Debo aclarar que los personajes no son míos. Pertenecen a Rumiko Takahashi, anime InuYasha. Yo solo los tomó prestados para realizar esta historia.
Pasado y presente
Los rayos de sol calientan su mano a través de la ventana que no tiene las cortinas cerradas. La habitación se encuentra totalmente iluminada pero ella no puede percibirlo; sin embargo, escucha los pájaros cantando de buena mañana, anunciando el maravilloso día que se presenta. Postrada en esa cama, cierra y abre los ojos como si hubiera alguna diferencia al hacerlo, siente, escucha y huele lo que se encuentra a su alrededor.
Tengo muy mala memoria en lo que respecta a mi infancia y un cuerpo muy frágil desde entonces. También está mi ceguera total. No recuerdo muy bien cómo se dieron todos estos hechos así que no podría dar detalles de lo que paso y los vagos recuerdos que conservo siento que no me dicen nada de mi misma, pero ya estoy aquí y quizás las personas sientan pena por mí, yo no siento lastima de mi situación ― Podría ser peor ― la sonrisa en sus labios con los ojos cerrados reflejan su tranquilidad y paz interior.
Bueno, esta habitación, mis familiares y sueños es todo lo que conozco y estoy segura de su existencia ― ¡Oh! también está el doctor de la sexy voz ― una carcajada de picardía se escucha en la habitación vacía ―. Amo dormir y soñar me es muy entretenido…
…
Camina por el sendero aprisa mientras las hojas amarillas y naranjadas de los arboles caen al suelo con tranquilidad, el otoño se hace presente ante los ojos la chica. La brisa hace ondear su cabello largo de color castaño oscuro como si se tratase de otras hojas más bailando en el viento.
Ella usa un distinguido kimono naranja con hojas verdes bordadas en la parte baja y mangas, un regalo de su protector y la más reciente adquisición de su colección; los degrades en color naranja hacen que su piel melocotón claro resalte más y las escasas ramas bordadas con hilos de oro en la parte baja del kimono brillan con la luz del sol.
― Esa niña, parece que se retrasa otra vez ―camina de un lado para el otro, un pequeño demonio―. Como se atreve hacer esperar al gran Sesshomaru ―dice quejándose Jaken y galardonando a su amo.
Sesshomaru escucha en silencio las quejas del pequeño demonio, podía oler el aroma de su protegida con más intensidad y a la distancia visualiza la silueta de la joven corriendo con mucho fervor.
― Lamento la espera señor Sesshomaru ―dice cuando acorta la distancia entre ellos y trata de regular su respiración respirando más hondo, coloca sus manos a su pecho para calmar a su corazón que palpitaba con fuerza.
― Niña mal educada, como te atreves hacer esperar al gran Sesshomaru ―regaña a la jovencita el pequeño demonio.
Muy avergonzada ella baja la mirada y logra articular― Lo siento mucho ―cierra los ojos con fuerza y unas escasas gotas de sudor bajan por su mejilla.
― Nada de "lo siento", entiendo que el amo bonito este interesando en… ―y antes de concluir con la oración Jaken recibe un golpe en la cabeza, el cual cae al piso lleno de tierra y Sesshomaru emprende su camino, dirigiéndose a un lugar más adecuado para pasar la tarde con ella.
― ¿Está bien señor Jaken? ―le dice con una mueca de recién regañada y poniéndose de cuclillas para observar a su pequeño amigo.
― Niña condenada, ve caminado ―le señala el camino con su báculo y una voz de enojo que causaba más risa que miedo.
― Bien ―responde con una sonrisa mientras cierra sus ojos dulcemente y se va caminando detrás de su protector― señor Sesshomaruuuuu ¿a dónde vamos? ―eleva la voz, demostrando su felicidad.
Él guarda silencio ante su interrogante y se limita a mirarla de reojo, la miraba con la misma frialdad que hacía a los demás retorcerse de temor.
Los tres caminaban en fila recta, el silencio reinaba y la joven enroscaba y desenroscaba un mechón de cabello en su dedo porque el silencio la amedrentaba, le recordaba a su infancia sin familia y su propia muerte.
― Señor Jaken, ¿por qué lo golpeo el señor Sesshomaru? ―empezó a caminar al lado de Jaken, dirigiendo la vista abajo donde se encontraba el demonio, para calmar su inquietud.
El pequeño youkai al recordar el motivo frunció el ceño molesto― Mejor dime tú por qué llegaste tarde ―su enojo era tan grande que sus arrugas, debido a la edad, se reflejaban en la frente.
― Todavía no me acostumbro a este tipo de kimonos, no me deja correr con libertad ―extiende los brazos como un espantapájaros.
