Disclaimer Los personajes no me pertenecen. Sólo los utilizo con fines de des-estrés, diversión y entretenimiento, nunca para lucrar con ellos. Todos son de la maravillosa Jo D.

Este fic se lo quiero dedicar a Chivo No sé que pasó, pero tenemos toda la semana de no hablar por MSN ni nos hemos enviado mails y estoy algo triste porque no sé si sigue molesto. Quiero creer que no porque la discusión que tuvimos la arreglamos con un perdóname de ambos... pero :cry: aún así no tengo noticias de él. También quiero dedicárselo a S. Lily Potter, Cheny a Aiosamilas tres han sido muy lindas conmigo... Lily y su diagnóstico, Aio con su disposición y Chen con su amabilidad...¡LAS QUIERO!

Chivo: Sé que debes estar ocupado porque con el calor la chamba aumenta, pero por favor, quiero hablar contigo :( porque quiero platicarte algo a lo que llegamos tu hija (Lily) y yop... necesito opinión de chicos... Ya sabes que te quiero ¡REPÓRTATE!

PD: Cualquier chico que quiera reportarse conmigo puede hacerlo, necesito opinión exclusivamente de los HOMBRES, Pls :cry:

Epílogo corto:

Los chicos están cursando el 7mo año. No habrá guerras, sólo quiero tratar de hacerlo romántico. Hay tres personajes nuevos: Elizabeth Kraft, Ariadna Gallagher y Denisse Colleman, ellas son sólo mías :D.

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"Ese vacío"

La habitación estaba a oscuras. Se escuchaban las respiraciones acompasadas. Nada les perturbaba el sueño. Sin embargo, ella se encontraba despierta; mira el reloj en su buró que marca las dos de la madrugada. ¡Qué horror! Apenas hacía cuatro horas que había logrado conciliar el sueño y justo en ese momento despertaba. Se sentó en la cama tratando de buscar una respuesta a su repentino insomnio; se puso sus pantuflas y su bata, dispuesta a salir de aquella habitación que la sofocaba. Se sentía extraña, con un sentimiento de vacío en su interior.

Bajó las escaleras ensimismada, se quedó a media escalera mirando la ventana por donde veía que llovía a cantaros. Suspiró. Era muy agradable ver la lluvia caer por la ventana, pero nunca le había gustado hacerlo sola... generalmente lo hacía acompañada de alguien, por ejemplo Elizabeth, una chica bastante dulce, fuerte y sobretodo su mejor amiga. Pero ahora ella dormía junto a sus otras compañeras, mientras ella permanecía despierta. Suspiró de nuevo. A su mente llegó una mirada penetrante, color avellana.

­- "James" - murmuró.

De inmediato se llevó las manos a la boca, había dicho su nombre. Tenía varios días con él en su mente y no sabía bien por qué. No había querido hablar con Elizabeth, no quería preocuparla, ni a ella ni a las demás; sigh, sus amigas: Elizabeth Kraft, Denisse Colleman y Ariadna Gallagher. Denisse era muy extrovertida, cambiaba de novio como si de calcetas se tratase, aunque la relación que más le había durado había sido con Sirius Black, el mejor amigo de James; Ariadna era diferente a todas, era algo dura con las demás y no dejaba que los chicos se le acercaran mucho, pero Anthony Prince de Slytherin había logrado lo que los demás no... acercarse a ella y tener una relación de amistad muy cercana. De Elizabeth sólo tenía dos palabras: Remus Lupin; eran muy similares en su carácter, ambos eran tranquilos, impasibles, tenían el don de la palabra, siempre lograban que las discusiones se detuvieran en cuestión de una frase. Pero ambos eran tan despistados, que no se habían dado cuenta que se gustaban mutuamente.

