De amor y otros demonios

Apatía

Misty se había ido, y con ella se habían ido las ganas y el entusiasmo de cada batalla, además de la emoción que cada nuevo día debía suponer para él. Misty se había ido, otras amigas habían llegado, pero ninguna de ellas le devolvió lo que ella se había llevado. Misty se había ido llevándose su corazón, y él, ahora todo lo que podía sentir era apatía.

Balance

Ash siempre le había dado la importancia debida a cada cosa, todo lo que le rodeaba y conformaba su mundo, le daba estabilidad, y él, consideraba la estabilidad como un elemento importante en la formación esencial de quién sería el mejor Maestro Pokémon algún día. Sin embargo, tras la partida de Misty, ninguna de las cosas a su alrededor parecieron ser las mismas, le era muy difícil recuperar la estabilidad que antes daba por sentada, y su mundo ya no poseía eso que para él era un soporte esencial en su mundo. Sin Misty, su mundo carecía de balance.

Confort

Cuando lo vuelve a ver, corre decidida hasta él y se arroja en sus brazos, él la recibe cálidamente, se susurran palabras dignas de cualquier reencuentro digno de telenovela y Misty nota que en los brazos de Ash se siente especialmente confortada.

División

Tenía todo lo que siempre había deseado en la vida: El reconocimiento de sus hermanas, miles de premios por su excelente dirección en cuanto a los asuntos del Gimnasio se referían, admiradores a montón, y un título que la coronaba como una de las mejores entrenadoras pokémon del mundo entero. Pero no se sentía completa, no, desde que había dejado de viajar con cierto entrenador oriundo de Pueblo Paleta, de cabello negro azabache y cálidos ojos marrón, su corazón ya no estaba con ella, y ella ahora sólo era de si misma, una división.

Enfermedad

Ash no sabe de medicina, pero, como todo el mundo conoce sobre las enfermedades crónico degenerativas, por eso, no puede evitar estar en desacuerdo con los libros de medicina al mencionar sólo esas enfermedades. Porque ninguna enfermedad es tan rápidamente invasiva que ni siquiera puedes ver cuando comenzó, ninguna enfermedad es tan cruel como para robarte la cordura llevando a tu persona a límites insoportables, ninguna enfermedad es tan mortífera y bienvenida como el amor.

Franqueza

Si le preguntaran a Ash cual fue el momento más estresante de su vida, a su mente acuden miles de batallas a las que se enfrento, y sin lugar a dudad rememorará especialmente las finales de cada torneo que ha vivido. Sin embargo, el momento que le robo completamente el aliento e hizo que su corazón latiera al ritmo de una locomotora era sin duda cuando estando frente a su mejor amiga, sin pensar salió de sus labios la siguiente frase: "Francamente Myst, cuando será el día en que te decidas a casarte conmigo".

Ganador

La emoción que sintió al proclamarse campeón y Maestro pokémon de la región de Isshu, no es comparable ni por asomo, con el momento en el que, muerto de los nervios y con la cara roja como un tomate le pidió a aquella jovencita de carácter de los mil demonios, de ojos aguamarina y cabello emulante al fuego que se casara con él, y la respuesta de ella fue, lanzarse a sus brazos para decir "acepto" una y otra vez. Fue la primera vez que Ash se sintió un verdadero ganador.

Huir

La ve y lo único que quiere es esconderse, la mira caminar, lejos de él, tal vez ignorando su presencia en aquel lugar; y él lo prefiere así, porque teme a lo que ella le hace sentir, porque teme saber que si tuviese que elegir entre su sueño y ella, su voluntad cedería ante el enorme deseo de estar con ella y jamás separarse de su lado. Por eso cuando la ve, lo único que desea hacer es huir.

Ingenuo

Era obvio, al menos para todos los que habían viajado con él, aquello era demasiado obvio. Pero Ash, que no se enteraba de nada regularmente no había descubierto el porqué Misty era tan indispensable para su vida, ni tampoco por qué cada que la veía sentía aquel nerviosismo que lo hacía actuar como un idiota frente a ella. Todos sus amigos sólo suspiraban y no podían bufar con resignación: "Ash, eres un ingenuo".

