Esta historia está basada libremente en los personajes creados por sir Arthur Conan Doyle y magistralmente adaptados por la BBC en la serie Sherlock, por lo tanto, y muy a mi pesar, no me pertenecen, simplemente me he limitado a jugar con ellos un poco, y menos voy a recibir compensación alguna por ello.

Va a ser un UA, y por tanto a pesar de mantener algunos aspectos del canon de la serie, otros serán totalmente fuera de él, como por ejemplo el cambio de edades de algunos de los personajes y en sus vidas de algunos aspectos importantes, pero que son necesarios para la trama. Así mismo, a lo largo de su desarrollo, va a existir un crossover respecto a otra serie que se desvelará en su momento y espero que sea una sorpresa agradable.

Espero que os guste.

Editado 30/09/2014


- Prólogo –

Parque de St. James, Londres. Mayo de 1993.

El joven levantó su cuerpo sobre los codos apoyados en la hierba para poder observar mejor los alrededores del lugar donde se encontraba. Pero, todavía se hallaba medio acostado sobre la verde pradera del parque de St. James cuajada de las primeras flores de la primavera. Mordisqueó con hastío una brizna de hierba que había arrancado hacia ya un buen rato del suelo mientras sus ojos castaños catalogaban a la gente que le rodeaba y que se encontraba sentada en bancos o en la hierba tumbados como él mismo, a los niños que jugaban felices bajo las miradas vigilantes de los adultos que les acompañaban, ya fuesen sus padres o cuidadores.

Parecía un simple niño de diecisiete años más disfrutando del sol primaveral en espera de regresar a su casa tras las clases de la tarde y recibir un cálido abrazo de su madre, antes de sentarse ante la mesa a cenar y comentar las novedades del día entre toda la familia. Solo en escasos momentos de calma mientras creía que nadie más le podía observar, como aquel instante precisamente, se podía ver en sus ojos el depredador que existía en su interior, la maldad que se escondía tras sus bellos rasgos, pero a la vez, anodinos que buscaban minimizarse con su entorno, al mismo tiempo que catalogaba todo lo que le rodeaba en busca de debilidades que explotar y manipular en su propio beneficio. Pero toda esa oscuridad tan bien escondida tras una mente brillante, que solo un observador atento y de una capacidad intelectual similar a la suya sería capaz de percatarse de lo que escondía detrás de las luces de artificio que componían la escenografía resplandeciente que rodeaba al adolescente en su vida cotidiana.


Una risa vibrante y llena de vida que sonó con fuerza cerca captó su atención mientras bruscamente se terminaba de incorporar totalmente. Observó con avaricia al niño rubio que la había proferido y que se acercaba hacía donde él se encontraba ignorante de los sentimientos que provocaba. Sus ojos en aquel momento reflejaron toda la oscuridad de su alma siendo el espejo de su ansia profunda, de la codicia sin fin, y de una obsesión insana que tenía en el deseo de posesión de aquella pequeña figura que corría feliz por el parque detrás de un perro que ladraba sin inhibiciones feliz con el juego. Pronto, pero con una gran fuerza de voluntad, fue capaz de enmascarar esos sentimientos detrás de un muro de amistad y amabilidad al ver cómo, al fin, los brillantes ojos azules infantiles se fijaban en él y le sonreían con inocencia y confianza, mientras se aproximaba a su lado.

- ¡Ángel! No esperaba verte por aquí hoy. – Sonrió con calor mientras le indicaba que se sentará a su lado e ignoraba el gruñido sordo del golden retreiver. El animal siempre parecía sentir en él la maldad y sólo le había llegado a aceptar renuente por su pequeño amo pero no cesaba de indicar su disgusto ante su presencia.- ¿Estás sólo aquí con Churchill?

- ¡No! Kate viene detrás de mí, pero, es muy lenta para seguir nuestro ritmo y se ha quedado atrás en la entrada del parque – El niño terminó de acomodarse sentado a su lado en la hierba, mientras recogía las rodillas entre sus pequeños brazos y apoyaba la barbilla sobre ellos. Continuó hablando informándole sin malicia de su día. – No había nadie en casa. Mi padre está fuera de Londres por trabajo, mi madre tenía una reunión en la fundación y mis hermanos no sé dónde estarán porque hoy no han estado en todo el día en casa. Y mi tutor tenía que irse pronto esta tarde así que Kate fue feliz de traerme a jugar aquí ya que hace días que no te ha podido ver y más desde que ayer mi padre anunció que el sábado nos vamos a Escocia a pasar unas semanas y ver a los abuelos.

