Traducción autorizada por just-an-artist-pl
Autora: u/4367083/just-an-artist-pl
Original: s/9851862/1/School-Homework-Love-And-Life-With-You
Parte 1. Valiente
Último año, el comienzo del fin en el instituto y Blaine Anderson podía decir que empezó bastante bien. En realidad era mágico, pero sólo para él. Mientras que nadie a su alrededor comenzara a hablar de la graduación, la universidad, trabajo, todas esas cosas que eran parte del término «planes para el futuro», ni siquiera podía concentrarse en eso. ¿Por qué? Primero, porque estaba profundamente enamorado del popular Kurt Hummel. El hermoso, inteligente y valiente Kurt Hummel. Él era quien podía tomar su mano, el que podía besarlo, llamarlo suyo y dormir con él. Tenía permitido hacer todas estas cosas que únicamente una pareja estaba autorizada a hacer. En realidad eso era todo lo que necesitaba para ser feliz. Pero Blaine no era tan valiente como su novio y por supuesto no tan popular. No era popular en absoluto. Pero no importaba ya que Kurt lo amaba por quién él era. Debería haber sido suficiente. Pero la vida era una cabrona y Blaine tuvo que atravesar diferentes cosas además de la nueva tarea, planes para el futuro y poner atención a sus clases. Demasiado acerca un comienzo mágico y muy buen inicio.
La primera semana de escuela fue extenuante. En realidad nadie hablaba con él o lo invitaba ya que sus amigos sabían que él y Kurt estaban juntos, mientras que algunos otros simplemente susurraban. Susurraban que Blaine no les agradaba y él siempre buscaba a su novio para calmarse, pero nunca le contó de los susurros o que pensaba que los susurros eran sobre ellos. En realidad ni siquiera estaba seguro si eran sobre ellos, pero así se sentía. Al final del día estaban tan exhaustos como para hacer nada. Así que simplemente terminaban las tareas que necesitaban ser hechas y se recostaban en la cama por el resto de la noche hasta que uno de ellos tenía que ir a casa.
Luego llegó la segunda semana de escuela. Justo antes y después de sus clases, cuando Kurt no estaba con él, personas al azar de repente sentían la urgencia de hablar con él. O decir, sacarle si él y Kurt realmente estaban juntos. El año pasado esas personas nunca le prestaron siquiera algo de atención. Todo lo que hacía era asentir y mirarlos. Esta repentina atención era de verdad extraña y difícil de manejar. Susurros, miradas y preguntas raras. Blaine estuvo acostumbrado a eso cuando se declaró gay hasta que se detuvo y ahora no estaba seguro si había alguna diferencia. No era interés de ellos si él estaba con Kurt o no, pero ya que Kurt era popular y algunas personas se consideraban sus amigos, bueno, ¿de verdad era tan sorprendente? Lo único que lo mantenía calmado eran sus amigos que siempre les decían a las personas que simplemente retrocedieran y dejaran de meter sus narices en asuntos ajenos. Pero únicamente con Kurt a su lado se sentía más seguro. Con él, nadie intentaba siquiera hablarles y sabía que era porque respetaban a Kurt y simplemente no estaban de si podía hablar con él o no. Lo que era ridículo, porque él era la persona más encantadora en este mundo.
