Disclaimer: No me pertenecen los Jonas ni ningún otro personaje famoso que aparesca, pero si me pertenecen Phil, Smantha, Izzie, Angelica, Matt y Karen...

PD: Esta es una historia nueva, espero que les guste y tambien me dejen sus hermosos reviews... quisiera saber su opinión de esto....


Era una noche fría y obscura, era la primera que pasaba en aquella casa, en la de mi padre. Recordaba mi situación con mi madre, Jessica, al parecer no iba nada bien, por eso recurrí a Phil, mi padre.

-Se puede? –era mi padre, tocaba la puerta de mi nueva habitación.

-Si –murmuré, y lo vi encender la luz.

-Sami, hija…Te amo, y espero que confíes en mi para todo, si? –se sentó a un lado mío acariciándome el cabello. –Sé que podemos salir de esta, juntos…-.

-Lo sé, Papá –lo miré, tenía mis ojos llorosos –Te agradezco tanto lo que has hecho por mí! –lo abracé, enserio Phil era una persona maravillosa y se había sacrificado mucho por mí.

-Eres mi hija! Haré lo que sea por ti! –Me sentía más tranquila cuando sabía que mi padre estaba allí, era como un seguro para mí de que nada malo me iría a pasar.

-Debo de informarte que mañana irás a tu nuevo colegio! –Decía al estar ya en la puerta de mi cuarto.

-Cómo se llamaba el lugar? –me lo habían repetido varias veces pero nunca me acordaba del nombre.

-"Horace Mantis Academy"! –Exclamó Papá –Es el mejor colegio de California, buenas noches hija!-.

-Buenas noches Phil! –y cerró la puerta desapareciendo detrás de esta.

Siempre había sido tímida, y nunca me desenvolvía bien en la sociedad por culpa de la forma en que mi madre me crió, y a mi padre eso le disgustaba bastante. Por eso me inscribió en esta academia, y en efecto, como él decía era una de los mejores colegios, y por ende estaba lleno de gente presumida y que sólo eran un montón de superficiales, tengo miedo de no encajar allí a como sabía que iría a pasar. Tenía que cambiar, no podía seguir siendo así, tenía que creer en mí y aceptarme antes de esperar a que los demás me aceptaran.

Cuando al día siguiente me encontraba en aquel lugar, después de haber despedido a mi padre, empecé a sentirme rara, pero sabía que hoy iba a ser un día distinto a los demás, y no sólo porque me vestí totalmente distinto a lo que siempre vestía; unas converse blancas, una playera blanca con una chaleco negro encima, y los vaqueros eran negros pero atubados y mi cabello iba suelto, a pesar de que por tantos años estuvo recogido con una cola.

-Srita. Smith, la estábamos esperando –El director del colegio se había aparecido al frente mío. –Bienvenida a la Horace Mantis Academy! Espero que le vaya bien en su primer día. –luego se retiró de allí, directo a donde se encontraba un señor, que parecía ser un profesor.

Miré mi horario y me dirigí a mi primera clase; Matemáticas, en el papel decía que la profesora se llamaba Marisa Callahan y el número de clase era la 25. Me dediqué a seguir mi camino con la mirada fija en mi horario y bueno, como soy tan torpe, tropecé con algo, quizá el suelo estaba resbaloso. "Genial!" me dije a mi misma mientras recogía mis libros.

-Déjame ayudarte! –Oí decir, era una voz masculina, el chico me ayudó a levantar todo lo que había tirado, que pena, ahora qué pensará de mí?... Pero qué estoy diciendo? "Debo creer en mí, debo creer en mí! Debo aceptarme, debo aceptarme!" me repetía.

-Gracias –murmuré, apenas algo audible. –Gracias –Le repetí cuando me entregó el último libro.

-Ah! Mi nombre es Joe! Y el tuyo? –Joe? Joe? Había dicho Joe? Me suena, pero no recuerdo de donde.

-Samantha… pero llámame Sam –estrechamos las manos.

-Mucho Gusto!... A que clase te dirigías? –Aquel chico me resultaba increíblemente agradable, no podía creer que estaba entablando una conversación con alguien que apenas conocía.

-A la clase 25… con la profesora…-.

-La profesora Callahan! Lo sé… Te acompaño? Voy para allá también.-Ambos nos dirigimos a la clase y al llegar los alumnos apenas estaban escogiendo su escritorio. El chico, Joe me había tomado del brazo, había conseguido un escritorio para ambos, por lo menos me senté con alguien al que conocía un poco, y no con alguien que quizá me lanzaría miradas de repugnancia.

-Buenos Días chicos, como ya sabrán entre nosotros hay personas nuevas que nos acompañan hoy… -La profesora tenía en sus manos un papel, tenía escrito algo, Oh no! Quizá mi nombre estaba allí y ahora debía presentarme ante la clase, de seguro soy la única nueva, pero esperen un minuto, había dicho "personas nuevas"! Es decir, no era la única?...

