La leyenda de Samain
Basada en Hunter x Hunter
Aclaraciones: No me pertenecen los personajes, ni la historia... y tampoco la idea del fic -_-... es que estas son las vagas ideas de Kaede-chan, mi amiga, y pues yo las estoy interpretando. En realidad el fic está mitad y mitad. Las dos hemos puesto nuestras ideas en este fic.
Advertencias: Bueno... con mi amiga decidimos sacarlo por sorteo... y nos salió... Yaoi Lemon Apasionado -__-Uuuu. ¿Cómo se supone que vamos a escribir eso? Mi no tener idea... ¬¬. Bueno, ahorita pongo qué significa que sea 'Yaoi Lemon Apasionado'. Significa que si eres muuuy inocente, susceptible, menor de edad (sí, claro ¬¬), ¡NO LO LEAS! ¡Estás advertido! Yaoi quiere decir que hay relaciones HombrexHombre, HOMOSEXUALES, y Lemon, que aparecen relaciones SEXUALES EXPLÍCITAS dentro del fic. No creo que si eres homofóbico seas tan menso como para leer esto ¬¬U. Pero a los que sí les gusta el Yaoi, pues bienvenidooos ^________^. Aquí les dejo mi msn, si es que me quieren contactar (y a mi amiga también ^_^) karlota_ca@hotmail.com (el mío) y tenshi_no_hitomi@hotmail.com (a ella sólo le pueden enviar mails)
Bueno, aquí les dejo con este fic raro. Ah, algo más (ya me deben querer patear -__-U), nosotras no hemos visto ni el fin de la serie ni algún OVA, y yo he visto parte de la serie (no como Kaede que la ve todos los días y que si no fuera porque a esas horas estoy en el colegio, tampoco me la perdería _-_!) y del manga. Todo está inventado, ¿ok? Bueno, ahora sí.
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Capítulo I "Reencuentro"
- Hagamos un pacto. Prométeme que nunca traicionarás a tus amigos.
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La luz rojiza del atardecer se reflejaba suavemente en su pálido rostro y sus ojos grises azulados miraban con un brillo especial el repetitivo paisaje mientras rastrillaba con su mano derecha los cabellos grises. El andar del tren era suave y arrullador e inevitable era que sus párpados cayeran…, pero eso lo llenaba de una ansiedad sofocante… Era preferible no pensar en nada…
Después de tres largos años volvería a ver a sus amigos. Se sentía ansioso. El sólo pensar que volvería a verlos hacía que una vorágine de sentimientos lo invadiera. ¿Habrían cambiado? Porque él mismo consideraba que había cambiado…
Apoyó su brazo en el soporte de la ventana y luego apoyó su barbilla en el brazo. Estaba algo aburrido.
Ahora podía ver el añil de la noche cubrirse de un traje estrellado. La noche realmente estaba hermosa. La luna era la gran reina. ¿Estaría Gon observándola también? Sonrió. Lo extrañaba y mucho. Su mejor amigo y el que le había enseñado lo que era la amistad, Gon…
Cerró sus ojos por un momento hasta que anunciaron sorpresivamente la parada y mirando algo asustado se levantó tomando su mochila azul y saliendo entre el mar de personas que eran escupidas por el tren.
No sentía nada extraño en el ambiente, así que caminó tranquilamente hacia la entrada del aeropuerto.
Kurapika le había dicho que se reunieran en un lugar que él conocía. El lugar se llamaba 'Isla Luna'. No era muy lejos, pero requería viajar en dirigible.
Estando dentro del dirigible -éste ya a una altura considerable del suelo- fue hacia los bancos que había cerca de los ventanales y recordó sus doce años, cuando era uno de los candidatos a cazador… Maldición, ¿cuánto faltaba para llegar a la tal 'Isla Luna'? Se sentía extraño y esa sensación no le gustaba mucho. Era agobiante. Tal vez llegando a la isla aquello terminaría.
Se sentó en el banco y miró a través del ventanal. Aún era temprano… Podía verse reflejado en el vidrio y alargando sus brazos hacia delante apoyó sus dedos en la ventana. Estaba fría y pronto alrededor de sus dedos se formó una leve capa líquida. Antes… antes él podía ser igual de frío…
Siguió curioseando entre sus pensamientos hasta que una nueva sensación lo invadió y logró oír un suave gruñido proveniente de su estómago. Recordó que no había comido nada… quizás por haber estado todo el día tan distraído…
Se levantó del asiento y se dirigió rápidamente hacia una pequeña tienda que había dentro del dirigible, no tenía ganas de comer en la cafetería y por eso prefería ir a la tienda para luego llevarse su comida a la habitación ^-^.
- ¿Sr. Choco Robot's?
Su rostro se había iluminado y su mirada permanecía pegada al mostrador. Hubiera saltado en un pié, pero reaccionó cuando vio cómo la señorita lo miraba con una gotita en la frente.
- ¿Desea uno, señor?
- ¿Cuántas cajas tiene?
¿Que cuántas cajas tiene? ¿Habría escuchado mal?
- ¿Cómo?
Killua alzó una ceja en señal de fastidio.
- Le acabo de preguntar que cuán-tas ca-jas tie-ne.
- Pues… llevamos unas… cincuenta, creo… - contestó la señorita aún sin entender del todo.
Entonces Killua alzó la vista en señal pensativa y comenzó a murmurar:
- A ver… de acuerdo al viaje, debo dejar dinero para transporte, un hotel, algún que otro recuerdo… em, la famosa muñeca que mi hermano quiere -_-u, comida… creo que no me quedará mucho dinero… Aunque pensándolo bien yo no volveré... - una leve sombra cubrió su rostro, para luego volver su mirada hacia la vendedora, cerrar sus ojos y sonreírle ampliamente - Quiero ocho cajas ^___^
- 0.0 ¿¿Cuántas?? - la señorita no había notado el cambio y sólo con escuchar el número de cajas se sorprendió.
