Hola gente, este es mi segundo fic de los juegos del hambre, y el que más me convence jaja
En fin, no sé si me inspiro leer la saga como veinte veces, o que se venía la ultima peli, pero salió esto. Ojala les guste.
Voy a empezar por la parte donde Peeta, Katniss y compañía están con Trigis. Abajo explico después porque.
Disclaimer: Los personajes les pertenecen a Suzanne Collins.
Cap.1
Katniss y Gale desaparecen por un momento con la excusa de ir a lavar los platos. Los sigo con la mirada, porque es obvio que planean hablar del siguiente movimiento. Ahí es cuando me pongo a pensar sus posibilidades y sé cuál es la mía: separarme de ellos. No lograrían nada conmigo a su lado, es más, sería más peligroso porque tendrían que vigilar que no me convierta en muto para matar a Katniss. El recuerdo de Mitchell contra los cables ue yo le tire surge en mi mente.
Definitivamente no puedo ir con ellos.
Un rato después Katniss y Gale aparecen y me hacen la sugerencia que yo pensaba. Veo en el rostro de ella que esta aliviada y conforme con mí ver de estar de acuerdo pero la cara le cambia cuando le cuento la parte de mi plan: yo saldré solo.
— ¿Para hacer qué? —pregunta Cressida.
—No estoy seguro. Quizá todavía sirva para crear una distracción. Ya visteis lo que le paso al hombre que se me parecía —dije, aunque todos sabemos que ese desconocido y yo éramos nada que ver.
— ¿Y si…pierdes el control? —duda Katniss.
— ¿Si me vuelvo muto, quieres decir? Bueno, si noto que empieza, intentare volver aquí –aseguro, aunque en el fondo me pregunto que terminaría pasando si me agarra un episodio en medio de la calle…No sé si sería capaz de volver o pasar desapercibido.
— ¿Y si Snow te vuelve a atrapar? —Gale es más rápido que los demás. — Ni siquiera tienes un arma.
— Tendré que arriesgarme, como vosotros —respondo.
Gale se me queda mirando. Se mete la mano en el bolsillo del pecho, saca su pastilla de jaula de noche y la pone en mi mano. Yo no cierro la mano en un puño, sino dejo la palma abierta, sin aceptar ni rechazar.
— ¿Y tú? —le pregunto.
—No te preocupes, Beetee me enseño a detonar las flechas explosivas a mano. Si eso falla, tengo mi cuchillo. Y tengo a Katniss —me explica sonriente—.Ella no les dará la satisfacción de atraparme con vida.
No tengo que verla para que me lo confirme. Ya lo sé.
—Acéptala, Peeta —me dice ella, cerrando la mano en torno a la pastilla —.No tendrás a nadie para ayudarte.
La noche es larga y mala. Nadie puede dormir sin pesadillas..Incluso cuando me asusto de mi mismo empiezo con lo de siempre: soy Peeta Mellark, tengo diecisiete años, vivo en el distrito 12, participe en los juegos del hambre, gane, volví al vasallaje, etc, etc. Aparte no dejo de pensar en mañana. Mi plan no solo consiste en ser una distracción si el momento lo requiere…es proteger a Katniss por encima de todo. Del presidente Snow, del Capitolio y de mí.
Cuando nos levantamos, comemos el resto que queda de comida, y luego Trigis se pone manos a la obra y nos remodela a todos; terminamos siendo un ciudadano del capitolio como cualquier otro.
—Nunca subestimes el poder de una estupenda estilista —halago cuando le echo un vistazo a los demás: estamos bien disfrazados. Le sonrió a Trigis, y aunque es difícil saberlo, creo que la he sonrojado.
El plan es simple: primero saldrán Cressida y Pollux para ser de guías, luego Katniss y Gale y a lo último yo. Cuando llega el momento adecuado, Trigis abre la puerta para q Cressida y Pollux salgan.
—Cuidaos —dice y se van.