-Los Srs. Joseph y Nicholas Jonas, la Srita. Samantha Smith y la srita. Karen Buckman… ¿Pueden ponerse de pie? –Obedecí al oír que me había llamado, Joe, quien estaba a mi lado también se puso de pie, y otro chico que estaba al otro lado del salón lo hizo también. No sabía que ellos eran nuevos, me sentí mejor de no ser la única de pie, la profesora nos observó, así como lo habían hecho los demás estudiantes, quienes miraban a los que se apellidaban "Jonas" con gran curiosidad y la profesora Callahan nos pidió que nos sentáramos e inició con su clase.

El timbre del receso sonó y nos retiramos de la clase, me coloqué la mochila en mi espalda y seguí caminando, debía ir a la donde la auxiliar se encontraba y preguntarle sobre mi casillero. De repente sentí una mano en mi hombro, me volteé y era Joe, que venía con alguien más.

-Hey! A dónde vas? –me preguntó sonriente, increíble que hubiera hecho un amigo mi primer día en aquella academia.

-Me dirijo a donde la auxiliar, en la secretaría, cosas de mi nuevo casillero –le respondía mientras miraba los pequeños títulos que habían en las puertas por las que pasaba, hasta que logré leer "Secretaría".

-Nosotros también nos dirigíamos allá! –observó que me había detenido –Bueno, aquí! -.

Los tres procedimos a entrar a la pequeña oficina, que enserio era bastante pequeña. La muchacha que nos atendió respondía al nombre de Laura. Nos dio un papelito a los tres en el que nos decía el número del casillero asignado, salimos de allí y nos fuimos a buscar el casillero.

-Oye! Por cierto, éste es mi hermano Nick! –Me lo presentó porque el chico le había hecho a Joe un ademan de que lo presentara, y eso me dio risa, fue gracioso. Me volví hacia donde Nick se encontraba y lo saludé:

-Hola, Nick!! –le dediqué una mirada al muchacho, que en realidad no se parecía mucho a su hermano, él tenía el pelo corto, castaño y colocho, mientras que Joe tenía el cabello negro, y un poco lacio. –Me llamo Samantha pero llámame Sam! –No podía creer, había logrado socializar con dos personas en el día.

-Aquí está mi casillero!! –Exclamó Joe. Le había tocado el 189. A Nick el 192 y a mí el 193.

Utilizamos los casilleros, porque habíamos dejado libros allí, luego nos dirigimos a clases, que no estuvieron tan mal, ya que a ningún profesor más se le había ocurrido presentarnos de la manera como lo hizo la profesora de matemática.

Ya era medio día, nos encontrábamos en el patio para poder ir a almorzar, cuando escuche que los chicos estaban hablando entre ellos, decían cosas como "nuestras fans", "nos salvamos", "ha sido un día de suerte", "ella sabrá?" Sinceramente no sabía a qué se referían con aquello que había escuchado. Cuando ocupamos una mesa, varias chicas se acercaron a donde estábamos.

-Hola chicos! –se dirigían a los hermanos. –Nos darían su autógrafo? –ellas les ofrecían sus lapiceros y un par de cuadernos abiertos. Está bien, eran nuevos, pero a mí no me andan pidiendo autógrafos por ahí. Ellos terminaron de firmar y las chicas se fueron felices y sonrientes –Gracias! –exclamaron todas juntas.

-Qué fue eso? –no pude evitar preguntarles. Ambos se rieron, pensaban que era una broma lo que yo les había preguntado. Los miré seria y ellos me respondieron:

-Somos famosos! No lo sabes? –Me preguntó Nick, que era el más serio de todos, casi no sonreía.

-No, no lo sé, debería? –Esperaba a que ellos me lo explicaran pero no pudieron hacerlo porque los interrumpió una chica rubia, alta y rodeada de otras tres chicas muy parecidas a ella.

-Hola! –a mí me dedicó una mirada de repugnancia, como sabía que en algún momento iría a pasar. –Los vimos aquí sentados y pensamos que quizá quieren ir con nosotras a otra mesa menos "contaminada". –Volvió a posar sus ojos en mí, al enfatizar aquella palabra, no la miré más y seguí comiendo, ya sabía que los chicos se irían con ella, ya que era más "popular" que yo.

-No, estamos muy bien acompañados –me sorprendió oír aquellas palabras –gracias por la invitación, pero no, gracias! –observé de reojo como la chica se alejaba haciendo mala cara y Joe, que fue quien habló la miraba con desprecio. –Odio que existan personas que se crean superiores a los demás! –y luego él siguió comiendo, no dije nada porque no sabía que decir, pero me sentía bien estando con ellos.

-Te acompañamos a casa –se ofreció Nick, cuando ya salimos del colegio, me rogaron para que esperara con ellos a su hermano mayor, así que acepté la invitación.

-Hola Bro! –oí decirles a su hermano mayor, ya que él era quien conducía el auto. –Ven! –me dijo Joe, ayudándome a subir al auto, el cual era hermoso.

