Saludos ^^
Publico otro de mis fics sobre las parodias de los caballeros reales xD Este es sobre la loca visita del fundador de la Orden, Imperialdramon Paladin. Es uno de los pocos fics divertidos que escribo, y que por ende, me costó mucho poder acabar. Espero me dejen sus reviews. Shonen ai x3
Capítulo 1: ¡¿Ese es Imperialdramon?!!
Aquella mañana, Omnimon estaba enrollado entre las sábanas de su cama, sin intenciones de levantarse hasta dentro de algunas horas.
Ese era el plan desde el principio, pero no le salió como quería.
-Omnimon-le llamó Gallantmon moviendo despacio su hombro.
El digimon de piel oscura se removió un poco y se acomodó aún más.
-Omnimon levántate, ya son las nueve.
Dormido, Omnimon tanteó hasta encontrar el cuello de la armadura de Gallantmon y lo tiró de golpe hasta tenerlo frente a su rostro.
-Gallantmon...es domingo.
-Lo sé pero...
-Sabes lo mucho que detesto levantarme temprano los domingos.
-Es que...
Una sonrisa perversa se dibujó en el rostro de Omnimon, lo que hizo que el de Gallantmon se encendiera. Sabía qué iba a decirle.
-Vas a pagar por esto...-acercó sus rostros, y cuando iba a descorrer su casco metálico, Gallantmon le detuvo con su mano, temblando.
-Pasó algo importante...bueno, va a pasar.
Omnimon se impresionó.
-¿Qué cosa?
-Ahm...Imperialdramon llegará en veinte minutos...
-...
Diez minutos luego, Omnimon estaba en el primer piso, que más bien parecía un gallinero.
Todos los caballeros corrían alterados, nerviosos y hasta espantados ante la repentina noticia. No se molestó en tratar de hacerlos callar y fue directo con su líder.
Como lo esperaba, era el único que estaba calmado, y miraba a los caballeros hacer el ridículo.
-Alphamon; así que es cierto.
-Lo es; Imperialdramon Paladín llega en menos de diez minutos.-respondió el digimon oscuro.
-¿Hace cuanto dio la noticia?
-Serán unos treinta minutos. Ya está camino de aquí así que debemos estar listos.
Gallantmon miró el circo que tenían montados los demás Royal Knights.
-¿Cómo supongo que harás eso?-preguntó, tuteándolo, pues para él Alphamon solo era un digimon más y no la gran figura que en realidad era.
-Es muy fácil. -Alphamon dio algunos pasos y respiró profundo. Omnimon agachó sus antenas, esperando algún grito. Pero no hubo necesidad.-Caballeros reales, quédense quietos.-dijo el digimon, sin levantar ni un poco el tono de su profunda voz.
Todos los digimons que corrían y hacían escándalo por la enorme sala, se detuvieron en seguida y se quedaron viéndolo.
Omnimon no pudo evitar sonreírse.
-Alphamon es genial.
-No lo es-respondió Gallantmon molesto, celoso al ver que Alphamon siempre conseguía algo en su pareja.
-Alphamon, qué rayos vamos a hacer?-Habló Ulforce de los primeros.-Imperialdramon está a unos minutos de aquí!
-¡Yo nunca lo he visto! ¡No sé cómo me dirijo a él!-gritó Magnamon temblando de los nervios.
-Muchos de ustedes no lo ha visto nunca; Imperialdramon Paladín no sólo es nuestro fundador, es un digimon milenario y también es un héroe de leyenda.-habló el líder.
-¿Va a probarnos de alguna forma?-preguntó Sleipmon intimidado.
-¿Cree que vendrá a comprobar si estamos haciendo bien nuestro trabajo?-preguntó Dynasmon un poco más tranquilo, pero igual de nervioso-porque si es así, tenemos problemas-se sonrojó un poco.
Todos los caballeros lo hicieron...la verdad no habían hecho mucho en... ¿cuánto? ¿Veinte años?
-En primer lugar no es nuestra culpa; no han atacado el digimundo en años!-se quejó duftmon, sacudiendo un poco su cabello.
-Imperialdramon sólo viene a visitarnos. Lo hace una vez cada nueva generación de caballeros.-explicó Alphamon.-También vino hace algunos cientos de años, cuando sólo estábamos Omnimon, Gallantmon, Craniummon y yo. Todos ustedes son caballeros renacidos de la data de sus antecesores.
