"importante": leer los comentarios del autor al pie de pagina antes de comenzar para de esta manera entender mejor la idea del autor. y si esta completa esta historia y consta de 4 cap.
declaro: los personajes y escenarios no me pertenecen, le pertenecen a mi amor J.K.R. de Lios ( XDD)
no persivo ninguna clase de remuneracion economica, salvo uno que otro insulto y alentadores comentarios
personajes: Harry y Draco
Mi mejor maestro
Cáp. 1 - Inicios
Le conocía muy poco. Hacía más de 5 años que lo vi por última vez, y mas de 7 años de que lo vi como realmente era.
Después de regresar al colegio para lo que sería mi sexto año en el mismo, supe que alguien muy cercano a él había perecido; la verdad a mi realmente no me importaba. Yo tenía mis propios problemas existenciales como para dedicarle algo de tiempo a problemas que no me concernían.
Sin embargo, no paso desapercibida hasta para mi que su actitud era muy diferente. Regularmente cuando alguien cercano a ti muere, puedes ver el dolor de esas personas y su sufrimiento aun después de varios meses, por lo que supe era alguien muy importante para él. Pero su actitud era muy rara; no parecía que le afectara. Al contrario. Se veía feliz, tranquilo, sin huella de pérdida alguna; eso fue lo que mas me inquieto, y solo dejaba muy pocas opciones a la imaginación. Y la mas obvia era que, de alguna forma, había olvidado su pérdida; o es que en verdad era alguien especial y había terminado por aceptar la desgracia y la veía de un modo diferente. Lo que sea que fuese me marco mucho.
Mis problemas no hacían mas que aumentar continuamente; la presión de mi padre por aceptar algo que yo no quería me tenia al borde de un colapso nervioso. La única forma que veía para sacar todo el estrés que esto me ocasionaba en ese entonces era la de fastidiar a las personas, de humillarlas. Si lo pasaba mal, por ende ellos también; y quien mejor que el marginado para recibir mis desquites. Total, estaba recientemente probado que ya nada le afectaba.
Buscaba cualquier momento para desquitarme, para de alguna manera tonta justificarme de sobreponerme a mis problemas, haciendo que otros sufrieran por mi. Era a todas luces un plan perfecto.
Claro, debo admitir que en ese entonces sabía muy poco de la vida.
Al comienzo del año escolar le deje descansar una semana. ¡Era tan magnánimo en ese tiempo! (o al menos así me engañaba a mi mismo). Según yo, lo hice para que se repusiera totalmente de la pérdida. Me entere por casualidad que la persona que había muerto fue su padrino, un completo asesino y amante de la destrucción, y que por desgracia estaba de alguna manera loca y retorcida ligada a mi familia. Yo no le conocía, y para ser francos, no me importaba.
Pasada la semana de gracia y con la recién descubierta información, decidí que era hora de descargar un poco la envidia y odio que llevaba acumulada; necesitaba desquitarme con alguien. La primera oportunidad se dio en los corredores que llevaban a la clase de pociones del profesor Snape, para mi gusto un hombre muy inteligente y gran conocedor de pociones, además de ser el jefe de la casa mas temible del colegio. Debo admitir que no fue uno de mis momentos mas lúcidos, pero en aquel tiempo era sumamente brillante.
Hábilmente puse en su mochila una pluma de plata que me había obsequiado mi querida madre; el plan era que en cuanto el profesor pidiera que anotáramos la lista de ingredientes que se requerían para hacer la poción en turno, armaría un gran escándalo, ridiculizándolo, y dar paso abierto a los insultos y la humillación. Así que me hice tonto un rato buscando en mi mochila la pluma, sacando los libros y pergaminos que llevaba en aquel entonces y procurando que todos me oyeran maldecir por no encontrar la bendita pluma obsequio, que era muy cara por añadidura.
El profesor, al verme armar escándalo, se acerco a mi para preguntar el motivo de mi actitud. Le respondí que mi pluma había sido deliberadamente sustraída de mi mochila, puesto que yo estaba seguro de haberla puesto ahí. Le pregunte a mis compañeros de casa, y ellos leales (y aunque no les constara) me apoyaron; rápidamente el profesor, haciendo gala de una arrogancia y falso sentido de ofensa a su casa y su clase, por el hecho que alguien se atreviese a realizar esa bajeza, ordeno a los alumnos a sacar el contenido de las mochilas en su presencia. Así mi plan surtió el efecto deseado; ahí estaba, brillante y desafiante, en el escritorio del niño mas estupido y bueno del colegio: "San Potter".
