Fandom: Harry Potter.

Pareja:Draco M. / Hermione G.

Disclaimer: Nada del universo de Harry Potter me pertenece, es propiedad de JK Rowling y yo sólo me divierto mezclando sus personajes.


Prólogo

La primera sensación que tuvo al despertar gracias a un molesto rayo de sol que incidía directamente sobre sus párpados cerrados fue como si tuviese un disco rayado sonando a todo volumen dentro de su cráneo. Se revolvió entre las sábanas, más ásperas de lo que estaba acostumbrado, intentando volver a dormir y así aplazar la resaca unas cuantas horas.

Un tirón de las sábanas para taparse la cabeza y un giro para darle la espalda a la ventana, fueron necesarios para darse cuenta de que: a) no estaba solo en aquella cama; b) estaba totalmente desnudo; y c) estaba a punto de vomitar.

Se incorporó aún con los ojos cerrados y echó las piernas al suelo, pero no fue hasta que estuvo seguro de que el contenido de su estómago seguiría en su sitio que abrió los ojos y empezó a ubicar los distintos elementos que conformaban la habitación en la que se encontraba.

Una cama, la misma donde había dormido, y una mesita de noche de madera apolillada, una ventana por donde entraba demasiada luz con unas cortinas de un color indefinido quemado por el sol, una puerta al lado que seguramente daría a la calle y, justo al otro lado de la habitación, otra puerta semicerrada por donde se vislumbraba parte de un cuarto de baño.

Se levantó lentamente, sin molestarse por taparse absolutamente nada, y se dirigió hacía la segunda puerta, al entrar al baño sufrió una nueva arcada, acababa de decidir que el aseo personal podía esperar a llegar a casa, salvo, tal vez, algo de agua para despejarse un poco. Ante la falta de varita, abrió el grifo del lavabo intentando tocarlo lo menos posible y se agachó para echarse agua en la cara.

Conforme el agua helada iba calmando un poco el terrible dolor de cabeza, le fueron llegando algunos flashes de la noche anterior.

"– ¡Joder Zabini, me alegro de tu próxima paternidad, y que Pansy haya dejado de vomitar, pero apreciaría que me dejaras respirar aunque sea un momento – un Blaise completamente borracho y con una sonrisa bobalicona estaba abrazando a un Theodore que no sabía cómo quitárselo de encima".

Definitivamente, lo que estaba haciendo no servía de nada, así que abrió el grifo al máximo y se contorsionó para poder meter la cabeza bajo el chorro.

"– No le voy a poner los cuernos a nadie, menos ahora que voy a ser padre, pero es que aquella pelirroja me suena un huevo, creo que de Hogwarts.

Estamos en un bar muggle de Marsella, ¿qué probabilidades hay de encontrarnos a alguien del colegio?"

Una especie de gruñido le llegó desde la habitación, se quedó quieto unos segundos bajo el chorro intentando escuchar algo más, pero su acompañante parecía seguir dormida.

"– No... creo... que sea... bu... ena... idea... aparecernos así... de borrachos – dijo la chica entrecortadamente debido a los besos.

La tenía agarrada por la cintura mientras repartía besos y mordiscos en su cuello, lentamente, casi con delicadeza, fue desplazando sus manos hasta abarcar el trasero de la chica y, movido por la necesidad de rozamiento de su prominente erección, le apretó las nalgas acercándola más hacia él, haciendo gemir a su acompañante."

Cerró el grifo y se incorporó con cuidado. El espejo le devolvía una imagen bastante desmejorada de si mismo, con los ojos rojos rodeados de unas leves ojeras y la piel más pálida de lo normal. El pelo rubio, algo oscurecido por el agua se pegaba a su frente soltando gotas que surcaban su cara hasta la barbilla, desde donde se precipitaban al lavabo. Los brazos extendidos hacia abajo aferrando la pila por ambos lados.

– No es de mis mejores momentos – murmuró.

"– Conozco un sitio no muy lejos de aquí – dijo el chico iniciando un movimiento de caderas para intensificar el roce entre ambas entrepiernas, lo que provocó que ella se aferrara a su cuello mientras gemía débilmente junto a su oído, lo que no hacía otra cosa sino encenderlo aún más – es un motel algo cutre, pero servirá – añadió mirándola a la cara, ella se mordió el labio inferior y asintió"

En ese momento se le agrandaron los ojos y dejó de respirar durante 15 segundos.

