¡Mi nombre es Allen! Era lo que siempre decía, pereciera muy infantil esa frase que decía cada vez que sus amigos le decían Moyashi, pero es que no sabían que tan importante era para él su nombre.
Para Allen los nombres eran importante, porque eran parte del ser de la persona. Cada vez que decía Lenalee podía recordar la sonrisa de la joven exorcista, o si decía Lavi recordaba el cabello rojo y la voz del futuro bookman, hasta pronunciar Kanda le provocaba una pequeña molestia.
Por esa esencia no ponía apodos (bueno excepto Bakanda, pero intentaba que este no se alejara tanto del nombre) Un nombre es algo tan tuyo que difícilmente te lo pueden quitar, pensaba el pequeño exorcista.
Cuando sus padres lo abandonaron solo le dejaron su nombre, aunque poco a poco lo empezó a olvidar, porque las personas lo llamaban "monstruo", "huérfano", "chico", empezó a pensar que tal vez era un muñeco roto y sin dueño, claro hasta que conoció a Mana.
Con Mana todo cambio, volvió a tener un nombre, volvió a ser alguien. Por primera vez pudo escuchar su nombre pronunciado por alguien con amor.
Allen aprendió que podía amar un nombre, y las sensaciones que le daba pronunciarlo. Porque para el decir "Mana", podía cambiar todo el mundo.
Pero la felicidad no era eterna, y fue cuestión de tiempo que llorara ante el nombre de Mana escrito en una lápida, porque sabía que nadie lo amaría como Mana.
Cuando vivió al lado de Cross seguía siendo Allen, pero siempre agregaba "mocoso", y aunque dijera odiarlo, en el fondo se lo agradecía, porque Cross le reafirmaba que existía y podía sentir, que el eran Allen.
Los momento vividos con Cross, fueron los últimos momentos en los que siguió siendo Allen.....el Allen de Mana y de Cross, porque cuando entró a la orden fue un Allen diferente, y a su desgracia el nuevo Allen empezaba a olvidar el rostro de Mana, ¿se puede olvidar el rostro de quién te amó y amaste?, luego lo comprendió, el empezaba a ser solo un arma, pero aun así, su lado humano se aferraba al amor de Mana y el reconocimiento de Cross.
Pero...las armas no pueden ser humanas, por eso Cross murió, aquel hombre que lo reconocía como persona, y la verdad sobre Mana fue descubierta.
¿A caso....Mana nunca lo amó? Entonces... ¿su vida como Allen era un mentira? Al parece solo había sido un peón más en un complicado juego de ajedrez.
El que en sueños Mana lo llamará por otro nombre le mataba cualquier esperanza de ser amado, porque al parecer amaba a otra persona que no era él y Allen solo había sido un reemplazo.
¿a caso el no merecía ser amado? ¿a caso su nombre era el de un arma reemplazable?, Allen Walker, era el nombre que atesoraba, porque fue e nombre con el que había sido amado, pero si todo era mentira, y él mismo lo era, no podía evitar sentirse perdido.
"Mi nombre es Allen", cada día la frase perdía fuerza, cada día perdía la fe en ella, y cada día dejaba de ser Allen.
