Se que no debería estar haciendo mas fanfics, pero ésta historia la tenía en mente desde hace tiempo y necesitaba sacarla TT_TT
La pareja es R27 (RebornxTsuna) si no te gusta ésta pareja entonces te pido cortésmente que le des click al botón de "atrás" y te vayas por donde viniste para que no leas algo que no sea de tu agrado n.n
La idea de éste fic vino a mi un día que estaba comiendo helado.
Helado... Siendo mi fuente de inspiración desde tiempos inmemorables *A*
Espero que os guste este fic n.n
La vida de un humano es fugaz, son seres delicados que con un simple corte en el lugar acertado pueden morir, su existencia es simplemente frágil.
Las personas siguen un guión inexistente sin que ellos mismos lo sepan. Sus vidas se resumen en tan solo tres simples palabras.
"Nacer, vivir, morir"
Nacen; la etapa mas delicada de estos débiles seres. Viven, aferrándose a la vida como si no hubiese un mañana. Mueren, como las criaturas tan quebradizas que son.
Aunque lo divertido viene después de la muerte...
Todo estaba oscuro, no se veía nada. Un castaño destacaba entre toda esa negrura. Abriendo los ojos, el chico se percató de donde estaba; en nada más y nada menos que en ningún lugar. El moreno sobresaltado comienza a hacer movimientos bruscos, tratando de alguna manera moverse y llegar a un supuesto suelo que aparentemente en ese espacio no existía.
Qué sucedió? Por qué se encontraba en ése lugar? Qué sitio era éste?, el chico de unos aparentes quince años no dejaba de preguntarse en qué momento pasó de estar con su amigo a estar en la absoluta "nada".
Su cuerpo se sentía liviano, su mente viajaba a mil, tratando de buscarle lógica a esa situación tan inusual en la que se encontraba. Poco a poco su memoria fue recobrando rienda. Sus recuerdos llegaban sin cesar, haciendo que viera distintas imágenes de los hechos acontecidos en los que él se encontraba tiempo atrás. Varios cuadros de sus recuerdos viajaron, haciendo verle algo que nunca esperó tan pronto. Realmente se sorprendió.
Y es que él, había muerto.
Sawada Tsunayoshi, conocido como Dame-Tsuna en su escuela, se encontraba caminando por las calles de Namimori. Sus pasos eran tranquilos, hoy no tenía clases y solo estaba disfrutando del día.
Vivía sólo con su madre, no tenía casi amigos, y siempre sufría maltratos de quienes creía eran sus compañeros.
Su vida era un desastre, su padre los abandonó cuando él nació, pues el sujeto cuando se enteró de que tendría un hijo le dio dinero a su madre para que abortara, el hombre odiaba tener que estar atado a algo, y aun más si ese "algo" era un ser que nunca le beneficiaría. Iemitsu era un hombre que usó a su madre como si fuese una prostituta, le dijo palabras bonitas para enamorarla, la ilusionó, la embarazó y luego le dio dinero para que abortara, por último la dejó; alegando que su "relación" ya no podría seguir.
Su madre, desconsolada, usó el dinero que le dio su padre para gastarlo en pañales, medicinas, biberones, chupetes, entre otras cosas para cuando él viniera. Por eso, le tenía un profundo odio a su padre; incluso un día se atrevió a venir a su casa para conocer a su "hijo", ya que el hombre se enteró de que Nana no usó el dinero que le dio para lo que él le dijo.
Su encuentro no pudo ser peor, el hombre le había observado con una mirada que sólo decía "Qué es esto?", cuando su madre le dijo que él era su hijo el hombre partió en risa y solo pudo decir:-"Ése inútil y aniñado crío es mi hijo?". Cuando el sujeto recibió una afirmación, no pudo hacer más que bufar e irse del lugar. Iemitsu podría decirte cómo odiarlo en un minuto.
Su madre siempre tuvo que trabajar horas extras para pagar tanto la comida de ella como la suya, casi nunca estaba en casa, lo cual hacía que él se sintiera solo la mayor parte de el tiempo. Al menos agradecía que su vecino, a quien podría considerarlo su menor amigo y tal vez, el único. Venía a visitarlo en las tardes. Tenían la misma edad, era igual de inútil y torpe que él. Kozato Enma.
Aprovechando el paseo, decidió ir a comprarle un helado a su amigo, el chico amaba las cosas dulces y estaba seguro de que le haría feliz un pequeño regalo suyo.
Pasó por la heladeria y caminó rumbo a su casa, donde en la puerta se encontró a su mejor amigo en la puerta esperándole.-Enma!-corrió hacia el pelirrojo, el cual sonrió al verle.
-Hola, Tsuna-kun-saludó cuando el castaño ya estaba enfrente de él.
-Qué haces aquí? Yo pensé que estarías con tu hermana limpiando la casa-dijo el moreno.