Para todos fue causa de sorpresa, incluso para el profesor; pero lo mas extraño es que Potter no se sorprendió. Ni siquiera intentó defenderse. Nada; solo una mirada fija hacia mi fue su única respuesta. Eso, lejos de enojarme, me alegro. Así que di inicio al discurso que tenía trazado.
-¡Como te atreves, infeliz ladrón! Eres como los cuervos de mal augurio, a los que aquello que brilla les llama la atención. ¡Basura¿O es que como perdiste algo, planeas sustituirlo por otra cosa de mas valor?- eso fue un golpe bajo, debo reconocer- Que bueno que tus padres están muertos, o se morirían de vergüenza...
Planeaba continuar, pero el profesor me detuvo. Lo que mas me dolió en mi gran plan fue el no obtener la reacción esperada por parte de mi víctima. Nada, ni una muestra de sentirse ofendido, rabia, odio, nada. Al contrario; la clase se volteo a verme con sorpresa e indignación. Incluso el profesor me dirigió una mirada de decepción, y es que debo admitir que se me paso la mano. Tan solo recogió la pluma, descontó un tanto de puntos a la casa rival y solicitó que al término de la clase el acusado se quedara. Así transcurrió la clase; las únicas reacciones que fueron las deseadas fueron ofrendadas por el pobretón y la insufrible sangre sucia.
Atónito aun por que mi brillante plan no se concreto como lo tenia planeado, proseguí con la clase; en varias oportunidades me voltee a observarle y fue peor para mi, por que a pesar de todo le vi sonreír y realizar su poción como si nada hubiera pasado. Eso me enervo, pero ya no podía hacer nada; estaba claro que el profesor no me dejaría proseguir.
Al termino de la clase todos salimos, y como estaba pactado, el acusado se quedo a solas con el profesor. No tengo ni idea de que fue lo que paso ahí, ya que no podía quedarme, puesto que ahí estaban esperándole sus eternos amigos; no me quedo otra opción que proseguir mi camino. Aun así me escondí por ahí cerca para tratar de averiguar que castigo le pusieron. No tuve que esperar mucho, ya que unos instantes después escuche voces que se acercaban, una de ellas casi gritando y otra casi igual de fuerte conteniéndola; era claro que eran el pobretón y la sangre sucia, pero la voz que me interesaba escuchar, saber que sentía y que pensaba, se negaba a participar en el debate.
-¡Ese desgraciado¡¿Como te atrevió a ponerte esa trampa¡Es un imbecil, no tiene ni la mas mínima idea de lo que dijo!- gritaba el pelirrojo, irascible.
- ¡Contrólate! Ya paso; se que fue en extremo cruel, pero sabes que es un imbecil... ya no te atormentes, si Harry no lo hace¿por que tu si?- grito la chica de cabellera alborotada.
Finalmente, escuche la voz que tanto ansiaba oír. Quería escucharla llena de frustración, de humillación, de odio y amenazante, pero eso tampoco llego.
- Contrólate Ron, no le des importancia. A fin de cuentas ya estoy acostumbrado; creo que ya soy inmune- contesto el chico de cabellos negros sin un dejo de amargura; es mas, lo dijo como si fuese una broma- Y esto es fin de la discusión, tenemos mas clases y el día pinta largo.
Los tres chicos siguieron su camino y ya nadie hizo mención del incidente; pero me di cuenta de que el pobretón y la sangre sucia intercambiaron miradas inseguras y de resignación.
"¿Desde cuando¡¿desde cuando!" fue lo que pude pensar. "¿Como era posible que lo tomara con tanta calma? No puede ser así, va contra toda lógica... ¿que diablos piensa este estúpido!"
Desde ese momento me dedique a observarle. Siempre que lo ofendía o lo retaba solo me miraba fijamente y sin emoción, sin ganas, como si fuera invisible. ¿Que diablos le pasaba! Ya no tenían efectos mis insultos y los intentos por humillarle, y eso no hacia mas fácil mi vida; al contrario. Esa era la única forma de sacar un poco de mi frustración y ahora se me estaba negando. Me decidí entonces a saber que es lo que pasaba; siempre fui bueno descubriendo secretos y me puse a ello. La ventaja de seguir siendo prefecto fue una herramienta muy valiosa en esa época, pues me permitió hacer más fácil mi labor de espionaje, y las casualidades fueron inmejorables.
