Nota inicial:

Esta historia participa en el reto del mes de Junio: ¿Qué tan ebrios estamos? Del Foro: "Hazme el amor"

¡Hola! Hoy les traigo esta historia que se encuentra dividida en dos capítulos, ¡Si lo sé es mi primer two shot! en lo particular me ha costado mucho porque he estado un tanto bloqueada pero espero que la disfruten tanto como yo, ha sido una maravillosa experiencia.

Les aclaro el primer capítulo lo he titulado: ¡De Farra por el dolor!

Y el segundo: ¡El sexo con alcohol es aún mejor!

¡Tan, tan, tan, tan! he creado la expectativa verdad, bueno los dejo y espero me den una oportunidad.

¡De farra por el dolor!

Había una vez en la más grande y bella ciudad de Japón una hermosa joven de piel tan blanca y suave como la más delicada porcelana, labios delicados y rojos como la mismísima sangre, cabellos largos y ondulados de color negros como el carbón con destellos azulados como el mismo cielo, con hermoso ojos chocolate grandes y profundos que dejaban ver a través de ellos todo la sinceridad de la cual ella era poseedora, sin mencionar su maravilloso y envidiable cuerpo pero la verdad es que nada en este caprichoso mundo es perfecto y era claro que ella lo sabía, pues el hombre con quien iba a casarse la había dejado plantada el día de su boda y era por eso que nuestra joven de veinticinco años se encontraba con sus mejores amigas en el bar menos glamuroso o decente de la ciudad, vestidas con ropas extravagantes y tomando como si fueran cualquier camionero.

El bar estaba lleno de hombres la mayoría jóvenes pero se notaba que ellos lo que buscaban era a una chica que calentara su cama esa noche y pues a decir verdad ellas no serían una de esas; ellos les enviaban botellas y cocteles para tratar de ligarlas aunque se notaba que no necesitaban que nadie pagara sus cuentas pues la ropa y accesorios que traían eran de diseñadores reconocidos y marcas costosas, pero no costaba nada intentarlo.

Las cuatro se encontraban en la barra y mientras tomaban un trago tras otro Sango, Rin y Ayame hablaban mal de cada hombre sobre la faz de la tierra puesto que ellas tres junto a su pobre y desdichada amiga que se acababa de unir obligatoriamente al grupo de las solteras, eran desafortunadas en el amor.

A pesar del gran alboroto que se escuchaba en todo el lugar la voz de Sango resonaba por todos lado y era inevitable ignorar las cosas que salían de su boca, pues a pesar de ser tan linda y refinada decía tantas obscenidades que provocaba asombro.

-¡Maldita sea! Dejen de pensar que los malditos hombres son indispensables, acaso no se han cansado de que ellos jueguen con nosotras y solo nos busquen para tener sexo y después se marchan tras la primera hija de puta que les pase por enfrente sin importar que ustedes sean las mujeres que mejor se los hayan cogido en la vida o que les den el corazón si se los piden; vean me como el imbécil de Miroku me trata y aún con todo eso si me dice "ven ahora yo llegaría sin dudar".

Luego de eso se le unió Rin que también deseaba expresar su dolor

-¡Que se jodan!, ¿Cómo es posible que nos tomen y dejen como trapo viejo?, son unos tontos que solamente piensan en ¿cómo debemos comportarnos? y quieren controlar hasta lo que comemos, por favor si estamos en el siglo veintiuno ¡SOMOS MUJERES INDEPENDIENTES NO NIÑAS! –Grito la morena- además si nosotras los respetamos merecemos lo mismo; no es justo que Seshoumaru me trate mal cuando yo solo ¡quiero amarlo y cuidar de él!

Ayame se sirvió un trago de tequila, coloco sal sobre su mano derecha y sostuvo la copa en la izquierda rápidamente chupo la sal de su mano e ingirió el fuerte licor de un solo golpe y para finalizar el maravilloso acto de tomar chupo una rodaja de limón, al parecer ya estaba lista para soltar la lengua y nadie la frenaría.