Oh, y había otra cosa que lo mantenía distraído de los asuntos de la escuela. Kurt Hummel mismo y su relación. Durante la escuela Blaine todavía estaba inseguro de si estaba bien simplemente actuar como cualquier otra pareja ya que se trataba de McKinley, aún estaban en Ohio y los adolescentes eran crueles. Luego estaba el tiempo cuando la escuela acababa y salían juntos. A veces a la casa de Blaine, otras a la de Kurt u otro lugar. Usualmente Blaine iba a casa, hacía su tarea, estudiaba un poco y luego pasaba el resto del día viendo o leyendo algo o salía con sus amigos - lo que no pasaba muy seguido. Habría sido ingenuo pensar que solamente el tiempo que pasaba en la escuela sería diferente, no, incluso el tiempo tras la escuela cambió. Donde estuvieran comían algo juntos, comenzaban a hacer la tarea pero usualmente uno de ellos se distraída con el cuerpo de su pareja. Cuando Blaine explicaba algo, Kurt miraba sus labios y no podía contenerse y lo besaba, lo que terminaba con ellos recostados en la cama o cuando estaban fuera, en algún lugar donde perdieran la vista de otros y no se podían concentrar en la tarea. Eran esas pequeñas cosas las que encontraban más interesantes que nada más. Manos, ojos, culos, piernas, cabello, simplemente todo y eso pasó justo tras la primera vez que tuvieron sexo. No es que a Blaine no le gustará, ya que lo adoraba, pero los momentos en que estaban solos no eran tan frecuentes y todavía tenía problemas al enrollarse con su novio mientras que alguien siempre pudiera llegar. Kurt claro que nunca se quejaba pero Blaine se sentía mal por ello y culpaba a su madre que eran tan curiosa y aunque tenía buenas intenciones, era molesto. Quizás estaba paranoico porque cuando se enrollaban y se detenían, nadie entraba a su cuarto o al de Kurt por horas. Pero era un riesgo y él no estaba preparado para ello.
Luego estaba su tercera semana de escuela y todavía no estaba acostumbrado a todas las preguntas y personas molestas. Y también estaba la inseguridad de no saber lo que podía hacer con Kurt. Este todavía era un estado homofóbico y estaba un poco temeroso de mostrar afecto. Como tomar la mano de Kurt por los pasillos o apoyarse contra él o – Dios no lo quiera – besarlo. Pensar en ello no ayudaba en absoluto. Así que no era sorpresa que Kurt le preguntara por ello.
―¿Tienes temor o simplemente estás avergonzado, Blaine? ―Kurt preguntó mientras se recargó contra las taquillas, observando a Blaine sacar sus libros.
―No estoy avergonzado.
Claro que no, ¿cómo podría? ¿Con un novio tan asombroso como Kurt? Debería ser al contrario - sí, todavía tenía problemas con ser el no-popular de ellos.
―Es solamente que... ya sabes. Ellos hablan y este es Ohio así que... no quiero meterme en problemas.
Ni siquiera era una mentira. De verdad no quería oír a las personas insultarlos o hacer ruidos de desagrado porque estaban juntos y actuaban como pareja.
―Blaine, ellos no pueden lastimarnos. No lo permitiré.
No, no lo permitiría y eso era lo que molestaba tanto a Blaine. Sabía que Kurt se defendería y a Blaine, y ¿Blaine? No estaba seguro de eso ya que Kurt no siempre estaba cerca y tampoco sus amigos, y realmente no quería pelear con la gente. Estaba tan cansado de eso porque ya le pasó cuando se declaró gay. Con un suspiro cerró su taquilla y empujó los lentes sobre su nariz mirando a su novio y vio la mirada preocupada.
―Lo sé. Sé que tú estás aquí y nuestros amigos, pero... yo... no estoy listo, supongo.
―Pero quieres, ¿cierto? ¿Tomarte de la mano y esas cositas?
Blaine asintió sin dudarlo y aunque Kurt sonrió, vio la tristeza. Solamente vio la tristeza y dolió incluso más de lo que la gente pensaba.
―Lo siento...
―No. Está bien. Lo entiendo.
La cuestión era que Kurt entendía, pero además quería estar orgulloso de ellos. Todo lo que quería Blaine todavía no podía dárselo en la escuela. No había otras parejas gay, ni siquiera en los pasados tres años y simplemente no podía decir lo que pasaría si lo hacían. Su mente le decía todas esas horribles cosas y realmente no quería ver a su novio ser lastimado. Simplemente era la sensación de que vivía en una jaula o se hacía vivir en una. No permitirse actuar como pareja con Kurt, de verdad afectaba su humor y en lugar de estar feliz, estaba suspirando, mirando tristemente a su desayuno o libros. Además estaba tan perdido en sus preocupaciones que no se dio cuenta que otras personas podían verlo.
―Cielo, ¿estás teniendo problemas en la escuela? ―su madre preguntó cuando entró a la cocina y Blaine estaba mirando fijo, nuevamente, a su taza de café.
―Uh... no, no en realidad.
Ella suspiró e hizo muy bien conocido - sé que estás escondiendo algo - gesto.
―Soy tu madre, te conozco, Blaine. ¿Estás teniendo problemas con Kurt?