Me llamo Kevin, soy el hermano de estos dos… jaja… -él tenía el cabello negro, colocho y corto y noté que sus ojos eran verdes, fue lo que más me había llamado la atención.

-Ella es Sam –habló Joe –Oye, y Dani? Donde esta? -.

-Se quedó en casa con papá y mamá… -le explico aquel chico de ojos verdes.

-Danielle, es la prometida de Kevin –La explicación de Nick me hizo entender aquello, por un momento pensé en lo afortunada que era aquella Danielle, iba a casarse con un hombre bastante guapo y por lo que veo era bastante responsable.

Los chicos me preguntaron donde quedaba mi casa, les di la dirección y pronto llegamos, mi padre estaba fuera de la casa, quizá terminando de arreglar su carro y se quedó observando aquel auto que era dos veces más grande que el de mi Phil.

-Gracias por todo chicos! –De verdad habían sido muy amables conmigo durante el día –los veo mañana –me despedí de ellos y bajé del carro, oí un motor detrás de mí y era que ya habían arrancado, volteé y vi a mi padre a mi lado.

-Quienes eran, Sami? –Sabía que me lo preguntaría.

-Son unos amigos que conocí hoy, y se ofrecieron a traerme a casa. –era una explicación escasa pero era la verdad. –Cómo ha estado tu día? –cambié de tema, ya que mi padre todavía observaba por donde se había ido aquel auto.

-Nada mal, pero hoy tuve que ir a recoger a Izzie… -Ella era mi hermanastra, hija de mi padre y de la primer mujer con la que él estuvo casado, pero ella había muerto y él se dejó a su hija, por supuesto. Izzie no me caía mal en lo más mínimo, siempre nos habíamos llevado bien, eso era algo bueno. –Ya se acaba de instalar. -.

-Iré a verla! –Entré a la casa corriendo, y llegué a la habitación de ella. Izzie era tres años mayor que yo, tenía 19 y yo 16 por supuesto. –Hola! Papá me acaba de decir que llegaste recién hoy… -ella me miró y me abrazó.

-Y yo me acabo de enterar de todo lo que esa mujer te hacía, como se pudo atrever? –Me recordó que mi madre, cuando llegaba yo del colegio, nunca me recibió con un abrazo, siempre me preguntaba cómo me había ido y luego se largaba de la casa, dejándonos a mí, a Angélica y a Matt solos, ellos eran mis hermanos de sangre, a los que lamento mucho haberlos dejado allá. –Es muy violenta su forma de ser, siempre se lo dije a papá, pero ahora nos tienes a nosotros, nada malo va a pasarte! -.

-Si te importa no quisiera hablar de eso, pero gracias por el apoyo –Izzie me entendió y me sonrió –Cómo estuvo el campamento? –estaba en un campamento de los compañeros de la Universidad de ella, lo hacían todos los años.

-Estuvo de maravilla, y… recuerdas a Greg? –Unos vagos recuerdos llegaban a mi mente, él era un chico muy lindo, Greg siempre fue amable conmigo. Así que asentí para responderle la pregunta –Bueno, ahora somos novios! No sabes cuánto espere para que esto pasara! –estaba tan emocionada. Me contó todo lo que habían hecho en el campamento y luego Phil nos llamó para le cena.

-Ahora que recuerdo, no te pregunté cómo estuvo tu día, Sam! –Izzie estaba de frente mío en la mesa y se llevó un bocado de carne que papá había cocinado.

-Bueno, conocí a dos amigos…-.

-Quienes?-.

-Joe y Nick Jonas –me alegré de que pude recordar sus nombres y luego observé cómo Izzie sonreía y me pareció que por poco se pone a gritar, le dedicó una mirada a papá quien soltó una carcajada. –Que ocurre? -.

-Conociste a los JONAAAAS???!!! –ahora sí, lo había gritado. Pero yo no entendía que tenían de especial esos chicos, además de que ellos me dijeron que son famosos, pero no me explicaron más. –No puedo creerlo! Son los músicos más famosos del momento!-.

Ahora entendía el porqué de los autógrafos y de las miradas que recibía de envidia quizá, por parte de algunas chicas de la academia. Pero, ¿cómo no sabía de ellos? Quizá por eso se preguntaban si me había dado cuenta. Pero sin embargo eso no cambió nada, seguía viéndolos como unos chicos normales, y bastante humildes, no parecían ser famosos. Me agradó además que rechazaran a una de las chicas populares para seguir almorzando conmigo, aparte de haberme defendido.

-Por cierto, hija, en tu cuarto hay un regalo para ti! –Mi padre se apresuró a decir en cuanto ya había terminado de cenar, le di las gracias y subí y mi habitación, encima de mi cama había una especie de libro, lo abrí y estaba en blanco, fue cuando descubrí unas letras en dorado que estaban en la portada, decía "Diario".

Nunca había escrito un diario, pero no me parecía mala idea empezar a escribirlo ahora, así que cerré la puerta de mi dormitorio y empecé a escribir. Sabía que así podría desahogarme mejor, y dejar que mis sentimientos fluyeran.