- ¿No me oyó? Quiero ocho cajas de Sr. Choco Robot's :3 - y esta vez sonrió poniendo su carita de gato.
- Ehh… de acuerdo n__nU.
Volvió hacia la habitación que se le había otorgado y felizmente comió sus golosinas, guardando tres cajas…
- Por si acaso…
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No había dormido muy bien… a pesar de todo, aquella sensación aún lo seguía. Al menos pudo distraerse con aquella hermosa visión. Aquella isla tenía la forma de la luna mientras menguaba y la bahía vista desde la altura era algo que le había encantado… tal como le había dicho el rubio, el lugar era muy curioso y no podía esperar para recorrerlo. Ahora sólo faltaba saber sobre el famoso hechizo del que le había hablado también.
Después de un momento de haber descendido notó con sorpresa que al igual que mucha gente se había detenido respirando hondo… el lugar olía a fruta. El ambiente era extraño. No, no notaba ni olía peligro, simplemente el ambiente era embriagador. Oía la respiración rítmica de las personas y una suave melodía le llegaba a los oídos. No había dormido bien y los sonidos rítmicos junto con el olor a mango no le estaban ayudando mucho. La sensación que había tenido durante todo el viaje se había esfumado. ¿Sería ése el hechizo del que hablaba Kurapika?
¿Kurapika?
Miró su reloj. Las ocho de la mañana en punto. Abrió sus ojos un poco más, era extraño. ¡Había llegado hacía diez minutos, pero le pareció que habían pasado horas después de descender del dirigible! Bueno, tenía una hora y media para buscar alojo y cambiarse, tal vez una ducha de agua tibia le quitaría el sueño.
La gente se desplazaba grácil por la calle. El pueblo no estaba muy habitado, al parecer poca gente conocía el lugar y sacó por deducción que los que sabían de él no lo trasmitían mucho, quizás por miedo a que los típicos turistas comenzaran a llenar las calles de tan hermoso lugar.
Hacía calor…
El olor a mango seguía en su nariz, incluso dentro del hostal muy grande y pintoresco llamado 'Eclipse Lunar' que le llamó la atención apenas lo vio. Un joven muy amableque debía medir lo mismo que él y que debía tener unos 18 años le había atendido. Killua miraba de un lado a otro viendo cada pequeño detalle del hostal mientras el joven amable intentaba hacer que le pusiera atención a lo que le estaba explicando.
- …y en la puerta izquierda hay un baño con ducha, dentro tiene todos los implementos necesarios. Si desea bañarse con agua caliente sólo abra la llave que le indico, aunque no creo que sea necesario… - Killua miró con sus grandes ojos añil grisáceos de manera curiosa al chico que mantenía una sonrisa tierna y sus ojos entrecerrados.
- ¿Por qué?
El chico abrió un poco sus ojos.
- Mire… - señaló moviendo la manilla. El agua comenzó a correr y Killua colocó su mano bajo ella.
- Está tibia…
- Isla Luna es muy calurosa así que su agua siempre es tibia - le dijo el joven, mientras caminaban fuera del baño -. Bueno, Killua-san, le dejo. Marié no está y debo ir a atender allá abajo. Adiós y buena estancia ^_^ - y cerrando la puerta dejó a un sorprendido viajero en aquella habitación.
- "Falta poco…" - se dijo suavemente y tiró su mochila a la cama, caminando rápidamente hacia el baño.
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- ¿Cómo se llamaba el café? - y su desesperación fue sólo interna.
Había salido con una polera(*) azul sin manga y unos pantalones negros. "Insisto -se dijo-, hace calor…" En los antebrazos llevaba unas bandas negras. Al cuello una cadenita que nunca se quitaba desde los trece años, la cual sostenía una piedra verde con forma de diamante, que, por lo irregular del corte, se podía ver que estaba quebrada por la mitad y que tenía una cavidad que guardaba una pequeña perla blanca, y en su oreja izquierda algo nuevo, una argolla más o menos ancha que tenía grabada diferentes formas. Se veía muy bien... (N. de A.: Killua se ve bien con TODO ^-^)
Quizás mirando los letreros podría recordar el nombre del café en el que debían reunirse… Suspiró. ¿Por qué a veces sus neuronas no funcionaban? ¡Lo hubiera anotado! Pero, nooo. La llamada había sido algo repentina y… esperen un poco... Ahora recordaba que el café que le había dicho Kurapica era el único que no tenía letrero y que se encontraba cerca de la playa, en una calle llamada 'Creciente' "…así te será más fácil ubicarlo" le había dicho Kurapika.
- "Idiota de mí ¬_¬u" - se reprochó a sí mismo.
Estaba justo enfrente del café. Gon se hubiera reído ya que de haber ido todos juntos a Gon y a él se les hubiera olvidado aquello, Kurapica habría suspirado frunciendo el ceño y con una gotita en la frente y Leorio habría reído a carcajadas burlándose . Esperaba que al menos en eso hubiera cambiado Leorio -_-.
Ahora se había detenido justo antes de abrir la puerta del café. El estómago se le revolvía. Cerró los ojos y abrió lentamente la puerta. Una campanita sonó y la odió, y aún sin abrir los ojos, sintió que todas las miradas se dirigían hacia él.
- ¿Killua? - esa voz era de… Lentamente comenzó a abrir un ojo, pero… - ¡Killua! - un par de brazos ya lo estaban apretujando -_-.
- Leorio, ya basta. ¡Leorio, suéltame! - chilló mientras hacía presión con sus brazos en el pecho de aquel larguirucho de metro noventa que lo seguía tratando de asfixiar. ¿Por qué de repente se volvía tan efusivo? Oh, es cierto, hacía más de tres años que no se veían...