En fin, esas eran sus amigas, las mejores que había encontrado desde que llegó a Hogwarts, hacía 7 años. También tenía el placer, o disgusto, de conocer a Los Merodeadores de Hogwarts, el grupito de amigos de James. Sirius Black, su mejor amigo, era algo egocéntrico, pero era muy gracioso, era todo un casanova y la mayoría de las chicas caían rendidas a los pies de ese chico, cabello negro-azulado, ojos azul profundo y una sonrisa preciosa. Remus Lupin, un chico muy bueno, de carácter tranquilo, pero a la vez fuerte, todo un caballero. Peter Pettigrew, seguía a Sirius y a James a donde fuese, trataba de ser como una copia de ellos, pero no lo lograba, él era asustadizo y algo cobarde, pero igualmente era divertido. Por último estaba James Potter, un chico de mediana estatura, cabello negro azabache bastante revuelto y un par de ojos color avellana escondidos detrás de unas gafas redondas. Entre él y Sirius eran los chicos más codiciados de todo Hogwarts y lo presumían por todo lo ancho y alto del castillo.

"Es un idiota" - se dijo y rió por lo bajo.

"¿Quién?" - una voz atrajo a la pelirroja hacia la chimenea. Un joven de 17 años se erguía sobre el sillón.

"Potter" - dijo con desdén.

"Vaya, no pensé que me odiaras tanto" - dijo él con algo de resentimiento en la voz; la chica terminó de bajar las escaleras y se dirigió hacia la sala. - "Será mejor que suba, no quisiera molestarte..." -

"¡No!" - exclamó la pelirroja sin saber bien el porqué. - "Es decir..., yo... tú... no me molestas" -

James sonrió, pero Lily notó que no era su típica sonrisa seductora que utilizaba con las chicas, ésta era especial, era sincera. Ella le devolvió el gesto y se sentó a su lado, considerablemente alejados el uno del otro. Se miraron unos momentos y luego retiraron la mirada como si se hubieran asustado.

"¿No puedes dormir?" - preguntó James.

"No. Tengo varios días sintiéndome extraña..." - dijo ella con algo de preocupación en sus ojos. - "¿Cómo sigue tu tobillo? Sirius dijo que te lo quebraste en la práctica de hoy¿estás bien?" - ante aquella pregunta Lily pareció relajarse.

"Estoy bien, gracias" - respondió. - "Sirius exagera" -

"Por lo visto tampoco puedes dormir -, Lily calló un momento¿debía preguntarle que pasaba? Quizá él no se lo contara no eran lo suficientemente amigos como para contarse lo que pasaba por su mente, pero decidió arriesgarse : - "¿sucede algo?" - James se sorprendió.

"Es muy incómodo utilizar yeso" - le dijo. - "Pero si he de ser sincero, creo que yo también he estado sintiéndome raro" -

"¿Por qué decidiste usar la medicina muggle? Poppy pudo haberte arreglado el tobillo en cuestión de segundos" -

"Quise descansar" - respondió el pelinegro y se encogió de hombros. - "Así... por lo menos dejarán de acosarme al finalizar las prácticas..." -

"¿Escuché bien?" - Lily subió los pies al sillón y se giró a ver a James. - "¡El gran James Potter no quiere más atención!" – la pelirroja decía divertida.

"Ja-ja-ja... siempre tan simpática, Lil" - James se sobresaltó, la acababa de llamar 'Lil' algo muy inusual en él.

"¿Qué dijiste?" - le preguntó la joven, - "me llamaste por mi nombre, James"

"Este... sí... pues, si no quieres que te llame así, dejo de hacerlo" -

"¡No! Digo, está bien... jamás me habías llamado por mi nombre... es..., bueno... me gusta" - terminó ella.

