Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Por: Peerfectaa y su amiga Lorelei.

Hola :) antes de comenzar a leer este nuevo fanfic, me gustaría decir que Sakura CardCaptor no me pertenece, solo utilizo a los personajes que tampoco me pertenecen, para mi diversión y sin fines de lucro.

Este fic nació de una noche donde la imaginación y extrañas personalidades hicieron presencia entre risas y café, junto a mi mejor amiga Lorelei, quien es mi "co-autora" solo que se duerme en el momento de la redacción, pero nos complementamos muchos, ella me dice palabras, yo armo un texto, charlamos de la trama y hacemos un borrador, yo redacto y ella…duerme, si tenemos suerte, actualizaremos cada una semana, pero todo dependiendo de si es del agrado de los lectores, y de si nuestras otras personalidades no dejan continuar, muchas gracias :D

Introducción.

Abro los ojos lentamente, como si recién me despertara. Observó a mi alrededor y puedo verlo… puedo ver a las personas indiferentes preocupadas en sus tareas diarias, tristes. Sosteniendo paraguas. Caminan como si fuera la misma rutina todos los días, debe de ser así. Pero cuando pasan por mi lado, no las siento, es como si me traspasaran, como si yo no existiera, como si yo no fuera nada. Miro al cielo y una gran lluvia caótica provoco la ruptura de los rayos del sol, que son inexistentes por las nubes, que no lo dejan mostrar su hermosura intrusa. Pero no siento nada, no puedo sentir las fuertes gotas rozando mi cuerpo, parece como si ellas, al igual que las personas, me ignoraran. ¿Nadie nota que estoy aquí? ¿Nadie nota que me pasan por al lado? Una mujer se detiene en frente mío, la miro pero ella no me presta atención, solo está atenta a cuando se pondrá la luz roja para cruzar a través de los autos y cuando le quiero tocar el hombro mi mano traspasa su cuerpo. Mi cuerpo comienza a moverse, no sé dónde voy, lo único que sé que a donde voy, nadie me está esperando. Mis pies se mueven, a dónde me dirijo? Estoy siendo llevado por mí mismo, a un lugar que no sé donde es, pero eso parece no importarme tampoco. No me importa ver como la gente me ignora, ni como la lluvia me traspasa, ni me preocupo por mi destino, lo que de verdad me parece extraño es la sensación de vacío que tengo dentro. Siento como si el sentido de mi vida no estuviera, me siento triste, lleno de nada y de dolor a la vez, es lo más parecido a la amargura, nunca me sentí de esta forma. Nunca sentí tanta amargura en mi vida, me pregunto, si mis días son así en verdad. Al cruzar la calle, a mi derecha veo un lujoso hotel, que contando los pisos son 10 en total, hay un gran cartel anunciando su inauguración, pero tampoco sus hermosos detalles hacen que mi cuerpo frene a admirarlo. Sigo caminando perdido en mis pies que suben unas eternas escaleras, mientras trato de comprender mis sensaciones, mi cuerpo es llevado como si conociera esa camino de memoria, me siento en unos bancos de madera duros e incómodos, con la cabeza baja, mis ojos se dan cuenta que estoy en una iglesia, en el funeral de alguien, y mucha gente llora, se abrazan y se secan las lagrimas entre ellos. A mi lado hay una bellísima mujer, que parece sacada de un catalogo de modelos, tiene un largo cabello grisáceo y joven, que llega hasta su cintura con envidiables rizos, junto a ella hay otra mujer de cabello rojizo abrazándola. Mientras hablan tristemente.

"¿Cómo pudo pasar esto, Sonomi? ¿Porque ella, porque mi princesa?"- decía la mujer modelo que vestía de negro, tan negro como mis emociones, y su mirada estaba perdida, no parecía que estuviera en sí. La mujer de cabello rojizo la abraza. Las puedo reconocer, se que las conozco, se que las vi en mi vida cotidiana. ¿De quién hablan? Un sacerdote comienza a hablar, frente a él se encuentra un ataúd. Debo ver quien murió, se que debo hacerlo, cuando camino por ese delgado pasillo hasta ver el ataúd, puedo verme, como si fuera un espejo, pero ese joven que está ahí tiene los ojos rojos de tanto llorar, quiero tocarme a mí mismo, como si quisiera meterme dentro de mi propio cuerpo pero no puedo, mi cuerpo sigue encaprichado en ver quien está dentro del ataúd, al acercarme la veo, y siento como un puñal golpea mi corazón, y me vuelve esa sensación de vacío, siento ganas de llorar, pero no puedo, toco la pálida mejilla del cuerpo que está en el ataúd, ese cuerpo sin alma, sin vida, inerte reposado allí. Ella no parece estar dormida, sus ojos verde jade no se pueden admirar. La expresión en su rostro es de dolor. ¡Despierta Sakura! ¡Tú no estás muerta! ¡No puedes estarlo! Grito, lloro y nadie lo ve, o existo. Yo no puedo estar en un mundo que ella abandona. Ella es la razón de mi vida, ella es el amor de mi vida, en esta vida y en todas las vidas. ¡Por favor Sakura, no mueras! ¡No me dejes! Miro hacia donde esta mi otro yo, y corro hacia él, lo quiero levantar, pero no lo siento. No soporto ser invisible, no soporto una vida sin mí Sakura.