Y Blaine sabía que podía intentar negarlo, pero ella lo sabía mejor. Tal vez esto era algo que una madre ganaba cuando se convierte en madre. El sentido especial de saber cuando tu hijo está bien y cuando no. Como fuera, simplemente porque ella podía decir cuando él estaba bien o no, no significaba que tuviera que decirle. No porque no confiara en ella o algo, sino porque esto era algo entre Kurt y él. Pero, de verdad necesitaba algún consejo.
―Es sólo que... creo que lo lastimo al seguir rechazándolo.
Su madre abrió la boca, ojos muy abiertos y vio como mil preocupaciones le pasaron por la mente.
―Pero... pero ¡Blaine! Él es un chico tan dulce y te ama tanto y son tan perfectos el uno para el otro... ¿eres infeliz?
En alguna otra situación Blaine habría estado gimiendo y sonrojándose ya que le dijo que Kurt lo amaba y que eran perfectos, pero no en esta ocasión.
―Soy feliz, mamá. No quiero romper con él... pero... pero simplemente no puedo... en la escuela.
―¡¿Están teniendo sexo en la escuela?!
―¡NO!
Correcto, ahora estaba sonrojado y gimiendo. Si, así era su madre, él la conocía y saber que ella sabía que él tenía sexo, simplemente... lo incomodaba tanto que quería correr a su habitación y esconderse por horas.
―¡No, eso no! ¡Por Dios, mamá!
―Estaba bromeando, cielo ―sonrió y se sentó junto a él, colocando su cálida mano sobre su hombro―. Dime qué pasa.
Él no pensaba que fuera gracioso lo que dijo, en absoluto. Así que tomó un momento para recomponerse, esperando que la sensación de vergüenza se detuviera y suspiró.
―Tengo temor. Temor de... estar con él como solíamos hacerlo, ¿sabes? Como, tomarle la mano en la escuela o simplemente ser una pareja porque... porque... somos dos chicos, sabes.
―Oh, cielo ―suspiró y lo atrajo en un cálido abrazo, como únicamente una madre podría hacerlo―: Sé que es difícil. Especialmente aquí en Ohio. ―Le besó la frente como acostumbraba cuando era un niño―: Pero no hay necesidad de que te escondas. No te ocultes, Blaine. Eres libre de hacer lo que quieras y de estar con quien quieras.
Se dejó hundir en el abrazo y cerró los ojos para respirar en la familiar esencia. Flores y rayos de Sol, siempre decía.
―No quiero que lo lastimen, mamá. Él es popular, es querido y simplemente…
―Cariño ―dijo silenciosamente, echándose para atrás y sonriendo a su hijo con tanta calidez y amor―: Sé que solías decidir por ti mismo. Pero ya no eres únicamente tú, Blaine. Además eres parte de Kurt y él es parte de ti. Lo que hagas, lo que él haga, tiene que ver con los dos.
Parpadeó y la miró con curiosidad.
―No entiendo.
Nuevamente sonrió como si acabara de darse cuenta que a pesar de que él se estaba convirtiendo en un adulto, todavía era su niñito que aún necesitaba aprender y vivir tantas cosas en la vida.
―Cuando estás en un relación, lo que hagas está ligado a tu pareja. No todo, pero si la mayoría. Y decidir esto sin hablar con Kurt, no es justo y no ayuda, ¿sabes?
Lentamente asintió pero todavía no captaba lo que ella le quería decir.
―Confías en él, ¿cierto? Y lo amas y él te ama. Guardarte esto y hacerlo porque crees que es lo correcto, no te ayudara. Kurt debe saberlo ya que sería lo correcto y él está en esto junto contigo. Él también es gay, además parte de esta escuela y quiere que también estés seguro y feliz.
Esto realmente nunca se le pasó por la mente. Nunca. Jamás pensó que sus acciones, que eran todas con la mejor intención, podrían tener tal impacto. De verdad quería hacer lo correcto y mantener a su novio lejos de problemas y a sí mismo, pero al no contárselo, no pensó que sería injusto. Tal vez tomaba mucho más el estar en una relación ya que su madre tenía razón. No decirle a Kurt lo que pensaba era injusto y hacer cosas sin decirle a Kurt, mientras esa parte de ello, también era injusto. Mordiéndose el labio inferior bajó la vista y de repente se sintió incluso peor.