Katniss se vuelve hacia mí, saca la llave de las esposas y me libera de ellas, guardándolas en uno de sus bolsillos. Me restriego las muñecas, flexionándolas. Me siento extraño, ya me había acostumbrado a ellas.
—Oye, no hagas ninguna tontería — me llama la atención, y la noto desesperada.
—No, solo si no hay más remedio. De verdad—Le prometo.
Me rodea el cuello con sus delgados brazos…delgados pero fuertes a la vez. Vacilo, pero decido devolverle el gesto. Ella solo quiere protegerte, eso es lo que hizo siempre, no intenta matarme, ella no es un muto, es Katniss: la chica de la que me enamore cuando era un niño.
—De acuerdo —dice y me suelta.
—Ha llegado el momento —anuncia Trigis.
Katniss me besa la mejilla, se ajusta la capucha y sale al exterior con Gale. Yo me acerco a la puerta, preparado para salir cuando me toque.
Trigis controla el tiempo, cuando me abre la puerta para que salga, me dice:
—Suerte.
Justo cuando estoy por salir empiezan los disparos. "y que la suerte este siempre, siempre de vuestra parte". La frase viene sola a mi cabeza para desestabilizarme, para recordarme todo el horror.
¡Katniss! Pienso. Ella está ahí fuera, al alcance de las balas. Cuando me decido arriesgarme Trigis me toma del abrigo y me mete dentro de su tienda de vuelta.
— ¡Déjame! —le grito.
Ella niega con la cabeza.
—No es seguro.
Trato de calmar mi ansiedad antes de que se transforme en otra cosa y me convierta en el muto que creo Snow.
Miro por la ventana, a gente corriendo, gente gritando, gentes en el suelo…muerta. También hay agentes de la paz en la calle, lo que significa que los rebeldes son los que disparan.
Sé que han parado de disparar y que siguen avanzando cuando ya no hay tanto alboroto afuera. Pienso que no hay mejor momento que salir que el que se me está presentando: los agentes muertos y los rebeldes ocupados.
—Gracias Trigis, cuídate –le digo y salgo.
Por más feo que sea, sé que donde hay gente muerta es mi camino seguro para avanzar, porque ya se han activado las vainas y los rebeldes ya han disparado.
En una de las esquinas me topo con un grupo de agentes disparando hacia los tejados. Gracias a mi disfraz uno de ellos me habla, acercándose y diciendo que busque refugio. Le hago caso antes de que se acerque demasiado y pueda reconocerme. No tengo con que defenderme, aparte.
Podría haber tomado un arma de algún agente caído pero mi misión consiste en verificar que Katniss esté bien, y me tengo miedo. Tengo miedo de tenerla a la vista y que yo este armado; No tiene sentido querer protegerla mirándola, pero me temo que es lo único que puedo hacer, yo no quiero matarla.
Justo cuando estoy por llegar a una manzana veo como se abre una grieta en el centro…Lo peor, es que creo ver a Katniss, no es seguro con su disfraz, pero recuerdo su abrigo rojo…Quiero correr a ayudarla aunque ella ya se está refugiando como puede. Es estúpido ir hacia la grieta, pero un mar de gente que huye me arrastra con ella, alejándome de la vaina.
Después de vueltas, empujones y pisoteadas termino en el circulo de la cuidad: hay mucha gente que da vueltas o simplemente se deja envolver por la nieve en algún hueco que consiguen sentarse. Comienzo a andar hacia la mansión mientras busco como loco y creo que la localizo, aunque sigo lejos de ella. Me extraña no encontrar a Gale por ahí cerca, pero no me ocupo a pensar en él. Un grupo de gente empieza a dispersarse hacia la izquierda y arrastran a Katniss con ellos, gritando algo.
Comprendo la desesperación cuando los rebeldes entran al círculo. Se supone que yo también estoy en peligro al tener aspecto de ciudadano, pero ellos van directo a la mansión. Comienzo a correr para proteger a Katniss, que logra aferrarse a un asta que había allí. Sé que gritar será mala idea porque nos expondría a los dos bandos, así que corro como puedo.