-¡Todos son unos inservibles!, no saben comprendernos, no pueden amarnos y mucho menos pueden entregarse o sino díganme porque Kouga no puede darme el amor que merezco, cuando yo sería capaz de darle mi vida si la desea - unas cuantas lagrimas se derramaron de esos grandes y hermosos ojos esmeraldas, corrieron sobre el dorado rostro de la pelirroja y mojaron de apoco su amplio escote- ¡lo odio y él lo sabe! Pero aun así no le importa y lo peor de todo es que yo le amo más cada día.

Las tres giraron en busca de Kagome quien parecía estar fuera de este mundo, sus ojos se encontraban tapados por su grueso flequillo y la botella de wiski que había pedido para ella sola, pues a ninguna de sus amigas le agradaba esa bebida, ya estaba prácticamente vacía, la vieron fijamente como por inercia servía nuevamente en su vaso un gran trago de Johnnie Walker doble black siendo este acompañado solo por un poco de hielo, posteriormente la vieron como rápidamente se lo llevo a la boca, roso suavemente el borde del vaso con los labios e ingirió el trago de una sola vez, pasando hasta la última gota a través de su garganta, esa era su bebida favorita pues adoraba el doloroso placer que le provocaba, el cómo su cuerpo se contraía ante el fogoso contacto con el alcohol y aunque siempre le decían "niña eso es para los hombres" a ella le importaba un comino, pues le gustaba y listo, además que importaba lo que dijeran eso era lo único que apaciguaba su frustración.

Elevo su rostro pues sentía como las miradas de sus amigas estaban centradas en ella, les sonrió como pudo aunque sentía que su vida se había caído a pedazos sobre ella.

-¡No se preocupen chicas, estaré bien! -su voz salió tan triste y dolorida que contagio a sus amigas y en ellas también se creó ese inevitable sentimiento de tristeza- además nadie puede sufrir eternamente por amor, ya ven primero fue Inuyasha y nos convertimos en excelentes amigos y pues ahora me ha pasado con él.

Sango la abrazo y le hizo una pregunta que no había esperado aunque era sumamente lógica

-¿Te dio una explicación?

-¡No! –Esa era su triste realidad y de la misma manera acababa de responder- solamente envió a su amante, esa bonita abogada que trabaja con él, la tal "Kanna", para decirme que no llegaría; siempre supe que tenían algo pero yo misma no quería aceptarlo.

-Esa maldita sínica todavía se atrevió a llegar y el perro desgraciado ni siquiera te dijo algo en persona, es tan cobarde como para meterse con la mejor amiga de tu hermana y encima no decirte nada hasta unos días antes de tu boda, ¡LO VOY A MATAR!

Todas se estremecieron pues conocían a su amiga, Sango se podía tornar muy violenta y sabían de lo que era capaz, pero lo que las sorprendió fueron las palabras de Ayame

-Ka -hip- go- hip- me- hip- ¡Llámalo ahora!

-¡Lo hare! -Fueron sus valientes palabras-

Rápidamente sirvió lo último que tenia de su botella y lo ingirió, tomo su bolso de mano y salió como alma que lleva el diablo en dirección a la calle donde esperaba desahogar todo su dolor y tras de ella venían sus tres bellas amigas quienes jamás se perderían esa anhelada función, pues Kagome siempre se portaba decentemente pero cuando tomaba era capaz de maldecir y tratar a sus enemigos como si fueran la peor escoria del mundo.

Se sentó sobre el capo de su auto, saco su celular y marco al número del idiota de su ex prometido Hakudoshi, con quien hacía dos años inicio un romance y ahora estaban a punto de casarse; ese mismo fue quien la acababa de traicionar con la mejor amiga de su hermana, eso había provocado que su sangre hirviera, escucho como el teléfono timbraba y nada, no contestaba, lo hizo de nuevo pero nada, entonces guardo el teléfono y subió a su auto, arranco sin siquiera pensar en que sus amigas se habían quedado fuera y acelero a fondo rumbo al departamento de ese descarado.