Se miraron a los ojos. Los verde-esmeralda de ella resplandecían con la luz del fuego, su cabello caía sobre su espalda lleno de brillo, su rostro terso y blanco, un contraste perfecto para ella. La joven no podía retirar la mirada de aquellos ojos color avellana, se veía tan normal, tan común... en ese preciso momento no era el arrogante James Potter que conocía desde hace 7 años, era un James Potter nuevo... un chico que ante aquella mirada verde parecía el ser más lindo. Ella, bajo la mirada de él se veía tan indefensa que a James le entró un desesperado deseo por protegerla, al fin y al cabo el mundo mágico estaba siendo amenazado por ese monstruo que buscaba el poder. ... El estruendoso sonido de un trueno por la tormenta, asustó a la pelirroja.

"¡Ah!" -

Su grito fue agudo y como si de un pequeño gato se tratase se aferró a lo más cercano que tenía: el pecho de James. Tomó la camisa de la pijama del chico y la arrugó entre sus manos con los ojos cerrados. Lily temblaba de pies a cabeza, estaba agazapada en el pecho de James y el chico atinó a sostenerla entre sus brazos. Aspiró el aroma que desprendía su cabello y cerró los ojos ante aquel olor, lavanda. La sujetó con mayor fuerza al escucharse otro trueno. La chica seguía temblando como un pequeño felino.

"Pensé que te gustaba ver llover" - dijo él. La chica tardó en responder.

"¿Cómo sabes eso?" - Lily lo miró desde su estancia entre sus brazos, parecía no querer irse. - "Solamente Liz sabe eso" -

"Pues digamos que tuve una buena fuente" - le sonrió.

"Es sólo que... no acostumbro a estar sola cuando veo llover. Liz siempre me acompaña o mi padre lo hacía" - una sombra se apoderó de sus ojos.

"Si quieres yo..., puedo acompañarte cuando Liz no esté" - propuso el chico.

"¿Harías eso?" - preguntó la joven, - "sería maravilloso" - murmuró relajándose un poco entre los brazos de James.

El joven Potter se sorprendió por la respuesta de la chica. En otra situación no hubiese dicho eso, quizá le hubiera gritado o dicho de cosas, pero jamás hubiera aceptado que él se quedara con ella para ver caer la lluvia desde el balcón de la Torre de Astronomía, lugar donde Lily y Liz se quedaban hasta altas horas de la madrugada hasta que ambas estaban muy cansadas para continuar. Por lo menos Liz le había contado eso. Con mucho temor acercó una de sus manos al cabello de ella y lo acarició con cuidado. Eran tan linda y a la vez tan enojona ( . ), pero era la chica que no lo dejaba dormir. No había querido admitirlo frente a sus amigos, pero... James Potter había caído a los pies de la pelirroja Lily Evans sin haberse dado cuenta del golpe que acababa de darse. Liz lo había ayudado bastante contándole esos pequeños detalles que a Lily le agradaban.

"Me preguntaba, cuando dejarías tu máscara de prepotencia" - dijo la chica aún con los ojos cerrados.

"Pensé que estabas dormida" - se inquietó.

"Tengo varios días de querer hacerlo, pero no me dejas..." - respondió con sinceridad.

"¿Yo no te dejo?" -

"James, de unos días hacia acá has estado muy extraño conmigo..." - Lily se acomodó de tal forma que recargó su espalda en el cuerpo de James y éste la rodeaba por la cintura, - "... ya no me molestas como antes, tu arrogancia ha desaparecido casi por completo y..., no puedo sacarte de mi mente" -

Bien, lo había dicho. Le había dicho a James que no podía sacárselo de la cabeza. Que por su culpa tenía varios días sin dormir bien. Que le hacía falta esa molestia constante de parte del chico porque la hacía sentir que valía muchísimo para él. El Merodeador 'estrella' no supo como reaccionar. Cómo decirle que ella tampoco lo dejaba conciliar el sueño si nada de lo que él pudiera decirle se lo creería. Eso le pasaba por mujeriego y latoso.

"¿Quieres que vuelva a molestarte? Porque puedo hacerlo" - el chico rió.

