- ¡Suelta ese chuletón! Gritaba Lina mientras le pisaba un pie a Gourry.
- ¡Es mío! Recibió como replica y Lina no se lo pensó dos veces:
- ¡Dire Brand! a lo que Gourry voló por la habitación, dándose un golpe en la cabeza y quedando inconsciente.
Mientras volaba, se preguntó porqué seguía acompañándola, ya que ella era suficientemente poderosa para destruir el mundo y no necesitaba a un guardaespaldas
Creo que le he dado demasiado fuerte, espero que no se atonte más de lo que ya está, comentaba en voz baja Lina a la vez que se comía el chuletón de la discordia
- ¡Gourry, Gourry! Una chica joven le llamaba. Llevaba una cesta con frutas en su brazo izquierdo y un vestido azul claro que resaltaba unos ojos vivaces y dicharacheros. Su pelo, de color castaño enmarcaba una carita redondeada y un pañuelo rojo cubría su cuello.
Un chico pequeño, de unos 6 años, de pelo rubio brillante y ojos a juego con el vestido corrió hacia ella y la abrazó por sus piernas.
La chica le alargó una fruta de la cesta mientras lo contemplaba. El chico, con la fruta en la mano siempre le decía lo mismo: "Te cuidare y protegeré el resto de mi vida" a lo que ella reía y lo abrazaba, cogiéndolo y arropándolo en su pecho.
En el pueblo existían ciertos objetos mágicos, y más de una vez habían intentado robarlos. El más importante de todos era la Gora Nova, propiedad de la familia de Gourry. Él siempre la llevaba encima, colgada de su espalda, orgulloso de aquel objeto tan preciado.
Un día, un grupo de bandidos asaltó el pueblo. La muchacha escondió a Gourry en unos matorrales y se alejó para que no le capturaran. Pero no le dio tiempo a esconderse y los bandidos la apresaron. Como no encontraban lo que buscaban, la atravesaron con una espada y la dejaron tirada en el suelo.
Cuando se fueron, Gourry salió de su escondite y se acercó corriendo a ella. Estaba en un charco de sangre y no le debían quedar más que unos momentos.
- No te protegí, ni evité que te hirieran. No valgo para nada y no merezco vivir – mientras sollozaba y la abrazaba
- Mi pequeño Gourry, me alegraste la vida con tu forma de ser. Ahora me iré, no te apenes por mí. Se fuerte y cuídate mucho
- ¡No! En ese momento, una luz dorada los envolvió y una voz dijo: ¿Darías cualquier cosa para que ella volviera? A lo que contestó: - Cualquier cosa con tal que viva.
- Volverás a estar con ella, ya que tu misión en esta vida es protegerla y cuidarla, y ella será mi protegida, pero el precio es que perderás tu memoria y te olvidaras de ella.
- ¿Y como la reconoceré? Preguntó un Gourry asustado
- No sabrás que es ella, pero no querrás separarte de su lado.
- Acepto, pero déjame despedirme antes de que la olvide
En Zephiria, una mujer daba a luz en ese momento a una niña de cabellos rojo fuego. El padre, cogió a la criatura y la presentó a su hermana:
- Luna, esta es tu hermana Lina
Con una mano temblorosa y las lágrimas recorriendo sus mejillas, cerró los ojos de su amiga, de un color rojo rubí, y susurró antes de perder la memoria
- No te fallaré Anil
- No te fallaré Anil, dijo Gourry mientras recobraba lentamente la conciencia. En ese momento Lina se acercó a él y Gourry vio el rostro de Anil. Poco a poco fue difuminándose, hasta quedar el de Lina, pero los ojos rojos eran los mismos en ambas.
La visión duró un instante, pero fue lo suficiente para contestarse la pregunta.
Luego, volvió a olvidarse de Anil
