Capitulo 1
El puerto de Boston estaba tan concurrido como siempre, miles de marineros, navegantes e incluso comerciantes se encontraban en el lugar haciendo trueques o intercambios, comprando y vendiendo mercancía, incluso negocios de gran magnitud, todo aquel ir y venir de dinero podría llamar la atención de cualquiera salvo la de la chica que recién había llegado al puerto, estaba en ese lugar por una misión y solo una… no se detendría hasta lograr su objetivo, hasta cumplir con su venganza…
La joven era de cabello castaño claro, ojos verdes y piel blanca un tanto bronceada, tal vez por su tiempo bajo el sol del mar, su paso seguro pronto se volvió trote hasta que finalmente se dio por correr, estaba ansiosa por cumplir sus planes, tanto que ahora corría a toda prisa para llegar a la taberna en la que se le había dicho obtendría pistas para encontrar su objetivo, estaba tan metida en su pensamiento que no noto al hombre de blanco parado frente a ella, le golpeo levemente al tiempo que había tratado de esquivarle mientras continuaba con su camino, aquel hombre se giro para verle, lo mismo que ella, la mira de ambos se cruzó y aunque los castaños ojos de aquel hombre de piel morena por alguna extraña razón habían llamado su atención, no detuvo su paso.
Connor había llegado al puerto de Boston luego de su choque con aquella chica buscando a un antiguo amigo suyo, luego de la salida de los ingleses del país y de que su propio pueblo creciera un poco más, había conocido a más gente, gente que buscaba su ayuda como el Sr. Tomas Winters un comerciante recién llegado de Nueva York con noticias interesantes para el joven asesino.
- Connor es un gusto verte de nuevo
- igualmente Sr. Winters
- lamento que sea bajo estas circunstancias, temo que debo darte noticias inquietantes, aunque no se si sean del todo malas… Richard McFullior, esta en la ciudad y debo decir que mis sospechas eran ciertas… es parte de los templarios y esta aquí específicamente por una cosa… oro, se dice que hay grandes fuentes de oro por aquí y esa cantidad de riqueza de verdad que les ayudaría a continuar… con lo que sea que están buscando…
- entonces tendremos que detenerlos, lo encontraré y… veré que es lo que esta tramando y como pararlo…
- confiamos en ti hijo…- sin nada más que decir el joven nativo salio de aquella casa
El pequeño fuerte daba la impresión de ser una fuerte piedra sobre la costa, según su fuente en la taberna en aquel lugar encontraría a su objetivo… el Sr. Richard McFullior… ese maldito desgraciado pagaría con su vida por lo que había hecho, no descansaría hasta verlo muerto, era lo menos que se merecía, tal vez no debía de hacerlo, no era del todo correcto, pero las manos de ese hombre también estaban manchadas de sangre y era su turno de sufrir.
Se escabullo despacio por entre las sombras del lugar, no había muchos guardias y los que estaban parecían estar empacando cosas, instrumentos para la excavación así como algunos explosivos, le pareció sospechoso, sin embargo no estaba ahí por ello, corrió hasta que quedo detrás de una de esas cajas, estaba por dar su siguiente salto hacía la puerta cuando repentinamente le pareció ver algo blanco saltando de un lado del edificio al otro, seguramente su mente le estaba jugando bromas y vaya que era un mal momento, no dio más importancia al asunto y de manera rápida se introdujo en el lugar
El hombre con un saco rojo disfrutaba de su bebida mientras miraba la chimenea dando la espalda a la puerta, comenzaba a hacer frío, el invierno ya no estaba tan lejos, no escucho cuando aquel hábil hombre atairado en blanco entro al lugar, se giro para mirarle cuando ya este se encontraba amenazante a su espalda
- llegas tarde asesino, él sabía que venías y se marcho antes de que llegaras
- ¿qué es lo que quiere aquí?, ¿qué esta buscando? - pregunto Connor con dura voz mientras sostenía al hombre por sus ropas luego de tirarle sobre la mesa
- sólo se que quiere el oro, ignoro para que lo usara pero eso es todo lo que quiere lo juro
- ¿a dónde se marcho? – grito Connor al tiempo que lo hacía chocar contra la mesa nuevamente rompiendo los platos que había en ella, los ojos del asesino sembraron miedo en el hombre y no pudiendo evitarlo respondió
- ¡al norte!- contesto muerto de miedo - llegara a un pequeño pueblo llamado Cold River… eso es todo lo que se lo ¡juro!- el moreno no dijo nada, soltó su agarre en el y medito, no entendía del todo lo que MacFullor intentaría con ello, no se percato que detrás de una de las cortinas en el lugar estaba aquella joven peli castaña que lo había escuchado todo, aquel idiota no se le escaparía, lo atraparía antes que aquel hombre vestido en blanco pues esa presa era suya, salió a toda prisa de la sala, estaba por irse del fuerte cuando notó a su lado derecho la habitación de la pólvora, tal vez no había encontrado a ese estupido, pero al menos destruiría su base, sin más preámbulo se acerco hasta el cuarto y le prendió fuego, hecho a correr a toda velocidad para salir del lugar pero en su camino choco con Connor que también escapaba y que se había detenido sorprendido por las explosiones ocasionadas por ella.
