Fanfic: La Luz de un sueño

CAPITULO 1 "Lagrimas escondidas"

Rin se movía constantemente sobre su futón, estaba soñando, en la oscuridad de su habitación se agitaba como si intentara huir de algo en su sueño, las expresiones en su rostro eran claramente de angustia. Repentinamente abrió los ojos mientras gritaba. Se levantó súbitamente mientras intentaba calmar su respiración, era de nuevo ese sueño que no la dejaba en paz desde hace tiempo, ¿Qué pasaba? ¿Por qué tenía que soñar aquello?

Rin tenía una sensación de frustración y de dolor en el pecho, sin darse cuenta una lagrima cayó lentamente por su mejilla. Se levantó del futón para bajar las escaleras y salir del palacio, necesitaba tranquilizarse, tal vez una caminata en el exterior calmaría sus emociones y la harían olvidar esa pesadilla. La luna de aquella noche iluminaba los pasillos, el jardín del palacio emanaba un dulce aroma a jazmín, Rin se sentó sobre el pasto, liberó un suspiro.

Miró al cielo y vio unas cuantas estrellas, recordó que un día pidió un deseo a una de ellas.

"Quiero estar con el Señor Sesshoumaru para siempre…"

Lo había deseado hace varios años y justo esa noche se daba cuenta de que su deseo se estaba cumpliendo, estaba con Él, pero se sentía confundida por sus sentimientos, habían cambiado, pero no sabía exactamente cuándo ni por qué. "Era obvio que terminaría enamorada de Él" pensó.

-Es imposible- se dijo para sí misma. Sabía que el amo Sesshoumaru la apreciaba a su modo, pero corresponder los sentimientos de amor de una humana sonaba hasta ridículo considerando que Él no era precisamente un ser muy expresivo, mucho menos cariñoso, lo único importante para Él era seguir siendo el Youkai más poderoso, Sesshoumaru era ambicioso, deseaba aún más poder del que ya tenía, y a pesar de todo lo que lograba, no le era suficiente. ¿Qué lugar podía tener ella en la vida de un demonio?

¿Qué tendría que hacer con estos sentimientos? ¿Ocultarlos? ¿Negarlos?

Rin se sentía como una carga para Sesshoumaru, Él nunca le expresó algo así pero el hecho de que en años anteriores hubiese sido utilizada como carnada para meter a Sesshoumaru en conflictos le hacía pensar en que debía hacer algo al respecto. Los años que estuvo en la aldea con la anciana Kaede y todo el grupo de Inuyasha, despertaron en ella un extraño deseo de poder, de aprender y de luchar. Veía a Kagome como una gran sacerdotisa con poderes increíbles, a Sango como una guerrera muy fuerte y a Kaede como una mujer con muchos conocimientos y sabiduría. Deseaba aprender de ellas, aunque todos les decían que no era necesario, Sesshoumaru estaría allí para ella, no tendría que pelear nunca.

"No puedo estar al lado del Señor Sesshoumaru siendo débil"

Una pequeña luz purpura se asomaba por los arbustos, Rin ignoraba la presencia de un demonio que la observaba cautelosamente desde que había salido del palacio.

Decidió entrar, intentó no hacer mucho ruido y cerró con mucho cuidado el portón. Caminó lentamente hasta su habitación, pero antes de llegar sintió que alguien la observaba, conocía esa presencia.

-Rin…- la voz de Sesshoumaru irrumpió el silencio del lugar. Ella se sobresaltó, no esperaba encontrarlo en medio de la oscuridad a la puerta de su habitación.

-Señor Sesshoumaru…- agachando la mirada- Lo siento, seguramente lo he molestado con el ruido que hice-

-No es conveniente que salgas por la noche, últimamente hay demonios rodeando la zona-

- Lo lamento, no quería causar molestias – dijo apenada, sus mejillas se ruborizaron.

Un silencio incomodo se hizo presente, Sesshoumaru la observaba con atención, percibía un ligero olor salado en ella, había algo distinto desde hace varias semanas, Rin miraba el suelo esperando a que Sesshoumaru dijera algo más.

Sesshoumaru se dio la vuelta y comenzó a caminar – Ve a dormir – dijo sin más.

Rin observó cómo se marchaba en la oscuridad. Quería decirle algo, pero las palabras no salieron de su boca, tal vez era lo mejor. Lavó su rostro y acomodó las sábanas del futón, pero cuando levantó la almohada observó una pequeña bolsa colocada al lado de la cabecera de su cama, hecha de seda, bordada con hermosas flores de sakura y atada con un listón violeta. Rin desenvolvió el paquete y descubrió una bella peineta de plata con dos flores, una azul y otra morada. Sonrió enormemente, la colocó en su cabello y corrió a verse en el espejo, estaba tan feliz por ese detalle.

-Sesshoumaru – dijo en voz baja mientras contemplaba la peineta en su cabello.

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El sonido de un árbol cayendo sobre la tierra después de ser partido en dos, junto con el cuerpo de un demonio que se escondía detrás de él, se escuchó fuertemente en el exterior, Sesshoumaru había usado sus garras para deshacerse de esa molesta presencia que horas antes había estado observando a su protegida, Sesshoumaru no lo había matado antes porque no quería asustar a Rin con su repentina presencia. La vigilaba cada vez que salía al jardín, sigiloso la miraba y estaba al pendiente de ella.

Sesshoumaru estaba inquieto, se encontraba en lo alto de sus aposentos, observando los alrededores, últimamente había demonios rondando en el exterior por las noches, Él sabía que la presencia de Rin los atraía y no estaba dispuesto a dejar que se acercaran a ella, por esa razón le había regalado esa peineta que contenía un escudo protector en caso de peligro, sabía de antemano que ella la usaría frecuentemente, era una medida para protegerla en caso de no estar cerca. Desde que Rin había regresado a su lado tras un largo tiempo viviendo en la aldea de Kaede, había tensión entre ellos, y era notable porque Rin se ausentaba por las noches de su habitación y no descansaba bien, sus constantes pesadillas inquietaban a Sesshoumaru porque desconocía el motivo por el cuál algo la perturbaba en sus sueños. No sabía cómo hablar con ella, incluso había obligado a Jaken a interrogarla, pero no había tenido éxito. En ocasiones se percataba de que ella lo miraba constantemente para luego agacharse apenada, no había visto jamás esa expresión en ella.

"¿Tienes a alguien a quién proteger?"

Había intentado negarlo en muchas ocasiones, el Gran Sesshoumaru no tenía a nadie a quien proteger, no estaba en su naturaleza, no iba a ser como su padre, pero el destino le estaba haciendo tragar sus propias palabras, después de todo Rin estaba a su lado nuevamente, y no sólo ella estaba feliz por eso, Él extrañaba su voz, su sonrisa y su presencia. Estaba con ella de nuevo, pero algo faltaba, ¿Por qué no se sentía completamente bien con la situación? Era difícil de reconocer: "Morir o… cariño" Después de tantos años, Sesshoumaru tenía dudas.