Los personajes son de Rumiko Takagashi.

Rosa azul, un símbolo de amor.

Cuatro años transcurrieron desde la muerte de Naraku y un año del regreso de Ahome cuando fue dejada en su época. Su grupo, la recibieron felices de tenerla nuevamente en sus vidas. La exterminadora, Sango por fin se casó con el Monje de humor pervertido, con tres hijos, dos gemelas y un recién nacido formaron una familia. Shippo se alistó en un entrenamiento para ser el mejor demonio. Para su mala suerte, Ahome veía como su pequeño abandonaba la aldea para su entrenamiento.

La pupila de Sesshomaru, se quedo en la aldea bajo la custodia de Kaede por decisión de su amo para relacionarse con seres humanos. El hermano de Sango, la ayudaba cuando no estaba con su entrenamiento de exterminador con la compañía de Kirara y la ayuda de Totosai.

El rebelde y caprichoso Inuyasha, se unió en la estafa de el Monje protestando para los exorcismo. Pero es el guardián de la aldea junto con Ahome, que se fortalece con sus entrenamientos.

Los aldeanos fueron a sus respectivas cabañas, con la comida lista por sus esposas. El viento enfriaba más esa tarde de invierno. Ahome, a lo lejos buscaba varias hierbas medicinales para los aldeanos.

-!Ah¡ qué cansada estoy...-farfulló. El arduo y pesado entrenamiento de la anciana Kaede junto con el Monje era un dolor de cuello. Bueno, también ayudar a los aldeanos y lidiar con InuYasha sus caprichos la devastaba, claro que a su amigo lo calmaba con un 'A bajo'. Se sentó en el césped y clavó sus ojos castaños en el cielo de tonos anaranjados que oscurecía acentuando el frío.

Los tensos músculos de su joven cuerpo se relajaron y su mente divago.

//Un año que dejé atrás a mi familia al decidir vivir en esta época. Admito que echo de menos a mi mamá con su cariño con su comprensión. El abuelo con sus historias terminaron siendo un recuerdo anhelante hasta a mi molesto hermano, no tengo con quien pelear. !Ja¡ InuYasha es un buen sustituto. Ahora tengo un refugio, con mis amigos y la anciana adorable que se porta como una abuela junto con los dos pequeños, Rin y Shippo que se comportan como si fuera yo su madre. Lindo. Lo odioso de esto es InuYasha y su falta de desconsideración. Su salvaje corazón sigue perteneciendo a la miko Kikyo y yo soy su espejo, aunque me trata como amiga. Realmente me destroza ser comparada y no ser considerada por mi misma. Ahora mi deseo es ser amada por quien soy, Ahome.// La rebelde lágrima que imitaba a un pequeño cristal frágil, trazó su camino por el moreno rostro ovalado de ella y cayó al pasto. Un débil brillo pareció por una fracción de segundos. Ahome, decidió regresar antes de que InuYasha la busque de forma grosera.

El fornido demonio se adentraba en el bosque de InuYasha, que lo llevaba hasta la aldea donde esta su pupila. Jaken, le pisaba los talones llenando su boca de adoración hacia su amo.

Como llevado por una fuerza de atracción, se sentó justo donde antes estuvo la morena miko. Su aroma lo envolvió llevándose la cordura de a poco. Muy a su pesar. Cerró sus ojos y aspiro profundo inundando su ser con esa fragancia.

//Su olor. Ella estuvo en este lugar. Su aroma a rosas lo delata. La bruja se me caló por todo mi ser. Maldita. Deseo sus sonrisas y que esos castaños ojos me miren obsesivos y posesivos. Me odio por llegar tan bajo. Y lo peor, no es que la desee sino que ella no me desea. Ese frágil corazón pertenece a ese híbrido. Me lo robo. Detestando mi mente, cuerpo y alma por desear enamorar a esas mujer maldita. Llene mi boca con desprecio y odio a los humanos y afirme no tener sentimientos para contradecirme de esta manera tan idiota.../

Relajado por disfrutar de esa fragancia se permitió dormitar un momento con la imagen del ovalado rostro moreno de Ahome.

El pequeño e imperceptible brote brillo esta vez en un tono azul pálido.

A la mañana siguiente, Ahome despertó con una ligera sensación de intranquilidad. Kaede y la pequeña Rin la acompañaron con el desayuno. Y después entrenó hasta que el sol estuvo en lo más alto. Tuvo que ayudar con problemas de salud algunos aldeanos y lidiar con uno que otros demonios altaneros. Odiaba esa rutina.

-!Señorita Ahome¡ !Señorita Ahome¡-llamo Rin corriendo hacia ella.