- ¿pero que has hecho?, debemos salir de aquí ahora- dijo el moreno tomando la mano de la chica para jalar de ella, sin poder evitarlo la joven le siguió hasta que este se lanzó por la borda del fuerte hacía el mar, el grito de la joven se escucho en el horizonte mientras caía al mar
- ¿pero que estas loco?, ¿por qué te lanzaste por la borda? - pregunto la dama al salir a flote del agua
- yo debería decir lo mismo, ¿quién eres?, ¿por qué hiciste explotar todo el lugar?... – dijo al tiempo que le miraba molesto pero ella no contesto, simplemente desvió la mirada con ira comenzando a alejarse un poco de él, como fuera la marea estaba subiendo y sería más difícil el poder mantenerse a flote- salgamos de aquí, una vez en tierra podremos hablar
Cuando finalmente salieron del mar trataron de recuperar el aliento, sin embargo la chica decidió que lo mejor era escapar de ahí, de un momento a otro salio disparada buscando tener distancia entre el nativo y ella, pero simplemente no lo logro pues el joven asesino termino cayendo encima suyo deteniendo su paso
- ¿quién eres?, ¿qué hacías en el fuerte? – pregunto Connor levantándose un poco de sobre ella para no aplastarle, la chica le miro llena de desconfianza, sin embargo algo en esos castaños ojos, algo en ellos le hacía perderse en el tiempo, mirarlos era como mirar el sol al atardecer, completamente hipnotizante, salió del transe y se movió un poco notando que seguía atrapada, sin otra opción comenzó a hablar
- mi nombre es Le Ann y por lo que veo… o por lo menos por lo que escuche estamos… buscando lo mismo, buscamos al mismo hombre
- ¿hombre?
- McFullor…
- ¿por qué? - termino el dejando que ya se moviera un poco
- No es de tu inconvencia, pero ya que buscamos lo mismo puedo ayudarte a encontrarlo, se como llegar a ese pueblo y se como encontrarlo
- ¿por qué quieres encontrarlo?- insistió el asesino
- Tengo una deuda con él de acuerdo
- Una venganza con el más bien
- ¿y que con eso?, te aseguro que nadie llorara su muerte – de alguna forma Connor se vio un tanto reflejado en ella, a él le había pasado lo mismo, su motivo en algún tiempo para todo aquello había sido su venganza en contra de aquellos que habían atacado su aldea y habían dado muerte a su madre… por esa única ocasión dejaría que la chica le siguiera, pero sería él quien le siguiera de cerca. Se levantó de ella y le ofreció su mano para pararse lo que esta no muy convencida acepto, el joven asesino le dijo que continuarían juntos hacía el pueblo y encontrarían juntos a aquel hombre, pero el destino del mismo estaba por verse.
La chica noto entonces un poco de sangre en su pierna, pero fue Connor quien noto la pequeña herida
- debo llevarte a mi pueblo primero, ahí hay un buen doctor
- no es nada te lo aseguro
- continuara sangrando y si llega a infectarse se volverá un problema, te aseguro que nuestro objetivo no ser ira tan pronto, anda- sin poder seguir argumentando al respecto la chica comenzó a seguirle, caminaron por el bosque y pronto la lluvia les atrapó, el lodo y el pasto mojado hacían un poco más difícil el andar de la chica que ya no podía soportar tanto el dolor, Connor se dio cuenta de ello y se la acerco, sin decirle nada jalo de ella y la coloco sobre su espalda para cargarla, ante el sufrimiento la chica no pudo negarse y simplemente se dejo llevar por el calor de la espalda del hombre perdiéndose en el sueño.
