Disclaimer: Ningún personaje mencionado aquí es mío, si así fuera ahora estaría nadando en dinero y el epílogo fuera muuuuuuy diferente, así que no no quiero lucrar con este par.

::: Les recomiendo que lean la historia escuchando "Not like the movies" de Katty Perry. Es genial y sirvió para inspirarme, espero que les guste. ¡Buen provecho! :::

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-Síndrome –

Era una noche fría, lluviosa, triste.

Era una noche para pensar.

Era una noche como pocas, de esas que recordaba después de unos meses.

Estaba literalmente desparramada en su cama, ser prefecta le daba el lujo de estar en una habitación sola, le daba la libertad de llorar a sus anchas, le daba la libertad de sentirse miserable en privado.

Lo había hecho, y de ninguna manera era como lo había esperado…

. . . . .

Lo divisó en el pasillo, de frente a ella, con sus guardaespaldas debidos, con su cabello perfectamente peinado y esa mirada gélida. Se acercó lentamente hasta donde se hallaba y justo cuando estaba a un par de pasos de él se detuvo.

-Malfoy, quiero hablar contigo-

El rubio paseó los ojos por sus zapatos de agujetas, las calcetas hasta la rodilla, aquella falda negra al ras, su suéter holgado, la cara expectante y por último, su cabellera espantosa como era de esperarse. Puso su mejor gesto de desagrado y con aquél tono característico respondió:

-¿Y?- Risitas de sus guardaespaldas como reacción.

La descolocó, claro, pensó que le contestaría con algún "yo no" o alguna respuesta parecida.

-Quiero hablar contigo- repitió con la voz más delgada y su mirada apenada.

-Yo quisiera que este colegio dejara de aceptar asquerosos inmundos como tú, pero no puedo tenerlo todo Granger- una sonrisa orgullosa se postró sobre su rostro y esperó la reacción de la castaña.

Sus puños estaban cerrados, signo de que estaba conteniendo la rabia, bajó lentamente la cabeza y dejó escapar algo que nunca pensó decirle a Malfoy.

-Por favor-

Las risas de Crabbe y Goyle fueron acompañadas esta vez por el propio Malfoy que cruzó los brazos y alzó las cejas al mismo tiempo.

-Te concedo el honor Granger, si lo pides tan amablemente, te escucho-

-A solas- susurró Hermione mientras levantaba la cabeza de nuevo, roja del enojo. Miró a los grandulones que lo acompañaban y los fulminó con la mirada.

Con un gesto de su cabeza Draco indicó que se fueran. Sin descruzar los brazos y con gesto de aburrimiento miró a la chica frente a él.

-Me vas a decir ¿o no?- aguijoneó

Hermione esperó a que Crabbe y Goyle dieran la vuelta al pasillo y dio un paso hacia Malfoy, éste se tensó de inmediato, tenía su varita en el bolsillo pero había visto a Granger ser rápida para defenderse y no sabía qué tanto había bajado su rendimiento durante las vacaciones de Navidad. Bajó los brazos lentamente y esperó el primer movimiento de la sangre sucia. Quedarse a solas ya no le parecía buena idea.

-Malfoy, te odio-

No cabe duda de que eso sí que lo sorprendió, esperaba que lo hechizara o que lo golpeara, pero que viniera con esas muestras de resentimiento no era del estilo de ella.

-Gracias, el sentimiento es mutuo- contestó con el ceño arrugado.

Ella levantó por completo la cabeza y lo miró fijamente. No sabía muy bien qué era lo que lo había petrificado, la mirada intensa que le dedicaba en aquellos momentos o las lágrimas que surcaban su rostro. Era algo que no se esperaba.

-Yo… yo… no quería… yo no quería… pero no pude controlarlo… yo no quería…-

-Granger, me estás haciendo perder el tiempo, no entiendo lo que dices y no me interesa- hizo ademán de irse pero la chica dio un respingo al notarlo y eso hizo que él también pegara un brinco.

-No te vayas- murmuró mientras sus orbes miel lo taladraban de nuevo.

