Saludos: Que tal estais, hoy os traigo mi último fic. Pensaba hacerlo todo en capítulo(este y el duguiente), pero otra vez sin saber como se me ha alargado demasiado. En verdad todo iba a ser de "Un amor Jamás pensado" pero preferí dividir las historias en 2. Bueno, os dejo ya. Lo de siempre: deseo que os guste y espero reviews. Aloha, disfrutad.

Résumen: La continuación de mi anterior fic: "Un amor jamás pensado" Tras los incidentes ocurridos en Navidad, y la complicación de su amor. Los prejuicios de la sociedad, sobretodo de la familia complicaran la vida de nuestros chicos. El caso es, podrán seguir su amor o deberán dejarlo atrás. ¿Podrán ante la presión? Destiel (DeanXCastiel, lo pongo por si acaso). Explícito.

CAPITULO 1: OH, OH (FELICIDADES DEAN)

Era nueve de enero. Dean había pasado las peores y mejores navidades de su vida. Pero ahora poseía el bien más precio que podía conseguir, Castiel. Un hombre bello de pelo negro y zafiros en vez de ojos. Cuerpo más o menos trabajado y una sonrisa que le hacia perder la cordura.

Quedaban 3 días para reanudar las clases. Y hoy, 22 de Enero, era su cumpleaños. Iba a ser un gran día.

El día comenzó con la cálida luz del sol, la cual se veía reflejada en el dormitante rostro de Dean. Este somnoliento, intentaba cazar el cuerpo de su pareja entre las sabanas, pero para su sorpresa, no había nadie, se encontraba solo en la cama.

-Donde cojones se ha metido este hombre ahora? . -Dijo contra la almohada, mientras su brazo izquierdo seguía en la búsqueda del cuerpo ajeno.

Dejo caer su brazo derecho por un lado de la cama, ansiando encontrar sus zapatillas de casa. Busco palpando el frio suelo de un lado a otro.

-Genial, y ahora no encuentro ni zapatillas, ni chanclas. -Se incorporó como pudo, puso un pie en el suelo y se impulsó para levantarse. -Es un comienzo, al menos no me he caído como todos los días. -Caminando para salir de la habitación, piso un bóxer de Cas, y perdiendo el equilibrio, sus nalgas cayeron de bruces contra el suelo. -Si seré bocazas. Au, que daño me he hecho. -Masajeándose el glúteo, se levantó como pudo. Y se dirigió hacia la cocina.

Al entrar, esta se encontraba ofuscada por la harina y montones de pieles de manzana.

-Joder, yo mato hoy a alguien. Que demonios a pasado aquí. Castiel! -A punto de estallar en mil pedazos debido a la escena, nadie acudió a su grito. En la mesa, Dean pudo observar un plato recubierto con papel plata, y sobre el, un Post-it. -Más vale que ponga una explicación, y buena, Oh sino se la va a cargar. -Dean hablaba por hablar, le era imposible poderse enfadar con aquella angelical figura.

Post- it: Querido Dean, FELICIDADES. Me he levantado pronto para hacerte tu tarta preferida, espero que te guste. Siento lo de la cocina, pero tenía prisa. La recogeré cuando vuelva, de todas formas, si me necesitas estoy atrás, en el cobertizo. Pero no entres, solo llama, por favor. Te quiere, Castiel.

-Si será. –Suspira. -No me puedo enfadar con él, es adorable. ¿Que estará haciendo en el cobertizo?, me mata la curiosidad. Pero prefiero comer. A ver que tal le ha salido. -Dio un pequeño tirón al papel plata, y observó, una dorada tarta, recubierta con pequeños trozos de manzana que, bailaban sobre ella.

-Dios. -La boca de Dean se ensalivó, sus ojos se llenaron de lujuria, más incluso, que cuando veía a Cas. Cogió un tenedor y un cuchillo, se sentó, y empezó a comer. La tarta era una delicia, un manjar, pensaba Dean. Bocado a bocado, trozos de ambrosia se posaban en su paladar, haciendo que este emitiera ligeros gemidos de placer.

Cuando se encontraba por la mitad de la tarta, notó, como unas manos se posaban en sus hombros.

-Puedo observar, que la tarta ha sido de tu agrado verdad. –Dijo Cas mientras se deleitaba con los gemidos de Dean. –A ver si te va gustar mas que yo.

-Eso imposible.

-Me alegro, come por favor.

-Cariño, esta cojonuda, esta eh eh. -Hasta ahí. Fue lo único que pudo decir Dean, ya que el cuerpo de Cas se inclinó lentamente hacia él, y con él, sus manos, las cuales bajaban hasta la entrada de los pantalones de Dean. Sus dedos jugaban a abrochar u desabrochar el cinturón de Dean. Después Castiel recorrió el cuello del rubio, quien gemía repetidamente, hasta llegar al rostro, allí posó un beso sobre los labios de Dean. Tras esto, se apartó.

-Qué pasa? -Pregunto Dean, con cara de cachorrito.

-Tiempo al tiempo Dean, aún queda un largo día, y dos regalos más.

-A si? –Pregunto Dean al tiempo que se levantaba, y tomaba las caderas de Castiel. -Dime, ¿Cuáles son?

-Pues son, a ver hum. Tendrás que esperar. -Le susurró entre risas, mientras posaba su mano en la cara de Dean para acariciarle. Dean esbozo entonces un gesto de niño enfadado.

-No te enfades, y recuerda, que tienes que llamar a Anna, Sam y tus padres, para que vengan a las 7:30.

