UN GIRO EN MI VIDA
CAPITULO 1: EL INSECTO LLEGÓ A CASA
-Ya llegó mi nieto?
Era la millonésima vez que William preguntaba a los empleados que estaban afanados arreglando los últimos detallitos para la bienvenida, estaba más paranoico que de costumbre porque este día era uno de los más especiales y añorados de su vida, claro, la noticia de ser abuelo fue una bomba atómica para el magnate millonario pero por más sorprendente que parezca fue la noticia y hecho que hizo a William Ellison un hombre diferente y eso por dos razones:
1: Su hijo mayor, James Ellison, se alejó de su lado hace muchos años atrás pero volvió a su vida por y con la novedad de ser padre.
2: William tenía fama de ser un amargado y frío hombre financiero hasta que se enteró que era abuelo y como por arte de magia todo lo agrio de su carácter se transformó en felicidad y dicha por los que estaba rodeado.
Claro, no fue nada fácil asimilar la noticia, ver a su hijo mayor con el problemón del siglo fue duro para William, el hecho de que Jim había vuelto a su vida era mucha felicidad pero la realidad de su vuelta estaba ligada a la urgente necesidad de su ayuda, si, James Ellison solo se comunicó con su padre para pedir su ayuda y como William poseía el alma de negociador sacó a relucir su maquiavélico cerebro condicionando su ayuda con el fin de restablecer su familia.
James había optado, en una primera instancia, suplicar a su padre para que le ayude moviendo sus influencias y sacar al niño, su nieto, de la casa hogar en la que se encontraba. Naomi Sandburg, la madre del niño, había fallecido hace un mes y servicios sociales tuvo que mandar al pequeño Blair de seis años a ese horrible lugar.
Cuando Jim se enteró de la noticia por una carta que le había mandado Naomi antes de morir no dudó en visitar al pequeño y con una sola mirada se aferró a él, no necesitaba ninguna prueba de ADN, sabía que ese pequeño de rizos era su hijo.
Por supuesto el Estado tenía procedimientos para que el detective sacara al niño de la casa hogar pero lamentablemente la burocracia lenteaba todo el trámite y Jim estaba volviéndose loco de solo pensar y sentir que su hijo tuviera que permanecer mas tiempo allí. Fue entonces que recurrió a su última pero única opción: pedir ayuda a su padre y con eso debía volver a su casa y ,según él, suplicar por su ayuda en este asunto que para Jim era de tal importancia que le valía un pepino tener que ponerse de rodillas para que su viejo le ayude.
Grande fue su sorpresa al presenciar la reacción que tuvo William ante la noticia, no solo aceptó ayudarlo en todo lo que necesite sino le pidió disculpas por tantos años de lejanía, terquedad y soledad por la pelea que tuvieron hace años atrás.
Sorprendido y mentalmente incrédulo James aceptó las disculpas de su padre y del mismo modo se disculpó por alejarse, no obstante, como buen hombre de negocios William Ellison tramitó su ayuda por la estadía de él y la de su nieto en su casa para formar una familia completa y sentirse dichoso y feliz por los que lo rodeaban.
Jim accedió ante la proposición pensando que su padre sí había cambiado muchísimo pero no en todo, es decir, al fin y al cabo William era un hombre muy inteligente y siempre lograba salirse con la suya es por eso que Jim esbozo una sonrisa al verse "acorralado" ante la condición de su ayuda, después de todo, le venía bien que su pequeño hijo se relacionara con su familia presentía que el niño sería capaz de unir a todos con lo revoltoso, vivaz y adorable de su carácter.
Es así que el proceso se aceleró y en tan solo 2 semanas el pequeño Blair llegaría por fin a su casa, a su nueva casa, a la mansión Ellison y todos lo esperaban con la mejor y más divertida bienvenida.