-Pues tienes un minuto solamente Granger, si vas a decir algo, hazlo ya-

-Es que… yo pensé que no era posible… es un síndrome ¿sabes?... pero no pensé que me fuera a suceder a mí…- calló por un momento y lo miró suplicante.

-No te entiendo Granger- no entendía lo que decía por completo, nada, no sabía lo que era eso del síngrome y no sabía si quería saberlo.

-Yo… tengo síndrome de Estocolmo-

Eso por completo lo confundía, seguía sin tener idea de lo que era singrome y tampoco sabía qué era estoco… eso.

-¡Rayos Granger qué quieres, no me interesa lo que tengas!-

De nuevo hizo ademán de irse pero ahora fue la mano de la chica la que lo detuvo. Se soltó rápidamente del agarre y la miró fulminante.

-¡No me vuelvas a tocar impura!-

La chica se llevó la mano al pecho e hizo una mueca de dolor.

-¡Malfoy te odio, porque has hecho mi vida imposible desde que te conozco, porque me insultas, porque agredes a mis amigos, porque tus creencias son completamente diferentes a las mías, porque disfrutas con hacerme daño, por ser tú, pero no pude detener lo que ahora estoy sintiendo!- tomó aire y con toda la valentía Gryffindor que tenía de reserva escupió su sentencia de muerte- me enamoré de ti Malfoy, me enamoré del más grande soquete que existe en esta escuela, me enamoré del hombre que me ha demostrado que se puede hacer sufrir por simple placer, ¡me enamoré estúpidamente de ti Draco Malfoy!-

Su boca estaba abierta, eso debía de ser una broma del más repulsivo gusto. Alguien debía estar detrás de esto, Zabinni seguramente, si él, maldito, lo mataría.

Pero. ..

Pero era la sangre sucia, no era fácil de someter y Zabinni no tenía suficientes neuronas para eso, entonces aquello… no era una broma.

Su gesto de molestia se ensanchó hasta que le dolió la cara y miró a la muchacha, ahí, con sus ojos marrones expectantes, era pequeña, su frente apenas llegaría a su barbilla, era una flacucha, era una repugnante sangre sucia.

-Más vale Granger, que no repitas eso, te lo advierto- siseó- ¿No esperarás que te corresponda verdad?, ahora más que nunca te quiero lejos de mí Granger, si me entero de que le dijiste esto a alguien haré tu vida aún más miserable- diciendo esto se alejó de ahí sorprendido, molesto, incómodo.

Justo cuando Malfoy desaparecía del pasillo murmuró algo sin que aquél chico pudiera escuchar.

-No esperaba nada de ti, sólo quería que lo supieras-

Comenzó a caminar y se alejó rápidamente de aquél pasillo.

. . . . . . .

Amar era algo nuevo para ella, y ni por asomo se acercaba a aquellos cuentos de princesas enamoradas que su madre le leía. Enamorarse dolía, dolía mucho. No era como aquellas películas que veía en su cuarto, en Londres. No era como lo esperaba.

No es que tuviera muchas expectativas de aquél que ahora ocupaba sus pensamientos, pero esperaba otra cosa, no sabía muy bien qué, pero esperaba otra cosa.

Dio la vuelta en su cama y dejó caer sus pensamientos en el sueño, al otro día tenía que lidiar con su confesión y Malfoy. Sería pesado pero eran las consecuencias de aquél amor, un amor que definitivamente no era como en las películas…

O o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o O

¡Hola a tods! Hacía mucho tiempo que no subía por lo que me decidí a teclear algo que me había estado dando vueltas por la cabeza. Un NO-DRAMIONE , que tuviera una confesión dolorosa. Tengo algunas ideas para un segundo capítulo pero todo dependerá de la aceptación que tenga este :D

Espero les haya gustado y que escucharan la canción, escribí el fic mientras escuchaba una y otra vez a Katty Perry así que espero que sirviera de soundtrack.

¡Besos para tods!

PD. Ya sé que el síndrome de Estocolmo no es precisamente amor entre agresor y agredido, sino entre secuestrador y secuestrado, pero quise adaptarlo un poco.