Esta respuesta llama la atención de Sesshomaru por lo que mira de reojo a su protegida― Tú, niña, mira que no puedes ir mostrando tus piernas desnudas por todos lados, esas están reservadas para el… ―recibe otro golpe de Sesshomaru, quien dice― Jaken, deja de decir tonterías.
― Si, amo bonito ―afirmaba pero por su cabeza estaba la negativa de que la pequeña niña no se daba cuenta de los sentimientos de su amo por ella.
Ella se reía lo más bajito posible y con intenciones de molestar a su pequeño amigo se volvió a inclinar― Vuelve a estar en el suelo señor Jaken.
― Tú ―dice frustrado y dispuesto a discutir con la joven.
Sesshomaru los interrumpe ante la prominente pelea y con un ademan a la joven y dice― Rin, camina a mi lado.
― Siiiii ―afirma con felicidad mientras corre al lado de Sesshomaru―. Que paisaje más hermoso señor Sesshomaru ―dice maravillada y emprende su marcha hacia el río que se encontraba cerca del lugar.
Jaken miraba con detenimiento como la joven trata de correr y suspira hondo para decir― Está claro que ya no es una niña pequeña ―vuelve a suspirar mientras se rasca la cabeza y dirige su vista donde su amo, observa como su amo no le quitaba la vista de encima.
― Señor Jaken ―llama al demonio con su típica felicidad y provocando escandalo a su alrededor―, mire que río tan bonito ―la joven llama la atención de Jaken, sacándolo de sus pensamientos.
Jaken se aproxima donde la niña agotado porque no podía aplacar las energías de esa niña y en ocasiones se sentía demasiado viejo como para seguir participando en sus travesuras; sin embargo, lo que ve le sorprende. La joven se había quitado sus getas y tabis para sentir mejor la corriente de agua que fluía por el río a lo que Jaken no tardo en reflejar su enojo ― ¿Qué haces niña? ―con el ceño fruncido y la pequeña vena que se notaba en su frente.
Ella se remangaba el kimono ahora para meter los pies al río y antes de enfadar más al demonio respondió― Quiero meter los pies al río ―responde con una voz dulce e inocente.
― Eso ya lo sé, niña mocosa, cuantas veces te tengo que repetir que no puedes hacer eso. ―señalándola con un dedo juzgador.
La inocente responde― Antes no le importaba ―con una mueca en la cara de desconformidad y continúo subiendo el kimono como podía.
Podía seguir siendo una niña ante los ojos de Jaken pero ella no lo sentía de esa forma y a veces sentía más de lo que debía sentir, un ejemplo de ello era presentir la mirada penetrante de su amo en cada cosa que realizaba. Elevo su vista en dirección que de su amo, Sesshomaru, que la observaba, pero su mirada no reflejaba nada, parecía que miraba más halla de ella y sintiéndose pequeña dejo de mirar. Le inquieta su mirada, pero le inquieta más no tener un nombre para lo que sentía por su amo y muy nerviosa dejo de escuchar las quejas del pequeño youkai y por un impulso inconsciente bajo inmediatamente su kimono.
Ella se limitó a tocar el agua con sus dedos que estaba transparente y se podían notar las piedras pequeñas al fondo del río, pero los nervios seguían ahí y por extraño que le pareciera aun sentía la mirada de su amo sobre ella.
― ¿Rin, me estas poniendo atención? ―dijo ya molesto por la mirada perdida que tenía la joven.
― Ummm… claro ―afirmo, la joven― Nada de remangarse el kimono ―término de decir.
― Exacto niña mocosa ―asintió con la cabeza y los brazos cruzados―. Mejor me voy donde está el amo bonito.
― No me deje señor Jaken ―lo jalo de la ropa para detenerlo y con su pequeño cuerpo no se pudo oponer a la petición de la joven.
Jaken con el ceño fruncido dijo― Tú, niña, más vale que dejes de ser tan inquieta.
― ¿Ummm…? pero que amargado es señor Jaken.
― ¿Yo amargado? Te voy a enseñar quien es el amargado, niña mal criada.
Ella empieza a correr en lo que le persigue Jaken, lo que era dificultoso y se remanga el kimono por encima de las rodillas para no ser alcanzada, mostrando sus piernas desnudas.
― Niña condenada, te dije hace un momento que no hicieras eso ―la seguía con más fervor y amenazaba con su báculo en mano.
Ella le saca la lengua y le dice ― A que no me alcanzas.
Mientras jugaban Sesshomaru se deleitaba con la vista prominente, las piernas desnudas de su protegida, largas y torneadas de color melocotón suave. Cerró los ojos con tranquilidad, disfrutaba de los ligeros insultos que lanzaba Rin para provocar a Jaken; gozaba de la voz suave y femenina; las risas y el aroma que invadía todo su ser, una fragancia a flores silvestres.