Jim se negaba rotundamente a que desde un comienzo malcriaran tanto al niño, porque apenas entrara a la enorme mansión Blair vería en la entrada a todas las personas esperándolo; William estaría de pie en el centro del recibidor sujetando un delicioso pastel de chocolate que decía: Para mi querido nieto, todo el alrededor estaría cubierto de globos coloridos con helio, un fondie de chocolate y una pirámide de cup cakes con las rostros de superhéroes adornarían el comedor junto a la gigante pizza de queso que olorosa desprendería su apetitoso sabor.
Sí, James no quería tanto despilfarro ni mimo para Blair pero sus pensamientos en negativa se esfumaron de solo imaginar en lo mucho que su hijito habría sufrido al ser alejado de su madre y luego puesto en una casa hogar, James no aguantaba el solo imaginarse toda la soledad que el pequeño habría experimentando así que dio el visto bueno a toda la bienvenida, con bombos y platillos, que fue preparada por su padre y la verdad se sentía dichoso que su hijo fuera aceptado de la forma en que William demostró pero como no todo en la vida es color de rosa había alguien que no estaba contento con la llegada del adorable Blair Sandburg y ese no era otro más que Stephen Ellison.
El que su hermano mayor se fuera había sido todo un proceso traumático para él, Jim había pasado de ser su máximo súper héroe fantástico hermano mayor a un vil egoísta rata de alcantarilla que lo dejó y olvidó sin si quiera volver a preguntar por él.
Es así, que cuando su padre habló con el niño, de ahora doce años, para decirle que habrían cambios positivos en la vida de todos con el regreso de Jim y con la llegada del "nuevo niño" en casa, Stephen reacciono de la única forma que podía hacerlo, con un tremendo y estrondoroso grito interno, sí, el niño sabía muy bien que su padre podría haberse vuelto Santa Claus pero eso no le quitaba de la mente que William poseía una mano rápida para nalguearlo si se atrevía a gritar o patalear o golpear a todos por semejante idea estúpida.
Decidió optar por la indiferencia, le valió un pepino que todos quisieran jugar a la casita y familia feliz, tenía doce años y ya sabía como era la vida, según él, ya era un experto conocedor y sabio por las vivencias que había tenido en su larga estancia en el planeta tierra.
-Ya llego mi nieto?
Por billonésima vez el menor de los Ellison escuchaba la misma pregunta de la boca de su padre, acaso le había dado un derrame cerebral? era obvio que nadie había llegado! por eso todos estaban como poseídos arreglando y acomodando todo para la bienvenida.
-Stephen, quieres agarrar el cartel que dice bienvenido Blair?
El niño miro ofendido a su padre y hasta el momento había podido pasar desapercibido por el escudriño del hombre adulto logrando que no se diera cuenta que estaba podrido de oír Blair por aquí, Blair por allá, Blair esto, Blair lo otro.
'Joder! Cómo si nunca hubiesen visto a un niño antes! Además estoy seguro que ese insecto llorará de cualquier cosa y estará metiendo bulla a más no dar!' - pensaba Stephen para sus adentros.
-Hijo acabo de hacerte una pregunta, responde.
-No gracias.
Stephen respondió de forma seca y William miro confundido a su hijo, se daba cuenta que algo le pasaba al menor pero no sabía qué, el señor Ellison había predicho, es más, apostaba el 99% de su ganancias en interés a qué su hijo no tomaría nada bien la noticia de la vuelta de James y de la llegada de su hijo Blair, que por relación sanguínea resultaría ser su sobrino!.
'Tío a los 12 años! una barbaridad!´- pensaba Stephen.
Como decía, William presentía que el niño se sentiría desplazado o de alguna forma sentiría celos…pero…ese 1% faltante arraso y acalló cualquier pensamiento o presentimiento de dichos celos ya que Stephen había reaccionado de la mejor forma, aceptando y hasta sintiendo emoción de dichas novedades, según William claro, que no se dio cuenta de la amargura y resentimiento que su hijo menor guardaba en su interior.
El señor Ellison había cambiado sí, pero tampoco se volvió súper papá de la noche a la mañana, como para todos y como todo en la vida a veces uno tiene que equivocarse para darse cuenta de las cosas y si el magnate financiero hubiera hecho caso a sus instintos y no los hubiese acallado, su hijo menor, Stephen Ellison, no hubiese reaccionado de la forma que lo hizo.