Ahí fue cuando mi vida realmente cambio. El profesor Snape me obligo a realizar una ronda nocturna por el colegio, porque corría el rumor que unos estudiantes salían en las noches quien sabe a donde; claro que yo ya sabia que la mayoría eran de mi casa, cosa que el profesor desconocía. Aun así tuve que hacerlo de mala gana.
Me decidí a fingir que realizaba mi labor y subí a las torres del castillo, y de paso busqué un lugar donde descansar y hacerme el desentendido; aún no se que fue lo que me llevo a la torre de astronomía. Supongo que me apetecía mirar las estrellas.
Cuando estaba a punto de abrir la puerta pude sentir una magia muy poderosa, sumamente suave y plagada de una tristeza infinita; supongo que esto era para evitar que alguien entrara, ya que al sentir esa corriente tocando mi piel, mi corazón se afligió de una manera muy fuerte. Las lagrimas estuvieron a punto de brotar de mis ojos, pero al mismo tiempo algo me incitaba a entrar; así que haciendo acopio de mi voluntad, atravesé la puerta. No pude evitar que las lagrimas brotaran de mi ser y corazón; la sensación era tan devastadora y apabullante que me vi tentado a dar media vuelta y salir corriendo hacia mi habitación para abrazar mi almohada, y llorar como nunca antes lo había hecho; pero fue entonces que lo vi.
Ahí estaba, sentado en el piso, de espaldas a la puerta, con su cabeza fija en el cielo estrellado. En la penumbra de la habitación no le reconocí de inmediato, así que me acerque para castigarle por estar fuera de su casa a tan altas horas de la noche; y lo que vi en ese entonces aun hace que mi corazón llore. Era ni mas ni menos que el chico mas famoso del mundo mágico: Harry Potter.
Como últimamente había hecho, me ignoro por completo. Quería hablar, pero un nudo en mi garganta me lo impedía; lo vi ahí, sin emoción, la mirada fija en el cielo como una estatua, sin prácticamente vida; se veía vacío y vulnerable, y a la ves lejano e inalcanzable, ajeno al mundo.
Lo cierto es que ya no podía moverme. Estaba completamente sorprendido y desorientado; no podía hilar mis ideas, y el aire tan denso y cargado de dolor no facilitaba la labor. Mis ojos no paraban de producir lagrimas, y no por el efecto biológico de lubricación, pues eran lagrimas de mi alma. El sentir ese dolor tan ajeno y tan mío, hizo que mis defensas tan bien construidas y fortalecidas cedieran; hacía tanto tiempo que no lloraba que ya había olvidado la sensación del líquido tibio deslizándose sobre mis mejillas. Era tanta la sensación de ahogamiento, que un quejido seguido de hipamiento salieron de mis labios; sentía un sufrimiento tan terrible que amenazaba mi cordura.
Fueron quizás mis lamentos lo que sacaron a Harry Potter de ese trance; y así, tan rápido como su mirada se poso en mí, el dolor aumento y de repente desapareció. La magia suave y cargada de dolor se replegó y volvió al causante de esa atmósfera.
El chico permaneció sentado y su mirada volvió al sitio anterior, como si no me hubiese visto. Con mucha voluntad obligué a mi cuerpo a volver a la normalidad; la respiración entrecortada poco a poco fue normalizándose, mis ojos dejaron de producir lagrimas y mi visión antes empañada se volvió a ajustar. El nudo en mi garganta desapareció tan rápido como había aparecido, y cuando mi cuerpo volvió a ser mío, mi cerebro se recupero del shock. Estaba listo para hablar, pero el se me adelanto.
- ¿Quien eres, extraño, y por que llorabas?- me pregunto con suavidad pero sin emoción, sin esperar realmente una respuesta y sin siquiera verme.
¿Qué quién era? Lo dicho, había perdido la cordura. Pero aun así, el recuerdo de lo que había pasado hacia unos instantes me estremecía; así que decidí contestar al obvio reto.
- Soy Draco Malfoy, estúpido- conteste sumamente ofendido. ¿Como se atrevía a desconocerme después de mas de 5 años de estar fastidiándolo?
- Mucho gusto, Draco Malfoy estúpido- me respondió con seguridad y de manera apacible- Yo soy… soy… perdona, pero no se quien soy... ¿Acaso tu sabes quien soy?
- Eres un completo imbecil- respondí ante esa estúpida broma.
- Entonces soy Completo Imbecil, mucho gusto- respondió el chico de ojos verdes vacíos y carentes de emoción.