Capitulo Uno: Nostalgia.

Si supieras
La locura que llevo
Que me hiere
Y me mata por dentro
Y que mas da
Mira que al final
Lo que importa es que te quiero.

"¡SAKURA!"- grito un hombre de cabellos café despertando de un sueño que lo había sentido en carne propia, estaba agitado y su corazón muy acelerado.

"¡SHAORAN!"- rápidamente la mujer que estaba junto a él en una cama matrimonial lo abrazo, asustada también.

"Estas aquí Sakura. Estas aquí conmigo."- el hombre la abrazo más fuerte para saber si era real lo que veía. Ella estaba bien, estaba junto a él. Y eso era lo que más le importaba.

"Estoy aquí contigo, mi amor. Siempre estoy contigo."- contesto ella conmocionada, besando la mejilla del dueño de su amor. El joven tomo el rostro de la mujer con sus manos, llevándola hacia su nariz.

"Gracias."- sonrió él, dándose cuenta que todo había sido un mal sueño. Ella no estaba fría, y estaba junto a él. La mujer, miro hacia atrás observando el reloj.

"¡SHAORAN, ES MUY TARDE DE NUEVO! ¡NO HEMOS DESAYUNADO!"- exclamo la castaña saltando de la cama exaltada, no sin antes tropezarse con las sabanas cayendo torpemente al piso. El hombre de ojos ámbar comenzó a reír, Sakura todas las mañanas repetía la misma historia. Mientras la mujer corría de un lado a otro, el rostro de Shaoran se preocupaba por aquel sueño. Hace cinco noches que sucedía lo mismo, y siempre se levantaba asustado, pero al darse cuenta que todo era un sueño, aquella felicidad cubría su cuerpo, saber que todo había sido una ilusión y que en realidad ella despertaba a su lado lo hacía sentir alegre, y todas las sensaciones amargas que sentía en el sueño, se volvían nada. Era tan dulce llenarse del aroma a flores que tenia Sakura por la mañana, mirarla correr de un lado a otro lo hacía darse cuenta de que ella era su razón de vivir, aquel amor que siempre había buscado, y había encontrado en Sakura, su esposa. Sonrió… al verla saltar sobre la ropa. Definitivamente el no podía vivir en un mundo o una vida donde ella no existiera, su alma no tendría sentido.-"Vamos Shaoran levántate. Hoy trabajaras en tu nuevo proyecto! No estás emocionado?"- grito la ojiverde desde el baño, rápidamente Shaoran se vistió, apresurado al mirar el reloj por segunda vez.

Shaoran Li es un arquitecto recién comenzando en su carrera, tiene 25 años. Y hace exactamente 10 años, que esta perdidamente enamorado de Sakura Kinomoto, que hace unos meses se convirtió en su esposa, son personas tan diferentes, pero se complementan, ambos siempre soñaron una persona como el otro. Se enamoraron tan rápidamente y sin conflictos, que hace que su historia de amor sea perfecta. Pero hace unos días que Shaoran tiene aquel sueño que lo hace sentirse increíblemente confundido, y desorientado. Busco en todos los libros sobre interpretaciones de sueños, hablo con un psicólogo que no sabe decirle que sucede. Aquellas imágenes lo hacen sentir tan extraño, pero cuando despierta y puedo sentir a su Sakura, todo desaparece. Tiente tanto miedo a perderla, que no se puede concentrar en su trabajo. Hoy el joven Li trabajara conjuntamente para un nuevo proyecto a pedido de una empresa.

Al llegar a su pequeña oficina, se arregla el cabello, y un hombre de cabellos azulados y de traje se sienta frente al escritorio de Shaoran Li.

"Buenos días, Li"- saludo el hombre de anteojos regalándole una bella sonrisa al dueño de los ojos ámbar.

"Buenos días Hiragisawa, por favor toma asiento."- invito el castaño y ambos hombres estrecharon sus manos.-"Bueno, cuéntame acerca del proyecto."