-Tranquilo, Adelheid dijo que ella podía hacerse cargo de todo sola-dijo sonriendo.
-Y-ya veo, entonces, quieres pasar? Te he comprado algo-dijo el castaño mostrando la bolsa que traía en manos.
-Claro-contestó.
El castaño abrió la puerta, estaba realmente feliz, cuando se encontraba cerca de su amigo siempre sentía que no era falta que tuviera más amigo, con él era suficiente.
Entraron y pasaron directamente al cuarto del castaño, donde siempre jugaban o leían comics juntos. Se sentaron en los dos único cojines alrededor de una mesa pequeña.
-Qué fue lo que compraste?-preguntó interesado el pelirrojo.
-Ten, es helado, sé que te gusta lo dulce así que decidí ésta vez comprar helado-dijo sonriendo mientras extendía un envase que encima tenía una cucharilla.
-Gracias-dijo con una sonrisa mientras aceptaba el regalo.
-También me compré uno-dijo mostrando el suyo, que era de mantecado mientras que el de Enma era de chocolate.
Ambos sonrieron y comenzaron a comerse sus respectivos aperitivos, a pesar del silencio, era realmente divertido pasar el tiempo el uno con el otro. Simplemente no hacían falta las palabras para que el ambiente fuera cómodo.
Cuando terminaron, Tsuna tenía la cara embarrada de helado, parecía un niño cuando comía, siempre haciendo un desastre.
Enma rió bajo, se acercó al castaño y con su lengua comenzó a limpiar los restos de mantecado que se encontraban justamente cerca de los labios del castaño. Cuando terminó, el pelirrojo solo se separó unos centímetros para ver la cara de su amigo, el cual estaba completamente sonrojado e impresionado.
-E-eh?-el moreno miró confundido a su amigo, que aun seguía demasiado cerca de su rostro.
-Tsuna-kun, desde que te conocí.-dijo acercando su cara al rostro de Tsuna-Me has gustado-sonrió tímidamente-Al principio solo pensé que eras lindo, pero con el paso del tiempo me enamoré completamente de ti-dijo casi tocando los labios del castaño con los suyos-Y ya no puedo retener estos sentimientos, te amo-dijo terminando por besar al castaño. Fue un casto beso, pero era el primero que Tsuna recibía.
El castaño casi se desmaya, no lo hizo, pero perdió las fuerzas y cayó al suelo, quedando Enma encima suyo. El pelirrojo sonrió durante el beso mientras que con una de sus manos tocaba el pecho de Tsuna por debajo de la camisa, la otra la colocó en la nuca para que el castaño no pegara su cabeza contra el suelo, y ésta vez estaba usándola para profundizar el beso.
Cuando se separaron, el castaño estaba más que sonrojado, su respiración estaba alterada mientras que su mirada estaba nublada.-Tsuna-kun-susurró el pelirrojo en la oreja del castaño, chocando su aliento con la piel del moreno.
De repente un sonido de algo caerse se oyó, haciendo que ambos se separan por completo gracias al susto. Miraron en dirección a donde se había oído el ruido, era el control remoto que se había caído de la orilla de un mueble.
Ambos se miraron y luego partieron en risas.-Tsuna-kun, me tengo que ir. Por favor, piensa bien en si me vas a corresponder o no-dijo el pelirrojo levantándose y dirigiéndole una sonrisa a su mejor amigo. En un rápido movimiento le robó otro casto beso al castaño antes de irse.
El moreno se acostó en su cama, quedando bocarriba, dirigiendo su acaramelada mirada al techo. Tsuna estaba más que impresionado, nunca esperó que su amigo guardara sentimientos hacia él.
Enma era su mejor amigo, el único que le aceptó, así que realmente tenía que pensar muy bien en que le iba a responder, porque ni él mismo sabía que hacer.
Decidió que lo mejor era dormirse, era increible que cuando estaba con Enma era de día, y ya era de tarde, cuanto tiempo estuvieron basándose? Se sonrojó y se dio vuelta, mirando la pared. Al poco tiempo se quedó dormido.
Ya era de noche, su sueño era muy liviano, tanto que cuando oyó como abrieron la ventana de su habitación se levantó.
Miró en dirección hacia la ventana, ahí estaba un hombre de cabellos azabaches alborotados, la luz de la luna que traspasaba la ventana le permitía a Tsuna apreciar el rostro de aquel hombre, notando que dicho sujeto tenía una marca en su rostro.
-Eres Sawada Tsunayoshi?-escuchó la voz graver del hombre.
-Hiiii, s-si!-dijo estrepitosamente mientras se echaba hacia atrás. El hombre enfrente suyo entró en su habitación sin ningún problema, eso era aterrador.