Al ver sus ojos supe que eso no era una broma. En verdad me desconocía, y aparentemente él también se desconocía a si mismo; no me quedo otra opción que tranquilizarme y explicarle bien las cosas. El que el estuviera loco no era motivo para que yo también lo estuviera.
- A ver, primero una cosa. Yo soy Draco Malfoy, así nada mas, solo Draco Malfoy. Y tú eres Harry Potter- le explique, señalándome y luego señalándole.
- Pero tu dijiste que era un completo imbecil- me respondió, de la misma manera que lo había hecho anteriormente.
- Bueno, en parte, pero tu nombre es Harry Potter- volví a responderle, un poco preocupado; la verdad me estaba poniendo muy nervioso. Podría ser que alguien le hubiera lanzado un hechizo desmemorizante, y si alguien me veía ahí podrían fácilmente acusarme. Eso sí sería novedad, por que por primera vez yo no tenia nada que ver. Así que opte por mejor regresar por donde había entrado.
Me di media vuelta y estaba a escasos pasos de la puerta, cuando de pronto ésta se cerro violentamente. Rápidamente me gire para enfrentarme al muchacho y obligarlo a dejarme salir; aun recuerdo que saque velozmente mi varita y la dirigí hacia él.
- ¿Que es eso que tienes en la mano¿Pretendes pegarme con eso?- cuestionó. Era obvio que era mi varita, pero si me hacía esa pregunta¿como demonios pudo cerrar la puerta?
- Claro que no te pegare con ella, pero haré algo peor si no me dejas salir ahora- le respondí con mucho coraje.
- Pues francamente dudo que puedas hacerme algo con ese palo, a menos que me quieras sacar un ojo- me reto, pero como ya no era novedad, lo hizo sin mostrar ninguna emoción.
- Este palo es mi varita mágica, idiota- le conteste muy ofuscado; mi paciencia tiene un limite, pequeño, pero lo hay.
- ¿Y para que quieres una varita mágica?- me preguntó nuevamente, como si realmente no supiera nada. De nuevo me vi envuelto en la explican de las cosas.
- Las varitas mágicas es lo que usamos los magos para realizar hechizos. Sin ella no podemos hacer magia¿has comprendido?- le dije, sintiendo que ya estaba al limite de mis fuerzas.
-Tonto- me respondió, pero ahora con una hermosa sonrisa. Me vi a mi mismo embelezado por esa sonrisa; tal vez por que fue extraño que hacía unos momentos no mostrara ninguna gesticulación, y ahora mostrara tal sonrisa, pero no pensaba volver a ver ese gesto.
- ¿Que dijiste¿que soy un tonto¡Aquí el único tonto eres tú!- le grite, recuperando mi cordura.
- Si, eres un tonto, y lo eres por que piensas que para hacer magia necesitas un pedazo de madera- me respondió con su voz suave, serena y dulce; nunca la había escuchado así. En verdad hacía que mi corazón y mis oídos quisieran que siguiera hablando, y no se hizo del rogar. Con un gesto me pidió que me acercara, y lo mas sorprendente es que lo hice. Me acerque y quede como a dos pasos de distancia de él. Pude ver sus ojos verdes, muy intensos; pero lo mas curioso es que podía ver una especie de luz en ellos. Siguió con su explicación.
- La magia se manifiesta de diversas formas, cuando sientes el aire soplar, cada vez que ves la maravilla de la naturaleza, en el nacimiento de una flor, en el volar de las aves; todas esas cosas son manifestaciones de la magia. ¿Sabes por que los magos y brujas usan varitas mágicas? Y no me digas que por que sin ellas no pueden hacer magia.
No podía hablar; nunca me había puesto a pensar en el por que usábamos varitas mágicas. Siempre di por hecho que sin ellas un mago estaba indefenso, así que solo negué con la cabeza.
-Lo imaginé- dijo. -Las varitas son importantes, pero hoy en día están sobrestimadas; las varitas son simples canalizadores de nuestra magia interna, la enfocan y la dirigen con mayor precisión. Además, el núcleo esta dotado de memoria; esto quiere decir que aunque no conozcas bien el hechizo y sus efectos, lo puedes realizar. Si bien no tan poderosos, por que algo mas importante que la varita es la voluntad, y el verdadero motivo detrás del deseo.
Sus palabras eran dulces, y en mi corazón las sabía ciertas. Estaba a punto de pedirle que continuase, cuando de repente y sin que me diera cuenta, alguien me tomo por los hombros y me obligo a voltear. De momento sentí que todo se revolvía en mi interior; fue como si de pronto me despertaran de un hermoso sueño. Cuando me repuse de esa sensación abrí los ojos y pude ver que unos ojos azules me observaban detenidamente mientras me tenían fuertemente sujeto.