Y pasa lo siguiente.
Un aerodeslizador con el sello del Capitolio va hacia la barricada. A la distancia que me encuentro ahora puedo distinguir que los que están allí son niños. Niños que a pesar de la nieve y del miedo, saben que encontraran en los paracaídas. Cinco segundos después el aerodeslizador ya se fue y los paracaídas explotan.
La conmoción me detiene: la nieve roja, los gemidos, las extremidades. Horrible. Los que no han muerto siguen mirando los paracaídas que no estallaron con la ilusión que habrá algo bueno. Los agentes corren a ayudar, desconcertados, al parecer.
Alguien me empuja y tira al suelo. Cuando me levanto, veo que hacia los niños heridos van sanitarios rebeldes para ayudar. Aunque tenía mi propia "habitación" en el 13 cuando los doctores no podían, mandaban a sanitarios para hacer cosas simples, así es como los reconozco.
Vuelvo a mi trabajo: a sacar a Katniss de allí, pero veo que ella mira fijamente hacia los niños y vislumbro a alguien que no puede ser más que Prim, su hermana pequeña, por la que empezó todo, por la que se ofreció voluntaria para ir a los juegos y evitarle a ella aquel horror. Y como sé que irá en su búsqueda para ayudarla, me dirijo hacia Prim.
Estoy cerca, veo como Prim ve hacia donde se debería encontrar Katniss, creo que la nombra y la observa, tratando de llegar desesperada, como el día de la cosecha.
Y es ahí cuando los demás paracaídas estallan.
No puedo huir. El fuego viene de frente y lo único que logro hacer es taparme los ojos con el brazo, pero lo siento, siento como me quemo: la frente, los brazos, las manos, la pierna…Creo que grito.
...
—Quédate conmigo —me susurra Katniss.
Deseo contestarle. Quiero decirle que lo hare, pero no me encuentro, no sé donde estoy.
Solo sé que algo pasa, no me tengo que preguntar si es real o no porque de pronto se materializan mi familia, Portia, mi equipo de preparación, algunos tributos…todos los muertos. Me veo obligado a pensar que falle. No pude salvar a Katniss, estoy muerto.
Se acabó.
—Peeta ¿me escuchas? —pregunta una voz justo cuando tengo ese último pensamiento.
Los muertos desaparecen cuando hago el intento de abrir los ojos. Comienzo a parpadear como loco al ver una luz cegadora.
—Peeta, estas en el hospital —sigue hablando Plutarch.
Me cuenta que me quemado, y que llegaron justo a tiempo para ayudarme. Me cuenta todo aunque yo no le pregunto. La guerra termino el mismo día que los paracaídas estallaron. Snow está prisionero y será juzgado y ejecutado pronto. Katniss sigue viva y quemada, al igual que yo.
Gimo cuando Plutarch cree que me hace un favor para demostrarme con un espejo el trabajo de los doctores. Tengo una pinta horrible, piel que no es mía tratando de que encaje como si lo fuera, de un color rosa bebé. Mis cejas están chamuscadas, mi pelo irregular porque también se me ha quemado. He sufrido más heridas en la cara y las manos que era lo que tenía desprotegido. Mis ojos se han salvado por pura suerte de haber tenido el reflejo de tapármelos. También me he quemado un poco los brazos, el torso, la pierna…solo que no ha sido tan grave por la cantidad de ropa que tenia encima.
Verme en el espejo no ayudo, porque me agarra un episodio en medio de todo esto cuando Katniss se me vino a la cabeza.
—¡Fue por culpa de ella! Ella me ha querido matar otra vez —grito, saltando de la camilla para ir a buscarla, tratando de ignorar el dolor al moverme, lo que me da más furia al notar que el muto de Katniss me haya dejado tan débil. Mientras me desenredo de los cables que me conectan a maquinas es lo que le da tiempo a Plutarch para salir y volver a los segundos con doctores, guardias que me apuntan con armas, pero todo se calma cuando un tipo me inyecta algo que no debe ser otra cosa que morflina.
