+Hola, es un placer. Te contare como comenzó la idea de escribir este conjunto de one-shot: mientras vagaba por internet me encontré con una lista de 'las 20 palabras más bellas del español' (después descubrí que había una segunda parte de la lista, así que las palabras se duplicaron), aparecieron algunas que ya conocía, otras que sabía su significado solo por contexto, y otras que jamás había escuchado. Y como hace tiempo quería escribir algo para este fandom, simplemente comencé a teclear.
+Inicialmente seguiría el orden implementado por el listado. Pero a medida que fue escribiendo, o anotando la idea principal sobre que trataría cada uno, altere el orden para amoldarlo a una evolución en la relación de los personajes. Pero sin embargo no serán consecutivos, seguirán siendo One-shot independientes. Algunos más cortos que otros. Algunos estúpidos, otros a los que les tratare de poner emoción.
Aunque principalmente será un Jay Tim, abra historias enfocadas en otros personajes. O mejor dicho: la relación de estos dos vista desde los ojos de un tercero.
Dejo aquí la introducción.
+Punto de vista de Jason.
+Aclaro que los personajes no son míos, y ahora si, a leer:
Época
[Un periodo de tiempo determinado en la historia o en la vida de una persona]
Lo conoció en otra vida. Está seguro de ello. De haberle visto siguiéndolo por las azoteas; con pasos torpes pero seguros, ojos centellantes, grandes y redondos. Entusiasmo infantil y cámara en mano. Durante sus patrullajes en solitario o cuando se quedaba quieto y el murciélago seguía andando y lo dejaba atrás. En una época más sencilla.
Donde los villanos contaban su maquiavélico plan a los héroes, dándoles tiempo suficiente para detenerlos segundos antes de que este se concretara.
Donde solo hacía falta un par de saltitos y moverte hacia el costado para esquivar una bala. O a la mismísima muerte.
Donde teñirse el cabello de negro—para parecerse a tu antecesor— y usar un simple y pequeño antifaz era suficiente. Podías pasearte en la vía pública y tu identidad secreta estaría segura.
Donde el menú del día constaba de un asalto al banco. Quizás el secuestro del alcalde. O cuando las cosas se ponían agitadas: impedir el dominio mundial por parte de un idiota.
Donde hacía falta seis meses de entrenamiento, agallas y espíritu para ser un héroe.
Está seguro de haberle dicho que quemara las fotos que les sacó. De haberle visto encogerse sobre su cámara, y llevar una mano a su pequeñita nariz cuando le soltó una bocanada del humo del cigarrillo en el rostro. Él no era un soplón. Él no le diría nada a B, pero las fotos debían desaparecer.
[···]
Está seguro de odiarlo con toda su alma. Es una época rara y se siente raro; como que todo es más violento. Él mismo, por ejemplo, no puede saciar su sed de sangre. Y no entiende el por qué. Solo sabe que está solo, lejos de casa, asustado; su cuerpo parece haberse vuelto más fuerte de pronto, quizás porque está más crecido que la última vez que estuvo en pie, o porque el odio insano tiene ese efecto.
Un día aparece Talía. Le entrega un cuchillo y le muestra fotos. Entonces entiende que su sed de sangre tiene motivo, que no quiere la sangre de cualquiera. Y la fuerza brindada por el odio no le parece insana, sino un medio para lograr su venganza.
Mataría al payaso, por haberse vuelto el último recuerdo de su vida anterior. El ultimo recuerdo de una época más simple.
Y le pediría explicaciones al murciélago.
Pondría orden de una vez por todas en una ciudad caótica.
Elaboraría un complejo plan, para que todo salga de manera simple.
Pero el murciélago se opone y él tiene ganas de llorar cuando lo ve. El plan esta desbaratado, le duele el pecho y está confundido. Irrumpió en Gotham de manera violenta pero de todos modos quería que B corriera a su encuentro, lo abrazara, y la capa negra, como un ala, lo protegiera de todo: viento, sangre y del odio. De la rabia de una época demasiado avanzada.
Entonces va a ver a su reemplazo. Es un Titán igual que el hijo prodigo, tiene un cabello negro sedoso que refleja la luz de manera natural. Es delgado pero no tiene ese cuerpo elástico y grácil de un acróbata de circo, de todas formas tiene movimientos precisos y es escurridizo. Alteró los colores y el diseño del traje y posee cierta facilidad para confundirse con las sombras.
