Disclaimer: Nada sobre Pokémon y su universo me pertenece, yo solo disfruto haciendo tonterías con los personajes.
Nota: esta historia participa en el reto "Hot and Cold" del foro "DexHolders del prof. Oak"
Dedicado especialmente a los administradores del foro, que hacen un gran trabajo todos los días.
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El calor del verano azotaba Pueblo Paleta, y en las reservas naturales del Profesor Oak, el único pokémon de tipo hielo que allí residía estaba sufriendo por ello.
Glalie, el siempre animado pokémon de Ash, sentía que se derretía por culpa del calor, literalmente. ¡Si hasta podía ver un charco de agua caliente bajo su cuerpo, por el amor de Arceus! El calor lo estaba matando, a pesar de estar oculto bajo los árboles más frondosos y que daban mayor sombra, y no podía evitarlo.
Ya había agotado todas sus opciones: intentó refrescarse en un lago con los demás pokémon, pero terminó congelando el agua y arruinando la diversión de los demás; intentó usar sus ataques de hielo y congelar un pequeño claro del bosque para refrescarse, pero la deshidratación lo tenía sin energías y no logró helar ni una hoja de arbusto; incluso le pidió a Infernape que le hiciese un agujero en la tierra para tener más sombra, pero la tierra absorbió el calor del cuerpo del pokémon de fuego y el agujero resultó ser todo menos refrescante.
Así llegó a ese momento, casi desmayado bajo la sombra de los arboles cercanos al lago donde los demás jugaban, sin fuerzas ni ánimo de bromear con nadie. Llevaba ya una hora y quince minutos en ese estado moribundo donde sólo podía pensar en su sufrimiento, cuando un extraño rocío y una corriente de aire realmente fresco lo cubrió por completo. Abrió los ojos con urgencia para ver que sucedía, cuando vio a su alrededor mucha nieve y hielo.
Frente a él se alzaba un muñeco de nieve bastante grande, con la forma de un Snorlax de poco tamaño. Glalie miró extrañado al montículo de nieve, pensando en quién podría hacer una hazaña así tan rápidamente en un día tan caluroso como aquél, cuando un par de figuras salieron de detrás del muñeco. Una pequeña Glaceon, un Psyduck algo confundido y un Mamoswine muy intimidante se mostraron frente a Glalie, que los reconoció de inmediato; eran los pokémon de las amigas de Ash, que de vez en cuando pasaban a pueblo Paleta a saludar al Profesor Oak.
El ánimo de Glalie se vio repuesto de manera instantánea, el frío le había sentado bien y el tener tan grata compañía le había devuelto las ganas de bromear con los demás que lo caracterizaban. Psyduck les lanzaba pequeños chorros de agua para refrescarlos, mientras ellos creaban nieve y hielo para mantener el ambiente frío y animado, haciendo estatuas de hielo y jugando a lanzar bolas de nieve, haciendo caer a los demás. Glalie ya había dado el día por perdido, pero gracias a sus amigos estaba siendo un gran y refrescante verano.
Desde lejos, tres chicas miraban la escena divertidas. Sus pokémon estaban jugando como nunca los habían visto en un día tan caluroso, por lo que se despreocuparon y volvieron a entrar al laboratorio. Solo una de ellas se quedó afuera el tiempo suficiente para llamar a su fiel Staryu y entregarle un par de flotadores, por si Psyduck se aburría y se le antojaba entrar al lago a jugar con los demás.
—Ya le advertí a ese pato tonto que no se acerque al agua, pero nunca se es demasiado precavida si se trata de Psyduck —le dijo a su Staryu, para luego entrar con las otras dos chicas.
