DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen, los tomo prestados de la maravillosa obra de Naoko Takeuchi, la historia es enteramente mía.


LA PRINCESA DE LA LUNA Y LA ERA DE LA PERSEIDA ROJA

PARTE I: LUNA NUEVA


PRÓLOGO

La batalla contra el Caos comenzaba a ser una mancha difusa en la memoria de Serena Tsukino, habían pasado cinco años desde que la guerrera lunar se enfrentara a Sailor Galaxia. Un lustro en el que la paz que reinaba en la Tierra parecía haber intensificado la brecha que amenazaba con fracturar su endeble compromiso.

Para nadie era ajeno el distanciamiento provocado entre los supuestos herederos del Reino de la Luna en la nueva era. Darién Chiba, que por aquellos años rondaba su tercera década de vida, había logrado consagrarse como un prominente investigador en el área de las ciencias duras. Rodeado de eruditos, no era una sorpresa que el afamado Doctor Chiba prefiriese la compañía de sus colegas o la soledad de su laboratorio a la presencia de su siempre despistada y rubia compañera auto impuesta de vida. A pesar de que los años habían hecho mella en su carácter infantil, otorgándole un temple más maduro, y que Serena Tsukino se alzaba ante el mundo como una asidua activista social, seguían siendo su temperamento siempre frágil y la inocencia que la caracterizaba los elementos que parecían no querer dejar de ser el punto focal de la rubia.

Un nuevo intercambio a Estados Unidos fue el vaticinio inicial de que aquella relación estaba más que acabada. Un año de ausencia por ahí del tercer aniversario de la Batalla con Sailor Galaxia, y una Serena más preocupada por atender a quienes recurrían a ella en temas sociales que en realizar video llamadas con una diferencia horaria de muerte eran el pan de cada día. Poco o nada quedaba de la chica preparatoriana que religiosamente redactaba una carta diaria a su enamorado. Y por su parte el futuro novio tampoco ayudaba mucho a la tarea de mantener viva la llama. Durante el lapso que residió en el extranjero, aplazó y canceló la fecha de la boda en sobradas ocasiones hasta el punto del hartazgo por parte de la blonda muchacha. Si era cierta la profecía de Tokio de Cristal, tanto ellos como sus amigos cercanos comenzaron a ver aquello como algo casi imposible de realizar. Aun con todo lo anterior, Serena y Darién se rehusaban a separarse definitivamente. Una quizás por miedo, el otro por costumbre, como fuese, el extraño ente en que habían convertido al amor reencarnado entre Endymion y Serenity comenzaba a distorsionar en gran medida el futuro conocido.

Se presumía que Tokio de Cristal debía de haber visto la luz precisamente al término del año que acababa de pasar, y que la pequeña dama debería encontrarse próxima a nacer. Pero, de la boda de ensueño, es más, sin ir más lejos, de una fecha siquiera tentativa no había nada, ni siquiera un bosquejo. Las Senshis Outers hacía tiempo que habían dejado de hostigar con el tema del matrimonio. Las pláticas recurrentes entre ellas pasaron de ser acerca del incipiente Neo Reino a las ocupaciones que cada una a su manera poseía en sus vidas cotidianas. Haruka continuaba su idilio romántico con la sirena de Neptuno, quien gustosa, pasaba los meses junto a su fiel compañera viajando alrededor del mundo. Una ocupada de su pasión: los autos de pista y la otra como concertista proclamada. A la par de dichas actividades, las regentes de Neptuno y Urano se habían dado a la tarea de cuidar y proteger a la más letal y a la vez enternecedora miembro de su clan, Hotaru Tomoe. Que entrando a la pubertad comenzaba a dar signos de aparente rebeldía propia de la edad, causando estragos en los nervios de Haruka, y una complicidad fraternal con Michiru, quien siempre lograba ser la mediadora entre la dureza de su novia y las ansías de volar de su pequeña pupila.

Setsuna Meio era un caso aparte, la Sailor solitaria. Confinada en los cada vez más turbios y fríos rincones de la Puerta del Tiempo en los que la mayor de las Outers, observaba con ojos melancólicos como el futuro presagiado iba paulatinamente convirtiéndose en un pronóstico no cumplido, y una leyenda que tal vez los humanos jamás llegarían a siquiera conocer. En distintas ocasiones, la Sailor del Tiempo se creyó tentada a intervenir ante el inminente derrumbe de Tokio de Cristal, le preocupaba de sobre manera que la paz que con arrojo habían alcanzado instaurar, se viera amenazada si las energías negativas que rondaban el Universo hacían de su conocimiento la fisura entre las potencias. Pero más que el riesgo de una nueva batalla, estaba el propio, el tormentoso secreto que sabía se expondría ante los ojos incrédulos de sus amigos que puntualmente habían confiado en ella.

Por otro lado estaban las Inners, fieles compañeras de Serena que en más de una veintena de ocasiones habían intentado persuadir a su rubia amiga de no continuar con la farsa del supuesto amor a través de los siglos que canturreaba cada que le llovían las críticas acerca de su extraña relación. Rei, Lita, Mina y Ami confiaban que Serena tendría el valor de enfrentarse a las Outers y a su prometido mismo con tal de salvaguardar su felicidad, y probablemente la de ellas mismas. Conscientes de que les quedaban los últimos años como seres autónomos, las jóvenes vivían a plenitud cada momento de sus vidas, autorrealizándose y cumpliendo sueños antes de dedicar sus existencias a la protección de los Neo Monarcas.