- Leorio, detente - la voz que oyó lo hizo detenerse, pero Leorio seguía abrazándolo, así que volvió a intentar soltarse -. ¡Detente! - esta vez la voz sonó molesta y sin saber por qué, cayó sentado en el piso.
- ¡Auuch! ¡¿Por qué me hiciste eso?! - exclamó Leorio mientras se sovaba el tobillo.
- Killua, qué gusto me da volverte a ver - el rubio sonrió ignorando los reclamos de Leorio y extendiéndole la mano a Killua -, estás más alto…
- ¡Oye! - siguió reclamando Leorio.
- Sí… - Killua se sonrojó levemente - Tú también has cambiado - el rubio también había crecido unos centímetros...
- Pues yo no veo muchos cambios - y a Kurapika le saltó una vena en la frente, pero conteniéndose le comentó a Killua:
- Y en cambio Leorio no ha cambiado en nada y cuando digo nada, es porque es na-da ¬¬.
- ¡¿Qué fue lo que dijiste?! - exclamó Leorio molesto.
- Sólo dije la verdad ¬¬ - pero en ese momento algo le distrajo, algo que Killua llevaba al cuello. Iba a preguntarle, pero Leorio seguía con su berrinche, así que olvidó por completo el colgante.
- ¡Repítelo! - Leorio le miraba desafiante
- ¿Estás sordo acaso y debo repetirte lo que te dije?
- Era cierto lo que decía Leorio, Kurapika tampoco ha cambiado... - murmuró Killua, pero lo suficientemente alto como para que Leorio y Kurapika le oyeran.
- Kurapika: ¿Ehh? - y un leve sonrojo cubrió las blancas mejillas.
- Leorio: Jajajajajajaja xD.
- Señores, ¿se servirán lo que tienen en su mesa o seguirán armando alboroto aquí a la entrada del café? - el hombre les observaba bastante molesto, aquello era vergonzoso.
- Eh… iremos a la mesa - contestó el rubio aún más sonrojado. No se habían dado cuenta de que aún estaban en la entrada, pero tenían suerte de que a esas horas no hubiera casi nadie en el café.
Killua sonrió… no, no habían cambiado mucho en su forma de ser, y como había dicho Kurapica, Leorio no había cambiado en nada. Seguía usando terno y corbata. Este traje era de color gris oscuro, aunque estaba sin la chaqueta, hacía mucho calor y lucía la corbata suelta y la camisa abierta en el cuello. Kurapica llevaba el mismo peinado y lucía su aro en la oreja izquierda, pero su vestimenta había cambiado por completo, ya no llevaba su antigua vestimenta... Ahora usaba unos pantalones de vestir de color verde oscuro que contrastaba con sus ojos y una camisa de color crema manga larga abierta en el cuello. Sobre sus hombros descansaba un suéter negro.
Se habían sentado en la mesa donde les esperaban algunos alimentos.
Pero sentía que faltaba algo… o más bien dicho 'alguien' y sin pensarlo de sus labios escaparon las siguientes palabras:
- ¿Dónde está Gon?
Kurapika había fijado su vista en él con una mirada enigmática, pero con su típica seriedad y Leorio al ver que el rubio no decía nada, respondió:
- Isla Ballena está muy lejos, así que es comprensible que - pero el sonido de la campanita lo interrumpió.
Entonces Killua no entendió por qué Kurapika miraba tan molesto al moreno y lo amenazaba con un tenedor, y habría jurado que le estaba pisando el pie a Leorio, mientras éste sólo apretaba los labios sin saber si mirar a Kurapika o a la puerta de entrada. Entonces una voz cansada se oyó:
- Chicos… llegué… ¿Killua?
- "¿Quién…?"
Lentamente se volteó hacia la entrada y lo vio. Y aquel sentimiento agobiante volvió. Estaba… estaba muy diferente… ¡no había podido siquiera reconocer su voz! Y se levantó. Killua seguía siendo un poco más alto que Gon. Éste llevaba el cabello un poco más largo y mojado y vestía unos pantalones azules y una polera negra y, al parecer, por el apuro se amarró descuidadamente un polerón rojo a la cintura. Se veía tan… De repente sentía su pecho acelerarse, pero ¿por qué? Los grandes ojos miel le miraban expectantes y una bella sonrisa iluminaba aquel rostro aún infantil. Y no se dio cuenta cuando llegó hasta él y deslizó sus brazos por la cintura estrecha, abrazándolo fuertemente siendo correspondido en un abrazo con la misma fuerza. Aún tenía ese aroma tan fresco... a mar… olió inconscientemente el cuello del niño, y pudo oír un suave suspiro en respuesta. ¿Por qué de repente sentía algo indefinido en su pecho? Y aquella sensación esta vez lo asustó y medio brusco lo soltó, y lo primero que pudo ver fue el rostro algo triste de Gon… ¿Acaso por haberlo abrazado Gon se sentía mal?
- Hola… Gon. Estás muy cambiado… - fue su saludo entrecortado.
- Tú también has cambiado mucho…, Killua - aún sonaba igual. El ambiente se había tornado algo incómodo…
- ¡Gon!
Al parecer Leorio se había logrado librar del pie y del tenedor de Kurapika, y el de ojos añil se sentía agradecido por esto. Observaba divertido como Leorio casi asfixiaba a Gon, mientras el rubio le volvió a dar una patada y el más alto le volvía a reclamar.
- Leorio, ¿qué te pasó en la mano? - preguntó Gon curioso cuando vio cuatro hoyitos en el dorso de su mano derecha.