- ¡Escocia! ¡Qué suerte tienes! Tiene que ser muy hermosa en esta época. – Exclamó con alegría falsa su oyente atento para encubrir la irritación que había oscurecido sus ojos ante la noticia. Mientras con una suavidad que sólo guardaba para su pequeño acompañante le apartaba un mechón del pelo dorado que caía sobre los ojos azules impidiéndole ver. El niño tan lleno de inocencia y amabilidad ante todos que le rodeaban, siempre le recordaba a un pequeño ángel que había escapado del cielo y cuya luz le atraía como una polilla o un diablo deseoso de volver a sentir la gracia divina. Durante un instante volvió a tener la tentación diaria de robar esa luz donde él solo pudiese disfrutarla, sin nadie que le robase su atención ni tener que compartir ni luchar por ella, ansiaba tanto ser el único ser importante dentro de esa pequeña vida. Pero no tenía que volver la vista para saber que no se encontraban solos en ese parque. Sabía que nunca tendría esa oportunidad al menos en esos momentos. Que no podría escapar del equipo de seguridad que protegía a su anhelado ángel y que se encontraba ahora mismo a su alrededor guardándolo de depredadores como él, aunque no demasiado bien. Tenía que esperar a que el poder que estaba reuniendo en sus manos dejase de ser escaso para poder lograr sus deseos,

- Si, ¡Escocia!- El niño hizo un mohín, medio de disgusto medio de expectación.- Estará toda la familia porque es el cumpleaños del abuelo. Va a cumplir ochenta años y según papá será una ocasión memorable para todos. Habrá cenas, comidas y excursiones pero ningún otro niño, porque los más jóvenes son tan viejos como mis hermanos y aburridos como ellos solos, muy aburridos. Lo único bueno es que mi papá me ha prometido que podré montar a caballo en la finca y hacer excursiones, siempre que me acompañé algún adulto o mis hermanos por sus terrenos.

- Pero tú montas ya muy bien ¿no? Kate me ha contado que eres un buen jinete así que no tendrás ningún problema en esas excursiones.- A pesar de la inteligencia que poseía el niño y de la esmerada educación que recibía en ocasiones se apreciaban los escasos diez años de edad que sólo tenía y se mostraba infantil, con gestos que le hacían parecer angelicalmente adorable, como ese mohín que fruncía sus labios en ese instante. Era en esos momentos cuando sentía ganas de abrazarlo y nunca soltarle de entre sus brazos. Era el único ser vivo por el que alguna vez había sentido emoción, lo más gracioso, sin obtener nada a cambio de su devoción.

El niño asintió con alegría, mientras acariciaba la cabeza de su perro y de repente una risa volvió a sonar desde sus labios.

- Lo mejor es que el señor Benson no va venir con nosotros ya que van a ser unas vacaciones y padre ha dicho que por tanto las clases pueden esperar a la vuelta.- Frunció de nuevo los labios en un gesto de disgusto- Hoy se pasó toda la mañana explicando teología cuando pensaba que íbamos a repasar biología como había dicho ayer. ¡Era tan aburrido! Si al menos fuera capaz de no hablar en ese tono de voz tan lento y monótono, a veces creo que se va a quedar dormido en medio de una palabra, con la boca abierta y si hay un poco de suerte se le llegará a meter una mosca dentro de ella.

- Es bueno saber de todo y no sólo lo que nos gusta, aunque sea algo tan poco útil como la teología. ¿Qué tema fue tan aburrido entonces, dime Ángel?- No pudo evitar una risa al ver como el niño le miraba con indignación ante sus palabras y por el uso del pequeño mote que le había puesto nada más conocerlo sin saber que era el único nombre que consideraba digno de él. Pero, no se le escapo la mirada traviesa en esos ojos azules que le obsesionaban mientras le respondía con picardía.

