Miro hacia un lado sin poder dormir, sus noches solían ser así monótonas. Nada nuevo el llegaba borracho y se desquitaba con ella. Ella lo amaba y por eso le aguantaba.
Sintió su mejilla arder, poco le importaba un golpe mas no era la novedad, le dolía mas el orgullo, o al menos lo que quedaba de el. Se levanto despacio de la cama sin quitar el ojo de aquel monstruo al que un día amo tanto para aceptar ser su esposa, ese ser al que al ahora tanto le temía.
Camino por la habitación sin hacer un ruido no quería desatar su furia. Se miro en el espejo observando su rostro, se veía diez años mas avejentada de lo que era su cara que apenas debería representar sus treinta y tres años demostraba mucho mas. Sus ojeras marcaras por no dormir, tanto llorar, leves marcas en sus mejillas de hinchazón por aquellos golpes que recibía.
Y las preguntas que siempre inundaban su cabeza comenzaban a florar, como siempre. ¿Se detendría alguna vez?¿En realidad el monstruo se sentía mal por hacerle esto? ¿El aun la amaba? . Entrecerró los ojos sabiendo en el fondo de de cabeza que la respuesta a todas esas preguntas era no. Nunca había estado tan claro como ahora, el se lo había dicho y ella recordaba claramente sus palabras cortantes, como si de pequeños trozos de vidrio hubiesen entrado por sus oídos quedando ahí, en el fondo de su corazón donde se encontraba su amor por el.
Tal vez ella siempre lo había sabido, pero no esperaba que el lo dijera, o simplemente por que aun tenia la esperanza de que no fuera cierto.
Pero ahora, ella había tomado una decisión, el pagaría por todo el dolor que le había causado a ella en todos esos años. Limpio con su puño la lagrima amarga que corría por su mejilla hinchada, esa seria la ultima lagrima que desperdiciaría en el.
Sin titubear mas tomo aquella correa de pantalón con la que solía golpearle el a veces, se acerco con cuidado a aquel hombre que solía llamar esposo y lo amarro por su cuello jalando de la hebilla y comenzó a contar hasta cien.
- Uno, dos, tres... -Continuo contando mientras escuchaba los débiles gritos de aquel monstruo al no poder respirar. Sabia que ese seria su fin y el de el.