"No has escuchado nada de lo que he dicho, James... sólo quiero saber la razón por la que ya no soy parte de tu vida diaria." -

"Porque tú así los has querido" - respondió él. - "Nada de lo que pueda decirte te convencerá de que soy diferente" -

"Inténtalo" - le dijo.

James suspiró con fuerza. Cómo la convencería de que la quería tanto y que había cambiado solo por hacerla un poco más feliz de lo que ya era. No lo comprendería. O quizá sí. Quería demostrárselo, pero... ¿qué hacer? Sus brazos la sujetaron con mayor fuerza y notó que ella sonreía, eran tan bella cuando sonreía. El chico se le ocurrió la mejor forma de hacerlo: acercó su rostro al cabello de la chica y besó su cabeza, la joven se intimidó con el gesto, pero no dijo nada. Pasó a darle un tierno beso cerca del lóbulo de la oreja, logrando que Lily se estremeciera. Luego, se acercó a su mejilla y volvió a depositar un beso en ella; regresó a su oído y comenzó a susurrar.

"Tú tampoco me has dejado dormir, Lil" - le dijo. - "Sabes lo que significa tenerte en mi mente día y noche. Sentirme impotente porque no me ves sino como el peor de los chicos. Verte todos los días, aunque sea a escondidas se ha vuelto mi necesidad" - James esperó su respuesta. La pelirroja se enderezó de su lugar y se giró para verlo de frente.

"Sí sé lo que se siente. A poco crees que es muy divertido verte pasarme de lado como si fuera una pared, como si no existiera" - las palabras de Lily la iban dejando poco a poco más tranquila y relajada. - "James yo..." -

Sus palabras fueron ahogadas por el aparecimiento repentino de los labios de James sobre los suyos. Al principio no supo como reaccionar, sentir sus labios sobre los de ella pidiéndole que lo amara por unos momentos era suficientemente fuerte para hacer caer cualquier tipo de defensa que la chica tuviera. Siguió el juego que su compañero comenzaba. Sentía como millones de descargas recorrieran su cuerpo. Las manos de James fueron a parar a su cintura reteniéndola consigo, no quería dejarla ir. Lily tomó su rostro entre sus manos acariciando cada facción de su cara. Disfrutaban de cada movimiento que hacían aunque fuese mínimo: la respiración tranquila, sus manos alrededor de su cintura, el montón de sensaciones y percepciones que los hacían no pensar. James profundizó el beso, logró que la chica le diera la oportunidad de jugar con su lengua, revolviendo la saliva como si fuese algo natural (y lo es). No querían separarse, pero no podían quedarse pegados para siempre y tuvieron que hacerlo. Y al separarse la joven le dio un último y fugaz beso en los labios antes de acurrucarse en su pecho.

"Te quiero" - dijo James haciendo que Lily se aferrara más a él.

"Y yo a ti" - respondió ella. - "Prométeme que no volverás a poner esa máscara de prepotencia" -

"Te lo prometo" - le dijo y cerró los ojos.

Bajo aquella tormentosa noche, siendo las tres y treinta de la madrugada, James y Lily lograban conciliar el sueño. Después de varias noches sin poder dormir, ese sentimiento de vacío en el interior de cada uno de ellos había desaparecido en cuestión de una hora y media. Con tan sólo decir que ese vacío era provocado por la ausencia del uno y del otro. La lluvia caía afuera sin cesar, esperando para que esos dos jóvenes pudieran verla juntos y no separados como siempre lo hacían.

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N/A: Espero que les haya gustado. Desde hace mucho quería escribir algo nuevo, pero digamos que no tenía inspiración porque no me ha pasado algo realmente malo. Sin embargo, me decidí a escribir de James y Lily porque nunca lo hago, generalmente escribo de Harry y Hermione porque es mi ship favorito, pero creo que James y Lily tmb tenían una relación bonita, dentro de su fealdad...

¡Dejen reviews!

Liz