Ella corría por la hierba seca con libertad, reflejando toda esa felicidad con su hermosa sonrisa. El momento era tan relajante y la preocupación mínima que la joven cayó al piso por culpa de una rama que ella ignoro mientras jugaba.
Jaken muy asustado corrió e dirección a la niña, tenía miedo de que se hubiera lastimado― Niña, ¿estás bien?
― Si, no se preocupe señor Jaken ―le dijo desde el piso, tenía la cara aun en el piso y los brazos bien extendidos hacia adelante.
― Niña mocosa, mira por donde caminas ―dijo aliviado de escuchar tales palabras.
― Lo siento señor jaken, seré más cuidadosa ―se levantó lentamente y volvió a sonreír como si nada.
― Mira ―señalo su kimono―, ensuciaste tu kimono nuevo.
― Lo siento ―reitero y empezó a sacudir su kimono, para limpiarlo.
Sesshomaru se levantó del árbol en el cual estaba sentado, se dirigió donde ellos y con su semblante inmutable dijo ― Jaken, trae a Ah-Un.
― Si, amo bonito ― se fue del lugar corriendo.
Sesshomaru con un ademan dio a entender a la joven que le acompañara hacia el árbol donde había estado sentado con anterioridad. Ella le siguió a paso lento y en un susurro dijo― Señor Sesshomaru ―Él detuvo su paso de golpe y miro atrás con su semblante frío ― Umm… Respecto a la pregunta de la última vez… ―dijo apenada y con la cabeza baja― Comencé a sangrar desde hace doce lunas ―concluyo con la cara totalmente roja hasta las orejas.
Sin demostrar expresión alguna respondió ― Lo sé ―sus visitas era escasas pero de todas formas eso no evitaba que no esté informado de lo que sucedía con su protegida.
Ella lo miro con extrañeza y se cuestionó de porque preguntaba si ya lo sabía. Se sentó al lado de Sesshomaru, disfrutando la sombra del árbol. Sus nervios volvieron a crecer y sintiéndose muda volvió a enroscar y desenroscar un mechón de cabello.
Pasaron un largo rato en silencio en lo que llegaba Jaken. El silencio la incomodaba y movía frenéticamente un mecho de cabello que enredaba y desenredaba en sus dedos, miraba con frecuencia el lugar donde desapareció Jaken.
El pequeño demonio llego y los miro con rareza, pero solo se atrevió preguntar a quien le respondería con ganas cualquier cosa― ¿Que tienes niña? Tú nunca estas callada.
― ¡Ahh! Señor Jaken ya estás aquí ¿A dónde fue? ¿A que fue? ¿Por qué trajo a Ah-Un?
― Una pregunta a la vez, niña latosa ―respondió con enojo.
― Hola Ah-Un, los extrañe mucho ―ignoro a Jaken para ir a abrazar fuerte a su otro amigo mientras Ah-Un cerraban los ojos en señal de felicidad porque igual le habían extrañado.
Con la cara roja y lleno de furia dijo― Y de nuevo no me estas escuchando.
Sesshomaru se levantó del árbol para no tener que escuchar la pelea de ambos― Nos vamos ―la tarde se había perdido y pronto oscurecería.
Jaken para contener la furia y no pelear se fue adelante, ignorando a la joven y con paso apresurado.
Los dos observaron como Jaken se iba alejando y un momento después Sesshomaru hizo un ademan a Rin para que subiera a Ah-Un pero ella le cuestiono con la mirada y le dijo ― ¿Por qué señor Sesshomaru?
Él miro los ojos color miel con detenimiento que le parpadeaban y se ocultaban con su abundante flequillo desfilado. Un poco molesto se limitó al silencio y camino hacia adelante, sin responder a su pregunta.
Rin emprendió su caminar a paso lento, no porque así lo quisiera, el viento golpeaba con fuerza su cabellera que volaba alborotadamente, y en pocos minutos vio como los dos estaban lejos de ella. Miro a Ah-Un que estaba a su lado y trato de subirse, pero no podía, le dolía la rodilla y con muecas de dolor siguió intentando hasta que sintió como alguien la sujetaba de la cintura fuertemente y la ayudo a montarse a Ah-Un. Ella miro atrás rápidamente algo asustada, pero su cara cambio por asombro.
― La próxima vez que te lastimes quiero que lo digas ―dijo Sesshomaru serio, no le gustaba que su protegida le guarda cosas cuando él se esforzaba para mostrarle sus sentimientos ― ¿Entendido? ―termino de decir.
Ella bajo la cabeza y casi en un susurro respondió― No estoy lastimada ―dentro de si se decía ¿Por qué soy tan débil? Y mucho más frente al señor Sesshomaru.