– Me cago en la...

Y olvidándose de su precario estado, se precipitó en la habitación para comprobar la identidad de su acompañante. La chica estaba echa un revoltijo de sábanas, piernas y brazos; tal como hiciera él un rato antes, se había tapado la cabeza para protegerse de la claridad del día. Cogió las sábanas suavemente, casi con reverencia, casi como si estuviera asustado, y las fue retirando poco a poco, dejando entrever el pelo - no... no, no, no, no, no... no puede ser ella, joder que no - y más tarde, el rostro de la chica.

Poco a poco, casi como si estuviera hipnotizado, fue acercando su cara a la muchacha hasta dejarlas separadas por apenas cinco centímetros, la observó largamente, como no lo había hecho en sus años de estudiante, fijándose en sus grandes ojos cerrados coronados por largas pestañas, la nariz recta, mejillas sonrosadas y labios rojos, pequeños y llenos; en ese momento parecía una de esas muñecas de porcelana que, inexplicablemente para él, coleccionaba su tía Bellatrix y que tanto le llamaban la atención de pequeño.

– Es mona – reconoció finalmente para sí mismo, luego tiró más de la manta para destaparla completamente, desvió la mirada para recorrer su pálido cuerpo con los ojos, como él, también estaba desnuda, no era lo que se dice una top model, pero... – también está buena... vale, puede que sí sepa por qué me la tiré anoche... ¿Es ella de verdad?

Movido por algún tipo de estupidez secundaria a la resaca, volvió a centrar su mirada en el rostro de la mujer y empezó a pincharle con el dedo en la frente para comprobar que era de verdad y no fruto de alguna alucinación, pero sólo consiguió que arrugara el entrecejo y le apartara la mano de la frente. No contento con eso, se acercó aún más, sus narices casi rozándose y le tapó la nariz y la boca con una mano.

En esta ocasión, la falta de aire sí que consiguió despertarla, de hecho, se despertó pegando un salto y un grito que consiguió que el chico trastabillara y se cayera al suelo de culo, aún con la sábana en la mano. La muchacha se llevó una mano al pecho, que subía y bajaba aceleradamente debido al susto, intentando calmarse, mirando a su acompañante como si le hubieran salido ocho cabezas más.

– ¿Malfoy? – preguntó al reconocerlo – ¿Qué coño haces en mi casa? ¿Por qué intentabas matarme? – paró un momento para mirarlo atentamente, frunció el ceño aún más – ¡¿Qué haces desnudo?!

– Lo primero, no estamos en tu casa. Tampoco estaba intentando matarte, sino despertarte.

– ¡¿En serio?! ¿Ahora se despierta a la gente intentando asfixiarla?

– No grites – la interrumpió Draco, haciendo una mueca de dolor – Créeme, intenté ser más sutil, pero duermes como una marmota. Y lo de estar desnudos...

– ¿Cómo que desnudos...? ¿En plural?

El rubio alzó una ceja y ella se miró el cuerpo, lo que provocó otro grito mientras buscaba algo con lo que taparse, y un quejido seguido de una maldición por parte de él.

– Mierda, no me lo puedo creer – se lamentó – precisamente tú, de todos los hombres que hay en el mundo me tuve en encontrar contigo en una ciudad extranjera. ¿Qué fue lo que pasó anoche para terminar así? – preguntó ella una vez tapada con la almohada.

– Sencillo, yo me emborraché y tú te aprovechaste de mí.

– Eso no es precisamente lo que yo recuerdo – dijo entre dientes.

– Si lo recuerdas, ¿por qué coño preguntas? – dijo Malfoy mientras empezaba a vestirse – oye, ¿qué tal si hacemos esto? Nos vestimos, nos largamos cada uno a nuestro hotel e intentamos borrar de nuestra mente esta fatídica noche.

**oOo**

25 días más tarde...

Se paseaba compulsivamente por el baño de su apartamento, maldiciendo una y otra vez la tardanza del maldito cacharro, si lo hubiese hecho por el método mágico ya lo sabría seguro, pero el método muggle era mucho más discreto, y lo que menos necesitaba en ese momento era a una entrometida periodista hurgando en su vida y sacándola a la luz.