Si bien era cierto que Craniummon lo había visto antes, no podía dejar de lado los nervios.
-Estén tranquilos; sólo les pediré que estén serios, callados y obedezcan todo lo que él les diga. Diríjanse a él por Imperialdramon o Señor. Sean honestos y no pierdan el control por nada del mundo.-dijo Alphamon, traspasándolos con sus ojos.-o verá que realmente somos un grupo de payasos-cerró los ojos avergonzado.
-¡¿Qué dijiste?!-se exasperó Gallantmon.
-Y tú Gallantmon, te guste o no vas a tener que tratarme con respeto mientras Imperialdramon esté pisando este castillo, y más vale que mantengas tu poco temperamento bajo control, ¿quieres?
Gallantmon le envió una mirada casi asesina.
-Omnimon, mantenlo controlado, puedes?
-Por supuesto-respondió el digimon blanco.
-Eh...Alphamon...-habló Magnamon con timidez.
-¿Qué ocurre?
-¿Qué hay de...-se sonrojó y miró a su alrededor-qué hay de...e-eso...?
-Eso, Magnamon-dijo Alphamon sin perder la seriedad.-no necesita ser mencionado. En el extraño caso de que Imperialdramon pregunte, sospeche o quiera saberlo, se lo responden y ya. ¿Entendido?
Todos aceptaron. Craniummon se golpeó la frente.
-Vamos afuera.
Todos los caballeros salieron. Craniummon los hizo formarse de frente, muy derechos. Imperialdramon era un jefe militar retirado, así que le gustaban las cosas estrictas.
-O al menos así era hace cuatro mil años...-dijo el digimon morado, algo inseguro.
Omnimon estaba de pie, tres pasos adelante, Gallantmon también, por ser él su mano derecha. Alphamon estaba tres pasos más adelante, justo al medio, formando los once caballeros, una pirámide muy recta.
-¿Crees que esté muy viejo?-le cuchicheó Magnamon a ulforce.
-No lo sé; si conoce a Alphamon debe tener tantos milenios como él.
-¡Pero Alphamon se conserva perfecto!-dijo junto a ellos rhodo, emocionado de que alguien con esa edad se mantuviera tan bien.
-Hay algo que no me cuerda-se metió Sleipmon, quien sin querer, emitía un ruido con una de sus patas.-Si Imperialdramon guerrero necesita el poder de un Omnimon para ser paladín, ¿qué Omnimon fue el que Imperialdramon tomó?
-Sleipmon, tu segunda pata izquierda...-le dijo ulforce.
El caballo se sonrojó. Siempre que estaba demasiado nervioso, el tic en su segunda pata izquierda se activaba y comenzaba a cocear. Trató de mantenerlo bajo control, pero le costaba trabajo.
¡En menos de un minuto, todos los caballeros estaban haciendo ruido de nuevo!
Alphamon tenía la vista pegada en el cielo. A lo lejos, divisó una figura.
-¡Caballeros reales! ¡Firmes!
Y todos los caballeros se callaron de golpe y retomaron su actitud seria y derecha.
Una figura blanca y alada se dibujó en el cielo, e Imperialdramon paladín descendió desde un cielo azul intenso, como si lo hubieran pintado con óleo.
Puso sus pies en el suelo y descansó sus alas.
Los caballeros estaban impresionados. Era muy grande, macizo, de mirada seria y puños muy fuertes. Se veía en sus ojos azules, el paso del tiempo y las muchas experiencias que había vivido en sus largos milenios. En su piel, llevaba escritas miles de guerras, batallas y confrontaciones. Aún así, sus alas se veían fuertes, y se notaba un digimon listo para enfrentar lo que fuera.
Al instante, Omnimon y Gallantmon se llevaron un puño al pecho, en señal de saludo. Los caballeros se arrodillaron un minuto, y se pusieron de pie. Alphamon se acercó a él y le extendió la mano.
-Saludos, Imperialdramon. Nos honras con tu visita.
-Ya era hora de que viniera a conocer a los nuevos.-dijo el digimon sonriendo, y estrechando la mano de aquel fuerte y sabio digimon que había escogido para liderar a los caballeros reales…-¡Vamos viendo!
Se acercó a Omnimon y le quedó viendo. Acto seguido, le estiró la mano y sonrió.
