Querida señorita Atsuko:
Me alegro informarle que su solicitud para ser estudiante de la escuela de brujas, Luna Nova, ha sido aceptada. Podrá iniciar las clases como una estudiante regular junto con todas las otras alumnas aceptadas por la institución.
Para el inicio de clases tendrá que presentarse el primer día a la ceremonia de inicio, en tiempo y forma, portando su uniforme oficial de Luna Nova, el cual viene anexado en el paquete junto a esta carta.
Me doy el lujo de darle la bienvenida a nuestra prestigiosa escuela de brujas, y espero que su estancia sea de total agrado y satisfacción.
Atentamente: Holbrook, la directora de la institución.
P.D. Señorita Kagari: me tomo la libertad de escribirle esta nota adicional para informarle que recibí la carta con la información de su condición "especial", y le aseguro que no es ningún problema para la escuela, aceptando así no informar a nadie de ello, tal y como lo solicito; se quedará sólo entre usted y yo. Para poder mantenerlo como secreto tendrá que mantener su verdadera forma oculta del resto, lo cual, honestamente, espero y no sea una complicación a sus estudios. Será bien recibida y tratada como un alumno regular.
La esperamos en Luna Nova.
-No… puede… ¡ser! ¡Mamá! -La joven, y ahora increíblemente alegre Atsuko Kagari, también apodada como Akko, corrió hacia donde se encontraba su madre, pues tenía que darle una muy importante noticia: su solicitud para ingresar a Luna Nova fue aceptada, ahora podría cumplir su sueño.
-¿Qué pasa, querida? ¿Por qué tanto alboroto? -La madre de Akko, una mujer algo mayor que aún conservaba los finos rasgos de una joven, se encontraba en la sala de estar, descansando después de haber preparado la cena.
-¡Mamaaaaaá! -Llega Akko con casi lagrimas en los ojos. -¡Me aceptaron en Luna Nova! ¿¡Puedes creerlo!? ¡Ahhhhhhhh¡ -La emoción de Akko le hacía hablar a gritos.
-Vaya vaya, muy bien pequeña. Ven aquí y déjame felicitarte con un abrazo. -Akko corrió a los brazos de su madre y compartieron un abrazo muy cálido y alegre de madre e hija. Unos momentos después cortaron el abrazo. -Tu padre salió hace un momento al bosque, probablemente no tarda en volver, seguro a él también le alegrara oír esa noticia.
-No hace falta que esperen, mis buenos oídos escucharon todo desde afuera. -Apenas mencionarlo, el padre de Akko entraba por la puerta. Su padre no era lo habitual, por ponerlo de algún modo. Él era un lobo, y uno bastante grande. Quizá no era humano, pero si tenía las emociones de uno. -Ven aquí, mi pequeña brujita lobo. -Akko fue con su padre y así ellos pudieron compartir un abrazo también, para que, momentos después, se les uniera la madre. -No veía que movieras la cola así de tanto o que tus orejas parecieran piedra solida desde hace mucho tiempo, hija mía. -A su padre que, aunque decía que su pequeña Atsuko tenía la belleza de su madre, le encantaba el hecho de que heredara un lindo par de orejas y una esponjosa y larga cola, que además tenían el mismo tono negro que el pelaje de su padre, así como la habilidad de cambiar por completo de forma física en un lobo. -Me alegra tanto saber que al fin podrás seguir tu sueño de ser una gran bruja, como cierta persona que conozco.
-Vamos cielo, hace años que deje de practicar la magia, no era lo mío. -Dijo la madre, restando importancia.
-Pero fue lo suficiente para hacer que nuestra pequeña se fascinará con ello, y eso me alegra, es un arte maravilloso, y que lo aprenda alguien con parte de lobo, ¡vaya que suena fantástico!
-Amor mío, siempre tan digno de ti mismo. -Dijo la madre de Akko que veía al imponente lobo con ojos de enamoramiento. -Bueno bueno, tengo que ir a calentar la cena, ustedes alístense para venir a cenar.
