Este es el primer fic de estilo familiar que escribo, con comedia y situaciones de drama adolescente… inspirada por los excelentes fics de Iukarey… espero les guste. n_n
Disclaimer: Con excepción de la trama de este fic y los ocs que me pertenecen. Todos los demás personajes, nombres, historias y trama de Invasor Zim pertenecen a JHONEN VASQUEZ Y NICKELODEON.
Capítulo 1
Los refugiados
Los chicos se encontraban en el frente de la casa, yendo de un lado a otro, saliendo y entrando con maletas en sus manos cargándolas en la nave, sus miradas se encontraban de vez en cuando en medio de aquel incómodo silencio. Recordaban como sus padres los despertaron repentinamente en medio de la noche, advirtiéndoles de los intrusos irkens que habían irrumpido en su casa, también recordaban como los habían golpeado al intentar protegerlos. Desde que estos tomaron nuevamente el control de la resistencia se habían vuelto blanco de numerosas amenazas por parte del Imperio al que tanto combatían.
-Bien, esta es la última.- Dice la joven vortian de piel rosa saliendo de la casa cargando una maleta para luego entregársela a uno de sus hermanos que inmediatamente la carga en la nave.
-¿Por qué nos tenemos que ir?- Pregunta la joven híbrida de apariencia humana y largos cabellos castaños dejando su maleta en el piso para que su gemelo la recoja.- ¿Por qué no nos podemos quedar a ayudarlos?
-Jen, ya te lo explique.- Dice suspirando Nad, teniendo que repetirle por milésima vez que era por su propia seguridad.
-Pero, no es justo.- Protesta la joven cruzándose de brazos como si fuera una niña.- Ya somos grandes, sabemos como defendernos y luchar contra esos irkens.-
-Seguro serías la primera en salir corriendo.- Agrega su gemelo regresando de la nave con una sonrisa burlona.
Jen no pudo evitar el impulso de comenzar a discutir con Jed reprochándole por su comentario.
-Tengo miedo, mami.- Dice el pequeño híbrido de tan solo seis años sosteniendo entre sus brazos a Koby, su zorrillo mascota.
-Tranquilo, Rio, tus hermanos te van a cuidar.- Contesta con cariño acariciando su cabecita.
-A eso le tengo miedo.- Dice mirando a los gemelos discutir como si fueran niños.
-¿Y donde se supone que iremos?- Pregunta algo enojado Ázzuen pateando unas cuantas piedritas del suelo.
-Hablamos con la señora Shirley.- Responde Lard Nar bajando de la nave que se encontraba estacionada en el jardín.- Dijo que los recibiría con mucho gusto en su casa.
-¡¿Shirley?- Protesta Jen dejando de lado por un momento la pelea.- La vieja ricachona que…
-¡Jen!- La reprocha su padre.
-Esta bien, esta bien…- Vuelve a protestar la chica híbrida.- La señora mayor de alta posición social que financia la resistencia.
Lard Nar se toma la cabeza avergonzado, asintiendo levemente para luego escuchar la protesta de sus hijos que no parecían muy contentos con la idea. La señora Shirley era una extraterrestre proveniente del planeta Lexis, los lexianos eran conocidos por ser seres sumamente cultos y estudiosos quizás por eso tenían una gran conexión y alianza con el planeta Vort. Shirley provenía de una de las familias más acaudaladas, y al igual que muchos otros también sufrió las consecuencias de la invasión irken perdiendo todo y quedando como única heredera de la fortuna familiar, es por eso que desde que los resisty comenzaron a combatir a los irkens y agrandar su ejército se encargo de financiar todos sus proyectos. Era bien conocida por su carácter refinado y sus buenas costumbres y modales tan comunes a su alta posición y por supuesto no gozaba de buena fama entre los jóvenes integrantes de la resistencia que debían soportar sus azarosas críticas a las nuevas modas, ropas, gustos musicales y costumbres.
-¿Y qué se supone que hagamos ahí?- Protesta nuevamente el joven irken.- ¿Sentarnos a leer?
-No sería mala idea que mejoraras tus calificaciones, Ázzuen.- Responde Lard Nar con una sonrisa pensando que no sería tan mala idea después de todo.
Ázzuen resoplo pateando el suelo disgustado, si había algo que le producía alergia además de la contaminada agua de la Tierra eran los libros. Mientras Lard Nar se alejaba del grupo para contestar su comunicador.
-¿Podemos llevar a Koby?- Pregunta Rio acariciando al zorrillo que responde con un suave movimiento de su peluda cola negra y blanca.
-No creo que sea una buena idea, Rio.- Responde la joven híbrida de pelo corto que estaba sentada a su lado.- Después de todo no creo que permitan animales en un lugar tan lujoso.
-Pero, Jose…- Protesta el pequeño.- Se portará bien, me asegurare de cuidarlo, bañarlo y…-
-¿De veras lo harás?- Pregunta Rei Li parándose junto a Josefina haciendo un gesto como arqueando su ceja.
-Claro que si.- Sonríe orgulloso ante la mirada extrañada de sus hermanos y su madre mientras Koby se levanta de su regazo huyendo hacia otro lado.