―No tenía idea mamá...
―Claro que no, cariño. No te sientas mal. Es tu primer novio y hay demasiadas cosas que aprenderás. Cosas que la escuela nunca te enseña.
Suspiró y asintió mientras ella pasaba los dedos por sus rizos.
―Sé que no quieres molestar a Kurt ni preocuparlo. Pero si no le dices lo que hay en tu cabeza, se preocupará de todas maneras y pensará que no confías en él.
Esa noche Blaine no pudo dormir. Tenía esa constante preocupación sobre cómo hacía sentir a Kurt con lo que hacía y decía. Mientras que a su novio no le importaba mostrar lo que sentía por Blaine y quería mostrarlo, Blaine se rehusaba a hacerlo y tras escuchar a su madre, no podía dejar de pensar en cuánto había lastimado a Kurt y qué clase de mensaje era ese. Como si estuviera realmente avergonzado o no orgulloso, lo que no era cierto y le dolía tanto el que probablemente había hecho sentir a Kurt de esa manera. Cielos, pensó. Era tan sólo la tercera semana de clases y su asombroso sueño de verano lentamente se estaba rompiendo en muchos trocitos. Había sido un tiempo tan perfecto el que han compartido. Todas las primeras veces, toda la confianza y el amor, y ahora parecía una vieja imagen polvorienta. Un agradable recuerdo de hace muchos, muchísimos años. Gimió en la almohada y luego vio la hora en su teléfono. 1 a.m., todavía un poco antes y del usual momento en que Kurt y él decidían irse a dormir mientras se escribían por dos horas. Tal vez tendría suerte, quizás todavía estaba despierto - era jueves y mañana había escuela, pero aun así. Quería pasar el fin de semana con Kurt.
Blaine 1:02am:
¿Todavía estás despierto?
Y la respuesta llegó tras unos segundos y fue alivio lo que sintió, pero además inseguridad.
Kurt 1:02am:
No puedo dormirme sin tu mensaje de buenas noches.
Blaine no pudo detener las comisuras de su boca y sonrió.
Blaine 1:03am:
Yo tampoco. Y... me quero disculpar. :(
Kurt 1:03am:
¿Disculpar?
Blaine suspiró y se sintió mal por hacerlo de esa manera.
Blaine 1:04am:
¿Podemos vernos? Iré a tu casa.
Kurt 1:04am:
Claro, te esperaré afuera.
Blaine brincó de su cama, parándose en sus bóxer y una camiseta, y se puso unos pantalones y salió del cuarto en silencio. Nunca hizo una cosa tal como escabullirse en la mitad de la noche y en realidad no sabía lo que sus padres dirían de ello, pero no podía importarle menos ya que esto era acerca de Kurt y amaba a Kurt, y quería estar con él por mucho tiempo. Preferiblemente para siempre. Afuera, camino hacia si auto - el que le dieron sus padres el primer día de clases - se subió y condujo a la casa de Kurt que era un viaje de tan sólo 15 minutos. A unos metros de que llegara vio a Kurt parado fuera, recargado en la puerta principal y sonriendo tan hermosamente cuando vio a Blaine y este casi se olvidó de detener el vehículo, ya que ese chico siempre le hacía olvidar todo a si rededor. Finalmente paró el auto, apagó el motor y bajó para caminar hacia Kurt que también se movía y se encontraron a medio camino envolviendo los brazos alrededor del otro. Kurt podría abrazarlo mil veces y nunca se sentiría diferente. Siempre sería esa sensación cálida, segura y, oh, tan amorosa. Cuando estaba aquí, justo en los brazos de Kurt, no había necesidad de tener las defensas activadas, ni necesidad de huir. Eso era lo que Blaine consideraba como sentirse en su hogar. No una casa ni apartamento sino alguien que te hace sentir de esta manera.
―Lo siento, Kurt ―murmuró contra su cuello y sintió esos familiares brazos yendo de arriba a abajo en su espalda.