-Basura-El hombre escupió dicha palabra-Tsk, no puedo creer que tu seas hermano de Giotto, eres realmente un imbécil sin talento.-dijo insultandolo-Heh, que bien que Iemitsu me dio ésta misión, por primera vez le aplaudo a ese idiota-dijo sonriendo.
-M-misión?-preguntó temeroso.
-Sí, deshacerme de su hijo bastardo. Eres un hijo fuera de su matrimonio, él no quiere que tu en algún momento heredes Vongola-explicó el azabache. Tsuna reconoció el nombre enseguida, Vongola, la familia mafiosa más grande y peligrosa del mundo.
-Y qué tengo yo que ver con esa familia? No! Más bien, que tengo que ver yo con ese maldito sucio que lo único que hizo fue usar a mi madre?!-dijo el castaño con nada más y nada menos que odio sobresaliente en su voz. Sus ojos castaños, que usualmente era grandes y carentes de amor, se convirtieron en naranjas, que lo único que demostraban era odio, frialdad, determinación y precisión. Esos ojos que sólo lo deben de llevar esos grandes asesinos.
El hombre se impresionó, el chico no era lo que aparentaba. El menor había pasado de parecer un inútil, a tener un aspecto de homicida profesional.-Me agrada-dijo sonriendo. Después de todo el chico tenía lazos directos con la familia Vongola, que se pareciese a alguien débil no significaba que debiera bajar la guardia.-Escoria, odias a tu padre. Perfecto, él también te odia a ti, tanto como para querer no volver a verte en éste mundo.
-Oh, por primera vez comparto el mismo sentimiento con ése maldito-dijo el castaño. Su odio por su padre era realmente grande, y sólo ver que ese ser tuvo la cobardía de mandar a otro algo que él mismo debía hacer, no hacía más que aumentar su enojo y odio hacia el hombre.
-Aunque Giotto dijo que primero quería conocerte, no queria que te asesinaran sin ni siquiera saber como eras, pero tu padre insistió en que eras la peor persona y me ordenó a mi que te asesinara-dijo el hombre-Deberías de estar feliz, yo, Xanxus, me encargaré de hacerte desaparecer.
-Ése hombre me da asco.-una llama naranja apareció en la frente del menor. Xanxus se sorprendió, las llamas de la última voluntad solo aparecían en personas de máximo grado de fuerza, los humanos que despertaban ese poder eran jefes de familias mafiosas. Y además las llamas de esa basura eran puras, indicando que el menor era mas que apto para ser jefe Vongola, pues muy pocas personas en toda la historia de la mafia han tenido llamas tan poderosas.
-Es una desgracia que me hayan mandado a matarte, sino, probablemente serias mi jefe-dijo sonriendo.-Adiós, basura.-sacó dos pistolas.
Tsuna sonrió, se dirigió con un ágil movimiento al azabache, con una estrepitosa patada logró lanzar lejos una de las pistolas. Sus piernas se movían rápidamente, esquivando los disparos del hombre que tenía planes de acabar con su existencia, lograba evitar todos los disparos y una que otras veces le acertaba un golpe. Su odio era el que mandaba en su cerebro y le permitía luchar con eficacia, lo único que tenía que hacer era pensar que ese tal Xanxus era su padre.
Su cuerpo ardía, sentía que por sus venas transitaba lava pura. Casi podía decir que sus manos ardían en llamas.
El tal Xanxus guardó su arma al ver que lo único que lograba era destrozar la casa. Y se lanzó al chico, utilizando únicamente sus puños. Una lucha a golpes comenzó, era muy pareja, Tsuna poco a poco superaba al azabache, logrando golpearlo bastantes veces.
En un momento en el que golpeó al hombre en la cara, éste sacó su pistola de su bolsillo y le disparó el en pecho. Estaba demasiado cerca como para poder esquivarlo.
El disparo envuelto en llamas golpeó a Tsuna, lanzándolo tan fuertemente que el castaño chocó con la pared, rompiendola en el proceso. La bala entró en el interior de Tsuna, la sangre no tardó en brotar.
-Eres muy bueno luchando-dijo Xanxus limpiandose la sangre de los golpes tan fuertes que recibió, estaba seguro de que tenía unos cuantos huesos rotos-Hasta ahora no ha habido alguien que siquiera me alcance, en cambio tu incluso casi me ganas. Y lo hubieras hecho si tuvieras alguna arma-dijo sonriendo.-Adiós-dijo disparando una segunda vez, ésta ves directamente en su corazón.
Xanxus había puesto una cámara en el lugar para grabar lo acontecido y que supieran que había cumplido su misión, iba a agarrarla cuando oyó una voz hablándole.-Mandale mis más profundos deseos de muerte a ese hombre que se hace llamar mi padre...Espero que después de que yo muera él quede satisfecho-dijo el castaño sonriendo, de sus labios brotaba sangre, sus ojos eran cubiertos por su cabello.