Sango y las demás ahora si estaban preocupadas, Kagome estaba como loca y temían que pudiese accidentarse o que hiciera algo de lo que arrepintiera por el resto de su vida, inmediatamente Sango busco su teléfono y marco al único hombre aparte de Hakudoshi a quien Kagome escucharía.

Atentamente espero a que la persona a quien necesitaba con urgencia la atendiera pero al parecer nadie estaba despierto a las tres y media de la mañana para charlas con una amiga; por fin luego de algunos intentos su llamada fue contestada y sin darse cuenta prácticamente grito

-¡Inuyasha! Es una emergencia por favor ponte ropa pasare por ti en unos cinco minutos.

-¡Es Kagome verdad!- Su ronca y varonil voz se notaba preocupada pero no era para menos puesto que Sango quería mucho a Kagome y si le llamaba a esas horas de la madrugada y según su dicción parecía estar ebria, algo muy pero muy malo debía estar pasándole- ¡CONTESTA! ¿Qué pasa con Kag?

-¡Salió como loca en su auto y está súper tomada!

-¿Hacia dónde va?

-Creo que en busca de Hakudoshi.

-Por Kami ¿cuándo será que ese imbécil deje en paz a Kagome? Ya estoy harto de esto y te juro que le voy a partir cada hueso de su cuerpo si se atreve a joderme más la vida.

-Disculpa, creo que te equivocaste a la única que le ha jodido la vida es a Kag o es que finalmente decidiste que si la quieres.

-Este no es momento Sango, además seguro ella está así por tu culpa- Sango trago grueso, la verdad siempre supo del amor de Inuyasha por Kagome y lo peor es que si alguien se metía con ella y la dañaba era seguro que saldría muy mal parado- No vengas por mi yo iré solo.

Sango escucho como ese estridente sonidito le avisaba que la llamada había acabado y aunque estaba preocupada sabía que Inuyasha resolvería todo y que Kagome estaría bien con él.

-Dinos sango que pasa- Inquirió Rin muy preocupadas

-Todo estará bien o mejor que eso excelente.

-¿Qué diablos dices?- pregunto Ayame

-¡Lo que oíste!- chillo sango de alegría

-¿Pero?

-¡Inuyasha va por ella!- Sango prácticamente saltaba de la felicidad, ella como siempre había tenido la razón y aunque esos dos locos habían terminado aquel bonito noviazgo años atrás se notaba que el cariño que sentían era algo más que eso.

Ayame y Rin suspiraron tranquilas, conocían bien a Inuyasha y aunque él siempre lo había negado se notaba que amaba a Kagome, lastimosamente ella se había cansado de esperarlo y decidió continuar su vida, por desgracia a quien escogió para que la acompañara fue a Hakudoshi y pues con lo terca que era, nadie logro hacerla entrar en razón además ella se había encariñado y con el paso el tiempo él se convirtió en unos de los únicos hombres que estaban en su vida y parecía no querer irse de su lado.

Las tres regresaron al bar, se sentaron de nuevo en su mesa y decidieron continuar con esa bonita noche porque la realidad es que aunque se ahogaran en alcohol no podrían deshacerse del amor que sentían por esos malditos hombres, solo esperaban que ellos pronto reaccionaran.

*En el departamento de Inuyasha*

Ese apuesto hombre se estaba vistiendo a toda prisa y cuando finalmente lo logro se acercó a la puerta y tomo de la mesita sus llaves y celular, camino por el pasillo y subió al elevador, finalmente las puertas se cerraron y saco su celular para llamar a alguien antes de ir con Kagome.

-¿Dónde estás?- su voz sonó molesta, provocando que su interlocutor se pusiera nervioso ya que conocía muy bien el carácter de su amigo.

-¿Estoy con Kouga y tu hermano por?

-Sus mujeres están ebrias y pueden meterse en problemas, creo que deberían usar los concejos que me dan; de mi parte yo voy por lo que me corresponde.

-¿Que?

-¡Lo que escuchaste, voy por Kagome!