-¿Cómo has estado Omnimon? Largos milenios sin vernos.
-Muy largos Imperialdramon.-el digimon respondió a su saludo y también sonrió. Él le caía muy bien.-Te mantienes tan bien como siempre.
Esto sacó una venita en la frente de Gallantmon...
-No tanto como tú o Alphamon! ¿Cuál es su secreto?
Ambos digimons rieron e Imperialdramon se acercó a Gallantmon. No lo conocía. No a este.
-Tú eres el Gallantmon de la cuarta generación, ¿Me equivoco?
-Es correcto.-respondió el caballero carmesí.
-Eres el más longevo de tus antepasados. Supongo que debes ser muy fuerte para evitar que te hayan matado durante siete mil años.
-Lo soy.
-Sí, y también eres muy modesto ¿no?
Omnimon y los demás caballeros se quedaron para adentro. Alphamon hizo una mueca y desvió la mirada al cielo. Imperialdramon se rió de buena gana y fue a conocer al resto.
Craniummon estaba de los primeros.
-¡Hey! Craniummon, ¿Aún eres tú?
-Sí señor.-respondió de manera solemne.
-Qué raro, antes estabas más delgado.-y pasó de largo a conocer a Ulforce.
-¿Y este chico?
-Ulforce Veedramon señor, soy la sexta generación de mi genealogía.
-¡Ha! ¡Estás muy bien eh! ¡Mira que brazos! Así me veía yo hace seis mil años.-sonrió y pasó de largo, pues había un pequeño espacio entre Ulforce y Dynasmon.
-Ahm...Imperialdramon...-le apuntó Alphamon al "espacio"
El digimon se regresó y vio que Magnamon estaba entremedio.
-Diablos...Alphamon ¿qué le hiciste? ¿Por qué está tan encogido?
Esto partió a Magnamon en mil pedacitos...¡otra vez se lo dijeron!
-¡¡RAYOOS!! ¡¿¿POR QUÉ SOY TAN CHICOOO??!! - se puso a llorar y a gritar sin que ulforce pudiera callarlo.
-¡Hahaha! ¡El Magnamon anterior era como medio metro más alto que tú!-se burló Imperialdramon.
-¡Ya lo sé, ya lo sé!-seguía llorando el digimon.
Poco a poco, la situación se volvía más y más extraña...
-¡Vaya! ¡Qué Dynasmon tan alto! Y que cuernos eh! ¿Tomas mucha leche?
-N-no señor...
-¿Vitaminas? ¿Hormonas?
-No señor-Dynasmon estaba avergonzado.
-¡¡Naah!! ¡Antes uno tenía suerte si nacía con tu tamaño!-se acercó a Examon, quien de momento, tenía su tamaño gigante.-¿Por qué a todos los examons les gusta impresionar? ¡Ha! Tremenda cosa...-se acercó a Sleipmon.
Examon quedó marcando ocupado...
-¿Qué generación eres?
-La quinta, señor.
-¿Eres fuerte?
-Un poco más que mi antepasado pero no tanto como el primero señor.
-Eres muy tímido, a que sí.
-...¿señor?
-¡Especialmente con las chicas! ¡A que sí!
-Eh...-Sleipmon se sonrojó mucho.-s-sí señor...
-¡Haha! Y apuesto a que ese sonido es tu pata izquierda que está taconeando!
-...-más rojo que su armadura-¡s-sí señor!
-¡¡Hahahaha!! ¡Todos los sleipmons tienen ese tic nervioso!
Muerto de la risa, Imperialdramon pasó a ver a Rhodo.
-RhodoKnightmon. El gran señor de los Knightmons. ¿Cómo estás?
-Impresionado y halagado con su vista, Imperialdramon.-dijo rhodo de lo más tranquilo.
-Eh, Alphamon! ¡¿Alimentas a tus caballeros?¡ Este chico está en los huesos!-punteó a rhodo en su perfecto estómago plano y se paró frente a Duftmon.-Qué rayos?! ¡Tienes una colección de muñecas aquí!
Alphamon se sonrojó y se golpeó la frente. Gallantmon no podía creerlo.¡ Ninguno de los caballeros podía creerlo! ¡¿Quién podía creerlo?! ¡Duftmon estaba terriblemente indignado!
-¡¿Qué?!
