Disclaimer: Solo la idea es mía
Nota de la autora:
Ya me iba a dormir... pero que se me ocurre esto y que lo tengo que escribir xD
La forma de pedir las cosas
Severus Snape era un hombre de relativamente pocas palabras. Definitivamente de pocas expresiones y sin lugar a duda de una paciencia muy corta.
Hermione Granger sabía eso mejor que nadie más. Especialmente cuando lidiaba con su querido profesor durante las vacaciones de verano.
-Demasiado calor- Media hora sentados en su casa y ¿eso era lo que le decía?
-Lo sé- Le respondió mientras centraba nuevamente su atención en la televisión.
Después de dos comerciales, el expresivo profesor decidía hacer otra remarcación inteligente.
-Y hay mucha luz, señorita Granger- Claro que había luz, era una casa normal. No como la de Severus. La casa de su profesor de pociones hacía que la casa de los sustos pareciera… habitable.
-Es normal Severus- Sinceramente que le llamara señorita Granger hacía que le diera vueltas el estómago. Había algo seductor en esa forma de llamarla.
Severus Snape no tenía la paciencia necesaria para esperar a que Hermione se diera cuenta de lo que quería.
- Hermione- le llamó cortantemente.
La joven apenas tuvo tiempo para darse la vuelta hacia su profesor cuando éste ya estaba plantándole un beso.
-¡Severus!- La chica se sonrojo fuertemente mientras trataba de recuperar el aliento.
-Dije que tengo calor y aquí hay demasiada luz.- Snape levantó una ceja mientras acariciaba el mentón de Hermione. –No haga que repita las cosas, señorita Granger. –
Hermione se levantó, lo tomó de la mano y lo dirigió a la alcoba.
Si esa era la forma en la que Severus Snape insinuaba querer pasar la noche con ella, entonces tendría que trabajar un poco más en entender la manera extraña de comunicarse de su actual pareja. Quien sabe, un día de estos le podría pedir matrimonio y ella ni se daría cuenta.
