Disclaime: Owari no seraph y sus personajes no me pertenecen.


El primer día de clases siempre era el peor de todos, era algo que no cambiaba fueses a la escuela o la universidad, caras sonrientes y ruido por todas partes, gente en medio de los pasillos de la facultad que no hacían más que hablar del mismo tema, sobre cómo les había ido el verano.

A él eso le importaba muy poco. Ni siquiera quería hablar de su verano aunque tampoco habría alguna persona que fuese a preguntárselo, lo cual le agradaba, estaba mejor solo.

-Deberías de hacer amigos, hermanito -le decía siempre su hermana- yo no voy a estar siempre a tu lado y no quiero que te quedes solo -añadía con una sonrisa cansada.

Pero Kimizuki no necesitaba amigos, no había ido a la universidad a hacer amigos si no a estudiar, su plan era convertirse en medico y para ello no quería distracciones alguna o se le acabaría el tiempo.

Hacía cuatro meses que Mirai había sido ingresada en el hospital, al principio nadie sabía que tenía hasta que después de una biopsia de su medula ósea tuvieron un diagnostico.

Mirai tenía leucemia.

Aquello supuso un golpe más duro para Kimizuki que para su hermana, aunque él sospechaba que ella simplemente escondía su miedo y su dolor para que él no sufriese más y no se preocupase más por ella.

Pero él siempre se había preocupado por ella.

Desde que sus padres murieron en aquel accidente de coche teniendo él once años y ella siete, Kimizuki había cuidado de Mirai, negándose a ser separados cuando el estado asumió la tutela de ambos y quizás habiéndole negado a su hermana la oportunidad de ser adoptada por una familia, puesto que era más sencillo encontrar una familia para un solo niño que para dos.

Pero él no podía permitir que los separasen, sabía que sus padres hubiesen querido que siguiesen juntos pese a todo.

Así que terminó convirtiéndose en padre y madre de su hermana menor, no era algo que le molestase, era su deber, adoraba a Mirai y jamás hubiese dejado que otro cuidase de ella, no confiaba en la extraña gente que trabajaba en aquel orfanato y nunca tuvo la intención de dejarla realmente a su cuidado.

Cuando tuvo la edad suficiente para trabajar, se buscó un empleo a tiempo parcial en el restaurante de un matrimonio mientras lo compaginaba con los estudios, su intención era ahorrar el suficiente dinero para poder cuidar de su hermana una vez fuese mayor de edad.

Él no tenía intención de ir a la universidad, aquello era algo que dejaba para Mirai, pero fue ella quien le convenció de que hiciese algo con su vida, ella no quería que su vida se limitase a darle todo a ella y quedarse él sin nada.

No esperaba lograr entrar en alguna carrera y más en medicina, de todas las opciones posibles aquella le parecía la menos estúpida de todas, parecía algo con sentido el ser médico, hasta sonaba bien aquello de "Doctor Kimizuki".

Eran unas razones estúpidas pero hasta aquel verano en el que Mirai fue ingresada no había pensado en algún motivo verdadero, alguno que diese significado al haber escogido esa carrera.

Ahora tenía que convertirse en medico y salvar a su hermana.

Era positivo en ese asunto, tenía muy buenas notas y sus profesores estaban contentos con él, había pedido las prácticas en el hospital donde su hermana estaba ingresada, así podía vigilarla mientras aprendía, pero aun aquello no era nada seguro.

¿Amigos?

Él no necesitaba nada de eso, no necesitaba contarle a nadie su vida, aquello solo era una molestia.

Esquivando a sus compañeros de carrera, eligió sentarse en una esquina mientras el resto seguía perdiendo tiempo fuera, él prefería observar el horario, los dos primeros días nunca se hacía nada pero de todos modos tenía que asistir, el primer día solían decirse las fechas de los exámenes y eso le iba bien para empezar a estudiar.

El profesor de genética humana apareció al cabo de un rato y antes de que cerrase la puerta del aula los alumnos que se habían quedado remoloneando en el pasillo corrieron para evitar quedarse fuera.