Llego hasta la vieja mansión y a toda prisa recostó a la chica en una de las camas, salió de la casa y se dirigió hasta la morada del doctor para llevarle con ella, este cerro la herida y le cubrió con vendajes asegurándole al moreno que ahora se encontraba bien la chica
- esto es raro en ti Connor, por lo general tienes tus reservas para ayudar a alguien, amenos que estés seguro de que es una buena persona
- no creo… que sea una … una amenaza eso todo… además acordamos trabajar juntos
- solo… ten cuidado Connor- el doctor se marcho sin una sola palabra más dejando a un pensativo chico, la verdad es que no sabía bien el porque le había ayudado, después de todo desde el principio la chica había demostrado ser hostil… pero algo en ella… algo llamaba su atención… sus pensamientos se interrumpieron cuando escucho que la joven se despertaba
- ¿qué paso?
- ¿cómo te sientes?
- Mejor y lista para el trabajo - dijo la joven sentándose un poco sobre la cama
- este hombre debió realmente haberte hecho mucho daño para que le odies a ese grado
- tenemos trabajo que cumplir recuerdas, será mejor movernos asesino… - dijo Le Ann sin pensarlo, en realidad no se había fijado en lo que había dicho
- ¿qué dijiste?... me … me llamaste asesino- dijo asombrado y curioso Connor acercándose a la cama donde reposaba la chica
- si bueno… tu querías matar al hombre del saco rojo ¿no?, eres un asesino… y…
- no, la forma en la que lo dijiste revela más de lo que crees, dime la verdad… ¡ahora!- dijo el joven demostrando que estaba molesto, Le Ann ya no podía seguir ocultándolo, no podía seguir mintiendo
- de acuerdo…- dijo levantándose un poco más esquivando la mirada del hombre frente a ella- no te mentí sobre mi nombre, soy Le Ann y se que eres un asesino… porque yo diciendo de los templarios
- ¿qué?
- Mi gran antepasada fue Eveline Guerra, mejor conocida como "el corsario", durante mucho tiempo estuvo al servicio de los templarios, pero luego de ver algunas verdades terribles para ella les dejo, formo su propio grupo de piratas y con ellos una familia, mi familia, que estuvo a cargo de los mares, de su barco y de los piratas en el por mucho tiempo… pero se maldito de Mcfullor… engaño a mi padre y lo traicionó, hundió mi nave… mato a todos y destruyó todo lo que era mío, el pagara por eso… pagará por lo que hizo- Connor pudo ver en la chica una gran tristeza… sabía lo terrible del dolor… de perderlo todo… de cierto modo … eran parecidos
- descansa… mañana partiremos temprano – dijo el moreno – tenemos trabajo que hacer – no lo noto debido a que le dio la espalda al salir, pero la chica dibujo una pequeña sonrisa en su rostro al saber que le aceptaba.
El camino hacía el pueblo era largo, la chica estaba mucho mejor y andaba a prisa, Connor decidió que lo mejor era de cierto modo entrenarla, si iban a encontrar a su objetivo lo mejor era que este no les viera llegar, un asesinato silencioso siempre era mejor. Durante todo su camino le enseño a trepar, a usar los cuchillos, la espada apropiadamente e incluso el arco, toda técnica que le ayudara a sobrevivir.
Algunos días pasaron, ya estaban cerca del poblado pero la tarde estaba cayendo por lo que decidieron acampar en un lugar seguro y continuar con el entrenamiento, comenzaron trepando algunos árboles, la idea era atrapar al otro, Connor estaba por tomar a la chica cuando la rama en la que estaban se tronó, ambos cayeron en un grupo de hojas, ella estaba sobre de él, cuando la chica levanto el rostro la mirada de ambos se cruzo, las sensaciones aumentaron, él al sentirla sobre él, al tomar con sus manos su cintura sintió una emoción fuera de cualquiera conocida, ella al tenerlo debajo, al posar sus manos sobre su fuerte pecho recibió una descarga eléctrica tan fuerte y a la vez tan deliciosa que no quería que terminara, pero el encanto se acabo, de pronto se separaron mirándose nerviosos y avergonzados
- será mejor que descansemos un poco, mañana llegaremos al pueblo y debemos estar listos – dijo Connor rompiendo el incomodo silencio que de pronto se había presentado
- si tienes razón…- contesto la chica poniéndose de pie
El pueblo de Cold River no era muy grande, se distinguía más que nada por ser prácticamente una villa para familias adineradas, generales retirados o granjeros muy prósperos, Le Ann sabía muy bien como moverse entre los mercaderes del lugar, y fácilmente había averiguado en que mansión se encontraba su objetivo, Connor sentía cierta emoción por trabajar con ella, era decidida y algunas veces terca siempre sin perder el rumbo, tal vez ella podría ser una más de los asesinos de su grupo… tal vez y solo tal vez con ello… podría convencerla de quedarse con él… es decir… con ellos.