Era ni mas ni menos que el director del colegio; en ese entonces para mi era un simple viejo loco. Hoy en día mi opinión ha cambiado radicalmente, pero en ese momento sí que lo odie por sacarme de forma tan brusca del trance en que Harry Potter me tenia inmerso. Después de observarme un buen rato, por fin hablo.
- ¿Se encuentra bien, Sr. Malfoy¿puede decirme cuanto es dos mas dos?
Pude notar cierta preocupación en su voz, pero me ofendió seriamente el que hiciera una pregunta tan estúpida como esa.
- Tómese su tiempo, tranquilo, sin prisas- dijo.
Me estaba tratando como un estúpido. ¿Que se creía, que era Longbottom? Lógicamente me enoje; me separe de él con mucha brusquedad y le conteste de la manera mas cortés.
- Son 4, profesor Dumbledore.
En cuanto respondí (y supongo que también influyo la forma en que lo hice), suspiro aliviado, como si algo terrible hubiera estado a punto de pasarme y la hubiera librado por poco.
- Me alegro de que se encuentre bien. Ahora si es tan amable de dejarnos solos, se lo agradecería mucho.
¿Qué me fuera¿Estaba loco o que? No me iría de ahí sin una explicación de lo que había ocurrido. Primero ese dolor, ese sufrimiento, y después esas clases de magia con Potter; y para rematar, la expresión del director de alivio por algo que posiblemente me hubiese ocurrido. Creo que el director se dio perfectamente cuenta de lo que pensaba, por lo que me dijo que me fuera a descansar y que a la mañana siguiente me mandaría llamar a su despacho para tener una conversación con el.
De mala gana acepte. Cuando ya estaba saliendo de la torre, pude escuchar que algo golpeaba el suelo. Claramente supe que era un cuerpo; me voltee para asegurarme, pero el director me grito que me fuera a dormir, mientras él levantaba el cuerpo de Potter. Nunca en todos los años de colegio lo había visto gritar a nadie de esa manera; sentí verdadero pánico, así me mejor me fui a mi habitación. Tenía mucho que pensar y muchas preguntas se acumulaban en mi mente. Sin lugar a dudas, el día posterior se deberían de aclarar.
Esa noche no pude descansar mucho; mi mente se resistía a descansar, pues una y otra vez aparecía ante mi el rostro vacío de Harry Potter. No podía dejar de pensar en esa poderosa magia recorriéndome, arrancándome lagrimas de mis ojos y de mi alma, un dolor que nunca en mi corta vida había experimentado... finalmente mi cansancio venció al fin y logré dormir algo.
continuara...
saludos
reciban un fuerte y caluroso abrazo a quellos que se toman la molestia de leerme y ma aun aquellos que me escriben o escribiran ( eso me gustaria)
primero que nada pido disculpa a las personas que esperan una continuacion de "la historia secreta de HP", por desgracia tengo una virtud que en ocaciones es un defecto que es ser perfeccionista y no me gusta que las cosas no esten bien, por ello el fic no avanza aun no me convence lo que llevo escrito, pero pronto habra actualizacion
segundo: esta historia se hizo antes que el 6º libro saliera al mercado y yo aun no lo leeo ( me muero de ganas) asi que con confianza no hay spoilers
tercero: la historia partcipo en el concurso de la torre que cuidan "gaia y duare", y aunque no gane le puse mucho corazon
cuarto: para entender mejor mi idea les explico que este es un punto de vista de Draco y no hay mas narrador que el, ya que solo puede comentar lo que penso y como vio las cosas, no asi los personajes y no puede decir como penso ya que no le consta. por que no es omniciente como saber que pensaba cada quien, es como cuando te cuentan un suceso que alguien vivio, solo te dice que dijo la persona y como lo vio el, vamos es como cuando cuentas un chisme y no dices: "fulanito penso ...", por que la verdad no sabes asi mismo es mi idea de un verdadero POV
quinto: dedicado a Gaia, Duare y Lanthir, con la enseñanza que plasman en sus fics, que son gran fuente de inspiracion
sexto: no es que la verdad tenga la verguenza, pero me gustaria que comentaran lo que sintieron y como vieron lo que plasme, a lo mejor no me exprese como yo queria y se da a malos entendidos
bueno eso es todo y gracias por leer
