Ante todo, James no es mío. Ni Hogwarts, ni nada, prácticamente. Son de JK Rowling. Lo único que se puede considerar mi propiedad es Elijah Anderson.
Esto es una especie de... Vale, no sé exactamente cómo llamarlo. Minific, tal vez. El caso es que son dos capítulos, más bien bastante cortos. Aquí está el primero.
La duda
James es, sin duda, el estudiante más popular, con más personas envidiosas de él y más chicas deseando poder decir que lo han seducido de todo Hogwarts. Lo invitan a todas las fiestas, se acuesta con las chicas que desea y da calabazas tan cruelmente como le apetezca a las que le parece que son demasiado poca cosa para él y a las que dejan de interesarle.
Le dicen que se parece mucho a su abuelo y al padrino de su padre. Quizá sea por llevar sus nombres. James siempre ha creído que los nombres contienen una magia en su interior, como si cuando al llamar a un recién nacido con uno una parte del alma de todas las personas que lo han llevado pasase a él.
Sin embargo, a veces James desearía parecerse aún más a su abuelo. Porque duda que James Potter, el padre del Elegido, haya besado alguna vez a una chica sin desgana. Bueno, quizá a una sí, y a dos, pero a James le parece que las chicas no son para tanto. Sí, bueno, es gracioso verlas babear por ti hasta que te compadeces de ellas y os encerráis en algún aula vacía, y no va a negar que es placentero estar con ellas, pero… falta algo.
James descubrió hace muy poco que ese algo tiene nombre y apellidos. Y, que aunque no tenga tetas, tiene el culo más jodidamente perfecto que ha visto en su vida. Y que tiene novio. Y que le dan ganas de matar a alguien cada vez que se acuerda.
Elijah Anderson. Slytherin. Cazador. Tan bueno como James. Porque mejor, es imposible, claro. Totalmente indiferente al hecho de que cada vez que aparta al Gryffindor de su camino malhumorado logra hacerle sentir más cosas que todas las chicas con las que se ha acostado. Juntas.
Todo ese asunto tiene a James mosqueado. Porque… él no es gay, ¿verdad? No, él es el Casanova oficial del colegio, el que puede tener a cualquier chica rendida a sus pies con chasquear los dedos. Es imposible. James es el tío más heterosexual de todos los tíos heterosexuales de todo Hogwarts. Vale. ¿Entonces qué narices es lo que le revuelve el estómago cada vez que tiene a Elijah a menos de tres metros?
Lo descubre una tarde que vuelve malhumorado de Transformaciones. Porque había planeado un entrenamiento especial para mañana y ahora va a tener que aplazarlo porque el idiota de Malfoy le ha quitado el campo para que entrenen los Slytherins. Escucha una risa cerca de él y se vuelve, descubriendo a Elijah Anderson apoyado en la pared, con un libro en las manos y observándolo con suficiencia.
-Me han contado que os hemos quitado el campo, Potter-comenta con sorna.
Y James se enfada con él y se acerca mirándolo con amenaza. Obviamente. Ha dejado a su equipo sin campo, lo está mirando con esa odiosa expresión en el rostro, y tiene una pose tan asquerosamente arrebatadora que el estómago de James cada vez está más revuelto y le dan ganas de abalanzarse sobre él para… Para matarlo de la forma más dolorosa posible, obviamente. Elijah cierra el libro y alza una ceja con superioridad, y entonces James olvida el motivo por el que iba a partirle la cara hace apenas unos segundos. ¿Cómo diablos lo ha hecho? ¿Por qué puede controla su voluntad? ¿Le ha echado una maldición imperius sin que él se diera cuenta?
-Cierra el pico-le ordena James, apretando la mandíbula. No va a consentir que ese idiota quede por encima de él. Los leones rugen, las serpientes se arrastran. Lógica pura.
-No, tío, mejor cállate tú y escucha, que no te vendría mal-replica Elijah. James entorna los ojos. Es el Casanova del colegio, no está acostumbrado a que no le obedezcan y no le sienta nada bien que no le hagan caso-. Que llevas semanas mirándome el culo y no te has dignado a decir nada.
-Eso es mentira-replica James-. Yo no soy… no soy… ¡No soy marica!-exclama, enfadado-. Yo soy una persona normal, no como tú.
Elijah no responde a eso, sino que aparta la vista y echa a andar. James lo ve alejarse con la cabeza gacha, sin entender absolutamente nada de lo que acaba de pasar. ¿Se ha enfadado con él? Pero… no tiene ningún motivo. Él no ha hecho nada malo. Nada.
Bueno, quizá algo sí. A estas alturas, James ya no tiene claro nada, menos después de que Elijah le haya dicho a la cara lo que lleva ya un tiempo atormentándolo, pero lo que sí sabe es que ya no tiene el estómago revuelto. La sensación se ha ido. Y entonces James comprende lo que eran.
Mariposas.
¿Reviews? :3