- Pues es la prueba de la bestialidad de cierta persona que no voy a nombrar, pero que sí la voy a observar - y miró fijamente a Kurapika el cual, desviando su mirada algo sonrojado, sólo respondió:
- Pues, te lo merecías ¬¬.
- ¿Cómo que me lo merecía? ¡¡Tú...!!
- Quizás qué fue lo que le hizo el viejo a Kurapika - le murmuró Killua a Gon.
- Quizás - respondió éste.
- ¡Oigan! ¡¿Qué están murmurando?! - preguntó un molesto Leorio, habiéndolos oído.
- Señores… van a…
- Sí, sí, sí. Si ya vamos - interrumpió Leorio al hombre mientras arrastraba al rubio hacia la mesa.
- Ellos no han cambiado - murmuró Gon.
- Nosotros tampoco - afirmó Killua.
- Mmm - y volvió a ver esa mirada triste.
Se sentaron a la mesa. Killua estaba preocupado, pero ¿por qué? ¿Por qué Gon tenía esa cara de tristeza? No podía quitar su mirada de él... Estaba más alto. Sus facciones aún algo infantiles habían cambiado bastante dándole un aire más maduro, pero sus ojos aún tenían la misma mirada inocente a pesar de la tristeza que él podía ver. ¿Acaso ni Leorio ni Kurapika se habían dado cuenta de eso? ¿Sería que él le estaba poniendo demasiada atención? Aquello lo inquietaba... Quería hacerle muchas preguntas... eran tres años sin verse..., pero sólo podía mirar ese rostro mientras su dueño conversaba con Kurapika y Leorio.
- Killua, ¿te sucede algo? - era el de ojos miel, quien se volteó hacia él dándose cuenta de que le estaba mirando. Killua hubiera jurado que vio un leve sonrojo en sus mejillas, pero luego supo que aquel tono rojizo era creado por el reflejo del vidrio pintado de color escarlata. Entonces le preguntó:
- ¿Por qué te has puesto triste cuando te dije que no habíamos cambiado?
Gon lo miró sorprendido, no se esperaba una pregunta así.
- Quizás... porque es cierto... - respondió despacio, desviando su mirada hacia el vaso de jugo que tenía frente a él.
- ¿Y eso te entristece? - le preguntó curioso Killua.
- No... - Killua lo miró con una ceja alzada sin entender aún el comportamiento de Gon.
- ¿Entonces? - el pequeño volvió su mirada hacia él. Sabía que no podría mentirle, no a su mejor 'amigo'.
- Es sólo que...
- ¡Gon! ¡Killua! - fue interrumpido por Leorio - ¿Qué hicieron todo este tiempo? - un suspiro de alivio escapó de los labios de Gon y adelantándose a Killua respondió:
- No mucho... - había seguido viviendo en Isla Ballena. Les contó que hizo varios viajes, pero que siempre volvía donde Mito-san. La quería mucho y nunca la iba a abandonar y tampoco a la abuela - ¿Y tú, Leorio? - preguntó cuando terminó su relato. Podía notarse que no les había contado todo lo que había hecho, pero decidieron respetar el silencio del chico.
- Pues yo... - y puso cara de profesional -, yo seguí con mis estudios. Hice muuuuchos viajes para aumentar mis conocimientos. Conocí a muuuuchas chicas lindas -salí también con muchas-... - siguió enumerando las veces que salió con chicas mientras su mirada se tornaba cada vez más pervertida.
El de ojos miel lo miraba con cara de inocencia y curiosidad.
EL de cabello gris lo miraba con cara de poca inocencia y mucha curiosidad mientras le hacía más preguntas y Leorio le respondía entusiasmado.
Y al rubio le saltaba una vena en la frente y otra en el puño. Tenía sus ojos verdes cerrados y los dientes apretados, hasta que...
- ...y ella sí que era to... ¡¡¡AAUUUCH!!! ¡Mi manooooooo! - Kurapika le había vuelto a clavar el tenedor, pero ahora en la otra mano.
- ¡Nadie quiere oír sobre tus aventuras lujuriosas! - le gritó Kurapika amenazándolo con el puño.
- ¡Pero no tienes que ser tan violento! ¡si no las quieres oír, te vas! - el rubio le pisó un pie - ¡Auch! ¡Eso dolió! ¡Ya verás!- y pasó un brazo por el cuello de Kurapika agachándolo mientras con la otra mano le daba un par de coscorrones en la cabeza y Kurapika intentaba quitárselo de encima.
- Killua, ¿qué es una aventura lujuriosa? - preguntó un curioso Gon y a Killua le corrió una gota por la frente.
- Eres muy inocente... - murmuró. El de ojos miel lo miró más curioso.
- ¡Señores! ¡¿Podrían dejar de armar alboroto?! ¡O me veré en la lamentable obligación de echarlos de aquí!
Gon aún miraba curioso y con los ojos muy abiertos. Killua tenía los ojos en puntito. Leorio miraba avergonzado y asustado al hombre. Y Kurapika estaba sonrojado y con los cabellos en desorden, aún en los brazos de Leorio. Y cuando lo notaron...
- ¡Whaaa! ¡Suéltame!
- ¡Tú eres el que no me suelta!
Y se terminaron separando bruscamente, diciéndose algunos insultos más. ¿Nunca dejarían de pelear esos dos?
Leorio les siguió contando que después de las vacaciones haría un post grado... Decía que quería obtener todos los conocimientos necesarios porque no estaba dispuesto a ver gente morir nuevamente por una enfermedad curable, sino que las salvaría a tiempo. Además, para él no existían enfermedades incurables, para eso haría todas sus investigaciones, ya tenía lo que quería... dinero. Y cumpliría su sueño... Kurapika lo miró serio y con un brillo especial. Después de que Leorio terminara su relato se formó un molesto silencio que fue cortado por Gon:
- ¿Y tú Killua? - Leorio y Kurapika dirigieron sus miradas curiosas hacia el chico de cabellos grises.