―¿Por qué? ―Kurt preguntó sin molestia ni enojo. Únicamente había pura calidez y un sonrisita. Blaine se echó para atrás mirando a su novio y tomó un último respiro profundo mientras lo tomaba de la mano y caminaron para subirse a los asientos traseros del auto. Todavía sostenía la mano de Kurt, sintiendo la suave piel, la fuerza que emanaba tan fácilmente y le contó lo que su madre le dijo mientras su novio escuchaba.
―Y no podía esperar hasta mañana porque me daba temor que... quizás te hice sentir de esa manera.
Pero su novio sacudió la cabeza, con los ojos brillando y vaya... eso dolió. Esas eran lágrimas, claramente lágrimas y Blaine no estaba seguro si eran debido a que hizo sentir a Kurt de esa manera o por algo más.
―No me lastimaste.
―Pero así lo parece... estás a punto de llorar.
Kurt arqueó las cejas, se limpió los ojos y se sorprendió al sentir y ver una mancha de humedad en su piel. Blaine se acercó a acariciarle la mejilla y otra vez Kurt negó con la cabeza.
―Eso es porque no tenía idea de cuán atemorizado estabas. Quizás nunca me di cuenta realmente de cuán difícil fue para ti salir y lidiar con personas homofóbicas, ya que en realidad yo nunca fui hostigado como para que me atemorice mostrar quién soy y con quién estoy.
―Tú eres popular y querido. Claro que no te lastimarían ―dijo Blaine silenciosamente y Kurt se enderezó, envolviendo los brazos alrededor de Blaine y acercándolo a su cuerpo.
―Quizás. Pero eso no significa nada, Blaine. No quiero que te sienta atemorizado o escondas lo que sientes. Pensar que te sientes de esa manera me hiere. Pensar que las personas te hacen sentir así, me lastima porque eres la persona más amorosa que conozco y tan hermoso e increíble, no entiendo como nadie puede verlo.
Blaine estaba sonrosado y la parte tímida de él, como si cada cumplido que salía de la boca de su novio, despertará la urgencia que escondía. Así que acercó su cuerpo, lo más posible y presionó los labios contra los de Kurt. Su asombroso novio, su hermoso e inteligente novio, ¿cómo fue tan afortunado?
―No quiero que te sientas de esa manera. Especialmente no cuando estoy contigo, no importa dónde estemos ―Kurt suspiró mientras se dejaban de besar―: Quiero que te sientas seguro conmigo y hagas lo que quieras hacer y seas quien eres. Porque te amo por ello y pensaba que no podía hacértelo sentir. Algo de ello.
―También te amo ―respiró pesadamente y ahí estaba ese sentimiento, un sentimiento creciente como si lo amara incluso más que antes. Oh sí, definitivamente lo amaba más y esperaba que creciera más grande y más, con el paso de los días. La idea de que podían romper un día o simplemente no estar así, ni siquiera cruzó su mente.
―Y tú me haces sentir todo esto. Todo. Y quiero eso para ti también, Kurt. Quiero que te sientas seguro conmigo también y sepas que igualmente te defenderé.
―Lo sé ―sonrió y le dio a Blaine un breve beso―: Sé que puedes hacerlo. Ya lo haces.
Se besaron de nuevo, dulce y profundamente, dejando que los labios se deslizaran tan fácilmente juntos, permitiendo que sus lenguas se entraran en la boca del otro y cuando Blaine recordó lo inseguro que estaba acerca de besar a alguien, casi se rió de lo preocupado que estaba. Justo ahora no podía imaginar dejar de besar a su novio, sintiendo esa mano en su cabello, sobre su cuello, piel y queriendo más y más. Eventualmente se separaron, respirando un poco más rápido y esperando que sus cuerpos se calmaran, pero Blaine no pudo detener las palabras que salieron de su boca―: Quiero dormir contigo... lo quiero tanto.
La respuesta fue un gemido de Kurt, un gemido real ya que Blaine habló y lo besó nuevamente, no logrando contenerse.
―Yo también. Aunque... sé que no estarás cómodo aquí.
―Probablemente no ―Blaine respondió y abrió los ojos para ver la hermosa sonrisa.
―Sabes, quería decírtelo mañana para sorprenderte pero, mi padre estará fuera el fin de semana. Así que tengo la casa para mí.
―Técnicamente es mañana ―Blaine rió entre dientes.
