Siete razones
Son siete one-shots que narran siete razones distintas por las cuales a Brian no le gusta ser bottom. Cada fic tiene un género distinto (humor, suspenso, angst, etc.). No están relacionados entre sí pero todos son de Brian/Justin.
Ojalá les gusten :)
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Razón I
(General)
Durante mucho tiempo no se preguntó nada o, quizás, simplemente ignoró sus dudas pero ahora que Brian y él estaban juntos nuevamente, el interrogante se presentó de manera definitiva y decidió quedarse hasta ser resuelto.
¿Por qué Brian Kinney nunca era bottom? Más de la mitad de la población gay se habría preguntado lo mismo en algún determinado momento.
Al principio, Justin creyó que era porque simplemente disfrutaba más estando arriba pero pasaron los años y fueron muy pocas las ocasiones en las cuales Brian le permitió acceso a esa parte casi inexplorada de su cuerpo.
Ahora, el rubio estaba sentado en uno de los sillones de la sala de estar de Britin y Brian estaba arriba, intentando que Gus se durmiera. El niño estaba pasando dos semanas con ellos y había probado ser tan rebelde como su padre... O aún más.
En estos breves momentos en los cuales el moreno no estaba cerca, Justin no podía impedir preguntarse cuál era la misteriosa razón. Sí, tal vez no había ninguna verdadera razón pero, ¿y si la había?
Su mente no pudo frenarse a la hora de imaginar las más horrorosas situaciones y, temiendo lo peor, decidió que hablaría con Brian acerca del asunto. Por supuesto, ya podía imaginar la respuesta del hombre: "¿Y qué carajo importa?" o "No tengo ganas de hablar". Sí, se resistiría a conversar acerca del tema pero Justin no se rendía con facilidad, así que, insistiría hasta saber cuál era el problema, si es que realmente había uno.
Cuando Brian finalmente bajó las escaleras y se sentó a su lado con un rostro que denotaba unas profundas ganas de contratar a una mujer que sí entendiera a un niño de seis años y no perdiera la paciencia con tanta facilidad, Justin supo que era el momento menos indicado para hacerle la pregunta y, por ende, era el momento perfecto.
—He estado pensando en que... Hmm... Sé que te encanta follar y lo entiendo pero tú eres gay y ern... Se supone que, ya sabes.
Brian levantó una ceja y lo observó con una mirada divertida —. Sólo suéltalo, Taylor.
—¿Por qué no te gusta ser follado?
Ante la pregunta, el moreno se puso un tanto tenso —. ¿Por qué debería importarte a ti qué es lo que le gusta o no a mi culo?
—Me importa porque se supone que estamos juntos y si tú tienes acceso VIP a mi culo, quiero saber porqué yo no tengo los mismos privilegios.
—Porque prefiero follarte.
—¿Por qué?
Brian, entonces, llevó su lengua a la mejilla y sonrió, claramente irritado —. ¿Quieres que te escriba una monografía acerca de lo genial que es follarte?
—Siempre tan romántico —replicó Justin, poniendo los ojos en blanco —. No, sólo quiero saber si hay alguna razón en particular por la cual no te gusta que te follen —. Realizó una pausa y aventuró una teoría —. ¿Tuviste alguna mala experiencia? ¿Tal vez con tu padre?
—¿Quieres saber si Jack se aprovechó de mí, pobre inocente criatura? —Justin contuvo el aliento al percatarse de lo fría que sonaba la voz del otro hombre —. A Jack le gustaban tanto las pollas como a mí me gusta Saint-Saëns. Jamás habría hecho algo así... Y yo jamás se lo habría permitido.
Soltando un casi imperceptible suspiro, Justin se incorporó en el sillón y se aproximó a Brian —. ¿Alguna otra persona, entonces?
Brian ya estaba oficialmente de mal humor pero, de todas maneras, respondió —: No, para nada.
—¿Entonces por qué no te gusta?
—No me gusta de la misma manera que no me gusta comer pulpo con crema y helado de frutilla. No me gusta y punto. ¿Qué te hace pensar que hay una razón oscura tras el hecho de que no me agrada tener pollas de desconocidos en mi hermoso e inmaculado trasero?
—Yo no soy un desconocido —, se quejó el rubio, un poco ofendido —. Ya sé cuál es la razón.
La afirmación tomó por sorpresa al moreno y provocó que su respiración se volviera más rápida —. ¿En serio? ¿Cuál es? —inquirió, intentando ocultar su miedo a que la respuesta fuese la correcta.
—La tengo demasiado grande.
Liberando un suspiro, Brian se rió —. No te halagues tanto, Sunshine.
—Pero creíste que si sabía la verdadera razón, así que, sí hay una razón, ¿verdad? Vamos, dime cuál es. Será nuestro secreto —aseguró, procurando utilizar un tono de voz que sonara convincente.
Brian se sintió repentinamente incómodo y se movió un poco en el lugar, como si los almohadones del sillón le hicieran cosquillas —. No tiene importancia.
—Claro que la tiene. En esta misma habitación me dijiste que no había nada que no harías por mí. Bueno, lo que quiero que hagas es decirme el porqué. Tú lo prometiste.
—Y tú dijiste que te casarías conmigo pero no lo hiciste —remató Brian, en un intento de que una inminente discusión los desviara del tema original.
—Ya hemos hablado sobre eso y sé que intentas distraerme pero no lo lograrás. Sólo quiero que confíes en mí como yo confío en ti. ¿De acuerdo?
Brian suspiró y observó el hogar, cuyas leñas brindaban un relajante calor a la sala —. De acuerdo pero jamás volverás a mencionar el tema.
—Está bien —prometió Justin, haciendo un gran esfuerzo por disimular su entusiasmo. ¡Brian iba a decírselo! Oh, Dios...
—Es que... —comenzó a decir el hombre, antes de que su mirada se dirigiera hacia otro lado, para no tener que ver al muchacho a los ojos —. Cuando tengo una polla adentro... Yo...
—¿Tú qué?
—Me corro demasiado rápido —susurró el moreno, visiblemente abatido —. Se siente tan bien que no puedo evitarlo. Es como estar follándome a diez tíos buenos de una sola vez y... Haré que te comas tu propia polla si alguna vez vuelves a hablar sobre este asunto —amenazó, muy seriamente.
Justin se había quedado mudo. Tampoco lograba poder pestañear. Entonces, recapitulemos: a Brian no le gustaba ser follado porque le gustaba demasiado. ¿Qué carajo?
Cumpliendo con su palabra, no volvió a mencionar el tema pero de la misma manera que había conseguido que Brian confesara su más oscuro secreto, lograría que el hombre le permitiera follarlo más seguido.
Sonrió al empezar a maquinar su plan para cumplir con su nuevo objetivo.
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Saint-Saëns es el compositor de la Danse Macabre, una de las piezas de violín más hermosas que existen (en realidad hay más instrumentos pero el violín es el más importante). Ah, amo a los violinistas... Excepto a uno en particular :p.
Espero que les haya gustado esta razón. La próxima tendrá el género Crack :D.
- Inefable