"Quiero que sepa que a pesar de que usted no tenga muchos años de experiencia soy un gran admirador de su trabajo, por eso lo elegí a usted, me eh dado cuenta que usted es muy prolijo, y tiene en cuenta muchas cosas al hacer sus diseños. Observa muchos detalles, lo cuales muchos arquitectos no tendrían en cuenta."- admiraba el señor Hiragizawa, a lo que Shaoran adquiría un suave rubor en sus mejillas.

"Muchísimas gracias por confiar en mí, señor Hiragizawa. Y por prestarle tanta atención a mis limitados trabajos. Me gusta mucho lo que hago, y le dedico mucho tiempo."- avergonzado y halagado Shaoran rascaba su cabeza, le agradaba que sus clientes admiraran su trabajo, además el se esforzaba mucho en que el cliente quede satisfecho con el trabajo finalizado, y en el momento de la construcción, Shaoran también ayudaba con detalles y decoraciones.

"Por favor, igualmente además de buscarlo por su talento, soy un gran admirador de su esposa, leí casi todos sus libros."-

"Muchas gracias, Sakura y yo tenemos la suerte de vivir por lo que nos gusta, y levantarnos con ganas de trabajar."- sonrió Shaoran, al cabo de unos momentos de pequeñas conversaciones, el hombre Hiragizawa le contaba a Shaoran como era la idea de este nuevo edificio que construirían. Lograron un buen dúo, con mucha química, a ninguno de los dos se les torno aburrida.

Sakura Li era escritorio de novelas, pero ser escritora no es tarea sencilla, se le hace difícil cuando no está inspirada. Ella intentaba buscar su inspiración en cualquier lugar de la ciudad, cualquier esquina de un bar, o cualquier objeto o lugar de la casa. La hermosa mujer estaba frente a un espejo observando detalladamente cada centímetro de sus ojos verdes, buscando allí un gramo de inspiración. Había perdido una hora y media frente al espejo, al no encontrar nada, ni siquiera una musa penosa por no satisfacer sus ideales, camino hacia la habitación matrimonial y se escondió debajo de la cama…y allí nada. Se sentó en el piso y observo aquella habitación durazno, buscando entre algún rincón algo que le encendiera sus ideas. Tenía muchas tramas, muchas situaciones pero no eran lo suficientemente buenas. Se estaba por dar por vencida cuando recordó que era la hora de la cena, cuando su esposo llegaría y aun no había comenzado a hacer algo.

"¡UN MOMENTO! CLARO! LO EH TENIDO TODO ESTE TIEMPO!"- grito Sakura llena de inspiración, salió corriendo hacia su computadora, tomo un lápiz y un block de papel y como si estuviera poseída o viviendo en otra realidad comenzó a teclear el principio de un nuevo libro.- "Stephenie Meyer tú y tus vampiros, tengan miedo. Mucho miedo."- rio malévolamente desapareciendo de la realidad y se introdujo al mundo donde nunca nada se esconde, en ese mundo donde sus personajes cobran vida, y solo Sakura puede entrar. La hora de la cena ya había llegado, pero la mujer castaña aun no había comenzado a hacer nada. La puerta del bien decorado departamento se abrió, y Shaoran entro muy feliz a su casa, dejo su portafolio junto a la puerta, y noto que su esposa no se encontraba en el living. El departamento no era muy grande: contaba con un living decorado con flores secas, un sofá de tres cuerpos color blanco, y frente a este un televisor, una ventana que dejara pasar mucha luz, ya que Sakura no podía vivir en un lugar donde la luz solar no se abundante, una mesita con velas. Y una amplia biblioteca, dado que a los recién casados les agradaba mucho leer. Una cocina no muy grande que podía envidiar un nevera grande y costosa, las alacenas, que dentro de ellas se escondían traviesos los utensilios, las tazas de té y las teteras, una mesa redonda y cuatro sillas que a pedido de Sakura eran diferentes, según ella cada una de ellas la llevaba a otro mundo donde su imaginación la ayudaba para sus libros. El departamento también contaba con un pasillo angosto y dejando ver solo tres puertas, la del baño, la habitación que compartían Shaoran y su mujer, y una habitación que la mujer misma se había encargado de decorar a su manera, era como la oficina.

