Caminando solo por la vida.

-"Era un día cualquiera en la división de Londres, de cualquier forma las almas eran recolectadas en un determinado tiempo, Grell Sutcliff un Shinigami alto y delgado, de piel clara y de larguísima melena roja, tan roja como la sangre , gafas con montura roja, extravagante y amante del color rojo, siempre refiriéndose a él como si fuera "ELLA" si ese es mi desgracia y mi maldición tener que cuidar de Grell como si fuera su madre realmente esto no es posible, tener un rango elevado por poder controlar a ese pedazo de idiota era insuficiente, realmente estoy alagado de tener el privilegio de ser el jefe del despacho de Shinigamis pero tener a Grell Sutcliff como subordinado es demasiado"- este pensaba al ver a Grell en su oficina desnudo con su pecho en el suelo y su trasero meneándolo como gato

Era lo único en lo que pensaba el moreno al tener que persuadir y vigilar al Shinigami pelirrojo realmente este no entendía que las normas del departamento de Shinigamis eran irrevocables haberle pasado tanto era suficiente, su ropa, su motosierra he incluso su comportamiento de mujer era algo que era en contra de todas las jurisdicciones de lo Shinigamis de elite, ¿Cómo era posible que fuera un Shinigami de elite?, aunque todo mundo se quejaba de la parca roja sabían con exactitud que Grell era un maestro de las artes en pelea y defensa de excelencia no cualquiera tenia AAA en realidad era el único con un puesto así de elevado pero William T. Spear tendría que cuidar de él pues su comportamiento era inaceptable, después de todo la única persona que podría cuidarlo y mangonearlo como quisiera era él, de cualquier forma era divertido tenerlo cerca de él podría disfrutar de su cuerpo cuando quisiera, siempre declarándole su amor eterno por el, William era un Shinigami de elite pero también era serio, demasiado serio y frio cuando se lo proponía podía ser un "romántico" en vez en cuando también necesitaba satisfacer sus necesidades, y el único disponible era Grell, aunque este era un masoquista de primera también tenía que hacerlo sufrir.

-Grell…- William decía mientras saltaba un sien -¿Qué demonios haces?- dijo inmediatamente cerrando la puerta se su oficina antes de que alguien le viera desnudo

-William deseo que metas esa deliciosa parte en mi- dijo Grell quien se había esposado así mismo –por favor- dijo mientras se hincaba frente a su amado y comenzó a bajarle la bragueta con sus dientes afilados

-Sutcliff estamos en medio del trabajo deja de hacer cosas- dijo aventándolo lejos para luego subirse la bragueta

-Eres muy malo- dijo Grell tirado boca arriba mientras comenzaba a tocar su miembro para excitarse a sí mismo

-Grell si tanto lo deseas mejor vete a revolcar con alguien más- se acomodaba sus lentes con su guadaña.

La reacción del Shinigami rojo fue muy desagradable realmente le había molestado el comentario de William, este inmediatamente se paró y se quitó las esposas, comenzando a vestir, William veía su cara de enfadado era tan divertido verlo molesto, sabía que ese tipo de comentarios le hacían enojar tan fácilmente, al verlo completamente vestido, decidió jugar con él, se acercó abrazándole por la espalda y tomo el miembro de su amante, lamia suavemente el cuello de la parca roja, pero este realmente estaba furioso invoco su guadaña y le aventó fuertemente a la puerta acerco su gran motosierra a la clavícula de moreno casi dejándolo sin respiras, William realmente había quedado impactado nunca antes el pelirrojo le había hecho algo así, siempre le insultaba de esa forma y al final lo tomaba, siempre marchaba todo a la perfección, pero esta vez todo había cambiado, los ojos de la parca roja se veían completamente molestos, su firmeza en el suelo resaltaba su enojo completamente hacia él, era una mirada aterradora y fría.