- Precisamente de eso, de ángeles y de su papel en la corte divina, de los distintos coros celestiales y de su lugar en la lucha del bien y el mal, entre el cielo y el infierno. Siguió a eso una larga charla de cómo algunas culturas consideran que esa lucha se refleja en la humanidad y que los hombres deben elegir su bando, si al lado de los ángeles o de los demonios, de la luz o de la oscuridad. Fue sin duda lo más interesante cuando empezó a hablar de batallas.

- Mi pequeño ángel sanguinario- Se rió ante la nueva mirada infantil de indignación que fue lanzada en su dirección.- Así dime, de haber una nueva guerra angelical ¿qué tipo ángel serias tú: de luz o de sombra?

- Lucharé, desde luego, en el bando de los ángeles y venceremos a la oscuridad con nuestras espadas de fuego…- El niño se levantó e hizo una finta con elegancia con su torso y brazo izquierdo, fingiendo luchar con un enemigo invisible que le atacaba. Al final, el adolescente le hizo caer de nuevo a la hierba mientras le hacía cosquillas en los costados. Una vez que logró recuperar el aliento el niño le preguntó curioso:

- James ¿y tú al lado de qué bando lucharías en esa guerra?

- ¡Chicos!- La llegada tardía de una muchacha pelirroja le evitó tener que dar una respuesta. Agradecido por su oportuna presencia se levantó con elegancia y la besó con más ardor del habitual en los labios siempre deseosos de los suyos. Se permitió introducir su lengua en la boca que se abrió presta a su intrusión y mordisquearle con lujuria el labio inferior, a lo cual ella respondió con deseo mal disimulado de hacer más... Era tan fácil manipular a la gente ordinaria. Esa muchacha era simplemente para él la llave que le había permitido acercarse a su pequeño ángel, en vez de mirarlo desde la distancia como antes de manipular su presencia en su vida.


El resto de la tarde transcurrió entre risas y juegos con su pequeño ángel y las necesarias muestras de cariño a la insignificante Kate. Mimos que debían ser vistos por los guardaespaldas que permanecían atentos a su alrededor para evitar que naciesen sus sospechas sobre sus intenciones. La muy necia creyó que deseaba hacer unas fotos de ellos dos besándose y dándose arrumacos, como una pareja normal y aburrida; cuándo lo que deseaba con todo su corazón era un retrato del niño. Tenía hechos ya varios a escondidas pero ansiaba una donde posase para él, donde le sonriese a él sólo en exclusividad.

Mientras observaba, al acabar la tarde, como se alejaban de regreso a la casa del niño para la cena, recordó la conversación anterior sobre los ángeles que habían mantenido y respondió en voz alta la pregunta que había quedado sin respuesta:

- Me temo, mi pequeño ángel, que no del mismo bando que tú, la luz no está hecha para mí más bien soy un hijo de la oscuridad.

- Pero la oscuridad siempre anhela la luz, desea hacerla suya, ahogarla en sus sombras. Y más ante una luz como la que irradia mi hermano.

El adolescente se volvió con un sobresalto hacia la persona que le acababa de hablar y a la cual no había sentido aproximarse a su lado. Sus ojos se ensombrecieron a reconocer al joven alto y moreno, perfectamente vestido, que le interpelaba con esas palabras. A pesar de tratar de mantener la mirada sobre los ojos verdes que le diseccionaban con frialdad de hielo observó como el equipo de seguridad que le acompañaba estaba preparado para evitar cualquier tipo de huida o enfrentamiento por su parte. Sus labios se curvaron en una sonrisa sardónica, reflejando un poco de su verdadera personalidad en ese gesto mientras escuchaba las siguientes palabras de su interlocutor…no, su adversario.

– Tenía muchos deseos de conocerle finalmente James Moriarty, ¿verdad? Espero que no le importe que le llame simplemente Jim, como hacen todos sus conocidos según tengo entendido. Sin duda, a una persona tan brillante como es usted no se le escapará mi preocupación ante un trato tan familiar con mi hermano pequeño como el que parece mantener por su parte con él.


Gracias por leer, al_dena.