Él le miro más serio de lo normal y está vez no le dio la gana de ignorar sus inseguridades― ¿Por qué mientes?
Ella respondió rápidamente― No es mentira, me encuentro muy bien ―en sus pensamientos se repetía ¿Por qué tengo que ser humana?
Sesshomaru con más molestia sujeto el kimono de su protegida y con sus garras lo rompió hasta arriba de las rodillas, dejando al descubierto sus muslos.
Ella se asustó, sabía que estaba molesto. Levanto la cabeza para mirarlo con temor y sus manos trataban de cubrir el raspón que tenía en la rodilla, la sangre coagulada había llegado por debajo de la rodilla y el moretón empezaba a ser evidente.
…
― ¡Ahh! ¿Qué? ¡Ohh! sí, ya recordé solo fue otro sueño, como los demás ―Lo curioso es que siempre sueño con la misma persona, si se puede considerar persona, pues tiene una piel blanca, garras en los dedos, el cabello largo y plateado, sin contar esas extrañas marcas en la cara. Es aún más curioso que se llame igual que mi doctor, supongo que imagino de esa forma a mi doctor ―suspira en lo que recuerda su sueño con detenimiento.
Me pregunto si… ¿el físico de mi cuerpo es igual al de esa chica?, que también se llama igual a mí. Estar tanto tiempo en este hospital y ser invidente no me dice mucho de mí misma, solo de los parientes que vienen a visitarme rara vez.
― ¿Ya estas despierta? ― Entra a la habitación, pero habla para que se dé cuenta de su presencia.
― Buenos días doctor ―es tan grosero, se dice así misma en lo que se acomoda para sentarse en la cama.
― Tu desayuno llegara en un momento ―Revisa su pulso sujetando su brazo de manera desprevenida, lo que ocasiona un chillido de la joven.
― ¿Hoy tendré visita? ―pregunta para no sentirse incomoda, ese doctor siempre provocaba en ella emociones que ni ella misma podía explicarse.
― No.
― Ohh… muchas gracias doctor Sesshomaru, fue una gran respuesta ―le dice sarcástica.
Él ignora su actitud sarcástica, pues a esas alturas de su vida esa actitud en Rin era una de sus características favoritas― Podrías limpiarte la baba de la cara después de dormir, si lo que esperas de mi es más cortesía ―dejo a un lado el brazo del cual tomaba pulso y camino hacia la puerta.
Rin tenía los colores subidos a la cara― Como se atreve a tratarme así, soy su paciente de años. Maldito idiota ―dice molesta mientras se limpia la cara con los brazos.
― Buenos días doctor Sesshomaru ― saluda la enfermera que entraba a la habitación con el desayuno de Rin.
― Buenos días Kagura ―termina de salir del cuarto con una sonrisa leve y satisfactoria.
No podía hablar con Rin cuando se le antojara debido a su trabajo, además de que sería muy sospechoso acercarse tanto a un solo paciente de tantos que tenía. Sus compañeros de trabajo como los familiares de Rin lo observaban. Tenía que ser muy cuidadoso en como jugaba sus cartas de otro modo podría perder más tiempo de lo esperado en conseguir sus objetivos.
― Buenos días señorita Rin, su desayuno ―lo dice con una cara y tono de voz algo molesta, debido a la situación que había presenciado entre el doctor y la paciente.
Rin no responde a su saludo porque estaba en la quinta luna pensando si tal vez el idiota de su doctor habría escuchado su comentario― Lo hizo apropósito, ese maldito, sabe cómo sacarme comentarios lesivos ―habla bajito y con voz llena de frustración.
― ¿Que dices pequeña?
― Ahh… lo siento Kagura. Estaba pensando en cosas ―se rio más para sí misma― ¿Que decías?
― Nada, disfruta tu desayuno y luego sigue tu baño ―sale de la habitación con una molestia a un más evidente. Kagura detestaba a Rin por diversas razones y aunque esta vez la situación era mucho más complicada que las otras veces, no perdía las esperanzas de que algún día enamoraría a Sesshomaru y seria suyo para siempre. Estaba segura que alejaría a esa niña tonta de él y de cierta forma le favorecía su situación actual entre ellos dos.
RenBellatrix reportándose con una nueva historia de tres capítulos. :D
Antes de todo voy a aclarar que… Getas son unas sandalias de madera y tabis calcetines.
Bueno, esta historia lo tenía escrito desde hace un año atrás y lo escribí justo para estas fechas, para un concurso del grupo Elixir Plateado.
Luego de realizarle algunas correcciones (bastantes correcciones) al fin puedo darles a conocer otra bella historia.
Espero que hayan disfrutado la lectura y pronto se vienen los otros dos capítulos. :D