-Si, tranquilo. No seas pesado, me lo llevas diciendo toda la semana.

-Precisamente, por qué te lo llevo diciendo toda la semana, y aún no lo has hecho. Hagamos una cosa, yo recogeré, y tú mientras, llamas.

-Serás mandon. –Refunfuño Castiel.

-Pero si te encanta que lo sea. -Dijo riéndose

-Depende de para que, depende de para que. -dijo mirándole fijamente. Dean se fue camino del salón para coger el teléfono, pero se paro en la puerta para girarse, y ver como el trasero de Cas quedaba apretado cuando se agachaba.

-Que rico. -Dijo lamiéndose la boca.

-Dijiste algo Dean?

-No, tranquilo. -Se quedo un momento parado viendo la escena. Cuando de repente el cuerpo de Castiel dejo de moverse, y se giró.

-Dean. -Dijo con son sonrisa pícara.

-Si?

-Deja de mirarme el culo y llama a la gente. -Dean abrió los ojos en expresión de asombro, a lo que Castiel respondió riéndose, y volviéndose a girar.

-Vale. -Dijo resignado

Dean se fue hacia el salón, donde se encontraba el teléfono. Y mientras pensaba en que Cassie, cambiaba a pasos agigantados. Llegó al teléfono, posado en la mesita de café, y empezó a marcar los contactos. Primero Anna, luego Sammy y al final sus padres. Todos aceptaron encantados. A sus padres les dijo, una cosa más: -Tengo un sorpresa para vosotros.

Las 6:00 pm, faltaba una hora para que llegaran los invitados. Dean, se encontraba echado en el sofá, posado sobre pecho de Castiel. Este, estaba mirándolo. Tenía su brazo encima del hombro de Dean, alargándolo hasta donde su mano, tocaba la cintura del rubio. Con la otra, jugaba con el pelo de Dean. Veían una serie en la televisión llamada Sobrenatural. En ella, aparecían 2 hermanos, proclamados cazadores, y un ángel. Ellos, se dedicaban a cazar toda clase de monstruos y demonios. Dean miraba con cierta lascivia al actor del ángel, se parecía mucho a su Cassie. Por otro lado, estaba uno de los cazadores que despertaba cierto interés en Castiel.

Tras acabar de ver la serie, Dean noto como Castiel se movía.

-Que pasa Cas?

-Déjame un momento, quiero ir a por una cosa.

-Claro. -Dean se incorporó, dejando levantarse a Castiel. Con paso firme rodeo el sofá, y fue hasta la salida de la casa. Pasó la puerta, y pasado un minuto, volvió. Pero esta vez, venía con una caja de tamaño medio, entre sus manos. Era una caja de cumpleaños, se apreciaba por el estridente papel, y un lazo rojo encima.

-Segundo regalo. Espero que te guste. -Dijo sonriendo.

-Seguro que si. A ver a ver, déjame. -Dean le quito el regalo, y empezó a desenvolverlo con ansia. Cuando acabó de desarmar el papel, se descubrió un pequeñito impala, muy retocado y brillante.

-Lo he hecho yo… ¿Te gusta? -Dijo con voz asustadiza, y pegándose a Dean.

-Me encanta, muchas gracias guapo. -Dijo acariciándole la mejilla, y acercándose.

Poco a poco los cuerpos se iban encontrando más próximos. Dean puso las manos, en el cuello Castiel, y fue cerrando. Los rostros se acercaron acabando en un beso. Después se separaron un poco. Se miraron, y como un león sobre su presa, Cas se abalanzó sobre Dean. Sus bocas luchaban encarnizadamente, la manos recorrían todos los rincones del cuerpo, y la ropa, empezó a sobrar. Entre besos y tocamientos, la ropa voló por todo el salón, se quedaron ambos con sus respectivos boxers. Dean aburrido de estar abajo, se agarró a Cas y tiro de él, cambiando las tornas. El arriba y Cas debajo.

Dean le besó, y después, lamió su cuello. -Deeeean. -Gimió, arqueando todo su cuerpo. Con lo que Dean aprovecho, para quitarle la única prenda que le quedaba.

-Me toca agradecer tu regalo. -Dean beso a Cas, poco a poco fue bajando, primero el cuello, luego el torso, donde hizo una pequeña parada para jugar con uno de los pezones de Castiel .El angelito de pelo negro, gemía como si no hubiera fin. Dean continuó su trayecto, tocando con sus labios, cada uno de los perfectamente definidos abdominales de su pareja.

Por fin llegó a su objetivo, la gran erección de Castiel, que palpaba nariz. Así qué, con una mano, jalo la virilidad del contrario, y con su boca la empezó a recorrer. Una succión seguida de una carícia, una y otra vez.

-De…Dean, Dean. -Le hacía gemir.

Dean sentía como el cuerpo de Cas se preparaba para el final. Entonces el preciado sonido, el orgasmo de Castiel, se produjo.

-Dean, Dean, Dean, joder! –Como si de un mundo de placer se tratara, Castiel explotó un perfecto alarido de placer.

-Dean cariño, estamos aquí! –Dean se estremeció, pudo distinguir perfectamente la voz de su madre. Ágil, se incorporó, asomando la cabeza por encima del sofá, distinguiendo 4 figuras. Su madre, su padre y sus dos amigos, Anna y Sammy. Segundos después, se incorporó Castiel.

-OH, OH. Fue lo único que Dean supo decir.