-Bien, ya esta todo listo.- Anuncia Lard Nar cortando la comunicación para volver al frente de la casa donde sentados en sus escaleras la familia se encontraba conversando.
Los chicos se les quedan mirando en silencio no convencidos con la idea, querían quedarse a ayudar a sus padres con los asuntos de la resistencia, después de todo sabían que combatir a los irkens sería parte importante de ello pero también sabían de la gran preocupación de sus padres y aunque habían tratado de convencerlos de quedarse a su lado, ellos ya habían decidido firmemente no arriesgar la vida de sus hijos. No pudieron evitar sentir un nudo en la garganta al despedirse temiendo que algo pueda pasarles mientras están lejos. Por su partes Lard Nar y Nad sabían que aunque dolía era lo mejor para su familia.
-Desde ahora quedas a cargo, Rei.- Dice Nad a su hija que asiente sonriendo.
-Y ustedes Intenten comportarse bien y obedecer a Rei Li.- Lard Nar dice esto con firmeza mirando especialmente a Ázzuen y Rio.
Ambos chicos se miran entre si, desconcertados, preguntándose porque sus padres les pedían eso si sabían que al fin y al cabo terminarían no cumpliendo.
-Mmm… veré que puedo hacer.- Responde Ázzuen con cierta ironía.
-Ázzuen.- Lo reprocha Nad con tono firme.
-De acuerdo.- Dice bajando su mirada y sus antenas.- Intentaré portarme bien.-
-Igual yo.- Agrega Rio imitando a su hermano.
Ambos padres se miran entre si al ver tanto a Ázzuen como Rio sonreír de esa forma tan sospechosamente inocente, mientras hacen a escondidas un gesto de cruzar sus dedos detrás de sus espaldas.
-Chicas, ayuden a Rei y encárguense de mantener controlados a sus hermanos.- Dice Nad acercándose a Jen y Josefina antes de que aborden la nave.
-Genial porque necesitare ayuda con esos dos.- Comenta Rei Li viendo a sus hermanos sonriendo con semejante inocencia.
-Dejamelo a mi.- Sonríe Jen entusiasmada con la idea.
-P-pero…quizás debas encargarle eso a Jen… yo no creo que pueda hacerlo.- Responde Josefina bajando su mirada.
De las tres chicas, ella era la que sus hermanos preferían tener de responsable a cargo, porque a diferencia de sus hermanas, Josefina, no tenía la misma autoridad que Rei Li o la violencia de Jen para poner orden y aunque intentaba detenerlos siempre terminaban de haciendo de las suyas.
-Se que podes hacerlo, hija.- Dice Nad levantando su mirada.- No te lo pediría si no fuera así.
-Esta bien, lo intentare.- Finalmente responde con una sonrisa.
-Esas son mis niñas.- Dice besando y abrazando a sus tres hijas.
Al igual que Nad, Lard Nar, aprovecha la oportunidad de que su esposa estaba distraída, despidiéndose de sus hijos para llamar a parte a Jed ante de que este aborde la nave.
-Jed, hijo, tengo una misión muy especial para vos.- Mira a todos lados teniendo cuidado de que nadie lo escuche.- Necesito que cuides a tus hermanos pero especialmente a tus hermanas.
-¿Queres decir de los chicos?- Pregunta levantado su ceja.
-Especialmente de los chicos.- Responde guiñándole un ojo con una sonrisa divertida.
-Lo haré.- Dice riendo y entrelazando sus manos pensando como se iría a divertir con aquello.
Finalmente los chicos abordan la nave y en cuestión de un par de minutos la ponen en marcha despegando de la Tierra para dirigirse a su nuevo destino. Nad no pudo evitar sentirse algo asustada y derramar unas lágrimas de preocupación al ver a sus hijos alejándose.
-No te preocupes, amor, son chicos fuertes.- Dice Lard Nar abrazando a su esposa.- Estarán bien.
-Lo se.- Responde acurrucándose en su pecho.
Lard Nar besa a Nad para luego mirar nuevamente la casa parcialmente destruida, aún se encontraban unos cuantos cajones de los muebles y papeles desparramados por el jardín, y la puerta de entrada que había sido derribada por los intrusos, tirada entre montones de vidrios que antes eran las ventanas.
-Parece que tenemos mucho trabajo acá.- Añade el vortian suspirando al ver el gran desastre que había quedado después de que los intrusos irkens profanaron la casa en buscar de información.
-Ya lo hicimos una vez… podemos volver a repararla.- Responde Nad con una sonrisa abrazando a su esposo.- ¿Te acordas?
Lard Nar sonríe al recordar esos años atrás, luego de vencer a los irkens en la batalla de Meekrow, cuando parecía que la paz volvería después de tanto tiempo. Era el momento perfecto para pedirle casamiento a su novia humana y como regalo de su "Si quiero" le construyó con sus habilidades de ingeniero aquella rustica casa escondida a la afueras de una ciudad de la Tierra. Solo contaban con la mano de obra de la familia del vortian, sus amigos de la resistencia y la señora Shirley que costeo los materiales para dar forma a la construcción, trabajaron arduamente durante meses mientras Nad cuidaba de la pequeña bebé Rei Li que apenas tenía unos seis meses de nacida.
