Se que es momento de que se pregunten ¿Qué es lo que esta loca esta haciendo subiendo un nuevo fic cuando no ha terminado 3? (incluso creo que son más de tres :'v) Pues yo les dije, que subiría un MuraKaga, y pos aquí estoy(?)
Realmente no pude evitar escribir sobre mi OTP, y la verdad es que esta idea me tiene dando vueltas en la cabeza desde hace ya algún tiempo, por lo que la quería llevar a cabo.
Aclaro que NO dejare de actualizar Son of Sun, Jäger Reisen, Abecedario, y Eres mío (Para los que leen en Amor Yaoi) pero aparte quiero incluir esto a la lista, así es, vivo al extremo c': Por ello no les prometo que los cap seran muy pronto, pues como ya dije tengo 5 fics ahora para seguir :'v solo Abecedario seguirá su curso, si no ocurre nada.
Este fic va dedicado a tres personitas, las cuales quiero mucho, y sus reviews me alegran el día; y que igual, tiene el gusto de compartir conmigo esta OTP tan rara. FriendlyScientist, Maro Draxon, y MajestyDickhead, esta historia va dedicada para ustedes con mucho cariño c: *corazón*
La historia esta ambientada por el siglo XIX. Kuroko no Basket no me pertenece~
Londres, Inglaterra, 1801
El cielo se veía gris, sin vida, y las nubes parecían querer soltar lluvia en cualquier momento. Willianshire Elizabeth, reina de Inglaterra, mujer de edad avanzada y con la cabellera blanca, signo de la vejez. Ella pensaba tranquilamente, el clima cambiante le producía un toque delicado y la ayudaba a estabilizar su cuerpo y alma.
Pensaba sobre el futuro. Ella no reinaría por siempre, si bien estaba aún estable, conforme pasaran los años, se iría deteriorando, hasta que finalmente, llegara su hora de morir.
Es por eso que en esos momentos, Elizabeth, sentada cómodamente sobre su trono, escribía una carta que, probablemente, serviría cuando el próximo heredero subiera al trono.
Hace tiempo, le había llegado una noticia increíble, alegre, y completamente única. Su nuera, la princesa de Willianshire, Murasakibara Hikari, estaba encinta.
Era algo hermoso, digno para celebrar. Su hijo, el príncipe Willianshire Colín, había muerto hace unos escasos meses atrás. Fue asaltado por ladrones cuando regresaba de un viaje de Manchester, para visitar a su amigo, el hijo del duque, y también al duque mismo, que estaba en un estado crítico. No pasó mucho tiempo, cuando fue anunciada su muerte en el palacio de Londres.
Por eso es que la noticia del bebé daba esperanza. Al morir el hijo único del rey y la reina, el trono quedaba por completo vacío y sin heredero, dejándolo peligrosamente a merced de cualquier canalla que quisiera tomarlo. Grande fue la sorpresa de todos, incluso de la futura madre, al saber que esperaba un hijo.
El único heredero legitimo al trono.
Al morir el príncipe, no pudo tomar lo que le correspondía por derecho; también dejando a su esposa sola, sin oportunidad de seguir procreando. Todo el palacio se sumió en oscuridad, preguntándose qué pasaría después. Eso hasta que la princesa comenzó con mareos y vómitos; al principio todos lo tomaron como la depresión al saber la muerte del príncipe, sin embargo, cuando los síntomas de la mujer aumentaron, inmediatamente fue atendida por los médicos reales, los cuales llegaron a una sola conclusión.
Estaba embarazada.
El fruto del amor de dos seres antes de que la muerte llegará. Hikari y Colín se habían hecho uno antes del viaje de él, y fue ahí donde el milagro nació. Fue donde el amor de ambos se entremezcló formando así al bebé, el próximo heredero del reino de Inglaterra.
Y por si esa noticia fuera poco, llegó una más que haría a la reina bailar de alegría. Tenía un nieto, el cual habría que cuidar durante todo el periodo de gestación, pero no solo eso; la esposa del ahora duque, estaba también encinta, no con tantos meses como su nuera, pero al menos ya se había informado el acontecimiento.