―Verdad. Como sea, tus padres se volverán locos si no te encuentran en tu cama.
―Probablemente sí.
Cambiaron para que Kurt no estuviera recostado sobre su espalda y peleando contra la necesidad de hacer más o ir más lejos, pero no podían contener las manos. Ambos necesitaban sostener algunas partes del otro, de otra manera Blaine pensaba que se desmayaría porque, vaya. Leyó demasiado sobre esas conexiones especiales, acerca del amor y cómo se sentía o lo que te podía hacer. Era simplemente que en realidad sentir todo eso debido a todo lo que Kurt se preocupaba por Blaine, procurando su seguridad, felicidad y que estuviera cómodo sin importar nada. Así que no era ninguna sorpresa que se preguntara si él se lo daba a Kurt o al menos algo más que lo hiciera sentir de la misma manera que él. Kurt le dijo que lo estaba haciendo al amarlo, pero para Blaine no era suficiente. Él quería que fueran iguales todo el tiempo.
―Lo estás haciendo de nuevo ―Kurt rió entre dientes.
―¿Huh? ¿Qué?
―Haciendo esa cara de cuando intentas salir con algo para impresionarme.
―Uh... ―así que ¿Kurt podía leer su mente?
―No ―susurró y empujó su nariz contra la de Blaine―: No cambies por mí. Te quiero y amo justo como eres. Si quieres cambiar entonces hazlo porque tú quieres, ¿de acuerdo? No por mí.
Blaine sonrió y asintió.
El siguiente día se levantó para encontrar una notita de su madre sobre la mesa de la cocina y se ruborizó de un rojo profundo. No le dije a tu papá, pero espero que te hayas divertido con tu novio ;). Gimió porque cuando llegó a casa sus padres todavía estaban dormidos y estaba pensando cuánta suerte tenía. Bueno, no importaba que tanto lo intentara, no podía engañar el sentido especial de su madre. Blaine se hizo el desayuno solamente para tomar una ducha después. Mientras hacía todo eso, seguía pensando en las palabras de Kurt y sobre lo que su madre dijo. Aunque esto de las relaciones parecía ser fácil y maravilloso nunca pensó en cuánta responsabilidad era. Había muchas cosas sobre hacer feliz a una persona, muchas cosas que una pareja nunca podría darte. Pero por amar a alguien y estar emocionalmente cerca uno del otro y una parte de la razón por la que alguien era feliz, significaba decirle si algo estaba mal. No mostrar ningún afecto en la escuela resultaba ser algo que hacía a ambos infelices e inseguros. Mientras Blaine sabía por qué no podía, Kurt terminaba culpándose por la ausencia de Blaine. Su madre tenía razón. Se lastimó a sí mismo y a Kurt a pesar qe quería lo contrario. En su camino a la escuela no estaba seguro de cómo se sentía. En esa escuela solían hostigarlo y hacerlo sentir como si no fuera nada más que un pequeño chico al que le gustaban cosas que únicamente a los nerds se les permitían. Sin mencionar que le hacían sentir como si ser gay fuera un crimen. Durante dos años únicamente observó a Kurt a la distancia y soñaba lo que sería tener un novio en esa escuela, era un sueño agradable. Los sueños no lastimaban. Pero esto no era un sueño y la realidad era simplemente injusta. No siempre. No era justo que las personas se preguntarán cómo era posible que Kurt y él estuvieran juntos. No era justo que fuera juzgado por ser gay mientras Kurt era aceptado porque era popular. Y no era justo que las personas pensaran que era asunto suyo lo que pasaba entre ellos. Blaine entendió la vida y la justicia hace un tiempo pero además sabía que el único que tenía control sobre su vida era él. Todo lo que Blaine necesitaba era ser valiente y quería serlo. Por él mismo y Kurt. Bajó de su auto y entró al edificio directo a su taquilla. Claro que todavía había miradas, susurros, pero hoy no lo molestaban tanto. Valiente, quería ser valiente y en algún punto sería algo normal como respirar o caminar. Abrió su taquilla para meter los libros que no necesitaba ahora. Rachel pasó caminando con una enorme sonrisa como la de Mercedes y él simplemente correspondió al gesto hasta que vio a dos chicas mirándolo y susurrando calladamente. Las animadoras que no podían pasar desapercibidas por su uniforme blanco y rojo. Por un segundo o dos devolvió la mirada pero luego regreso la atención al interior de su taquilla. Lo que sea que dijeran, no lo conocían ni cuan reales él y Kurt eran, así que no deberían importar, ¿cierto?