La travesía de los hermanos Nar había comenzado, ahora estaban a solo horas de Lexis, aquel planeta que durante la Operanción Ruina Inevitable II fue asignado a la invasora Zee y uno de los primeros en ser liberados por la resistencia luego de la batalla de Meekrow, donde varias razas se unieron para combatir y expulsar a los irkens de sus territorios.
En la hora y media que había pasado de su viaje los hermanos habían hablado poco y nada, solo dirigiéndose alguna que otra mirada. Rio caminaba de un lado a otro de la sala de estar de aquella lujosa nave, resoplando aburrido mientras Ázzuen seguía con suaves golpes los acordes de la batería de la canción que escuchaba con sus auriculares. El pequeño híbrido desfilaba delante de el, se paraba y sentaba a su lado buscando llamar su atención pero al ver que no lograba nada se recuesta resignado en el piso.
-¿Ya llegamos?-
-Aún no…- Responde Josefina intentando mantener la calma, ya estaba cansada de responder por milésima vez la misma pregunta.
-Estoy aburrido- Continua Rio haciendo puchero.
-Lo se…- Contesta dejando escapar un suspiro sin apartar su mirada de la ventanilla.
-¡Ey! ¡Jose! Juguemos a algo- Dice el pequeño híbrido levantándose del piso para sentarse al lado de su hermana.
- ¿A qué queres jugar?-
-Es un nuevo juego que invente… Se llama "Descubrir donde están los CDs de Jen"
-No de nuevo, Rio…- Contesta tomándose la cabeza.
-Se tapo el baño.- Dice Jed entrando nuevamente a la sala donde estaban sus hermanos.- Que raro es una nave nueva.-
-Sabes que Jen se va a poner furiosa por esto ¿no?- Lo reprocha con todo firme.
-Pero vos me vas a defender ¿no hermanita?- Contesta poniéndole cara de cachorrito con suma ternura.
-Que otra…- Desiste finalmente la joven híbrida.
Mientras tanto Jen se encontraba en la cocina preparando unos bocadillos para no aburrirse. Mezclaba en un recipiente una masa con esencia de vainilla y chips de chocolate para hacer unos muffins, deja a un lado el bold y se dispone a encender el horno abriendo la puerta de este, cuando en su interior ve el destello de dos pequeños ojos color amarillo que saltan hacía ella arrojándola al piso.
-¡¿Jen?- Entro gritando asustado su gemelo al escuchar los gritos de su hermana.
-¡Quítenmelo! ¡Quítenmelo!- Exclamaba ella mientras intentaba sacarse al pequeño animal negro y blanco que se enredaba en sus largos cabellos.
Jed intento quitarle al zorrillo de la cabeza de Jen pero el escurridizo animal se las arreglo para escaparse de sus manos y correr por encima de la mesada tirando todo lo que había a su paso. Ázzuen y Rio no podían evitar reír desaforadamente al ver los fallidos intentos de Jed y Josefina para atrapar al zorrillo.
Rei Li que se encontraba tranquila en la cámara de mandos de la nave, manejando desde hace ya tiempo, se quito los auriculares de su reproductor de música al escuchar los barullos detrás de la puerta, seguramente era sus hermanos peleándose de nuevo, los hubiera dejado en otras circunstancias pero como era una nave pequeña y además prestada por la señora Shirley, especialmente para su traslado, decidió ir a parar la pelea antes de que alguien terminara financiando unos cuantos objetos rotos.
Al abrir la puerta para dirigirse hacia la sala de estar, su cara no alcanzo a reflejar su asombro al ver los muebles, cuadros y objetos desparramados, había rastros de huellas marcados con harina en medio de la sala, los mullidos sillones rasguñados y restos de cereales, azúcar, condimentos y huevos desparramados por todo el piso, adicionados con los restos de unos cuantos finos adornos hechos pedazos.
-¡¿Y ahora que hicieron?- Grita enfurecida a sus pequeños hermanos que justamente se encontraban en medio de la sala hecha un caos.
-Nosotros no hicimos nada.- Protesta Ázzuen.
-Fueron ellos.- Dice Rio señalando a la cocina, escondido detrás del irken.
Rei Li se dirige a la cocina abriendo la puerta para encontrarse con Jen, Jed y Josefina que gritan advirtiéndole que no abra la puerta, pero ya era muy tarde cuando el zorrillo totalmente blanco al estar bañando en harina salta sobre su pecho haciéndola caer la piso, y sobre ella pasan sus hermanos corriendo al animal.
-¡Rio!- Lo llama la vortian enfurecida.-¡¿No te dije que no trajeras a ese animal?-
-eh… bueno…- Contesta rascándose el brazo de forma apenada mirando a otro lado.
La joven no puede evitar darse vuelta, aun estando tirada en el piso, al escuchar el grito de "cuidado" de Jed y Josefina, que ven como Jen se resbala con los restos de un huevo roto en medio de la sala para caer directamente sobre el zorrillo, haciendo que el pobre animal asustado deje emanar todo su apestoso olor por la nave.
Continuara...