- Pues, yo... - comenzó Killua - estuve viviendo en casa hasta ayer... - los chicos lo miraron sorprendidos y Killua siguió explicándoles - no voy a volver porque... - he hizo una pausa - porque me están presionando mucho allá y bueno, no me gusta que me presionen... además... - y volvió a callar - No... olvídenlo, no quiero hablar de eso... - y desvió su mirada.
Muchas razones comenzaron a pasar por la cabeza de dos chicos, pero por la cabeza de Gon pasaba el siguiente pensamiento: ¿Por qué no me lo has contado? ¿Ya no me consideras tu amigo? Fue Leorio quien esta vez rompió el silencio preguntándole al de ojos verdes qué había hecho.
Kurapika les dijo que él no había hecho mucho, sólo se impuso unas misiones y además nombró vagamente algo de querer olvidar a lo cual Gon le miró comprensivo cuando el rubio dijo que había sido un total fracaso. Ni Killua ni Leorio comprendieron aquello.
- Ehem... señores... vamos a cerrar el café.
- Oh, van a almorzar - había dicho Leorio y al hombre le corrió una gotita.
- No, señor, ya es muy tarde, debemos cerrar - y los cuatro dirigieron su mirada a su alrededor. No había un alma cerca y pudieron ver a través de la ventana que ya era muuuuuuuy tarde.
- Denos la cuenta, entonces - ordenó el rubio.
- Aquí está... - el hombre volvió rápidamente. Kurapika se quedó pasmado y los otros al ver aquella reacción miraron también el papel.
- ¡ESO ES MUCHO DINERO! - exclamó Killua, la cifra lo dejó con la boca abierta. Gon sólo asintió efusivamente.
- No es nada - dijo con desinterés Leorio mientras sacaba un fajo de billetes agitándolo mientras Gon y Killua seguían el movimiento de los billetes.
- Nunca había visto tanto dinero junto... - murmuró el pequeño.
- ¿De dónde sacaste toda esa plata, ojisan? - preguntó un desconfiado Killua.
- Fruto del esfuerzo... - dijo Leorio, sin alebrestarse por el apodo y de manera extraña mientras sonreía, lo cual no permitió que los otros le hicieran alguna broma respecto a su comentario - Aquí tiene su dinero, puede quedarse con el cambio - y sonrió esta vez creídamente hacia sus amigos -. ¿Por qué esas caras chicos? ^____^
- Mejor no digo nada - murmuró el rubio mirándolo con una ceja alzada y molesto. Los otros dos callaron.
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- ¿Cómo se llama el hostal en el que te alojas? - había preguntado Killua a Gon.
- Mmm... 'Eclipse Lunar', creo...
Kurapika, Leorio y Killua: O.O
- ¿Qué? ¿Por qué me miran así?
- ¡Yo también me quedo en ese hostal! ¿Eeeh? - habían dicho los tres al mismo tiempo, para luego mirarse entre ellos interrogantes.
- Pues 'Eclipse Lunar' es el mejor hotel para turistas de toda 'Isla Luna'. Lo construyeron porque sabían que tarde o temprano el secreto de su existencia podría expandirse... - comentó Kurapika.
- Pues yo me hospedé allí porque me llamó mucho la atención... - explicó Gon.
- Yo igual... - murmuró Killua algo sorprendido.
- Pues a mí me pareció el más grande de aquí, así que por deducción supe que 'Eclipse Lunar' debía ser el mejor - y Leorio sonrió ampliamente.
- Hasta que usas tus neuronas ¬¬ - replicó el rubio mientras esperaba el berrinche de Leorio que llegó enseguida.
- ¿Qué dijiste? - el más alto lo miraba muy molesto, apunto de volverlo a tomar como antes y abusar de su altura. Killua observaba con resignación y Gon se comenzaba a desesperar.
- Él dijo que... mira, hay unos puntos brillantes en el cielo ^^U.
- ¿Qué? - y miraron al cielo - Esas son estrellas -___-U.
- Oh, jejejejeje...
Y así todos se dirigieron hacia 'Eclipse Lunar'.
La noche era muy tranquila y calurosa como el día, aunque corría una suave brisa fría, y los hogares despedían una luz amarillo pálido, dándole así un aire hogareño a todo el lugar. Las flores dormían y poco a poco las luces comenzaban a extinguirse. Sólo quedaban encendidas las luces que habían fuera de las casas y las de algunos locales que no cerraban: uno de ellos era el gran hotel 'Eclipse Lunar'.
Llegaron cerca de la media noche al hotel, donde el joven amable les había recibido con sus ojos pardos muy abiertos y una sonrisa algo sorprendida.
- ¿Ustedes se conocían? - los cuatro le habían observado interrogantes - Tienen suerte, ya no tendrán que compartir sus habitaciones con extraños ^_^ - y volvío a su sonrisa con sus ojos cerrados.
- ¿Compartir? - interrogó muy extrañado Killua.
- ¿No se acuerda, Killua-san? - Killua negó con la cabeza - Cuando usted llegó en la mañana, yo le expliqué que las habitaciones eran dobles y que se conectaban a través del baño ^_^ - Killua aún lo miraba sorprendido: ¡no lo recordaba! "Oh, es cierto... yo no le estaba poniendo mucha atención en lo que me decía -_-"
- ¿Y con quién tendré que compartir la mía? - intervino Gon y Killua miró con curiosidad al joven.
- Los anoté por orden de llegada. Esperen un poco, aquí los tengo anotados - el joven por lo menos se colgó del mesón intentando sacar algo del otro lado.
- ¿No sería mejor rodear el mesón? - preguntó Kurapika.