Le han dicho que cumple con el rol de ser un chico enérgico y la contraparte perfecta del murciélago. Que son un verdadero dúo dinámico. Pero de todas formas sus patrullajes en solitario son predominantes.
Dicen que es un detective innato. Es intuitivo.
Dicen que viajo al extranjero para su entrenamiento marcial. Que solo con su presencia logró que la mismísima Lady Shiva se convirtiera en su mentora.
Aseguran que es letal. Habilidoso. Que es jodidamente frió y calculador.
Que tiene un futuro muchísimo mejor que el de B.
Es un superhéroe—pese a no ser meta humano—recto y justo. Y son pocos los que sospechan siquiera cuál es su nombre.
Se infiltra a la Torre Titán—que cambió su ubicación de New York a San Francisco—, se encarga de todos para que nadie interrumpa el enfrentamiento próximo. Se viste con el manto del petirrojo que uso en su niñez: capa amarilla, botas de duende, y pantaloncillos escamosos. Y el Reemplazo parece pequeño, solo un crío que lo mira fascinado; y cuando un rayo de luz se filtra y le apunta directamente al rostro, las lentillas del antifaz se traslucen y puede ver que sus ojos son azules, grandes, no tan redondos. Muestran un entusiasmo ya nunca más infantil.
Tiene un recuerdo fugaz, y le parece extraño verlo sin una cámara entre sus manos.
Ignora eso.
Le apalea con brutalidad. El crío tarda en responder, y de hecho parece no hacerlo del todo. No le importa. Lo sigue golpeando, como si el bastón de esgrima fuera una tosca barra de metal.
Las gotitas de sangre saltan.
Lo tiene a sus pies, empequeñecido, tosiendo rojo. Está a punto de dar por finalizada la batalla, pero el Reemplazo se pone de pie. Tiembla de dolor, pero no se tambalea. Y su rostro amoratado se muestra austero y gélido. Se endereza, inhala profundo, esperando la segunda ronda de golpes.
Los cuales no llegan.
No quiere matarlo. Solo probarlo.
Confirma lo que todos rumorean.
Es un chico entrenado para sobrevivir a una época más violenta.
[···]
Las cosas se pusieron raras. Se convirtió en un ánima vagado sin rumbo. Se encontró con su antecesor y este no le pareció tan fascinante como su Reemplazo. No sabe porque. Lentamente la rabia disminuye y del odio no quedan más que migajas. Pero aun está. Y es punzante. Y anuncia su presencia.
Hay rumores de que B murió y llegó el momento de hacer una jugada maestra. Así que viaja a Gotham e ínsita a las bandas. Se mete en problemas y lo encierran en Arkham. Unos días después le anuncian que Alvin Draper llegó a visitarlo. Se siente curioso, y cuando llega el momento de la cita a través del cristal, sonríe malicioso e irónico. El Reemplazo esta frente a él luciendo un disfraz disimulado; un peinado diferente y maquillaje simulando rasgos inexistentes.
Le da códigos de acceso y facilita su escape de prisión. Gracias al crió visita la cueva por primera vez en mucho tiempo. B dejó un testamento grabado y a él le toca escuchar su parte. Que resulta ser justo lo que siempre quiso escuchar, pero que con el pasar del tiempo perdió su significado.
Quiere agradecerle por mostrarle la grabación, pero no encuentra las palabras. Así que se va, imaginando que nunca más volvería a ese lugar. De camino a casa compra un pack de cervezas baratas, y pasa una noche eufórico y alcoholizado. Acaricia el cañón de su arma y se acaricia a si mismo con la imagen del Reemplazo en la mente. A la semana siguiente inicia una batalla de bandas; y por la capucha.
El murciélago se volvió algo tangible y todos quieren un pedazo.
La red que creó Batman en vida quiso proteger el manto y la ciudad.
Él por su parte se vistió de murciélago y causo caos. El Reemplazo también consiguió su versión del disfraz. Y ambos pelearon. Nuevamente pareció que aporreaba un saco de box. No entendía porque el chico solo atinaba a cubrirse el rostro y permanecía inmóvil.
