Los personajes pertenecen a J.K. Rowling. Nada de lo que leerán a continuación es real, solo ficción.
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Esto se basa principalmente en mi pequeña distorsión mental que me trae loca hace algunas semanas, una sensación de vacío en el estomago…simplemente insoportable. No me deja pensar en nada ni en nadie.
Aquí va mi historia…
Hace aproximadamente dos semanas mi mejor amigo, Ron, se comprometió con su novia –que es lo que comúnmente hacen las parejas-la chica no es mala ni nada por el estilo, de hecho no tiene lo de bruja que tiene Ginny –mi mejor amiga, hermana de Ron- mas bien, ella es…perfecta y él se ha dado cuenta, si no ¿cómo explican el gran anillo de diamantes en su mano? A pesar de todo esto… hay algo en ella que no me gusta, se lo he dicho a Ginny pero dice que soy una psicópata paranoica celosa.
Aquí me ven, soy Hermione Granger. A punto de cumplir 30 años y ya me siento como si tuviera 90 y al parecer el único que me escucha y me da consejos sabios –dentro de lo posible- es mi gato Crookshanks, muy lindo he de agregar.
Gracias al bufete de abogados que posee mi padre no me preocupo mucho por mi situación económica. Pero siguiendo sus pasos, me he convertido en una más de sus reclutas, tema del que no quiero hablar ahora –ni nunca si es posible-.
-Hermione ¿Qué haces?- Ginny había entrado de improviso en la habitación.
-Nada, solo le contaba a mis amigos imaginarios sobre mi vida- explicó sutilmente.
-Y dicen que Luna es "Lunatica"...-entornó los ojos la pelirroja. -¡Levantate pequeña durmiente porque hoy es un gran día!- su habitual entusiasmo volvió y dirigiéndose a la gran ventana de la habitación de la castaña corrió el cortinaje que lucía.
-¿Qué día es hoy?- preguntó extrañada la castaña, mientras se tapaba completamente con las sabanas de su cama
-A veces creo que vives en la luna, amiga –repuso la pelirroja- Domingo.
-Si…yo también –murmuró Hermione.
-Levántate, dúchate y vístete –con rápido ademan le quitó todas las sabanas.
-Como digas, mamá –respondió la castaña.
-Noté ese sarcasmo-dijo Ginny mientras salía de la habitación.
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-Y así fue como Harry aceptó ser el padrino –le terminaba de contar a su futura esposa.
-Para serte sincera nunca pensé que aceptaría, al parecer todo tu círculo social está un poco reacia a nuestra relación…-
-Sí, pero sabes que a mí eso no me importa, preciosa- dijo mientras depositaba un leve beso en los labios de la rubia joven.
-¿Cómo lo está llevando Hermione?- preguntó Kristin.
-No lo sé, desde que lo anunciamos no he hablado con ella… ¿por qué lo preguntas?- dijo el joven extrañado.
-Curiosidad –se limitó a contestar ella.
-Te verás preciosa de novia, como siempre claro. –agregó melosamente el pelirrojo.
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-Cada vez que vengo a esta casa esa chica está durmiendo-reclamó Ginny.
-Hermione, está muy desanimada últimamente –dijo Rebeca, la ama de llaves de la casa de la castaña, que la consideraba mas como una madre sustituta.
-Sí, hablaré con ella –respondió Ginny mirando a la regordeta mujer- Sabes, me haces recordar mucho a mi madre- la mujer sonrió sinceramente.
-Curiosamente, no es la primera vez que me lo dicen –
-¿Estuvo Ron aquí? –la chica sabía que él era el único que podría haberle dicho eso a Rebeca.
-No, la última vez que vino me trajo un gran ramo de rosas blancas y no lo he vuelto a ver aquí, hace varias semanas ya –había un leve dejo de tristeza en su voz, lo cual en Ginny también provoco.
-Creo haberte dicho que los domingos son para descansar, Rebeca –la miró fijamente, la mujer bajo la mirada con vergüenza.
-Estaba en eso, Hermione. Mi hijo tiene que estar por llegar-
-¿Te irás con ellos?-preguntó la castaña mientras se sentaba cerca de Ginny
-Sí. Iré a ver a mis nietos también –repuso la mujer. En ese momento sonó el claxon de un vehículo. A la mujer le brillaron los ojos y con una sonrisa se despidió de las dos chicas para luego salir de la casa.
-¿Y bien?-preguntó Ginny mientras tomaba una pequeña galleta de la mesa de centro.
-¿Y bien qué? –respondió la castaña.
-¿Dónde estuviste anoche?- siguió tranquilamente la pelirroja mujer.
-Comenzó el interrogatorio-entornó los ojos-Ginny, lo que haga o deje de hacer con vida es asunto mío-repuso rotundamente Hermione.
-No me intimidas con eso, Hermione-rió la pelirroja-Ya no eres una adolescente sabes a qué me refiero.
-Por lo mismo, ya soy una adulta y puedo hacer lo que se me dé la gana-Hermione tomó su taza de café y se lo llevo a los labios despacio.
-Quiero que seas feliz-repuso Ginny
-Lo soy-murmuró la aludida-ya no quiero hablar del tema, Ginny. Déjalo ¿está bien? –la pelirroja asintió tristemente. La castaña la miró y respondió con voz baja –Gracias-
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Hola, aquí les va mi primer capítulo. Espero que les guste y unos reviews no le hacen mal a nadie. Haber como anda este para subir el segundo capítulo. Besos y abrazos.
DDMO