- No ^_^, ya lo ten... ¡whaaaa! - el joven cayó hacia el otro lado con un sonido bastante feo.
Los cuatro: O.O
Kurapika saltó por encima del mesón y ayudó al joven, que tenía la ropa desordenada y un libro en la cabeza, a levantarse mientras los otros miraban curiosos la escena.
- ¿Se encuentra bien? - Kurapika lo observaba preocupado.
- Sí, gracias Kurapika-san - había murmurado el chico de ojos pardo con un leve sonrojo en sus mejillas mientras seguía sosteniendo la blanquecina mano.
Y a Leorio le molestó grandemente esta imagen .
- Cof, cof - carraspeó de manera fingida - ¿No se supone que nos iba a decir cómo están distribuidas las habitaciones?
- ¡Oh! Es cierto, Leorio-san - y una mirada extrañada apareció en los ojos pardos -. ¿Dónde cayó la libreta? õ.o
Los cuatro: -_-U
- Aquí - dijo Leorio quitando el libro de la cabeza del joven y entregándoselo.
- ¡Oh! - exclamó volviendo a sonrojarse, para luego sonreírle tiernamente a Leorio, sorprediéndolo con este gesto - Gracias, Leorio-san. Discúlpenme, soy un completo desastre... Marié-san, la que atiende aquí - comenzó a explicarles, mientras abría el libro y lo volteaba, para luego comenzarlo a hojear -, me ha dejado a cargo y yo no soy muy bueno para estas cosas... Y como ven, no hay mucho personal - dijo apuntando a unos botones que se encontraban cerca del ascensor.
- No se preocupe...
- Joseph - completó el chico las palabras de Gon -. No me traten de usted, eso me hace sentir más viejo de lo que soy ^^.
- Entonces no nos trates de usted a nosotros - y Killua le sonrió. Le agradaba este chico.
- ¿Seguros? - los cuatro le sonrieron mientras asentían - Bueno ^_^, ahora les digo la distribución de las habitaciones. Ustedes están en el 3er piso, ok... - y miró las escrituras del libro mientras con su dedo índice buscaba los nombres - ¡Aquí están! Habitaciones 108, 109, 110 y 111. Primero llegó Kurapika-sa... eh, Kurapika, después llegó Leorio... luego Killua y al final Gon, ¿ok?
Los chicos se habían sorprendido mucho con la distribución de las habitaciones. Gon y Killua se observaron por un momento, para luego sonreírse complices, chocando sus manos y escondiendo un poco la extraña sensación que sentían.
- ¡¿Deberé compartir mi habitación con él?! - exclamó Leorio apuntando a Kurapika, mientras éste mantenía su postura con los ojos cerrados, el ceño fruncido y los brazos cruzados - Prefiero compartir mi habitación con un monstruo ¬¬.
- Baka... - murmuró el rubio tratando de contener un sentimiento extraño en su pecho y reemplazándolo con molestia, aunque al parecer no lo estaba logrando - Si quieres te cambias a otra, total, con todo el dinero que traes... - y una leve sombra cubrió los ojos de Kurapika. Leorio lo observó preocupado.
- Kurapika... - murmuró - No, no me cambiaré. Sólo bromeaba con respecto a lo que dije sobre... que prefiero compartir mi habitación con un monstruo en vez de compartirla contigo - admitió Leorio. Siempre hacía ese tipo de comentarios, pero nunca había visto que a Kurapika le afectasen... siempre le molestaban...
Pensó que tal vez el rubio saldría con una frase sarcástica, pero éste sólo le miró por un momento para luego dirigir su vista hacia otro lado... esos ojos le expresaban cosas que el no podía o no quería comprender...
Joseph observaba la escena con sus ojos pardos entreabiertos y con una nueva sonrisa en sus labios. Creía entender perfectamente lo que estaba ocurriendo. Killua y Gon sólo observaban extrañados la nueva escena entre Kurapika y Leorio.
- Bueno, yo quiero ir a dormir. Estoy muy cansado -_- - y Gon dio un gran bostezo.
- Como somos niños buenos, nos acostaremos temprano... - y Killua sonrió a Gon.
- Ajá, para así poder recorrer toda la isla ^^ - completó Gon con una sonrisa adormilada.
- Bueno, nos vemos mañana entonces - dijo Leorio con una media sonrisa. También se le veía cansado.
- Buenas Noches, Joseph - saludó Kurapika y juntos se dirigieron al ascensor. Joseph les miró un momento antes, para luego volver tras el mesón y seguir con su trabajo.
En el ascensor...
- Kurapika, tú dijiste que conocías 'Isla Luna', ¿no? ¿Dónde nos llevarás? - preguntó Gon de manera cansada.
- Creo que los llevaré a que primero conozcan la bahía y después a lo que es el interior - respondió el rubio con una mano en su barbilla.
- ¿Nos bañaremos en la playa?
- Claro ^_^.
- ¡Qué bien! - exclamó Killua entusiasmado.
- Ya verán lo buen nadador que soy - presumió Leorio.
- Ya llegamos.
Salieron del ascensor y caminaron por el pasillo que tenía muchos adornos tipo autóctonos. Las paredes tenían algunos trabajos de mármol. Eran nombres unidos con pedazos de éste. Habían cuadros y mesitas con adornos muy bellos, indígenas al parecer. De verdad que el hostal era muy bello y todo en él llamaba la atención. Tenía una hermosa vista de la bahía que se veía a través del gran ventanal que cubría todo el pasillo, el cual ahora mantenía sus cortinas cerradas.
- Bueno chicos, aquí nos separamos - dijo Kurapika cuando llegaron a la habitación 108 -. Buenas noches.
- Buenas noches - dijeron los tres y cada uno entró en su habitación.