Sin necesidad de mirar, Kimizuki sabía que la clase estaba medio llena, era algo que no le sorprendía, durante el primer año caían muchos alumnos, ya fuesen porque se les negaba la beca, porque les quedaba alguna pendiente o porque no podían con la presión.

A él tampoco le gustaba esa presión pero no podía dejar la carrera sabiendo que entonces le estaría fallando a su hermana, en cuanto a los otros motivos, estudiaba lo suficiente como para no tener ningún suspenso y el ser huérfano les proporcionaba una pequeña ayuda económica aunque no era gran cosa y Kimizuki había decidido seguir trabajando en el restaurante donde había empezado a trabajar con dieciséis.

Por alguna razón, lo dueños, quienes no tenían hijos, habían terminado cogiendo cariño a ambos hermanos y siempre estaban dispuestos a ayudarle.

Pero Kimizuki no quería aprovecharse de ellos, aun sabiendo que el matrimonio si se lo pedía podrían darle una paga más generosa, no era esa clase de persona que se aprovechase de la bondad de otros.

Las cosas le iban bien tal y como estaba.

Kimizuki había decidido imponerse nada más iniciar las clases una rutina muy estricta, iba a la universidad, después iba a ver a su hermana, luego estudiaba un poco y se iba a trabajar.

Así todos los días, estaba seguro de que podría lograrlo.

En su vida ahora no había tiempo para salir ni pasarlo bien, antes sus salidas se limitaban a comprar e ir donde Mirai desease pero ahora no tenía tiempo para ello, su hermana era su responsabilidad y no podía permitirse abandonarla.

Sorprendentemente, alguien se había sentado a su lado, lo cual era extraño. Si bien la clase estaba dividida en varias filas de largas mesas donde unos diez alumnos podían sentarse, generalmente el asiento de al lado de Kimizuki estaba vacío, así había funcionado el año pasado cuando había dejado bien claro sus intenciones a sus compañeros los cuales intentaron socializar con él durante los primeros días.

Intentó ignorar la presencia de la persona a su lado, ya se cansaría cuando viese que él no estaba dispuesto a darle conversación alguna. Sin embargo, sentía algo de curiosidad por lo que terminó mirando de reojo a la persona.

Para su sorpresa era un chico aunque era mucho más bajito y delgado que él, parecía más joven, casi un niño e hizo que se sintiese algo viejo, su pelo era castaño claro y lo llevaba en una media melena. No podía precisar el color de ojos porque la mirada del chico estaba centrada en su libreta en la cual iba apuntando las fechas de exámenes.

De no haberle tenido tan cerca hubiese pensado que era una chica.

Se encontró a si mismo dándose cuenta de que en cierto modo le resultaba familiar pero no podía recordar donde y cuando lo había visto, no era una persona que estuviese pendiente de todos los que se cruzaba por la calle.

Sacudió la cabeza y se frotó los ojos, intentando volver a concentrarse en sus asuntos.

Realmente odiaba las distracciones y solo había necesitado unos segundos para darse cuenta de que él sería una de ellas.


Tenia pocos longfics y voy y me meto en otro mas xDD

La cosa es que me apetecía mucho escribir algo de Kimiyoi y no me salia nada que fuese actual ( por actual, se entiende por linea temporal del manga xD) y mucho menos cortito y siempre había querido probar esta clase de AU así que he decidido usarlos como experimento. En si van a salir todos, al menos los principales pero FF es asi y tiene el limite de cuatro personajes y en fin xD

No sé ni como va a ir ni cuantos caps tendrá ni el futuro de Mirai o cuando subiré cap, no creo que tarde porque tengo el hype de owari ( que me dura desde hace meses) y escasez de ideas en otros fics y el paro, desgraciadamente, da para mucho tiempo libre xDD

Como detalle sobre la carrera me he basado en las experiencias de amigos que han hecho medicina/enfermería y en el programa que mi propia universidad ofrecía, así que igual la edad de las practicas en otro lados cambia pero aqui en tu segundo año ya puedes pedirlas xD

Y no me enrollo mas contando chorradas. Espero que os guste esta tonteria que estoy empezando ~