Aclaraciones de lectura:
-Letra normal: dialogo, relato.
-Letra en cursiva: pensamientos de los personajes.
SALTÁNDO A LA PESADILLA
Tras un momento de pánico al ser arrancado por la muerte, el frío azusante se metió en él hasta los huesos, como una daga cortándole en tiritas. Lo siguiente que supo era que estaba tirado sobre una superficie dura, podía contar ahora sus costillas por el dolor tan intenso. Era consciente de su incapacidad para moverse y escuchaba voces a lo lejos, sin embargo y aunque sentía que podía mover sus párpados, la luz tardó en llegar a sus ojos.
Lo siguiente que procesó fue como maldijo a todos sus antecesores y a la persona que le había alzado, todos y cada uno de sus huesos tronaron moviéndose en sus articulaciones y en tanto el sudor frío se deslizaba por su piel así mismo el viento golpeaba allí donde no estaba cubierto.
El aura mortuoria extrañamente no estaba, debía estar alucinando en el mejor de los casos, eso significaba que aún no terminaba de morir, pero podía darse por muerto.
Unas voces lejanas y la certeza de ser atraído a otro cuerpo, le hizo salir de su propio mutismo y sus sentidos despertaron, entonces el olor más exquisito golpeó sus fosas nasales haciéndole cosquillas.
Una risa muy cercana le hizo centrar su atención en su benefactor, quien quiera que fuese lo estaba disfrutando de lo lindo. No podía ver entre tanta niebla pero escuchó su nombre y quedó algo desorientado ante el hecho, debía estar entre la puerta de la vida y la muerte porque creía escuchar la voz de su mejor amigo llamándole.
-Lu-cius…
Un chasquido fue emitido muy cerca de su oído mas no le prestó atención, se había lastimado la garganta en el esfuerzo.
Escuchó más voces y jaleo del que podía soportar, y fue alzado sobre sus pies, sintiendo humedad bajo ellos.
-Vamos, hay que sanar esas heridas
-Déjalo a mi cargo, peliteñido, y sal de aquí
Se escucharon varios gruñidos y palabras que no lograba captar se perdieron en el aire cuando cayó sobre algo suave y esponjoso, resintiendo tan sólo un instante el calor del otro cuerpo que fue sustituido por unas colchas.
No supo cuánto tiempo pasó, mas al despertar lo había hecho descubriéndose muy curioso para su propio bien, aunque se conocía perfectamente como para dudar de todo, le extrañaba su propia actitud ya que parecía un cachorro.
¿Era su imaginación o estaba olisqueando las sábanas y algo más sólido?
Un perfume más tentador le atrajo a un extremo del lecho y giró, sintiéndose extrañamente pesado y sin dolor. Al incorporarse quedó frente a una figura extrañamente familiar, pero que no lograba distinguir. Estaba tan centrado en los movimientos de aquel cuerpo que se desconocía a sí mismo y lo estuvo aún más cuando saltó sobre el otro cuerpo.
Perdió el control de sí mismo desde entonces y cuando despertó lo hizo tan lúcido que no sólo veía todo en detalle, desconociendo el lugar donde estaba, sino que también se sorprendió de estar realmente vivo.
Respiraba, podía sentir, su corazón latía y su piel estaba caliente, incluso sin heridas.
Bueno, eso último le chocó.
No obstante lo que le hizo casi desmayarse no fue ese sorprendente hecho, y las preguntas que llovieron en cascada después, sino el descubrir a quien tenía abrazado a su pecho.
Debía ser una broma, una de muy mal gusto, o quizás una pesadilla.
Sirius Black nunca se había acercado a estar tan siquiera al fondo de su lista de amantes y sin embargo allí estaba, y muy vivo según podía notar.
Debía estar alucinando.
Se supone que el pulgoso había caído tras el velo y que él había muerto a manos del Lord, entonces cómo se explicaba el hecho de tenerle allí y…
Oh…
…Esperen un momento…
¡¿Qué diablos hacía el chucho, desnudo bajo su cuerpo y gimiendo como una perra?!
Debía estar en el infierno, pero ¿por qué se sentía tan bien?
Sus manos fueron más rápidas que su mente y se aferraron a las caderas del otro, sin saber si detener o ayudar a los avances del Black, quien molía su ingle contra la suya y…
Oh… joder…
¿Era su imaginación o estaba bien enterrado en su culo?
Lo descubrió cuando sintió su polla endurecida cobrar vida y ser apretada con calor.
Un bajo gemido del otro fue suficiente para ponerlo en marcha y machacarlo bajo su cuerpo, pistoneando y embistiendo aquella húmeda y apretada cavidad como si no hubiese mañana.
Y sus labios…
¿Quién diría que los labios del chucho eran tan exquisitos? No podía parar de chuparlos y morderlos.
Por un momento se olvidó a quién se estaba follando y disfrutó de una ardiente sesión de sexo. Su mano se enganchó a la base de la cola del Black mayor y…
Entonces descubrió que no eran manos sino garras las que sostenían el cuerpo bajo el suyo y que sus pieles estaban cubiertas de sudor… sus dientes lastimaban al abrirse paso en sus encías y para su horror se descubrió mordiendo el cuello del chucho, quien lanzó un alarido de dolor mezclado con placer que sólo hizo aumentar la fuera de las embestidas, entonces en un momento dejó de moverse y se descargó en el interior de aquella cavidad, chorros y chorros manaban aparentemente sin fin, aquellas paredes le ordeñaban si misericordia y cuando quiso retirarse se encontró atrapado y a su compañero desmayado.
¿Y ahora?
Él no iba a quedarse simplemente a esperar que el pulgoso despertase o a que este liberase su miembro. Él iba a tener respuestas, como que se llamaba Severus Snape.