El anterior duque falleció casi al mismo tiempo que su hijo, pues la enfermedad que tenía le arrancó la vida unos cuatro días antes de que el difunto príncipe fuera asesinado.
Eso significaba que habría dos nuevos bebés, los cuales, ya estaban oficialmente comprometidos.
Elizabeth viajó a Manchester, con guardias que la protegieran, dejando el palacio al cuidado de Hikari, la cual estaba en plena protección y cuidada hasta cuando la noche caía. La reina viajó para ir al funeral del anterior duque, el cual era un gran amigo suyo; y porque también tendría que hablar con Collingwood, para decirle algo importante.
Fue cuando le informó al hijo del difunto, la última petición que había dicho su padre. No la dijo en público porque no tenía el valor para obligar a su hijo a semejante injusticia, pero, ahora que estaba muerto, era oportunidad de la reina para convencer al hombre, de que ambos cumplieran con la petición.
Los dos hablaron toda la noche, hasta que finalmente llegaron a un acuerdo. Elizabeth regresó a Londres con una gran sonrisa, la cual se ensanchó más, cuando le dijeron que Hikari ya había dado a luz.
Fue a edad prematura, apenas iba a cumplir los 8 meses cuando el pequeño príncipe decidió salir, si bien pudo haber muerto por haber nacido a tan temprana edad, nació completamente sano, con un peso y tamaño, que daban señal de que tal vez hubiesen contado mal, y ya estuvieran cumplido los 9 meses.
La carta que ahora escribía, era llenada de todo su cariño, especialmente para que fuera abierta en el futuro por su nieto, cuando ya estuviera casado. También escribía otra más, pero esta era para el duque Collingwood, cuando la hora indicada estuviese llegando.
Ella era astuta, y bien sabia acerca de los matrimonios arreglados, había sido participe de uno, cuando le informaron que se casaría con su esposo, el cual debería estar por ahí arreglando unos cuantos asuntos. Elizabeth había estado enamorada de un joven que conoció en su juventud, que parecía ser un simple campesino.
Pero ser alguien de la nobleza es anteponer el deber ante todo.
Por eso aceptó su destino, y fue con rumbó a Inglaterra para casarse. Llegó con los pensamientos de que jamás amaría a ese hombre, de que lo odiaría con su vida, y que si se encontraba haciendo esto era por el reino, y no por amor. Pero todo eso se esfumó cuando se dio cuenta de que, el hombre con quien se casaría, era el mismo joven del que se había enamorado.
Ahora que estaba felizmente casada, viviendo al lado del hombre al que ama, entendía un poco la magia del amor, y es por eso que planeaba emplearlo para que su nieto fuese feliz.
Se casaría, sí. Sería un matrimonio arreglado, eso también. Pero ella haría que la chispa del amor floreciera entre ellos. O se deja de llamar, Willianshire Elizabeth, reina de toda Inglaterra.
Contenta con su decisión y por lo escrito en las cartas, la reina guardo todo muy bien mientras se levantaba del trono donde había estado sentada. Se acomodó el largo vestido grisáceo, y camino en dirección hacia donde se encontraba su nuera cuidando de su nieto. Tocó la puerta, y al entrar se encontró con su familia.
Se acercó a la bella Hikari, que adormecía cariñosamente al bebé de cabellos violáceos, y no pudo evitar embozar una gran sonrisa. Observó el rostro precioso del niño, y dejó salir las siguientes palabras con un suspiro.
- Duerme bien, Atsushi…
Eso es todo por ahora, veré cuando subiré el cap 1, el cual, a mi parecer, me esta quedando interesante :v
Espero sus reviews comentando lo que opinan de la historia, si les gusta, si la odian, lo que ustedes quieran decirme, lo apreciare c:
Aquí la portada de la historia hecha por mi: art/Desearia-que-fueras-Tu-542113865
Nos leemos~