Lita Kino, había logrado ingresar terminada la preparatoria al Hattori Nutrition College, una de las más prestigiosas instituciones gastronómicas no sólo de Japón sino del mundo entero. Siendo Kino, una prodigio de la cocina tradicional nipona, su talento y buena mano le habían valido el pronto reconocimiento y los constantes viajes representando a su academia por Europa Central y América. La brunette estaba convencida que aquello era su vida entera, incluso había dejado de fantasear con cuanto superior se le ponía enfrente para enfocarse totalmente en su pasión. Por esos entonces, Andrew Furuhata se había convertido en una constante en la existencia de Lita. El eterno "amigo" que al igual que Darién seguía sin dar carpetazo a su relación con Reika, su novia a distancia desde la pasantía. Andrew y Lita habían desarrollado una relación de codependencia que mucha de las veces mantenía en alerta al grupo de amigas, sabiendo que la castaña con su enorme bondad era capaz de llenar los vacíos que la ausencia de Reika provocaba en Andrew sin siquiera animarse a pedir un mote más allá del de mejor amiga. Con todo y eso, Lita Kino se mantenía optimista, cumpliendo a cabalidad con sus deberes como Chef De Partie en el prestigioso restaurante Suzu propiedad del afamado Chef Makiko San quien había sido unos de los principales sensei de Lita durante su estadía en el Hattori Nutrition College, y repartiendo sus tiempos sobrantes entre sus amigas y Andrew.

Ami Mizuno como era de esperarse había seguido los pasos de su madre adentrándose en el maravilloso mundo de la medicina. Se había graduado con honores apenas un año antes y estaba por dar término a su servicio social. La siempre tímida y noble Ami dedicaba sus días a la investigación y la promoción de mejoras continuas en los servicios de salud de su país, contagiada en gran medida por Serena; que llevando a ella de primera mano los problemas que aquejaban las zonas más recónditas de Japón, provocaba en la peli azul la genuina necesidad de poner a la orden sus conocimientos. Contrario a lo que los demás pensarían, era ella quien había logrado mantener una relación estable junto a Richard, su crush secundariano y colega. Mizuno y Richard se habían reencontrado, y a pesar de los años y las dificultades, el amor había florecido en ellos de forma tan natural como el respirar mismo.

Reiko Hino se mantenía al cuidado del Templo Hikawa como una solemne demostración de afecto hacia su abuelo fallecido unos años después de que ella terminara la preparatoria. A la par de su labor como sacerdotisa la peli negra se había resuelto por la carrera de Literatura Contemporánea, siendo que al egresar se encontró altamente influenciada por la ex directora de su colegio; Hino estaba próxima a convertirse en una ingeniosa guionista teatral de la mano de la siempre exigente Hermana Ángela; conocida en el medio como Akane Gucci Key. A pesar de los intentos de Nicolas Kumada de conquistar el temperamental corazón de la guerrera de Marte, los constantes rechazos y finalmente una confesión por parte de ella habían finiquitado aquella situación desde hacía tiempo. Las chicas comúnmente se llegaban a preguntar si existía alguien en el planeta capaz de domarla y forjar en ella la necesidad de amar y ser amada.

Y, por último, pero no menos importante estaba Minako Aino, la mejor amiga de la Neo Reina si es que aún le podían llamar así y la Sailor Líder que desde siempre había mantenido una lucha interna entre su deber y sus sueños. Mina era una aspirante a actriz, egresada de la Academia de Artes Dramáticas de la Universidad de Tokio. Con el paso de los años su belleza incrementada le había merecido el visto bueno de productores televisivos, pero Mina deseaba ir más allá; anhelaba ser reconocida por su talento, por lo que era normal verla siempre en compañía de Rei dejándose empapar por ella del maravilloso mundo del teatro. Aun con constantes pretendientes que revoloteaban alrededor suyo, parecía ser que la Diosa del Amor se rehusaba a siquiera intentar un noviazgo, algo sumamente raro en ella. Lo que pocos sabían exceptuando a Serena y tal vez a Rei que lo intuía, era que Aino poseía un miedo inmenso a sucumbir realmente en los terrenos del amor; sabedora de su futuro solitario como guardiana protectora de Tokio de Cristal, veía como una pérdida de tiempo el entregar el corazón para después arrancárselo y de paso lastimar a quien se atreviera a explorar los más recónditos confines de su alma eternamente enamoradiza.

Así era que las Inners se mantenían unidas a pesar de sus diferencias profesionales y el distanciamiento propio de las ocupaciones. Juntas siempre gracias a la incitadora de la aventura, su amiga y princesa, Serena Tsukino. La rubia había sorprendido a propios y extraños al graduarse en tiempo y forma de Comunicación Social y Política, emprendiendo desde los primeros semestres una lucha aguerrida contra la desigualdad social. Tsukino era el ejemplo vivo de que la tenacidad y el amor por el bien comunitario podían lograr grandes cambios. Curiosamente uno de los primeros detractores de su labor había sido su prometido quien encontraba como loable su intención, pero también desproporcionada, sin rumbo e innecesaria siendo que Tokio de Cristal presumiblemente llegaría a erradicar los problemas con los que su novia se enfrentaba día con día. Además de haber visto con malos ojos el hecho de que ella nombrase a la Asociación que presidía "Resplandor Estelar". La sombra que había dejado cierta estrella fugaz en la mente de su novia y quizás también en algo más era motivo que a Darién le podía y mucho.

Durante los cinco años que habían transcurrido, nada habían vuelto a saber de sus amigos kinmunkianos, ni de su Princesa de las Flores. Aunque el tiempo seguía transcurriendo, el recuerdo de aquellas estrellas fugaces permanecía latente en los corazones de quienes los habían conocido, tal vez más de lo que cualquiera quisiera reconocer.