―Ignóralas. Simplemente no superan el hecho de que soy gay ―escuchó a Kurt diciendo y miró a su derecha, viendo a su novio apoyado contra las taquillas con ese amada sonrisa que únicamente tenía para Blaine.
―Hola.
―Hola ―Blaine respondió y cerró su taquilla―: Así que, ¿me estás diciendo que te pidieron una cita?
Lo que era algo gracioso de imaginar para Blaine. No es que tomara algún placer del dolor de otras personas pero las chicas podrían intentarlo tanto como quisieran, él sabía que Kurt era 100% gay y estaba 100% enamorado de él.
―Algunas lo intentaron, sí. Pero pensaba que todos sabían que no me gustan las chicas.
Por alguna razón Blaine rió entre dientes y se recargó contra la taquilla, sonriendo y dejando que sus ojos se movieran de la cabeza de Kurt a sus pies, notando cuan bien se veía, volvió a mirar. Tan perfecto como Kurt era para él, su amor por la moda era casi tan enfermo como el de Blaine por los libros y películas. Y entonces terminó mirándole la mano libre colgando al lado del muslo.
―¿Emocionado por mañana? ―preguntó Kurt y Blaine volvió la mirada a sus ojos.
―Por supuesto ―casi se sonrojó porque mañana significaba que estaría a solas con Kurt, de verdad a solas―: Aunque... mi mamá se dio cuenta que dejé la casa en la mitad de la noche.
―Ouch. Lo siento. Espero que no fuera la fanática que le gusta ser.
―Quieres decir la espeluznante mujer que le gusta ser.
Claro que Kurt nunca diría eso sobre su madre, pero Blaine sabía que pensaba lo mismo. Contando las veces que Kurt tuvo que enfrentar ese loco comportamiento, tenía el derecho de decir quién era ella y lo que podía hacer.
―¿Eso quiere decir que no puedes mañana?
La sonrisa se desvaneció mientras el pensamiento cruzó la mente de Kurt y Blaine lo encontró tan adorable que se mordió el labio para detener la risa y la sonrisa. Estar solos era el pase para simplemente estar y hacer lo que querían y era igual que cualquier otra cosa. Te dan a probar algo bueno que quieres de nuevo y ambos disfrutaban esos momentos a solas. No solamente por el sexo - a pesar de que eran adolescentes cachondos - sino porque podían recostarse uno junto al otro, desnudos o no, tocar, besar y simplemente estar. Finalmente no pudo soportarlo más y sonrió, apoyando la cabeza contra el frío metal.
―Ella me llevará a tu casa y ocurrirá de todos modos. Sabes que lo hará.
Kurt sonrió y asintió ya que eso era tan fácil de imaginar. La campana les recordó que las clases estaban por comenzar y ambos levantaron la vista, luego entre ellos y Kurt suspiró como si no quisiera irse y si, Blaine preferiría saltarse las clases y comenzar su fin de semana justo ahora.
―Vamos, no quieres llegar tarde, ¿verdad?
Blaine negó con la cabeza como el buen estudiante que era, aunque seguía peleando con la idea de saltarse las clases. Sí, tenía una buena idea de lo que era estar a solas con su novio y lo quería tantas veces como fuera posible. Ahora no era el momento para eso sino el momento de ser valiente y volvió a bajar la mirada a la mano libre de Kurt y la tomó con la suya, ignorando su rápido corazón. Nuevamente esto era lo que necesitaba y quería. Seguridad, hogar y la sonrisa de Kurt que obtenía como premio lo valía. Tanto lo valía como para alejar el temor. Hizo caso omiso de los gritos de asombro, las miradas y únicamente se concentró en como Kurt le apretaba la mano, cuán cálido se sentía.
―Tú eres asombroso, Blaine Anderson ―susurró mientras se inclinaba más cerca sabiendo no presionar demasiado y ambos caminaron por el corredor, mano a mano.
De verdad espero que les guste esta secuela, se actualizará cada martes.
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