...
Con el pasar de los días, me recupero más y más, aunque el mal aspecto lo tendré por un buen tiempo, eso lo sé. Debo comer yo solo, moverme, etc. No he visitado a Katniss porque a pesar de todo, tuve episodios y algunos sin poder controlarme…pero sé que está "bien" aunque no puede haber un término más ridículo para usar con ella. Esta como yo, perdida y quemada. Ya no tiene hermana. Prim ha muerto a su vista, vio como ardía…Las llamas vienen a mis ojos así que intento pensar en otra cosa.
He hablado con Plutarch para saber sobre Cressida, Pollux y Gale. Me ha dicho que todos están bien, realizando distintas tareas.
Hemos sobrevivido todos en esta misión ridícula que era ir a buscar a Snow y matarlo…en eso hemos fallado. Bueno….no del todo.
...
Cuando me despierto –ya no estoy en el hospital; Me han asignado una habitación de la mansión, aunque con guardias por si el lugar me trae recuerdos malos– veo que me han dejado una ropa limpia del 13, desayuno y viene Effie, sorprendiéndome, porque la creía muerta. Ni siquiera me da tiempo a ver si con ella reacciono con un mal recuerdo, pero no lo hay, ya que me deja rápidamente:
—Hola, Peeta —me saluda dándome un beso en cada mejilla.
Se ve igual solo que con la mirada perdida.
Me anuncia que debo ir a una reunión y donde es, después se va. No entiendo nada, porque han pasado días y todos me parecen iguales, pero debe ser que hoy ejecutan a Snow, y quizá quieren hablar conmigo sobre seguridad, para que no me agarre un episodio y me abalance hacia el ex presidente para matarlo yo…No lo sé.
Cuando llego a la sala solo se encuentro Haymitch, que tampoco sabe nada. Me siento a su lado y espero con él, sin hablar. Al rato empiezan a llegar los otros. Frunzo el ceño, confundido cuando Enobaria se sienta a mi lado. Johanna le rueda los ojos a Annie y se aleja de ella, sentándose al otro lado de Enobaria, a quien mira molesta. Annie se sienta a su lado aunque parece estar en su propio mundo. Beetee viene en silla de ruedas, y se pone al lado de una silla vacía.
Tengo que reconocer que ninguno tiene buen aspecto. A pesar de que los demás no han ido al Capitolio, todos tienen algo.
Un rato después –unos minutos–llega Katniss, que duda:
— ¿Qué es esto?
—No estamos seguros —responde Haymitch —.Una reunión de los vencedores que quedan vivos, al parecer.
Sé que tiene razón apenas lo dice, y es triste ver que somos tan pocos.
— ¿Solo quedamos nosotros? —pregunta ella.
—El precio de la fama —dice Beetee —: fuimos el objetivo de ambos bandos. El Capitolio mató a los vencedores sospechosos de colaborar con los rebeldes, y los rebeldes mataron a los sospechosos de aliarse con el Capitolio.
Johanna frunce el ceño molesta y mira a Enobaria:
—Entonces, ¿qué hace ella aquí?
Coin entra detrás de Katniss y da su explicación:
—Cuenta con la protección de lo que llamamos el Trato del Sinsajo. Katniss aceptó a los rebeldes a cambio de la inmunidad de los vencedores capturados. Ella ha cumplido su parte del trato, así que nosotros también.
Enobaria sonríe de forma arrogante a Johanna, que replica:
—No te pongas tan chula. Te vamos a matar de todos modos.
—Sientate, Katniss, por favor—dice Coin.
