Descargo de responsabilidad: Love Stage no me pertenece.


DESPIERTO

Izumi dormía a su lado. Hermoso. Suyo. Esa dulzura y esos ojos amados. Diez años esperando volver a verlos, esperando volver a encontrarla. Ugh… No era una chica, no. Pero el dolor del macho herido se vio borrado por el deseo de su cuerpo. Para su sorpresa. Sí, su cuerpo lo deseaba. Con locura. Sin control. Aquella vez casi había abusado de él. Pero él era hetero, ¡por Dios! No, no era posible. De ninguna manera. Sin embargo, se despertaba por las noches anhelando ese cuerpo, esos ojos, llamando a ese nombre. Las noches de insomnio y de sueños húmedos le obligaron a admitir la verdad. Amaba a Izumi. E Izumi era varón. Vale, bueno, pues ya está. Ya lo dijo.

Se sintió despojado de una carga inmensa, libre al fin, sus sentimientos eran libres. Y le llevara el tiempo que le llevara, haría que Izumi lo amara. Porque él lo necesitaba. A él, a la persona llamada Izumi. Y tenerlo como amigo fue maravilloso. Pero tenerlo como amante, no había forma de expresarlo con palabras… Dijera lo que dijera, no podría reflejar con exactitud los sentimientos y emociones de su cuerpo y de su corazón. Fueron diez años viviendo del recuerdo de esos ojos, sí, pero ahora no podría vivir sin la suavidad de ese cuerpo bajo el suyo, sin el calor de su piel, sin la dulce acogida que le daba su boca… No, no podía vivir sin sentir las manos de Izumi en su pecho, sin sentirlas moverse sobre él…

No, después de haber conocido el cielo, jamás volvería a dejarlo. Izumi era suyo. Él era de Izumi. Todo estaba bien.