Capitulo I: Malos inicios
En el amazonas durante una noche lluviosa yacían una pareja de guacamayos escarlata en su humilde nido, los acompañaba un delicado huevo, el macho se veía fuerte y rudo, sin embargo su mirada se mostraba un tanto preocupada por su esposa, la hembra por otro lado era muy bella, sus plumas largas y coloridas adornaban su cabeza, sus alas rodeaban el huevo, pero se veía cansada y con sueño.
-Oh, Amanda, no has dormido nada por cuidar de nuestro huevo, es mejor que descanses, yo lo cuidare esta noche.-Dijo el macho dándole un tierno beso a su esposa.
-Alberto, sabes que es muy importante cuidar del huevo no queremos que le pase nada malo, sabes que estos rumbos no son seguros, he escuchado que últimamente hay malvados rufianes que roban a los huevos .- Contestó Amanda dando un gran bostezo de cansancio y sin más que decir se quedo dormida con el huevo en sus alas.
-Descansa mi amor.- Respondió Alberto y tomó al huevo en sus alas para que su bella ave pudiera descansar bien.
Así pasaron horas y Amanda seguía en profundo sueño, de pronto entre los arbustos se escucharon pisadas rápidas que crujían entre las ramas secas del suelo, el viento soplaba tanto que parecía estar susurrando. De pronto se oyó un estruendoso crujido y la pareja de aves adormiladas despertaron sin saber que pasaba, pero no le tomaron mucha importancia. Al rato se volvió a escuchar un espantoso ruido, entonces repentinamente la rama y el nido se cayeron, pero afortunadamente al huevo no le paso nada gracias a su padre que lo protegió con sus grandes alas, los esposos muy asustados por el golpe decidieron abandonar su hogar y consigo se llevaron a su huevito, en eso aparecieron humanos con una larga red que capturó a los guacamayos, a los padres los enjaularon dentro en una avioneta mientras que al huevo lo separaron de sus padres y lo metieron en otro avión.
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La madre desesperada luchó en vano para liberarse viendo como la avioneta donde iba el huevo se alejaba con un rumbo desconocido.
-¡No, mi huevo noooo!-Gritaba exasperada dando alarido de dolor.
-No podemos hacer nada querida.-Exclamó tristemente Alberto mientras abrazaba a su esposa que derramaba lagrimas de sufrimiento.
-¿Por queeeeeé tenía que pasar esto? ¡¿Por queeeeeeé?!-Chillaba le bella ave.
-Lo se mi amor, a mi también me pesa verlo partir solo y sin nuestra compañía,solo podemos esperar que se convierta en una gran ave *Llorando frías lágrimas de nostalgia* -¡Prometo encontrarte algún día mi pequeño(a) y ese día sabras cuan intenso es el amor de un padre y de una madre, te daré todo el amor que te debo y te vengare!-Gritó furioso.
Ambos guacamayos se quedaron tristes y sin decir ninguna palabra, honrando asi a su huevo secuestrado.
Fin del capitulo uno. Dejen comentarios pero por favor no sean tan críticos, soy una escritora principiante, mi narración no es tan buena pero hago mi esfuerzo, por cierto este fic ya tendrá sus momentos alegres, solo les pido continuen leyendo ¡te desea un gran día, tu amiga NayitaPerla2510!