-¿Realmente piensas que soy una ramera?- dijo Grell alejando un poco su guadaña para permitir el poder encenderla y sin recibir alguna respuesta de parte de William – te pregunto idiota… ¿Realmente piensas que soy una ramera?... con el único que me he acostado es contigo... te enojas cuando alguien se me acerca o comienza a cortejarme, si estas celoso o no, no lo puedo comprender, dices amarme pero siempre me rechazas ¿Qué soy entonces para ti? Realmente soy solo tu maldito juguete sexual, un juguete con el cual puedes jugar cuando quieras y luego votarlo sin sentir nada… dices que soy cruel… pero realmente no te has visto al espejo… eres frio y frívolo, no solo eres eso, si no también te aprovechas de mi porque te amo, si realmente crees que soy una "dama" fácil te equivocas a la única persona que me he entregado es a ti… te podría matar en este momento- Lo que decía era verdad Grell era reconocido por todo el reino de Shinigamis, no solo por su forma de pelear si no por su gran fuerza, aunque poseía un cuerpo muy delgado y que pareciera que se fuese a romper con tan solo tocarlo – Pero no lo hago porque no soy tú, yo en cambio sí tengo sentimientos …- decía Grell todo desconcertado y sollozando con fuerza, inmediatamente se detuvo y lanzo la motosierra al escritorio de su jefe partiéndolo por la mitad, la parca roja salió del despacho de William azotando con gran fuerza la puerta, caminaba rápidamente no quería que nadie le viera llorar "¿Qué pensarían si la vieran sin su maquillaje?, William estaba desconcertado nunca había visto de esa forma a Grell, sabía que era un masoquista asta no más poder, pero que era lo que esta vez había dicho para que se molestase de esa forma no habría forma de que Grell se enfatizara tanto por solo haberle dicho "RAMERA" o ¿Si?

Grell se sentía desconcertado por la forma de tratarle siempre se le declaraba le daba cosas, William era lo más importante para él, pero él no le creía pensaba que con tan solo estar con él se sentirá lleno y no tendría que estar con alguien más pero ¿Como llenar ese vacío tan inmenso?, William lo hacía suyo cada vez que el quería y cuando no le votaba como si fuera basura, era despreciado por algunos Shinigamis y amado por otros cuando alguno intentaba cortejarlo William siempre los alejaba y les amenazaba, eso a Grell realmente le hacía feliz se sentía vivo y amado a la vez, pero realmente que era lo que sentía William por él, realmente le amaba o solo le quería como un juguete sexual, la joven damisela estaba triste y reprendía cada vez más.

-Solo deseo ser amada- susurro a la vez que entraba al baño de mujeres – ¿Por qué nadie me comprende?-

Grell era un hombre atractivo cuando se lo proponía, sin embargo también era la envidia de todas las secretarias del despacho tenía una figura muy bien formada, su delgado cuerpo, su piernas bien formadas y torneadas, su vientre plano, pálido y de ojos verdes con amarillo como los de cualquier Shinigami, era bello tanto por fuera como por dentro, podría ser verdad que era un extravagante, loco e incluso algo desquiciado pero por dentro sufría como cualquier otra persona, Grell era un Shinigami puro, era verdad que los Shinigamis podían reproducirse pero también era verdad que solo unos cantos podían, el padre de Grell era un Shinigami de raza pura y fina, la madre era una humana era increíble que ella pudiera engendrar a un Dios de la muerte y después seguir viviendo, era imposible que un humano concentrara tanta energía en el cuerpo tan débil que poseían, el padre de Grell era dueño del departamento de Shinigamis pero también tenía superiores, después de todo siempre había alguien de un nivel más elevado que el que se encontraba en un buen estado, Asbed era un hombre de melena larga y negra, como negro intenso y puro, era alto y de gran fuerza inimaginable, era serio ante circunstancias que debían ser tomadas con un buen juicio, Hitomi era hermosa, de cabellos cortos pero de un rojo intenso, su cara reflejaba inocencia y seriedad, pero era una mujer alerta e inteligente coqueta pero audaz, era un amor imposible y prohibido.

Asbed rompió la normas ante el juzgado de Shinigamis había sido amante de un humano y además había engendrado un hijo, no estaba mal que hubiere nacido pero estaba mal que fuera de una humana esto iba en contra de las reglas, Asbed había sido retirado de su cargo, Hitomi fue juzga y asesinada de inmediato una vez que pario al niño, Asbed se hizo cargo de Grell hasta que este entro a la academia, una vez que entro fue asesinado, pues Grell ya no necesitaría de su padre, hay el pelirrojo empezó a expresar su forma de sentir y su frustración ante todos, era la viva imagen de su madre y su padre, pero quien podría entender lo que el pelirrojo sentía se había quedado completamente solo, Grell sabia el pasado de su madre y su padre y no podía aceptarlo sin embargo era un Shinigami de elite, el mejor rango.

Grell sollozaba frente al espejo y oprimía con fuerza a su pecho sus ojos cerraban con fuerza y salían con abundancia las lágrimas, inmediatamente un hombre abrazo a Grell por la espalda y le susurro al oído.

-No llores tal vez no te amé, pero en cambio yo si- Grell inmediatamente volteo pero cuando se dio cuenta nadie estaba ¿Qué era lo que había ocurrido? ¿Quién era el hombre que le había abrazado? Nunca se le había visto por el departamento, y no creía que fuere un demonio pues no habían sonado las alarmas.