Ella lo hace, entre Annie y Beetee mientras deja una rosa blanca dentro de un vaso en la mesa. Estoy procesando que eso es de Snow, cuando Coin comienza a explicar el por qué de esta reunión:
—Os he llamado para zanjar un debate. Hoy ejecutaremos a Snow. En las últimas semanas hemos juzgado a cientos de cómplices de la opresión de Panem que ahora esperan la muerte. No obstante, el sufrimiento de los distritos ha sido tan extremo que las victimas consideran insuficientes estas medidas. De hecho, muchos piden la aniquilación de todos los ciudadanos del Capitolio. Sin embargo, para mantener una población sostenible, no podemos permitirlo.
Por supuesto, es lo que les convienen. Estoy mirando a Katniss cuando veo que ella pone su atención en mí. Avergonzado aparto la mirada rápidamente.
—Por tanto, se ha puesto sobre la mesa una alternativa. Como mis colegas y yo no llegamos a un consenso, se ha acordado de dejar que decidan los vencedores. Necesitamos una mayoría. Se ha propuesto que, en vez de eliminar a toda la población del Capitolio, tengamos unos últimos Juegos del Hambre simbólicos con los niños relacionados directamente con los que ostentaba n el poder.
Quedo en blanco.
— ¿Qué?— pregunta Johanna.
—Que tengamos otros Juegos del Hambre usando los niños del Capitolio —responde Coin sin miramientos…y eso me enfurece.
— ¿Estás de broma?
—No—me asegura, ignorando mi sarcasmo—.También debo deciros que, si hacemos los juegos, se sabrá que fue con vuestra autorización, aunque mantendremos en secreto los votos concretos por cuestiones de seguridad.
Claro, y así nos mantendrán amenazados: haz algo más y diremos que fuiste tú quien voto sí. Qué bonito...y aparte, ya sea quienes votemos no o si, la gente nos odiara igual. Los distritos pelearon para detener esto, y como será una información confidencial, querrán matarnos a todos.
Todo esto es tan ridículo ¿no lo ven? Esto se hará una vez…y se seguirá repitiendo si no lo detenemos ya, es como cuando hace setenta y cinco años a unos locos se le ocurrió esta idea.
— ¿Ha sido idea de Plutarch? —pregunta Haymitch.
—Ha sido idea mía —oh, que sincera es nuestra querida presidenta—, para mantener el equilibrio entre la necesidad de venganza y la menor pérdida de vidas posibles. Podéis votar.
— ¡No!—grito— ¡Voto que no, por supuesto! ¡No podemos tener otros Juegos del Hambre!
¿Es que acaso no lo ven? ¡Después y soy el loco! Esto es a los que nos llevo la rebelión, la guerra. Hay que destruir los Juegos por una vez por todas, a nadie le hizo bien eso.
— ¿Por qué no? A mí me parece justo, y Snow tiene una nieta, encima. Yo voto que si —opina Johanna.
—Y yo —corrobora Enobaria con indiferencia —.Que prueben su propia medicina.
— ¡Por esto nos rebelamos! ¿recordáis? —casi grito nuevamente ¿Cómo no lo entienden?—¿Annie? —busco apoyo. Ella tiene que votar que no…
—Yo voto que no, como Peeta —dice, y casi suspiro del alivio—. Y lo mismo habría votado Finnick de estar aquí.
—Pero no está porque los mutos de Snow lo mataron —le recuerda Johanna, sin preocuparse de herir sus sentimientos.
—No —dice Beetee —.Sentaría un precedente. Tenemos que dejar de vernos como enemigos —exactamente, pienso —.Llegados a este punto, la unidad es esencial para sobrevivir. No.
—Solo quedan Katniss y Haymitch —nos recuerda Coin. No porque somos idiotas y no nos damos cuenta, sino como para recordárselos a ellos, que están mudos.
Después de un largo minuto, donde Katniss parece estar perdida en sus pensamientos, responde mirando la rosa:
—Yo voto que si…por Prim.
—Haymitch depende de ti —le aclara Coin.
