Las luces encendidas te colman de rabia, otra noche, otra cita, otra tortura para tu alma que llora inquieta con cada sonido que rescatan de aquellas paredes. Intentas calmarte a ti mismo diciéndote que mañana a primera hora ese tío que ahora solo piensa en devorarla completa desaparecerá como otros tantos, y tu seguirás allí esperando por ella en las sombras, sin que se note, completamente loco por ganarte su corazón. Hace tres años eres su vecino y cuando tocas su puerta en vez de pedirle una cita, le pides sal, menudo idiota que tiene a la chica de sus sueños a unos escasos metros y disfruta viendo como otros la utilizan, ¿o es ella la que los usa a ellos? Ojala lo supieras, ojala supieras decir las palabras que ella quiere escuchar todas las noches. Ella anda por casa con un pijama que te permite fijarte en sus piernas, ella anda como si fuese la cosa mas normal del mundo pero a ti te parece una danza tan provocativa que te duermes pensando en esas curvas perfectas. Antes de cerrar la ventana te mira, y haces todo lo posible por hacerle pensar que estas en otro rollo, que no te interesa, que no te inquieta y ni siquiera notas su presencia. Si le hicieras caso a tu alma echarías a ese tipo a patadas de su casa haciéndole saber que ella tiene un hombre que se preocupa por su felicidad que se jugaría todo por tenerla.
Ella parece triste como si le faltara cariño verdadero, como si hubiese un vacío emocional en su vida que no puede llenar nadie. Sale todos los días a las seis de la mañana y vuelve en la tarde con muy poca esperanza, como si todo le saliese mal su único consuelo es curar el estrés con esos hombres que encantados acceden a cualquier cosa que ella diga, más que hipnotizados por su belleza de diosa, orgullosos con la oportunidad de poner su sello en esa piel tan delicada. Siempre que se cruzan en el pasillo se puede decir que comparten mas que miradas, a veces viene de mal humor y abandona todo pensamiento con tal de observable unos segundos y preguntarse quien es aquel extraño que tan difícil se le hace reunir un par de palabras.
Te vas a dormir con su rostro muy presente, es una locura desear tanto a una persona de la que conoces muy poco, solo que le gusta cantar mientras cocina, que corre de madrugada, que es prácticamente adicta al sexo y a juzgar por la cara de placer de los infelices que salen de su piso es muy buena en lo que hace. Sabes que huele a cereza, que le encanta ver películas los fines de semana, detalles que te hacen amarla incluso sin imaginarte a que se dedica, cuales son sus aspiraciones ni mucho menos lo que le gustaría ver en un compañero de toda la vida.
Es raro que tenga visita a esta hora de la mañana, normalmente estaría saliendo a ejercitarse. Se abraza efusivamente a una mujer morena, probablemente sea una amiga de la infancia que hace mucho no ve, y muy posiblemente venga a quedarse una temporada si te fijas en las maletas. Mientras haces toda clase de abdominales no puedes evitar mirar hacia su ventana, pareces un acosador, un enfermo pero simplemente no puedes apartar tu vista de aquella joven encantadora que se ha ganado tu interés sin buscarlo.
Es sábado así que tienes que cambiarte e ir a por Lucas, ese pequeño travieso que lleva cinco años siendo tu mejor versión, la única cosa que vale la pena, lo único bonito que pudiste rescatar de un matrimonio que se convirtió en una soga en tu cuello. Es hermoso, sin fuese por ti no te separarías ni un minuto de aquel diablillo que saca lo mas intenso de tu espíritu. Pero su madre te ha declarado la guerra fría, y apenas puedes disfrutar del derecho de tenerle los fines de semana. Al final te convence de pasar un rato por la playa, no puedes negarle nada con esos ojos sagaces que muchísimas veces le dejan sin una respuesta coherente. Jugar con Lucas tiene su gracia, al pequeño no le gusta perder cosa que le recuerda mucho a si mismo, son como dos gotas de agua, tanto en los aspectos físicos como en los sentimentales, te encanta que sea así. El niño lanza un pelotazo impactando con una mujer y derribando la bebida que llevaba en la mano para su amiga. Joder! Es la vecina y la morena de esta mañana. Menudo enfado que lleva.
-Lo siendo ha sido mi culpa- Lucas se te adelanta menos mal porque con ella las palabras nunca parecen colaborar
-No pasa nada pequeño, eres un amor sabias- ella le acaricia con una dulzura que te derrite cada nueva cosa de ella te gusta demasiado
-Permíteme comprarte las bebidas, debí tener un poco mas de cuidado- la verdad es que estas un poco avergonzado el 90 por ciento de vuestros encuentros son accidentales
-Debías-dice en tono serio pero después lo cambia por una sonrisa- pero estabas demasiado ocupado embelesado con este chico- no sabia que tenia un lado tan maternal, es encantador
-Que dices campeón vamos a por la bebida de estas damas- Lucas salta a sus brazos despertando mas la admiración de Kate por su vecino
Lannie se queda mirándola atentamente, la forma en que mira a este chico es completamente nueva y no habla del niño precisamente
-¿Le conoces?- pregunta curiosa
- Es mi vecino hace cinco años- responde poniéndose las gafas de sol
-Joder Kate si se que tienes ese tipo de vecino te vengo a visitar antes, menudo ejemplar y encima es un padrazo- lo cierto es que Richard es un regalo para la vista se mantiene de maravilla y en esta época del año su bronceado deja sin aliento a muchas
-Pues creo que esta soltero o al menos no tiene visita femenina desde hace meses- en esos detalles ella se fija mucho aunque no lo reconozca
-Deberías entrarle- sugiere conociendo perfectamente a Kate sabe que ya le ha puesto el ojo pero como el no es cualquier tipo le da miedo reconocerlo
-Mi vida es un puto enredo la mires por donde la mires, no estoy preparada para una relación, además seguro que no le gusto llevamos tiempo puerta con puerta y lo único que me pide es sal- Kate es muy joven apenas 25 años y el tema de tener una relación con alguien le asusta casi tanto como quedarse sola
-Créeme si usa el truco de la sal le gustas, te apuesto a que ese tío no sabe ni cocinar-insiste
Lucas quiso levarle el trago a las chicas, su pequeño es una adoración, un caballero y el no puede estar mas enamorado de su hijo. Regresan a jugar ni sin antes pedir de nuevo disculpas a Kate y a su amiga por el incidente.
El resto de la tarde ella no pudo evitar concentrar su vista en cada escena que aquellos dos le regalaban, Richard parecía otro niño, tan feliz que enamoraba. ¿Amor?, no puede estar pensando de esa manera. Maldita sea Lannie.
Al ver que ya se marchaban Richard se ofreció a llevarlas, nunca había tenido tanta oportunidad de estar con ella como ahora, y lo estaba disfrutando, es mas se estaba acostumbrando a la manera tan especial con la que ella trataba a su hijo y Lucas comenzaba a tener una conexión muy fuerte con la joven. Se siente bien en sus brazos lo puede ver en sus ojos.
-Has sido muy amable, gracias- ella lo detiene antes de que los separen las puertas
-Gracias a ti por tratar así a mi hijo, eres muy dulce- tenia que decirle que admiraba su forma de ser, su carácter, que esta loco por ella, pero claro como le dices a una mujer con la que no has tenido ninguna atención mas que la de esta tarde que sueñas con ella
-Es súper mono, de echo es tu fotocopia- sonríe recordando lo lindo que se veían los dos retozando en la playa
-Entonces me consideras súper mono, vaya no lo sabia- coquetean por primera vez y las chispas comienzan a ser mas visibles
-Quizás solo tenias que preguntar…..