"– He dicho que ya voy, ¿quieres dejar de aporrear la puerta? – gritó, pero los golpes no cesaron hasta que alcanzó la llave y dejó pasar a su visitante – ¿Ginny?

¿Se puede saber qué te ha pasado? – preguntó la pelirroja a bocajarro – a los chicos les va a dar un infarto. – paró un momento para coger aire, y aprovechó para echar un vistazo a la vestimenta de su amiga, pantalón de chándal, camiseta hiper-grande y descalza, con el pelo tan despeinado como en sus mejores tiempos de Hogwarts.

Oye Gin, no te lo tomes a mal, pero ¿me puedes decir qué quieres de una vez?

¿Que qué quiero? Hoy tenías una reunión importante con tu jefe sobre la nueva ley de los derechos de los licántropos, Hermione, esa ley se presenta dentro de un mes y queríais darle los últimos detalles a la propuesta, pero no te has presentado, ni siquiera una nota... Addams ha ido al despacho de Harry para preguntarle si sabía algo de ti, pero nadie sabía nada, no respondes a las lechuzas... cuando venía hacia aquí, Ron estaba diciendo que seguro que habías muerto y tu gato se había comido el cadáver...

Dile a tu hermano que deje de exagerar – comentó con fastidio.

Ginny le lanzó una mirada reprobatoria.

Lo siento, ¿vale? – dijo la castaña algo abatida – pero es que últimamente estoy muy cansada, no tengo ganas de hacer nada y me paso el día durmiendo, hasta en el despacho he dado alguna cabezada. Además, creo que me he comido algo en mal estado, porque no paro de vomitar y tengo mucho calor.

No estarás embarazada, ¿verdad?

Embara... ¿qué? – gritó Hermione – Gin, no digas tonterías, ¿cómo voy a estar yo embarazada?

Verás, un hombre y una mujer...

¡Me sé la teoría! Sólo que es imposible, hace mucho que no... – la pelirroja le lanzó una mirada significativa.

¿Y qué me dices de lo que pasó en Marsella? Vamos Herms, cuándo te tiene que venir la regla.

La castaña no respondió inmediatamente, haciendo cuentas.

Hace dos sem... – se paró abruptamente al ver la mirada que le dirigía la pelirroja – eso no tiene nada que ver, soy muy irregular".

– Hermione, ¿falta mucho?

– No lo sé, Ginny, haz el favor de no preguntar más.

– No entiendo por qué no hemos ido al callejón Diagon para comprar uno mágico.

– Te lo dije antes, y te lo digo ahora, bastante salgo ya en la prensa sensacionalista, ya puedo imaginarme los titulares si llegaran a enterarse de esto. Se cebarían conmigo.

– Ya... ¿Puedo entrar? – el pomo de la puerta se movió en ademán de abrirse, pero Hermione fue más rápida y cerró la puerta justo cuando empezaba a moverse.

– ¡NO! Preferiría estar a solas, en cuanto lo sepa sald...

En ese preciso momento, la pantalla digital del test de embarazo se llenó de letras, la castaña se abalanzó hacia el lavabo, sobre el que descansaba el aparatito, y lo cogió con las manos temblorosas.

– ¡Mierda!

Embarazada.

6-7 sem.


Sep, aquí estoy después de dos años sin hacer mutir por el foro y con una nueva historia en vez de continuar las que ya tengo... no tengo nombre realmente desagradable para criticarme. Lo he explicado en una nota en mi perfil, así que no voy a repetirme otra vez.

Espero que os haya gustado esta pequeña introducción, como algunos habrán adivinado, el título 40 semanas es por el tiempo que dura un embarazo, es un intento de humor con el que espero que disfruteis, no creo que sea muy largo, alrededor de 10 capítulos más o menos.

En fin, qué os ha parecido? Merezco Reviews?

Besos y abrazos de la intermitentemente desaparecida, Shiwla XD

24/Mayo/2013:

Me acabo de dar cuenta de una metedura de pata gorda, en un principio, puse que Hermione estaba embarazada de 4-5 semanas, yo me quería referir al tiempo que hacía desde que se acostó con Malfoy, hoy repasándolo, me he dado cuenta del fallo, porque el embarazo empieza a contar desde la fecha de la última regla, y no desde la fecundación, que es aproximadamente 14 días después. En fin, ya está arreglado y pido perdón por la confusión.