Lo dejó hecho una masa de moretones, raspones y sangre. Lo afirmó por el tobillo y lo arrastró por el lugar.
Después llegaron el hijo prodigo y un mocoso que afirmaba ser hijo del murciélago. Lo derrotaron y se llevaron al Reemplazo.
Había nuevo Batman y Robin. Y se encargó de joderlos también.
Del Reemplazo solo quedaban rumores. Algunos afirman que cambió de manto. Y que su manera fría y calculadora de ver las cosas se acentuaron. Que del niño enérgico no quedaba nada, que enloqueció a causa de las perdidas.
Que se volvió un ánima en pena vagando sin rumbo.
Se lo encontró a la distancia en uno de esos viajes, no hablaron. Y el chico se veía más delgado de lo estrictamente sano. Lucia cansado, ojeroso, pálido.
Había adoptado un manto que los vinculaba. No sabía si sentirse alagado o algo por el estilo. Así que guardó distancia.
[···]
Es una época de progreso. Con B de vuelta la calma volvió. Le llegaron rumores de que todo va bien. La Batgirl original volvió a las andanzas. Bien por ella. Nightwing volvió a ser él mismo. Batman y Robin se esfuerzan por volver a ser el dúo dinámico.
Dicen que el Reemplazo dejó a los Titanes y desapareció. No hay rastro.
Él por su parte le dio un enfoque nuevo a su vida. Escapando de la Interpol en compañía de dos pelirrojos. Que conocen sus antecedentes y de todas formas le son fieles.
Y le es fiel a ellos.
Ellos son sus amigos.
Ellos están en una relación y se aman realmente. Y él sigue pensando en el Reemplazo.
Hasta que un día de la nada le llega una llamada solicitando un intercambio de información, cosa que es completamente innecesaria porque cada cual puede averiguar lo que sea que necesiten. Pero no importa. Es una oportunidad y hay que aprovecharla.
Sube directamente al pent-house de la torre Lex y lo encuentra allí. Al Reemplazo, nuevo corte de pelo, con su rostro austero y gélido sin ojeras, un poco más bronceado y de un aspecto realmente saludable. Teñida casual. Desayunando.
—Te estas ocultando con un alias en una Torre Lex…oculto a plena vista. "Papá" estaría orgulloso.
—Técnicamente no es más tu papá—responde sereno mientras le da un sorbo a una taza de café—. No desde que te declararon legalmente muerto de todas formas. Pero si, probablemente estaría orgulloso. Pero yendo al punto ¿conseguiste la información que necesitaba?
—sí, ¿Qué hay de ti, Tim?
"No me llames Tim"...
—Al parecer tus traficantes vienen a la costa de Miami. Tres días a partir de hoy…
Dio media vuelta, a punto de irse.
—Eres bienvenido a algo de desayuno antes de irte—esa frase le detiene.
—Sabes que si B estuviese aquí no apreciaría que fueras tan amable conmigo.
—Sabes que Bruce no está aquí—contrarresta.
Lo miró. El Reemplazo lucia tan sereno, tan despejado que parecía no pensar demasiado. Solo lo decía, sin imaginar consecuencias, ni épocas pasadas.
—No…he sido siempre un buen tipo contigo tampoco Drake.
El Reemplazo solo dijo unas palabras conciliadoras. Mientras lo miraba de manera penetrante. Sereno.
No había mucho que pensar realmente. Apartó la silla y se sentó. Nada como un desayuno para marcar el inicio de una nueva época.
Me encanta este capítulo, pese a no ser el primero que escribí, me parece ser el adecuado para ser el primero en publicar. Porque marca como es el mundo en el que se desarrollan los one-shot: allí entre medio camino entre el clásico universo Dc, y los New 52 (que para esta altura no tienen nada de nuevos, pero que no caerán en el olvido).
También anunciar que al menos que haya un terremoto (cosa que en mi país es pan de cada día) tratare de publicar cada viernes.
Díganme en los comentarios que tal les pareció, o si encontraron algún error gramatical u ortográfico, o algo por el estilo.
++Como dato curioso: en el primer fragmento de la historia, hay una referencia a otro one-shot, también en español y sobre la misma pareja.
Besitos.
Adiós.
Editado: 24/07/2016, 23:58 hrs.