Juntos

No había montaña tan alta, ni valle escondido, ni río tan profundo que Ash no pudiese atravesar. No había batalla que no pudiese ganar, no había nada que pudiese quitarle la sonrisa de los labios. No mientras supiera que ella siempre estaría con él, no mientras estuviese seguro que, tarde o temprano, volverían a estar juntos.

Karaoke

Nadie entendía porque los ojos de Misty expresaban tanta tristeza, la noche de su despedida de soltera, antes de su boda con Gary, nadie entendió por que cuando entonaba su canción favorita, esa de "I will always love you", lloraba, y mucho menos entendieron el por que cuando su mirada cruzó con la de Ash, este comenzó a llorar también.

Lujuria

Cuando lo ve ahí, apostado en la pared, con el cabello tan negro como el ébano, los ojos marrones tan profundos, y aquellas facciones que ahora han adquirido matices adultos que lo único que hacen es aumentar su atractivo, Misty no puede evitar desearlo con una fuerza tal, que llega a hacerla enrojecer terriblemente, y ella sabe que ese apetito voraz que sólo él puede despertar en ella es un pecado, un pecado llamado lujuria.

Manía

Era una locura, soñaba con ella cada noche, y era el primer pensamiento que cruzaba por su mente al levantarse instalándose de manera perenne en su pensamiento. Ella era su obsesión, ella era su manía.

Nadie

"¿Alguna vez aceptarás alguna de las tantas citas que te piden Myst?" preguntó la mayor de las Waterflower cuando, por enésima vez en el día, su hermana menor había despachado a uno de sus tantos admiradores amablemente.

"No "respondió la menor apenas inmutándose.

"¿Es que acaso jamás saldrás con nadie Myst?, Necesitas vida personal, por si no te has dado cuenta.

"No saldré con nadie Daisy, así que deja ese asunto por la paz"

La rubia enarcó una ceja con excepticismo.

"En verdad…¿Con nadie?"

"Con nadie" respondió la pelirroja regalándole su más sincera sonrisa a su ceñuda hermana mayor a la vez que su mente se encargaba de completar la frase: "Con nadie…que no sea él, claro"

Orgullo

La razón por la que a Misty le costó tanto trabajo admitir que estaba enamorada de Ash, no fue en primera instancia por miedo al rechazo, como después este, ocuparía el primer lugar en su lista de temores, ni tampoco fue que ella no se hubiese dado cuenta desde un principio; la razón principal de que le llevara muchísimo tiempo admitirlo era su orgullo, pues no quería saber que había caído enamorada de un muchachillo que era diametralmente opuesto al hombre que ella imaginaba en sus sueños.

Perdida

A los diez años, Misty salió de su casa buscando ser la mejor maestra pokémon de todos los tiempos. Fue también a los diez años cuando un giro del destino la hizo sentirse atrapada en los ojos marrones de otro niño, de cabello negro y un pikachu herido en sus brazos. Misty rememora ese día con una sonrisa en los labios, pues desde ese día hasta ahora, sabe que vive irremediablemente perdida.

Querer

Ash siempre quiso muchas cosas. Quería ser entrenador pokémon, quería ser el mejor maestro de todos los tiempos, quería fama, quería fortuna, quería ser un campeón. Y ahora, mientras todos sus amigos le felicitan por haber conseguido todo aquello que se había propuesto, la mira ahí, frente a él, sonriéndole, con sus ojos verde agua brillando de felicidad genuina por él, con su bella sonrisa iluminando cada rincón, y él no puede evitar pensar, que desde el inicio tal vez todo la que ha querido es a ella.

Continuará…

Las ideas me huyeron justo en esta letra, la realidad es que no pensaba publicar esto pero pues pensé que nada tenía que perder, espero publicar las siguientes letras mañana. Esperando que lo disfruten. Nos leemos luego.