-¿Que sucede ahora, Rin?-pregunto con un ligero matiz de irritación.

La pequeña miró a la mujer mayor y soltó una risita divertida. Le gustaba como refunfuñaba por tanto trabajo.

-La señora Kaede la necesita.-informo.

La morena bufo y fue a la cabaña arrastrando sus pies mientras farfullaba.

-Anciana Kaede, ¿Que necesita?-pregunto sin poder esconder su malestar cuando llegó.

-Quita esa cara mi niña-reprendió la mujer mayor robusta.-Necesito de tu ayuda. Ya sabes que estoy demasiado vieja.-alzó una mano arrugada para acallar a la morena.-Kohaku enfermo gravemente, al parecer en su última batalla contra un demonio fue herido profundamente y el veneno es letal. Tu poder lograra eliminar parte del veneno pero no todo por eso iras a buscar una flor violeta con bordes dorados. El tiempo que tienes es un mes.

-!Pobre Kohaku¡ !Oh, dios¡ !Sango debe estar destrozada¡-se lamento profundamente preocupada.-¿Donde consigo la flor?-preguntó con firmeza.

-En el territorio del norte, oculta en el bosque.-indico.- Pero escucha, mi niña. Es muy peligroso, en esa zona hay más actividad demoníaca que en otras. Ten en cuenta siempre que ellos se alimentan de poderes de sacerdotisas, eso es lo que los diferencia tendrás que ir acompañada-añadió.

-Claro.-acepto.-InuYasha me acompañara.

Kaede torció el gesto, preocupada.

-Lo dudo. El partido de la aldea ayer por la noche.-soltó con tacto.-No se sabe cuando regresa.

Una sombra cruzó por su rostro.

-No me lo dijo-murmuró amargada.-¿Porque no me lo dijo?

-Deseaba no lastimarte mas, Ahome por eso se fue.-intentó consolar a la joven dolida.

-No importa.-dijo con voz fuerte, queriendo restar importancia.-Viajare al Norte, y no llores pequeña. Kohaku estará muy bien.-murmuró con un tono suave y tierno la pequeña llorosa.

-Sí, señorita Ahome.-susurró entre lágrimas.

Esbozó una forzada sonrisa y se excusó antes de retirarse de la cabaña. Se dirigió inconsciente donde el día de ayer estuvo descansando.

/!Tonto¡ !Tonto¡ !Y mil veces tonto¡ cuando más se lo necesita desaparece. !Uggg¡ encima no solo se fue sino que también se llevo mi corazón. !Tonto¡/ Sumida en sus lamentos y quejas internas, no reparó en el demonio.

Su olor, lo alertó y sin vacilar ordenó a su sirviente ir de visitas a la aldea. Su aura se incremente lo justo para hacer notar su presencia.

-!Ah¡ Sesshomaru-exclamó sorprendida Ahome cuando noto su presencia. -¿Que haces acá?-quiso saber.

-Hummm...ummm-murmuró.

-Yo vine para solucionar un problema.-siguió hablando.-¿Visitas a Rin?

-Silencio, Humana-ordenó seco.

-!Ahome¡-corrigió entre dientes.-!Ahome¡-repitió.-y para que sepas no me importa un cuerno que haces, perro estúpido.

El la miró furibundo con esos glaciares ojos.

Molesta, se sienta en una roca cercana, farfullando entre dientes. Los ojos de acero, la siguieron escrutando cada movimiento, divirtiéndose. El problema, le causó cierta curiosidad.

-¿Que clase de problema puedes llegar a tener, humana?-se mofo.-el híbrido no te complace ¿Verdad?-añadió con veneno.

-!Bruto¡-reprendió con sus mejillas sonrojadas.-Aparte nunca estuve con el...-admitió apenada por el descaro del demonio.

Sesshomaru la miro con interés genuino, aunque no lo acepte.

-Cuenta-ordenó tajante.

Lo fulminó.-Kohaku enfermo y tengo que ir al norte por una flor medicinal.-resumió.

El mocoso ese, fue quien protegió a Rin en su momento de Naraku. Clavo su intensa mirada en la mujer.-Te acompañaré.-saldará cuentas con ese mocoso.

-¿Como?-pregunto pensando escuchar mal.

No respondió, solo enarco una fina ceja plateada. Luego que las palabras del demonio tomaron forma en su mente, esbozó una débil sonrisa.

-Iremos la región del norte, pienso salir medianoche.

-Bien,-aceptó mientras se levantaba con elegancia.-humana...-añadió burlón.

-!Tarado¡-insulto a la nada. El demonio había desaparecido.