La noche cubría la mansión en su totalidad, solo era alumbrada por algunas luces en el patio y en la parte superior la misma, Connor y Le Ann se movían entre las hiervas en el lugar, silenciosamente exterminaban uno a uno los soldados a su paso, pronto ingresaron al edificio cubiertos por la discreción, pero ignoraban que McFullor sabía que tarde o temprano vendrían por el y al ver que faltaban hombres adivino que ya estaban en el lugar, hizo sonar la alarma y de inmediato más guardias llegaron hasta ellos, la chica sabía que aquel hombre estaba cerca, detuvo su paso mientras corrían hacia el salón, el asesino se paro poco después que ella para que ver que sucedía
- tu sigue adelante, yo me haré cargo de ellos
- pero… Le Ann
- estaré bien, acaba con ese maldito – grito la chica al tiempo que se lanzaba al ataque, Connor no diciendo más corrió en sentido contrarío listo para encontrar a su presa, McFullor estaba en la ultima habitación del pasillo, listo, aguardando en la silla de su escritorio con una espada y una pistola en la mano, la puerta del cuarto se abrió despacio y preparado el hombre se puso de pie con la idea de sorprender al asesino, pero al terminar de abrirse la puerta noto que no había nadie del otro lado, el ruido de la ventana abriéndose le dio a entender en donde estaba aquel que había llegado para exterminarle
- muy listo chico, me has sorprendido y atrapado… ¿vas a matarme supongo?
- hay cosas que debo saber antes, ¿por qué quieres el oro?
- temo que nunca encontré el oro, si bien tengo los mapas que indican en donde están, no tuve tiempo para ir por él
- ¿para que lo necesitas?
- la riqueza siempre ayudara a quien la tenga – el hombre se puso en posición de pelea y le reto, Connor se puso listo y saco su espada, más guardias habían llegado al lugar y mientras el asesino se defendía de uno el otro le atacaba, poco a poco fue exterminando a cada uno hasta que finalmente quedo solo su presa, este muerto de miedo hecho a correr fuera de la sala y por los pasillos de la mansión que ahora comenzaba a quemarse debido al fuego empezado por la batalla seguramente de la chica. Corrió a toda prisa tras el llegando hasta el patio en donde se trepo por el muro, la barda y algunos peldaños para darle alcance por arriba a su enemigo y luego sin más se lanzó sobre de él enterrando su cuchilla en su cuello.
- ¡Connor!, salgamos de aquí – grito la chica desde una de las ventana, el asesino corrió hasta ella y juntos salieron de la mansión.
Salieron del poblado sin causar más problemas o llamar la atención, abordaron un barco y salieron a altamar rumbo a la casa del joven, no tardarían mucho, el barco era mucho más rápido, salieron a la borda para tomar aire y mirar así la luna, o al menos eso hacía Connor, este se giró notando que la chica hacía una curación improvisada en su mano, una herida por espada leve, el nativo tomo entre sus manos la de ella y le ayudo con el vendaje
- me alegra que sólo recibieras esta herida
- de verdad no tenías de que preocuparte…
- lo se pero no puedo evitarlo… -dijo el muchacho al tiempo que teminaba con su trabajo y llevaba la mano de la chica hasta su pecho sobre su corazón- no se porque, pero cada vez que estoy contigo, cada vez que pienso en ti mi corazón se acelera… y me agrada la sensación… no quiero perderla, si te pierdo a ti, no creo que pudiera volverla a sentir
- Connor … - la chica no pudo continuar pues fue interrumpida por los labios del hombre sobre los de ella, sin pensarlo comenzó a corresponder el beso que al poco tiempo se volvió un poco más apasionado, estaba claro que aquello sería el comienzo de algo mucho mayor y mejor.