-Finalmente amigo, que buena noticia- dijo Miroku, la verdad ya era hora de que Inuyasha le dijera todo a Kagome y más ahora que acababa de disolver su compromiso, esa era una señal.

-¡Espero que ustedes no sean tan estúpidos como para perderlas, miren todo lo que me paso a mí por ser cobarde y no afrontar un compromiso!

-No te preocupes, creo que se dónde está Sango y si tú tienes el valor entonces nosotros también, de verdad no te preocupes por nosotros ve y arregla tus asuntos, nos vemos mañana.

Finalizada la llamada guardo su teléfono y espero a que la puerta del ascensor abriera cuando esto sucedió salió rápidamente en dirección a su auto e instantáneamente salió a toda velocidad, en su mente se repetía constante mente esas frases que le había dicho su padre antes de morir: "Cuando encuentres a esa persona que desees proteger con tu vida, jamás la dejes ir porque en ella encontraste el verdadero amor".

*Con Kagome*

Acababa de llegar al edificio de Hakudoshi, bajo de su auto sumamente molesta, comenzó a caminar en círculos alrededor de su auto, se sentía enojada, frustrada, exasperada y sobre todo extraña.

Se sentó sobre la fría acera en la completa obscuridad de la madrugada y saco de nuevo su celular; escucho como el sonido de espera frenaba su tan anhelado reproche para que mágicamente en el segundo intento su llamada fuese recibida.

-¿Qué sucede Kagome?-Interrogo un hombre

-Pues que más crees que me pueda suceder, si tú que eres mi MALDITO prometido me acabas de botar junto unos días antes de la boda y eres muy hijo de puta que ni siquiera te atreves a verme a la cara y decirme que estabas con otra mujer y que por eso me dejabas; te di dos años de mi maldita vida y ni siquiera merezco ver a la cara del señor porque se me esconde, seguramente se la pasa entre esas nuevas piernas que ha conseguido; solo espero que la mujer con la que está cogiendo ahora se mueva mejor que yo en la cama aunque según recuerdo ambos lo disfrutábamos MUCHO, porque tus gemidos de placer aun los tengo frescos en la memoria y peor aún recuerdo cuando me decías que eso que teníamos "era lo mejor"; o ya se te olvido que siempre lo hacíamos sin importar donde fuera, en la cama, el sofá, el fregadero, en el suelo, es decir donde se nos placiera malnacido pendejo.

-¡Kag cálmate! Creo que te equivocas.

-No me calmo nada, eres el hombre más desgraciado del mundo, un completo miserable, estúpido e imbécil por dejar a la única mujer que te ha apoyado en todo incondicionalmente; sabes que me enfrente a todos por ti, aun cuando me decían que era una maldito y que no valías la pena quizás debí escucharlos, de ese modo no estuviera en este lugar en este momento y espero de verdad que esa perra te contagie de una enfermedad y se te caiga la maldita pinga para que ya no seas capaz de metérsela a nadie más.

-¡Espera Kagome, te equivocaste de numero yo soy Kohaku el hermano de Sango! ¿Qué tan ebria estas mujer?

Nota Final:

¿Bueno que les pareció? ¡Déjenme saber siiiii! nada les cuesta un review, ya sea para felicitarme o mandarme mensajes de odio; no hay problema de verdad yo valoro todo lo que ustedes deseen regalarme.

Les recuerdo que esta historia participa en el reto del mes de Junio: ¿Qué tan ebrios estamos? Del maravilloso foro: "Hazme el amor" si les gusto pueden darse una pasadita y votar por este fic.

Los amo con todo el corazón y les aviso que el segundo capítulo: ¡El sexo con alcohol es aún mejor! lo subiré pasado mañana 28/06/14 pues según las reglas es el último día y como debo afinar un poco algunas escenitas del siguiente capi entonces nos leemos ese día.

Me despido con cariño:

Johan

Pdta. ¿Qué pareja creen que le dará rienda suelta a los maravillosos deseos carnales?

Terminado: Jueves 26/06/14 a las 01:36 pm.