Después de toda esa charla de familia, Akko y su padre fueron a cenar junto con su madre y pasaron un rato de la noche charlando y recostados en el piso de su sala, como solían habituar.
Ya para cuando era bastante tarde, Akko ya se encontraba en su habitación preparándose para dormir, cuando se escucho que alguien tocaba la puerta, seguido de que ésta era abierta.
-¿Estas ocupada, pequeña? -Entro la madre de Atsuko, dirigiéndose a la cama para sentarse.
-Para nada, madre, ¿qué necesitas? -Pregunto Akko sentándose a su lado en la cama.
La madre saco una pequeña cajita de su bolsillo y lo abrió, adentro había un collar que tenía forma de colmillo, parecía hecho de cristal, ya que podía verse un interior vacío. -Ahora que vas a ir a Luna Nova tendrás que ocultar tu verdadera forma, por tu bien. Tú sabes que eres una niña muy especial. -Dijo la madre mientras acariciaba la mejilla de Akko. -Este collar te ayudará con eso. -La madre le dio el collar a la joven.
-Wow, es muy bonito. ¿Qué hace? -Pregunto Akko mientras admiraba el collar.
-Solía ser un collar que usaba tu padre cuando vivíamos en la ciudad, le servía para ocultar su forma de lobo por completo, a ti te servirá con esas orejas y tu cola.
-Ohhh, ¿y padre ya no lo usa más?
-Nope. Desde que nos mudamos a esta parte más alejada de la sociedad, pudo comenzar a vivir como él mismo, el apuesto lobo del que me enamore. -Dijo su madre con ojos de fantasía. -Ahora sólo lo usábamos para cuando queríamos... esto… bueno, aún eres joven, no pondré esas imágenes en tu cabeza, hehe. -Dijo mientras se rascaba la nuca, apenada. -El punto es que ya no lo necesitamos más, y ya que a ti te será útil, dártelo es un regalo perfecto ahora que eres oficialmente una alumna de Luna Nova.
-Awww, gracias madre. -Dijo Akko para después lanzarse a abrazarla.
-Ahora, tienes que dormir. Mañana hay un nuevo día, además tienes que empezar a conseguir lo que vas a necesitar dentro de unas semanas. -La madre se levanto de la cama y camino hacia la puerta. -Descansa, cachorrita.
-Buena noche, mamá. -Dijo Akko mientras veía como su madre le mostraba una sonrisa y se iba de su cuarto cerrando la puerta detrás de sí.
Después de un momento, termino de preparar sus cosas y se metió a la cama. Tanta emoción en un solo día la tenía exhausta, y aún así no sabía si podría dormir. Se acomodo entre sus suaves cobijas y se recostó viendo hacía el techo de su habitación.
-No puedo creerlo, ¡ahora soy una bruja oficialmente! ¡Yay! -Dijo Akko mientras abrazaba la almohada y rodaba en su cama de alegría. -Ahhhh… -Suspiro una última vez antes de detenerse y prepararse para caer dormida.
Esto va a ser genial…
¡Ajua! ¿qué pasa señores (y señoras)?
No recuerdo cuanto paso desde la última vez que escribí un fic, pero tenía tantas ganas que no pude resistirme a intentar, digo, nada pierdo con ello, hue hue hue.
Bueno, este cap es como un prólogo, una introducción a la nueva naturaleza de Akko y a su familia de la que, aunque no vayamos a ver mucho (o eso creo), quería que constará un poco su existencia.
Y ahora unas notitas:
1- Este fic es un Diakko, hecho y derecho.
2- En este universo, Akko, aparte de ser hombre lobo (mujer lobo más bien), no es tan incompetente para la magia como en la serie. Puede con hechizos fáciles y de dificultad media, pero también encuentra dificultades para otros tantos, sobre todo para los difíciles.
3- No sé. Cualquier comentario, positivo o negativo, consejos o correcciones, son bien recibidos y se aprecian.
4- Quizá (y sólo quizá) cambie a M en un futuro, por un capitulo o dos nada más.
Creo que esos es todo. Gracias por leer y nos vemos por ahí.