-Bueno, entonces quieres ponerte un conito de bienvenida?
-No.
-Quieres comer un cup cake antes que venga tu hermano?
-No.
-Quieres algo de beber?
-No.
A William se le estaba acabando la paciencia de solo mirar a su hijo menor tumbado en uno de los sillones principales, absorto jugando con el PSP VITA portátil, contestando monosílabos y sin prestar la menor atención a todo lo que pasaba a su alrededor.
-Bueno, no todo puede ser no, algo debes querer.
-Sí, jugar.
-Ya jugaras al rato, ahora esperaremos a Jim.
-No quiero.
-Hijo, te dije que jugaras luego ahora deja ese aparato inservible.
-Que no.
-Stephen! Hazme caso!
-Pero si todavía no ha llegado tu adorado Jim ni tu amado insecto Blair…
William no creía lo que escuchaba, su hijo menor había rebasado todos los límites al contestarle de esa forma tan sarcástica, no dudó en ponerle un alto a toda esa malcriadez que Stephen sacó a relucir porque, además, no era propio de él.
-Quieres una paliza?
El niño dejo el PSP VITA y levantó la mirada hasta fijarla en los fríos ojos de su padre, uy, William daba mucho miedo cuando ponía esa mirada de asesinar traseros.
-No.
William rodo los ojos ante la, nuevamente, respuesta monosilábica.
-Entonces PAFF! Compórtate PAFF! PAFF! Y no llames insecto a tu sobrino!
Stephen aparto las pocas lagrimillas que se le formaron en los ojitos al mismo tiempo que se frotó la picadura de su trasero y puso una mueca de disgusto, había dicho que no quería una paliza y por lo mismo su padre le dio tres fuertes nalgadas.
'La vida es muy injusta!, por qué tengo que ser yo el que se aguante toda esta ridícula bienvenida si ni me interesa que vuelva Jim y menos ese insecto de Blair que debe ser un llorón!'
Pensaba y gritaba en su interior, pero respondió:
-Si papá.
El niño tuvo que soportar otros agonizantes diez minutos escuchando a todos afanados con la bienvenida pero lo que le hastió de todo, el afán de todos con la bienvenida, fue escuchar a su padre con la misma pregunta:
-Ya llego mi nieto?
Stephen estaba a punto de quitarse las orejas cuando, por suerte, para sus sentidos auditivos y su hermosa cabecita que adornaban sus oídos uno de los empleados le respondió a Will.
-No señor, aun no, pero si quiere llamo al joven James para preguntarle cuanto falta para que venga.
-No, no quiero que se distraiga mientras conduce, tonto de mí! debí obligarlo a que vaya con el chofer, mi hijo y su manía de usar la cafetera que tiene por auto!
William levanto los brazos en señal de estar exasperado y el empleado esbozo una risita imperceptible, William Ellison diciéndose tonto a sí mismo? Vaya! que día tan raro!
Después de una millonésima vista al reloj el señor Ellison recibió un mensaje de Jim que decía:
"Ya estamos por llegar, como en 10 minutos"
La sonrisa al leer el mensaje no tardo en iluminar su rostro pero una preocupación reinó en todo su ser.
-Dónde está Stephen?
-No, no… no… no lo sé señor, estaba aquí hace unos segundos.
-Sí, yo mismo lo veía…pero…dónde se ha metido ése niño!?...Stephen!?
William gritó muy alto para que su hijo apareciera de dónde sea que se haya metido pero el niño no daba ni una luz de su persona ni un susurro para delatarse donde se encontraba, simplemente se había escondido y muy bien porque ni William ni los empleados podían encontrarlo.
-Stephen!?
El pequeño Ellison se ría a carcajadas dentro de la alacena de víveres en la cocina, escuchaba a todos gritar su nombre y eso para él era lo mejor, su nombre era bonito y fácilmente repetible, en cambio el nombre de Blair era, para el niño, un nombre feo y absurdo.
