Canción

Un par (o tal vez dos) de piedritas habían golpeado su ventana. Descartados los aliens (porque ellos la habrían succionado sin preguntarle) y los vampiros (porque, si fuera uno de ellos, ya estaría muerta), Mayura decidió mirar por un hueco que la cortina no tapaba.

Del otro lado de la ventana, Freyr estaba frente a su casa, con un violín en la mano.

"Debe ser sonámbulo...o tal vez... ¡está poseído!" pensó la chica misterio, emocionada. Con el corazón latiéndole fuertemente y la adrenalina corriendo por sus venas, abrió la ventana.

-¡Yamato Nadeshiko!-escuchó, de inmediato.

-¿Estás despierto!-fue su modo de saludar. Freyr asintió, sin importarle lo extraño que sonara aquello. Misteriosamente (valga la redundancia), Mayura pareció decepcionarse ante aquella respuesta.

-Vine a tocarte una canción-dijo él, tomando el instrumento.

-Preferiría que lo tocaras de día. Estoy algo cansada-interrumpió Mayura, frotándose los ojos.

-¿No te molestaría que viniera a verte?

-No, claro que no.

Muy alegre, el ladrón fantasma se marchó, habiendo cumplido con su cometido... ¡y ni siquiera había tocado el instrumento humano!

FIN