— ¡No, es una atrocidad! Haymitch si dices que sí, todo esto que hicimos no tendrá ningún valor, hay que detener esto, tienes que votar que no —seguía despotricando, como si me imaginara que mi antiguo mentor me estuviese escuchando, aunque claro, no lo hace. Él mira a Katniss, y ella lo mira también. Y ahí, enojado, me di cuenta de porque antes pensaba que Haymitch tenía una preferencia hacia Katniss…Ellos son demasiado parecidos.
Aparte, mirándolos como se observan entre ellos me hace pensar que se están hablando, que ahí hay algo que los demás no vamos a entender…Como cuando en los primeros juegos ellos se entendían con los paracaídas.
—Yo estoy con el Sinsajo—susurra aunque lo oímos todos.
—Excelente. Eso decide el voto —dice Coin —.Ahora tenemos que ocupar nuestros puestos para la ceremonia.
Salgo de allí hecho una furia. Uno de los guardias me dice donde tenemos que estar los vencedores en la ceremonia, y yo voy arrastrando mis pies.
Primero sale Coin y la gente la vitorea… ¿En serio habrá gente que seguirá aplaudiéndola cuando se enteren de los Juegos "simbólicos" que quiere hacer? ¿Qué seguramente se harán? Sé que hay gente despiadada y que lo querrá, pero es porque no lo saben. No saben lo que es estar en la arena. Conocen el dolor por sus propios vencedores de sus distritos, por el susto de que escojan alguien de su familia, pero no suponen la locura del tributo. El horror del tributo. Las pesadillas que uno puede ganarse con eso. Además, así seguirá siendo. El año que viene se harán los juegos del hambre, y el que sigue, y el que sigue…y nunca nos libraremos de eso. El único cambio es que aparte de una pareja de cada distrito también será una del Capitolio…Nos rebelamos solo para sacar a Snow de ser presidente de Panem y para destruirnos entre nosotros.
Luego sale Katniss con su traje de Sinsajo y con su arco y una sola flecha, luego traen a Snow y todos enloquecen. Incluso yo, un poco. Por su culpa me convertí en un muto. Por su culpa yo no soy esa persona buena que solía ser…
Es algo absurdo ver como atan a Snow a un poste, es decir, ¿A dónde rayos iría? No tiene escapatoria.
Katniss se prepara rápidamente, lo apunta donde le pusieron la rosa que ella tenía, mientras l mira ¿Qué buscara? Seguramente miedo o rabia…Pues nada. El viejo tose sangre y se pasa la lengua por los hinchados labios, pero tiene un gesto extraño, como burlón.
Me es extraña esa reacción de Snow ¿Ni siquiera se anima a estar un poco asustado? Hay algo, porque este viejo es un superviviente de algún modo. Sé que no quiere morir, pero sabe que otra no le queda porque todos estaban pidiendo a gritos su ejecución luego de quemar cientos de niños. Sin embargo ese gesto burlón de Snow es por algo, algo que me dice que Katniss y él tuvieron una conversación, que algo paso entre ellos, pero ¿qué?
Y por esa enésima de segundo, justo me vuelvo para ver como Katniss desvía su flecha hacia arriba, la suelta, y la presidenta Coin cae por el borde del balcón…Muerta.
Al parecer soy el único que entiende lo que sucederá en uno o dos minutos. A mi lado oigo a Haymitch soltar una risita sin preocuparse de nada. Cuando comienzo a moverme escucho un sonido asqueroso, aparte de la multitud con sus grititos de asombro. La risa de Snow. Le echo una rápida mirada para ver como se atraganta con su propia saliva, se inclina y zas. Snow está muerto, al parecer, o quizá solo se desmayo. No estoy seguro, porque la gente le cae como una avalancha…sino murió, pienso que le hubiese convenido una flecha así moría mas rápido, porque la gente lo torturara como puede. Aun así, no me importa. Cualquier forma de que muera se la merece.
Yo corro hacia Katniss, sabiendo que se ganara un juicio por esto. Y también se ganara una posible ejecución…pública. Y no puedo permitirlo, no puedo pensar siquiera que la mataran al frente de todos, al frente mío, sin poder hacer nada…Y yo se que ella tampoco va a dejar que eso pase, porque antes se suicidara con su jaula de noche.