-¡Tienes el cabello demasiado largo! ¡Córtatelo!
El digimon blanco volvió a su posición al frente de Alphamon. Todos los caballeros estaban indignados, y de no ser porque Rhodo tenía a Duftmon agarrado de su cinta a la cintura, se lanzaba sobre el digimon para hacerlo pedacitos.
-Debo decir que tu nota bajará bastante esta vez Alphamon.-dijo haciendo una expresión divertida.
-Que mal escuchar eso...-el digimon oscuro carraspeó un poco.
-Tendrás que esforzarte si quieres que diga algo bonito de tus caballeros.
-Ejem...lo haré. Eh... ¿vamos adentro?
Todos procedieron a entrar. Imperialdramon pasó al lado de Omnimon, y notó que le escondía algo en la mirada. Imperialdramon sabía perfectamente qué era. Lo mismo de todas las veces que él venía.
-Anda.
-¿Perdón?
-Ríete.
-¿Cómo dice?
-Oh por favor Omnimon! ¡Te ríes de mi cada vez que vengo a verlos!-Cerró los ojos y se cubrió la cara con una mano.-Sé qué piensas que soy un digimon rayado mentalmente y loco como una cabra, sólo que lo escondo...
-¡En un paquete blanco de cinco estrellas! -Omnimon dijo lo último en un ataque de risa que no pudo contener.
Tuvo que sostenerse del hombro de Imperialdramon, con su delgado cuerpo doblado de la risa.
Imperialdramon estaba algo sonrojado, pero esa situación se repetía siempre, y no le molestaba en lo absoluto. Omnimon le caía de maravillas, y sabía que además tenía mucha razón.
Los caballeros, excepto Alphamon, estaban anonadados.
Cuando Omnimon terminó de reírse, tomó mucho aire y le dio una palmada en el hombro.
-¡Vamos adentro!
Imperialdramon fue el primero en acercarse a la puerta. Se quedó de pie frente a ella.
-...
Todos los caballeros le miraban.
-¿Qué espera?-le preguntó magna a su novio, muy despacio.
-No lo sé. Tal vez que alguien salga a recibirlo...
Imperialdramon siguió esperando de pie frente a la gran puerta.
-Ejem!-dijo, esperando algo.
-¿Qué le pasa?-preguntó Gallantmon a Omnimon.
-Creo que es por...
-¡¿Cuando rayos me abre la puerta algún Knightmon?!!-gritó exasperado.
-...-todos los caballeros se quedaron boquiabiertos. Alphamon estaba sonrojado.
-No...No tenemos Knightmons aquí Imperialdramon.
-...¡¿Por qué no?!
-No tenemos dinero para pagar el personal...
-...ya veo. ¡Bueno no importa!-sonrió-seguro su sistema automático la abre!
-Tampoco tenemos de eso...se averió hace años y no hemos podido comprar el repuesto...
-Ahm...que tal, ¡Ábrete sésamo!-dijo emocionado, pensando que funcionaría.
Los caballeros de verdad no lo podían creer...varios estaban avergonzados de la situación, y otros no podían creer que Imperialdramon fuera esa clase de digimon.
-Imperialdramon...prueba con la manilla de la puerta.- Alphamon mantenía su actitud serena, pero por dentro se moría de vergüenza.
El digimon blanco tomó la manilla y empujó.
-...?
Siguió empujando, con más y más fuerza, ¡casi hasta tirar la puerta!
-¡¡OH POR DIOS!!-gritó Gallantmon exasperado.
Fue hasta él y tiró la manilla hacia atrás...
-Ouch... ¡gracias!-dijo el digimon entrando con una gran sonrisa.
Los demás caballeros le siguieron. Omnimon, Gallantmon y Alphamon se quedaron al final.
-¡¡Es un idiota!!-gritó el caballero rojo.
-No lo es Gallantmon-dijo Omnimon sonriendo.
-¡¿Qué no lo viste?!
-Él quería que tú abrieras la puerta Gallantmon-dijo Alphamon en su tono sereno, entrando al castillo.
El párpado de Gallantmon saltó un par de veces por el enojo. Omnimon le pegó con un dedo en la nariz, sonrió, y entró.
Gallantmon se contuvo la rabieta y entró después de él.
Continuará...
Lady Beelze: Ojalá me dejen sus opiniones ^^