Algunos días habían pasado ya desde su encuentro en el barco, el pueblo de Connor había hecho una gran fiesta para celebrar el aniversario de su formación, todos comían, bebían y disfrutaban del momento, Le Ann dejo su copa en una de las mesas y emprendió su camino a la mansión hasta el balcón de su alcoba, se sentía un poco extraña, todo aquello le había recordado sus tiempos viviendo en el barco y con la tripulación de su padre, ellos también habían sido una familia, una gran familia que habían dado su vida por al menos salvar la de ella y ahora en este nuevo lugar sentía que de alguna forma había regresado ahí, debería de estar feliz, de disfrutarlo sin embargo lo único que podía sentir era nostalgia y añoranza por aquello que ya había perdido.
- ¿estas bien? – pregunto el moreno saliendo al balcón también, le había visto salir de la fiesta y en silencio le había seguido, la vió mirando a la nada y no pudo evitar ir con ella para saber que le estaba molestando
- estoy bien… es una gran fiesta la que tienen en la taberna
- y tu deberías estar disfrutando de ella…
- todo esto… me recuerda tanto a mi antigua familia… me recuerda tanto que lo he perdido todo...
- Le Ann… - dijo al tiempo que se acercaba a ella tomando su mentón- si algo se es que jamás recuperaremos a los que hemos perdido, pero te aseguro que a ellos no les gustaría que siguieras viviendo en su recuerdo, has perdido muchas cosas… pero has ganado algunas otras… tu me has hecho ganar a mi… tantas cosas … Le Ann- decía al tiempo que se acercaba hasta su rostro para tomar de nueva cuenta esos labios a los que se había vuelto adicto. La chica le beso con igual pasión y entendió que en el fondo el tenía razón, había perdido su camino, pero había encontrado otro que le llevaba a él… a la paz con él.
Algunos meses habían pasado ya, la mayoría de los habitantes en la villa continuaban con una vida feliz y completa, una tarde un hombre de Winters había llegado hasta la mansión con una nueva misión, los dos últimos miembros del grupo de Mcfullos se encontraban cargando municiones y provisiones para armar una nueva revuelta, una por mar y una por tierra, un barco había sido preparado para contraatacar al batallon enemigo por mar mientras que otro pequeño ejercito había sido armado para la tierra, Connor y Le Ann habían decidido apoyarlo, la joven ayudaría en el ataque por mar y el moreno por tierra
Le Ann había llegado hasta el puerto, sería capitana de esa nueva nave y haría pagar a esos templarios por el hundimiento de muchas otras que no hacían más que recordarle su propia perdida, les haría pagar hasta la última alma que habían tomado.
El mar estaba agitado, la tormenta se acercaba, pero más que todo el enemigo se acercaba, Le Ann puso a sus hombres listos para el ataque, el enemigo ya le había visto y ahora iba a toda prisa contra ella, el ruido de los cañones lleno el horizonte, una a una las naves enemigas caía ante la tripulación de la asesina, sin embargo justo antes de que la nave principal se incendiara una bala de su cañón llego hasta el polvorín de la de Le Ann, de inmediato la chica ordeno a la tripulación salir antes de que fuera tarde, ella corría detrás del ultimo hombre listo para salir, pero uno de los maderos del piso se había roto atrapando su pierna, el hombre trato de regresarse para ver que pasaba con la chica, pero esta le indico que siguiera adelante, justo antes de que este se fuera le miro y en ella pudo ver su respuesta, un capitan siempre se hundía con su barco, la nave explo expulsando al marinero que había sido recogido por el resto de la tripulación en los barcos salvavidas, frente a ellos se quemaba y se hundia la nave… con su gran capitan.
Connor había regresado hasta su mansión luego del éxito de su misión, grande fue su sorpresa al encontrar el Sr. Winter y a otro grupo de hombres en el lugar, pero mucho más grande fue su sorpresa … y el dolor al enterarse de lo que había pasado, algunos de los marinero en el lugar así como el buen doctor y el carpintero tuvieron que detener al joven que ante la rabia y el sufrimiento había roto algunos de los platos y los vasos sobre la mesa… tal vez el llanto se acabaría en algunas horas pero el dolor y el recuerdo le acompañarian toda la vida, cruel era la ironía, él le había dicho a la chica que se olvidara del pasado y continuara con su vida, pero lejos e imposible estaban esas palabras para él ahora.