Shaoran se puso cómodo, pero algo le estaba trayendo problemas. Al no sentir el aroma a comida le hacía saber que Sakura estaba encerrada en su oficina, comenzó a preocuparse porque su mujer no había ido a recibirlo a la entrada, la busco por todo el departamento, el corazón de Shaoran comenzó a latir asustado. Sakura no estaba en ningún lado. Los ojos ámbar del hombre comenzaron a empañarse, sintió miedo de que ella no estuviera, se acerco al baño, y detrás de la cortina de la ducha salió la castaña abrazándolo, cayendo ambos al piso, la mujer tenía un semblante alegre, pero a decir verdad no eran bromas que en este momento Shaoran podía tomárselas a bien, al descubrir el escondite de su esposa, el castaño la deposito en el suelo y se levanto cabizbaja. La ojiverde lo miro sorprendida, el siempre se tomaba ese tipo de bromas, en muchas ocasiones se divertían jugando a las escondidas como dos niños.

"No vuelvas a hacerlo Sakura!"- murmuro el joven Li, limpiando una lagrima que delataba su preocupación y sus miedos. Sakura se sintió culpable al presenciar el rostro del dueño de los ámbares. Y se levanto del suelo, busco lugar entre los brazos de Shaoran.

"No creí que te lo tomarías de esta forma Shaoran."- se apeno Sakura, ella había notado que su marido había estado extraño toda la semana, y no sabía qué era lo que sucedía, a pesar de que era una exageración lo que había dicho el hombre, ella se sintió culpable.

"Discúlpame. Yo me preocupe mucho."- se explico Shaoran, y sin dejar que Sakura preguntara la razón y agrego.-"Eh tenido esta semana unos horribles sueños entorno a ti, y tengo mucho miedo a perderte."

"Yo no lo sabía… no quiero preocuparte."- dijo Sakura perdiéndose en el aroma de la camisa de su hombre, rápidamente su rostro adquirió una expresión de niñez y arrugando sus finos labios, sus ojos comenzaron a temblar.-" Siempre me haces sentir como una estúpida…buaaaa… me siento tan inmadura cuando tú me hablas con toda tu perfecta amabilidad, haciéndome entender que tengo que crecer en algún momento de mi vida, y solo diciéndome unas palabras yo… yo… lo siento! BUAAAAAA!"- Shaoran había olvidado lo sensible que podía ser Sakura, y comenzó a reír, aun abrazándola, solo que esta vez el abrazo divertido.

"ERES TAN LINDA CUANDO LLORAS, TE VERIA LLORAR TODO EL DIA!- grito Shaoran con corazones en sus ojos. Mientras Sakura lo golpeaba con cortos movimientos en el pecho.

"QUE CLASE DE ESPOSO ERES SHAORAN LI! NINGUN ESPOSO LE DICE ESO A UNA ESPOSA, EL ESPOSO DE TOMOYO NO LE DICE ESAS COSAS A ELLA. DEBE SER PORQUE SON FELICES!"- gritaba irónica Sakura por toda la casa, sin dejarse alcanzar por Shaoran que iba divertido corriendo tras ella.

"Tal vez no le dice esas cosas, porque ella cocina Sakura Kinomoto."- reía Shaoran saltando sobre la cama matrimonial donde debajo de ella Sakura se escondía nuevamente. El castaño se recostó y espero que la mujer atacara nuevamente, solo que ella se sentó junto a el pero en el piso.

"Es porque Tomoyo cocina muy rico, y yo no verdad?"- casi imitando a una niña, Shaoran la ayudo a subir a la cama tomando de sus esbeltos brazos.

"Debe ser por eso mi amor."- bromeo Shaoran acostando los cabellos de Sakura en su pecho, ella aun se encontraba apenada por haberlo preocupado.

"¿Me puedes contar tus sueños?"- pregunto Sakura, mientras sus ojos se concentraban en un botón que Shaoran tenía en su camisa.

"No creo que sea buena idea."- se entristeció Shaoran sentándose, Sakura solo imitaba las posturas del hombre.

"¿Te dan mucho miedo?¿Son pesadillas?."

"Si, vivir en un mundo sin ti, sería una pesadilla."

"Tú me amas."- sonrió la castaña acercando su rostro al del hombre.

"Más de lo que te puedo decir."- confeso. Sakura tomo la mano de Shaoran y la llevo al pecho, para que Shaoran pudiera sentir su corazón, el castaño sonrió al sentir que se encontraba acelerado. Luego dulcemente Sakura llevo la mano de Shaoran a su rostro, frotando su mejilla.

"Siempre creí en la magia."- finalizo Sakura abrazando a su esposo. –" Quieres que cocinemos algo rápido, y luego trabajamos."

"¿Trabajamos? Comenzaste tu nuevo libro?"- pregunto Shaoran mientras daba pasos suaves por un pasillo, la mujer iba tras el saltando con delicadeza, llegaron a la cocina con un plan de cocinar algo para cenar. Sakura se sentó sobre una de las mesadas de mármol.