Kurapika ingresó a la habitación y rápidamente entró al baño. Pensó algunas cosas antes de terminar de lavarse los dientes y salió cerrando con un sonido lo suficientemente alto como para que Leorio estuviera enterado. Se desvistió rápidamente y se colocó una camiseta sin mangas, quedando sólo con su ropa interior y ésta, y se deslizó en la cama cerrando sus ojos e intentando dormir.
Leorio en cambio sentía mucho calor como para dormir con pijama o algo así, así que se acostó sin ropa.
Killua entró en su habitación y se sentó un momento en su cama. Revolvió un poco sus cabellos para después tomar su mochila y buscar algo en ella. Tenía mucho sueño, pero debía lavarse los dientes, aunque fuera sonámbulo al baño. Se levantó con los ojos cerrados y lentamente, sin hacer ruido entró al baño. Entonces lo oyó... era el sonido del agua corriendo. Y lentamente levantó la vista para encontrarse con la espalda de... Gon. ¡¿Que no sabe que hay una cortina?! Pero, qué cosas pensaba, si eran hombres y ya se habían visto desnudos... ¿por qué de repente no podía quitar la mirada de ese cuerpo? Se estaba jabonando el abdomen y las gotas caían lentas por sus piernas... Miró el rostro ladeado de Gon quién tenía sus ojos cerrados con un gesto plácido en su rostro. Su mano izquierda frotaba la esponja por el hombro derecho. Aquella imagen era tan...
- Excitante... - murmuró quedo, pero Gon lo oyó y se volteó.
- Killua... - susurró, para luego sonreír - Hola, ¿quieres usar el baño?
Killua sintió que un calor rabioso le subía a las mejillas y sólo pudo responder:
- Yo... el baño... no quise... ¡permiso! - y salió cerrando rápidamente la puerta y apoyándose contra ésta, resbalando hacia el piso.
Sentía que el corazón se le desbocaba. Subió su mano derecha hacia su mejilla y la sintió ardiendo, y luego miró hacia abajo. Allí casi se muere.
- Pero, ¡qué me está pasando! - murmuró con sorpresa levantándose, mientras sentía un dolor fuerte en aquella parte - ¿Por qué...?
De la pura desesperación se quitó todo y se acostó así en la cama. Cerró sus ojos e intentó dormir, pero la imagen de Gon desnudo jabonándose no lo dejaba. ¿Qué era bueno? ¡Ah! ¡Contar ovejas! Una oveja, dos ovejas, tres ovejas, cuatro Gon's bañándose, cinco... ¡¿Qué?! Y abrió nuevamente los ojos, volteándose violentamente hacia el otro lado. ¡No! ¡Nada servía! Se volteó una vez más, pero al parecer no le quedaba cama y un 'Tum, tum' se oyó. Con un '¡auuch!' y sovándose la cabeza, se subió nuevamente a la cama quedando de espaldas y sin taparse con las cobijas.
- Qué me está pasando... - un suave olor a mango le llegó a la nariz y entrecerró sus ojos oliendo ávido - ¿Será que...? - y el sueño lentamente le venció a las 4 am...
La perla que descansaba en la cabidad de la piedra verde del colgante de Killua que estaba ahora en el velador al lado de la cama, brilló intensamente para que luego su luz se extinguiera lentamente...
TBC...
Espero que les haya gustado el primer capítulo...Gueno, me encantaría que dejasen reviews.. Sí?? Chauuuuu...
Algo más.. ¿Por qué Kurapica y Leorio pelean tanto en este fic? Pues... no sé si en la serie pase mucho esto, pero yo sé que en el manga sí, así que... eso ^_^ (Además, sin tanta pelea sería fome al historia (para los que no entienden lo que significa fome: es una expresión chilena que puede significar que algo es aburrido o que se dice después de oír alguna desgracia, ej.: Cuando uno ve tv y ésta está aburrida uno dice: la tv está fome. Y para una desgracia: Mi gatito se murió - Buu, qué mala..., uno dice: Buuu, qué fome...))
(*)Polera: remera, playera, cuál es la diferencia?? Las poleras son más apegadas al cuerpo?? Eso lo sabremos en el próximo cap... eh, sí claro ¬¬.
Basada en Hunter x Hunter
Aclaraciones: No me pertenecen los personajes, ni la historia... y tampoco la idea del fic -_-... es que estas son las vagas ideas de Kaede-chan, mi amiga, y pues yo las estoy interpretando. En realidad el fic está mitad y mitad. Las dos hemos puesto nuestras ideas en este fic.
Advertencias: Bueno... con mi amiga decidimos sacarlo por sorteo... y nos salió... Yaoi Lemon Apasionado -__-Uuuu. ¿Cómo se supone que vamos a escribir eso? Mi no tener idea... ¬¬. Bueno, ahorita pongo qué significa que sea 'Yaoi Lemon Apasionado'. Significa que si eres muuuy inocente, susceptible, menor de edad (sí, claro ¬¬), ¡NO LO LEAS! ¡Estás advertido! Yaoi quiere decir que hay relaciones HombrexHombre, HOMOSEXUALES, y Lemon, que aparecen relaciones SEXUALES EXPLÍCITAS dentro del fic. No creo que si eres homofóbico seas tan menso como para leer esto ¬¬U. Pero a los que sí les gusta el Yaoi, pues bienvenidooos ^________^. Aquí les dejo mi msn, si es que me quieren contactar (y a mi amiga también ^_^) karlota_ca@hotmail.com (el mío) y tenshi_no_hitomi@hotmail.com (a ella sólo le pueden enviar mails)
Bueno, aquí les dejo con este fic raro. Ah, algo más (ya me deben querer patear -__-U), nosotras no hemos visto ni el fin de la serie ni algún OVA, y yo he visto parte de la serie (no como Kaede que la ve todos los días y que si no fuera porque a esas horas estoy en el colegio, tampoco me la perdería _-_!) y del manga. Todo está inventado, ¿ok? Bueno, ahora sí.