Xanxus estaba impresionado del que el menor pudiera hablar con la herida que le hizo, miró hacia donde había disparado, logró ver un pequeño destello dorado. Ya entendía todo, inconscientemente el chico estaba usando el poder de armonía de su llama para alentar un poco el proceso de sangrado.-Te puedo preguntar algo? Por qué odias a tu padre?-preguntó Xanxus, éste vídeo que grababa su cámara se lo mostraría a Giotto.
-"Por qué..." Dices. Cómo no odiar a un hombre que desde un principio no quiso que yo naciera? Que usó a mi madre, la enamoró y la dejó, que la primera vez que me vio se rió de mi y me humilló, que lo único que buscaba de mi madre era arruinarla y dejarla en la cama embarazada, que arruinó mi vida cuando se llevó parte de el dinero de mi madre, haciendo que ella tuviera un trabajo exigente y que yo nunca la viera.-dijo aun con la sonrisa amable en su rostro, subió con dificultad su mirada, mirando con sus hermosos ojos castaños al mayor-Quién diría que una de las dos personas que me dio la vida quisiese tanto quitarmela?-escupió sangre-Si... Estoy feliz de que seas tú el que me quite la vida, porque no me perdonaría si yo muriese... A manos de ese sujeto...-su mirada comenzaba a nublarse, poco a poco la oscuridad se apoderaba de su vista.
-Tsk, siempre odié a tu padre, pero no me puedo negar a una de sus ordenes-dijo el azabache desviando la mirada-Ahora sé que ese hombre es una maldita escoria. Descansa en paz, basura-dijo Xanxus, agarrando tanto su cámara que grabó todo como la pistola que el chico logró quitársela, e irse.
La sangre desbordaba de Tsuna, todo el suelo de su habitación destrozada se llenó de ese liquido carmín que emanaba de su cuerpo. Lentamente, su rostro se tornaba cada vez más palido, su corazón dejaba de latir frecuentemente, sus párpados comenzaban a pesar.
Cómo sería la vida después de la muerte?
Estaba en una increíble oscuridad, su cuerpo flotando en la absoluta nada. No sentía dolor o felicidad, su palpitar no existía, su mente se encontraba en blanco.
La muerte, era realmente extraña.
Nunca se imaginó que la muerte fuera tan pacífica, tan tranquila, tan... Sin sentido.
No podría volver nunca, no le daría respuesta a una persona que no recordaba, no podría vengarse de algún familiar que le causó su muerte. Sus memorias se iban desapareciendo lentamente, tal vez de eso se trataba la muerte.
En desvanecerse lentamente.
Olvidar todo el dolor, felicidad, amor, tristeza que alguna vez sintió. Eso era un gran beneficio a su favor.
Al vivir una vida despreciable, lo único bueno era que en su muerte olvidara todo.
Sintió como entre toda esa oscuridad como unos brazos lo cargaban, era raro, él estaba sintiendo algo. Pero lo único que veía era oscuridad.
Cerró sus ojos, mejor no darle tantas vueltas al asunto. Después de todo, él ya no existía.
Una luz chocó contra sus párpados, tal vez había llegado al final del túnel y estaba enfrente de ésa luz tan deseada.
Era realmente cómodo, reconfortante, daba ese calor tan agradable que nunca pensó que fuera permitido para él.
Abrió lo ojos, estaba en un lugar blanco, sin ningún mueble.-Ya has despertado-oyó una voz, se asustó.
-Hiiiiii-Se escondió mas entre esos brazos que le cargaban... Brazos?
Se separó un poco y pudo apreciar a un hombre con traje y fedora.-Sawada Tsunayoshi-mencionó el hombre, sus ojos azabache que naturalmente eran afilados observaban con insistencia al castaño.
-Qu-Quién eres?-preguntó con miedo. Extrañamente su cuerpo se sentía muy cálido en esos brazos como para que se moviera, aunque él quisiera irse corriendo de allí.-Dónde estoy?-sintió como el hombre le soltaba delicadamente, dejándolo sentado en un supuesto suelo.
-Bienvenido, éste es el primer día de tu final.-dijo un azabache, haciendo una leve reverencia y sonriendo-Yo, Reborn, me encargaré de cuidarte en el infierno.
He escrito en un cuaderno como quiero que termine cada uno de mis fics. Y he colocado la cantidad de capítulos que tendrá cada uno. Y les puedo decir que "La primera y la décima generación" y "Un talento sin conocer" terminaran entre los 10 y 12 capítulos :)
Me pregunto como me habrá quedado ésta historia :s
Me muero de hambre TTATT he tenido que limpiar la casa sin desayunar y estoy muriendo u.u'
*:. Tienes esa ridícula figura de un bufón...Que en medio de la guerra alza una pancarta que habla de amor.:*
Ciao Ciao
