mi mamá es procedente de aquí, así que actualmente residimos en casa de mis abuelos.
A lo lejos, dos personas miraban con atención a las chicas.
—¿Esas son las nuevas chicas? —Un hombre, de apariencia joven, delgado, tez blanca y cabello corto rubio, tenia un uniforme deportivo y un silbato, era el profesor de educación física.
—Si, al parecer aún no se han enterado de nada... —Le respondía el otro individuo, era el mismo profesor de antes.
—Quizás eso sea lo mejor... Hasta ahora ya son diez años desde que se desató la ultima calamidad, se podría decir que aquella noche la desactivamos, Sakaki-kun...
—Puede que tengas razón, pero hay veces en donde el problema se adapta a la situación, y por lo general vuelve repotenciado... Así que no hay que bajar la guardia nunca...
—Bien, ¿Y que harás para salir de dudas?
—Ya me las ingeniaré, mejor apresúrate, que tienes que preparar tu clase y en cinco minutos termina el receso...
—¡¿Eh?! ¡Demonios! —Salió corriendo como loco hacia la salida que conducía hasta la pista para hacer deportes.
—Nunca cambiaras, Teshigawara-kun... —Decía con una sonrisa ante las estupideces de su amigo.
El timbre sonó, todos volvieron a sus aulas, incluyendo a las dos chicas, que ahora habían hecho una buena amistad... Llegaron al aula y se sentaron en sus respectivos puestos, la clase se tornaba cada vez mas aburrida, el profesor Sakakibara no es precisamente el profesor mas entusiasta, así que era de esperarse que una chica como Nozomi se aburriera.
—¿Acaso el siempre nos dará clases? —Le preguntaba a alguien a su lado.
—Pues, hoy solamente, mañana tenemos otras actividades como deporte o pintura... Quizás es porque es nuestro primer día y nos tiene que dar instrucciones para saber enfrentarnos a la calamidad... —Decía un chico de tez blanca, ojos azules y cabellos rubios cortos.
—¿Calamidad? —Preguntaba algo curiosa.
—Señorita Shiraiwa, debe respetar que estoy dando clases, por favor, no quiero castigarla ya que es nueva, pero si me encantaría hablar con sus padres para que no se repita —Le advertía el castaño, ¿Qué será lo que trama?
"Genial... Mi primer encontronazo con un profesor... Y ademas hablará con mi madre... ¡Que gran primer día!", pensaba con obvio sarcasmo.
Pasaron las horas, era ya la hora de la salida, sonó el timbre y todos recogieron sus cosas para irse, Nozomi bajó las escaleras como un rayo, sabía que si se iba rápido podría evitar el regaño del profesor, pero eso no fue así, sorpresivamente el profesor Kouchi, que había bajado unos minutos antes para "tomar agua", estaba en la puerta.
—¿Va a algún lado tan apurada, señorita Shiraiwa? —Le decía con toda la calma del mundo.
—Pues... Mi mamá se encuentra afuera y no me gusta hacerla esperar... —Se excusaba en estas palabras.
—Bueno, ¿Qué le parece si me lleva a conocer a su madre? Recuerde que necesito hablar con ella.
—Bien... —Avanzaba hacia la salida algo nerviosa.
Los dos salieron de los recintos escolares para encontrarse con una limusina que aguardaba tranquilamente, y de la cual salió una chica joven,con una figura imponente, de tez blanca y ojos rojos, con el cabello de igual color al de Nozomi solo que esta lo llevaba corto, aunque se parecían mucho era imposible que fuese la madre de la castaña, no aparentaba mas de 25 años.
—Buenos días, ¿Usted quién es? —Preguntaba algo confundida la misteriosa chica.
—¿Yo? Soy Sakakibara Kouichi, y soy el profesor de Nozomi... Mucho gusto, aunque necesito hablar con su madre o padre.
—Esta hablando con la misma, mi nombre es Yoshikawa Maki, la madre adoptiva de Nozomi, ¿Hay algún problema profesor?
—Oh, mis disculpas... Quería platicar con usted porque su hija se distrae mucho en clase y no quiero que se estropeen sus calificaciones... —Se puede decir que al verse en situaciones incomodas, Sakakibara no responde como el quisiese.
—¡Cuente conmigo profesor! Si se vuelve a distraer otra vez me dice para aleccionarla.
"Dios, ¿Por qué me tuve que transferir?", pensaba algo angustiada la castaña.
—Oiga, tengo la sensación de que usted y yo nos hemos visto antes... ¿Es usted de aquí? —Le preguntaba Sakakibara.
—Si, pero es raro, yo no te recuerdo... Usualmente suelo recordar las cosas... Pero bueno, estoy un poco corta de tiempo, así que me tengo que retirar... Nozomi, nos vamos —Se veía algo apresurada.
—Hasta luego profesor... —Nozomi se despedía mientras se dirigía hacia su limusina.
Ya al haberse montado, el chófer puso en marcha la limusina, pasaron unos minutos de silencio hasta que...
—Mamá, ¿Qué es la calamidad?
Este es el prologo de un nuevo proyecto que comienzo :D quiza sea algo corto pero es porque es un prologo mas que todo introductorio, asi que para proximos capitulos esperen algo mucho mas largo, espero que guste este prologo y de aqui a un tiempo subire el primer capitulo :) espero tambien muchos reviews (?) meh, pero si me animarian a escribir "mas rapido" por asi decirlo para mantener alegres a mis lectores :)
Sin mas que agregar, les ha hablado GaboA7X y les deseo buenas noches (?)