El brote brillo nuevamente, creciendo.

La luna apareció y por fin se posó en lo más alto, modelando para todos. Ambos se reunieron y comenzaron su viaje. El silencio era muy molesto para ella. Demasiado.

-¿Porque me ayudas?-pregunto después de dos horas.

No hubo respuesta.

-¿Sabes donde estamos?-

-Si.

-¿Ya estamos en el Norte?

-No.

-¿Falta mucho?

-Si.

-!Que hablador que estas¡-protesto irritada.

El silencio volvió apoderarse burlando los nervios de la miko. Ahome pensó como encontrar la flor y el solo se permitió disfrutar de su presencia muy a su pesar.

-Sesshomaru.-llamo Ahome algo cansada.

-¿Que?

-Descansemos.-pidió-por favor.

-No.

-¿Por qué no?-protesto.

-Estas a la mira-señaló fríamente.-nos vienen siguiendo, algunos demonios.

Ahome soltó un bufido, siguiéndolo arrastrando de malas ganas sus pies. Acamparon en un claro, después de dos horas más de caminata y Ahome se durmió rápidamente con Sesshomaru vigilando.

A la mañana siguiente, ambos despertaron y no bastó ni dos segundo antes de ser atacados por un grupo de demonios. Lo eliminaron con dificultad. Aparecía demonios tras demonios agotando a la joven, logrando herida. En cambio, el no sufrió ni un raspón.

Machas negras acudieron a su visión hasta oscurecer todo. Su joven cuerpo se relajo y sin evitarlo se desmayó exhausta.

Al anochecer recuperó su conciencia, sintiendo una agradable calidez. Despacio abrió sus ojos y miró la fogata. Intentó acercarse más, quería más calor. Se tambaleó débil y algo afelpado detuvo su caída.

-Despacio, estúpida.-ordenó Sesshomaru frío. La envolvió con su cola.-no pasaras frió.

Esta acción causa que nuevamente brille la diminuta rosa sin color aun.

Después de eso, no hablaron más. Tardaron dos semanas en llegar hasta el lugar. Ahome tomó la flor, inconfundible.

-Esta es.-murmuró aliviada.

-Hummm.-gruño por lo bajo, decepcionado. Muy dentro suyo, no deseaba que termine ese viaje.

Se niega a separarse nuevamente de ella. No lo admitirá nunca pero alguna forma encontrara para que ella se quede a su lado por su desicion propia. Retomaron el camino silenciosos. Cada uno con sus pesares. Ni Ahome estaba gustosa con separarse, si alegre por tener la medicina para Kohaku pero al fin de cuentas le agrada la presencia de ese demonio. Torpe, no vio una raíz que sobre salia y tropezó. Ágil, Sesshomaru la tomó de la cintura y su mirada penetrante se clavó en esos hermosos ojos, ocurrió lo mismo con ella. Sin reparo, bajo su vista en esa boca carnosa y sus ojos se oscurecieron de deseo. Contuvo el aliento cuando ella entreabrió sus labios y bajó su boca a la de ella, tomándola sin permiso, despacio saboreando cada rincón y abrumados con el deseo ferviente. Enredó su lengua con la cálida y húmeda de ella.

-Sesshomaru...-susurro contra su boca cuando se separaron.

-Ahome.

Su nombre sonó delicioso en su boca. Y le encanto el modo que hacía sacudir su cuerpo, al pronunciar su nombre con ese tono profundo y ronco.

-Mía...-declaró en voz alta y firme.

Naturalmente protestaría pero la forma en que la miraba, le quitaba el aliento y hacía que su corazón latiese frenético. No necesitaba palabras. Sus ojos lo decían todo. Algo dentro de ella estalló.

-Tuya-acepto con una sonrisa. El sonrió lánguidamente antes de tomar nuevamente su boca. Estaba decidido, él la haría suya legalmente. Haría el amor a ese cuerpo hermoso y robaría ahora el su corazón.

Finalmente la rosa, terminó de crecer, enamorando con su belleza de pétalos azules y tallo plateado. El deseo se cumplió.

Ambos volvieron a la aldea en cuatro días, Kohaku se recuperó a paso lento disfrutando de las atenciones de su linda enfermera, Rin.

Un día, ambos descubrieron la hermosa rosa. Donde ambos sin quererlo pidieron el su deseo.

-Qué hermosa.-murmuró con admiración Ahome.

El asintió. La estrechó entre sus poderosos brazos y la beso.

Comenzaron una nueva vida juntos, no muy lejos de la aldea pero si lo suficiente para tener intimidad.

La rosa se creó y el deseo se cumplió.

Fin.