"Creo que no te conté, si bueno… No tengo una idea fija, pero estoy haciendo un borrador."- dijo divertida la mujer, abriendo un vino tinto. Mientras el castaño buscaba unas verduras en la gran heladera.-"¡Pero…espera! Como te fue con el nuevo proyecto?"- decía mientras servía el vino tinto en dos copas.

"Excelente, se llama Eriol Hiragizawa, quiere hacer un hotel cinco estrellas y que las habitaciones tengan diferentes vistas a distintos partes de la ciudad, y también va a haber oficinas, creo que estéticamente va a ser hermoso."- dijo Shaoran alegre, imaginándose cada detalle del proyecto terminado, mientras cortaba carne esta vez.-"Cortas las verduras?"

"Estas muy emocionado."- observo Sakura, mientras se paraba junto a el, y comenzaba a cortar una cebolla.-"¿Cuantos pisos tiene?"

"Cuenta con…"- recordó aquel sueño donde parecía un fantasma, en un momento del sueño el miraba un hotel con diez pisos. Sus brazos se tensaron y la afilada hoja del cuchillo rozo su dedo, haciendo un diminuto corte. Sakura lo miro con ojos de preocupación, al notar tal expresión el hombre sonrió, y evito cualquier pregunta.-"Lo siento, estaba pensando en algunas detalles que serian hermosos. Cuenta con diez pisos."- agrego. Sakura comenzó a saltar de un lado a otro con gran emoción.

"Sera bellísimo Shaoran. TE FELICITO MI AMOR"

"Además el señor Hiragizawa es un admirador tuyo."

"Eso te debió alegrar mucho."- el rostro de Sakura se torno un poco triste.-" Me gustaría que más gente leyera mis libros, me gustaría ser conocida mundialmente, pero aun no lo soy, solo me conocen en Japón."- mientras la energía que tenia para cortar las cebollas se aminoraba, sus ojos se llenaron de lagrimas.

"¿Vas a llorar? Mi amor eso lo lograras con esfuerzo, tienes mucho talento para escribir, créeme. No llores por eso."

"NO ES POR ESO SHAORAN. ES POR LA ESTÚPIDA CEBOLLA"- grito Sakura mientras sus ojos le ardían, y los dos comenzaron a reír. Siguieron preparando la cena acompañándola con charlas divertidas, y algunos movimientos torpes de la ojiverde, cuando la comida estuvo servida, Sakura comenzó a contarle su nueva historia, y a medida que Shaoran la ayudaba con la inspiración, ella anotaba todo, aunque a veces se le hacia difícil concentrarse en las palabras de su esposo. Ella estaba perdidamente enamorada, y cuando él hablaba ella se dispersaba por cada detalle del rostro masculino, observaba atenta sus ojos ámbar que desprendían chispas e inocencia. Luego se acostaron, caídos en los brazos de Morfeo, quien sin impórtale el tiempo los durmió abrazados y sonrientes. La magia de los sueños se apodero de Shaoran mas rápido, mientras su cuerpo y su alma caían conjuntamente en una cama que golpeo su espalda, otra vez comenzaría a soñar. Sus ojos comenzaron a abrirse, como podía ser que otra vez el sol iluminara sus ojos, sintió que había dormido cinco minutos. No entendía y tampoco quería abrir sus profundos ámbares, mirando hacia el techo noto que había bordes de oro en el blanco techo. Se sentó en aquella cama, se asusto al darse cuenta que no era la de él, y su Sakura no estaba allí. ¿Qué sucede? Se recobro en su cuerpo, y tampoco era su habitación, todo era muy elegante y muy antiguo en esta. Un inmenso sol lo encandilaba, se sentó nuevamente sobre la cama, que era alta y toda de oro. Tomo su cabeza e intento volver a dormir, intentaba dormirse. La puerta de esta arrogante habitación se abrió, Shaoran quedo impactado anta la figura majestuosa que hacia presencia frente a el, y lo miraba serenada.

"Ah…llegaste. ¿Qué clase de modales son estos?"- pregunto una hermosa mujer de ojos verde jade, y cabello castaño que llegaba hasta mas debajo de su cintura, luciendo un peinado sencillo. Vestía como una princesa con un vestido largo y sus piernas descubiertas.-"No te esperaba tan temprano."

Continuara.

La canción que aparece en el primer capitulo es: Héroe – Enrique Iglesias.

Gracias por haberse tomado el tiempo de leer, esperamos sus comentarios.