Justo extiendo mi mano hacia su brazo izquierdo cuando ella baja la cabeza para arrancar la pastilla de su manga, pero como es obvio, se encuentra mordiendo mi mano que comienza a sangrar rápidamente, ya que la piel no era mía. Perpleja se incorpora para mirarme y yo sostengo la mirada, dándole a entender perfectamente que no la dejare.
— ¡Déjame ir!—grita mientras zarandea para que la suelte.
—No puedo —le susurro.
Justo llegan otros guardias que nos separan. Aprovecho y arranco el bolsillo donde está la pastilla y ésta cae al suelo y un hombre la termina pisando. Al verlo Katniss se pone como loca, da patadas y arañazos para que la suelten, incluso muerde, pero los guardias la levantan y se la llevan mientras ella grita por alguien, creo que por Gale, para que la oiga y la mate, pero ella tiene que saberlo: eso nunca ocurrirá.
...
Pasan días. Muchos días.
Lo único digno de mención es que por suerte, Snow murió ese día en el que Katniss disparo su flecha…No saben bien como, pero es un alivio. Se llevaron a cabo unas elecciones de emergencia y salió elegida una mujer llamada Paylor como presidenta.
No llevo la cuenta, pero sé que Katniss está encerrada en algún lado. He oído de Haymitch, que es la única persona que puede saber de ella aparte de los médicos que la vigilan todas las horas, que ella está tratando de matarse. Como no tiene forma, está tratando de no comer o drogarse con la morflina.
Un día Haymitch me comenta como si nada que solo una cosa ha cambiado: ella volvió a cantar. Todo el tiempo. Eso trae buenos recuerdos como ataques, por lo que termino siempre con un doctor llamado Aurelius.
Al fin llega el día. Al fin hoy es el juicio de Katniss.
Estuve como loco tratando de conseguir un permiso para que me dejaran participar y comentar los motivos por el cual Katniss termino asesinando a Coin –llego a la conclusión que había aceptado a los juegos simbólicos que Coin quería hacer porque sabía que su flecha iba a ir a su corazón, no al de Snow, aunque algo más seguro hay–, pero no me dejan participar. Termino enfurruñado mirando el juicio por la tele, pero me alegra ver que no necesita que yo comente a su favor.
Hay gente que la defiende, entre ellos, Haymitch y el doctor Aurelius. La opinión del doctor es la que más vale, porque presentó a Katniss como una lunática por culpa del estrés postraumático…Concuerdan en no ejecutarla pero llevarla al distrito 12 y que siga al cuidado del doctor por teléfono, y al cuidado del mentor en casa, ya que su madre está trabajando en un hospital para el distrito 4.
Más tarde, ¿media hora o una hora después? No sé, Haymitch se acerca, es para despedirse, ya que él será quien cuide de ella…así lo dictaminaron.
—Adiós, chico,
—Trata de cuidarla bien.
—Lo hare —me promete.
No confió mucho en él. Pues no sé si volverá a sumirse en el alcohol de nuevo. Pero es más confiable él que yo. Yo no siquiera tengo permiso para salir de aquí. El doctor Aurelius comenta que estoy mejor, pero que me falta demasiado para diagnosticarme como curado.
Haytmich asiente lentamente y me da la espalda.
Bueno, empecé por acá porque cuando en el libro Katniss dice que Peeta termino en el circulo de la cuidad y con quemaduras, se me ocurrió que paso algo así, aunque seguramente con mas vainas y problemas. Yo no le invente eso porque soy muy mala para esas cosas, así que lo hice simple jajaja.
Con el tema de Coin y sus juegos simbólicos, díganme ustedes que piensan. Yo pienso lo que dice Peeta jajaja, que Katniss acepto porque al final la iba a terminar matando o no sé.
Me encantaría saber sus opiniones.
Ojala les guste y me dejen reviews. Besooos!