-Sal de dónde te encuentres ya llegara tu hermano y Blair!
El niño rodo los ojos al escuchar a su padre y volvió a carcajearse porque todos lo buscaban a él y no seguían "preparándose" para la bienvenida, luego abrió un poquito la puerta de la alacena y se escabulló con la habilidad de una zarigüeya para no dejarse ver, caminó a pasitos lentos y cuidadosos para no hacerse notar, pasó por el comedor y vio el pastel de chocolate que adornaba la mesa…y…sin pensarlo dos veces se puso las pilas para hacer una maldad pero maldad maquiavélica; botar al patio el delicioso y decorado pastelito que William mandó hacer especialmente para su nieto, agarró el pastel que su padre había dejado en la mesa del comedor, aprovechó que no había ojos puestos en la sala y retrocedió de espaldas a la puerta principal.
El niño estaba extasiado por lo que estaba haciendo, hasta que, como siempre, Jim arruinó todo.
-Ya llegamos!
El grito entusiasta con el que entro James a la mansión asustó hasta casi hacerle dar un infarto al niño, haciéndole soltar el pastel que voló por el aire aterrizando, nada más y nada menos…justo!... sobre la cabeza del pequeño Blair de seis años ocasionando un fuerte grito de los adultos.
-Stephen NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
William había apresurado sus pasos al oír la voz de James y cuando entró a la sala principal vio con asombro como el pastel de chocolate aterrizaba en la cabecita de su esperado nietecito, casi se vuelve loco de la rabia y lo único que pudo hacer fue gritar a la par de James:
-Stephen NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
Un gritito ahogado se escuchó del pequeño e inocente niño de rizos que ahora tenía literalmente todos sus ricitos pegajosos, llenos de chocolate y para variar con una cerecita encima de su cabeza que lo hacía ver muy gracioso, claro, gracioso para Stephen que se mordía los labios para no reírse a carcajadas pero no para Will que en dos pasos estaba frente a su hijo y a punto de darle sus buenas nalgadas por la travesura malosa. Por supuesto tampoco era gracioso para James, pero el detective estaba preocupado porque pensó que tal vez Blair se asustaría por la "bienvenida" que había recibido.
-STEPHEN!
Will agarró a su hijo por el brazo derecho y lo puso sobre sus rodillas dispuesto a bajar su gran mano en el trasero del niño travieso…pero…una melodiosa y contagiante risita acalló cualquier pensamiento enojado por parte del señor Ellison y toda preocupación por parte de Jim.
-jijijii papi prueba! prueba! ahora sabo a chocolate!
Stephen abrió grande los ojos y vio a Blair con detenimiento, el niño estaba feliz y contento por tener chocolate y masa de pastel de chocolate en toda la cabeza y la cara, es más, el niño se estaba pasando los dedos por donde había chocolate y se estaba relamiendo degustando el pastel que Will había mandado hacer especialmente para él.
Jim tenía la boca ligeramente abierta por la reacción que tuvo su pequeño hijo pero sin perder mas tiempo se puso de cuclillas para limpiarle los ojitos y dejar al descubierto el azul radiante de la mirada de Blair, ya sin chocolate, lo presentó:
-Papá, Stephen… él es mi hijo Blair.
El pequeño Blair saludo moviendo su pequeña mano a las personas extrañas, para él, que veía al frente, William levantó de su regazo a su hijo menor y se acercó a su muy esperado nieto, pasándole un pañuelazo por la carita le dijo:
-Bienvenido Blair, te esperábamos con ansias.
Lo abrazó con fuerza mientras Stephen pensaba:
'Bueno, el pequeño insecto resultó ser valiente y no un bebé tonto que llora por cualquier cosa, maldición! y yo que pensaba darle al menos un buen susto!´
N/A: Este es un regalo para Camila quien me pidió una historia del Centinela, fue un gustaso escribir de este fandom porque aunque no vi la serie me encantan los fics que he leído sobre este tv show.
N/A: Si gustan dejar comentarios...adelante!