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Capítulo I "Reencuentro"
- Hagamos un pacto. Prométeme que nunca traicionarás a tus amigos.
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La luz rojiza del atardecer se reflejaba suavemente en su pálido rostro y sus ojos grises azulados miraban con un brillo especial el repetitivo paisaje mientras rastrillaba con su mano derecha los cabellos grises. El andar del tren era suave y arrullador e inevitable era que sus párpados cayeran…, pero eso lo llenaba de una ansiedad sofocante… Era preferible no pensar en nada…
Después de tres largos años volvería a ver a sus amigos. Se sentía ansioso. El sólo pensar que volvería a verlos hacía que una vorágine de sentimientos lo invadiera. ¿Habrían cambiado? Porque él mismo consideraba que había cambiado…
Apoyó su brazo en el soporte de la ventana y luego apoyó su barbilla en el brazo. Estaba algo aburrido.
Ahora podía ver el añil de la noche cubrirse de un traje estrellado. La noche realmente estaba hermosa. La luna era la gran reina. ¿Estaría Gon observándola también? Sonrió. Lo extrañaba y mucho. Su mejor amigo y el que le había enseñado lo que era la amistad, Gon…
Cerró sus ojos por un momento hasta que anunciaron sorpresivamente la parada y mirando algo asustado se levantó tomando su mochila azul y saliendo entre el mar de personas que eran escupidas por el tren.
No sentía nada extraño en el ambiente, así que caminó tranquilamente hacia la entrada del aeropuerto.
Kurapika le había dicho que se reunieran en un lugar que él conocía. El lugar se llamaba 'Isla Luna'. No era muy lejos, pero requería viajar en dirigible.
Estando dentro del dirigible -éste ya a una altura considerable del suelo- fue hacia los bancos que había cerca de los ventanales y recordó sus doce años, cuando era uno de los candidatos a cazador… Maldición, ¿cuánto faltaba para llegar a la tal 'Isla Luna'? Se sentía extraño y esa sensación no le gustaba mucho. Era agobiante. Tal vez llegando a la isla aquello terminaría.
Se sentó en el banco y miró a través del ventanal. Aún era temprano… Podía verse reflejado en el vidrio y alargando sus brazos hacia delante apoyó sus dedos en la ventana. Estaba fría y pronto alrededor de sus dedos se formó una leve capa líquida. Antes… antes él podía ser igual de frío…
Siguió curioseando entre sus pensamientos hasta que una nueva sensación lo invadió y logró oír un suave gruñido proveniente de su estómago. Recordó que no había comido nada… quizás por haber estado todo el día tan distraído…
Se levantó del asiento y se dirigió rápidamente hacia una pequeña tienda que había dentro del dirigible, no tenía ganas de comer en la cafetería y por eso prefería ir a la tienda para luego llevarse su comida a la habitación ^-^.
- ¿Sr. Choco Robot's?
Su rostro se había iluminado y su mirada permanecía pegada al mostrador. Hubiera saltado en un pié, pero reaccionó cuando vio cómo la señorita lo miraba con una gotita en la frente.
- ¿Desea uno, señor?
- ¿Cuántas cajas tiene?
¿Que cuántas cajas tiene? ¿Habría escuchado mal?
- ¿Cómo?
Killua alzó una ceja en señal de fastidio.
- Le acabo de preguntar que cuán-tas ca-jas tie-ne.
- Pues… llevamos unas… cincuenta, creo… - contestó la señorita aún sin entender del todo.
Entonces Killua alzó la vista en señal pensativa y comenzó a murmurar:
- A ver… de acuerdo al viaje, debo dejar dinero para transporte, un hotel, algún que otro recuerdo… em, la famosa muñeca que mi hermano quiere -_-u, comida… creo que no me quedará mucho dinero… Aunque pensándolo bien yo no volveré... - una leve sombra cubrió su rostro, para luego volver su mirada hacia la vendedora, cerrar sus ojos y sonreírle ampliamente - Quiero ocho cajas ^___^
- 0.0 ¿¿Cuántas?? - la señorita no había notado el cambio y sólo con escuchar el número de cajas se sorprendió.
- ¿No me oyó? Quiero ocho cajas de Sr. Choco Robot's :3 - y esta vez sonrió poniendo su carita de gato.
- Ehh… de acuerdo n__nU.
Volvió hacia la habitación que se le había otorgado y felizmente comió sus golosinas, guardando tres cajas…
- Por si acaso…
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No había dormido muy bien… a pesar de todo, aquella sensación aún lo seguía. Al menos pudo distraerse con aquella hermosa visión. Aquella isla tenía la forma de la luna mientras menguaba y la bahía vista desde la altura era algo que le había encantado… tal como le había dicho el rubio, el lugar era muy curioso y no podía esperar para recorrerlo. Ahora sólo faltaba saber sobre el famoso hechizo del que le había hablado también.
Después de un momento de haber descendido notó con sorpresa que al igual que mucha gente se había detenido respirando hondo… el lugar olía a fruta. El ambiente era extraño. No, no notaba ni olía peligro, simplemente el ambiente era embriagador. Oía la respiración rítmica de las personas y una suave melodía le llegaba a los oídos. No había dormido bien y los sonidos rítmicos junto con el olor a mango no le estaban ayudando mucho. La sensación que había tenido durante todo el viaje se había esfumado. ¿Sería ése el hechizo del que hablaba Kurapika?
¿Kurapika?
Miró su reloj. Las ocho de la mañana en punto. Abrió sus ojos un poco más, era extraño. ¡Había llegado hacía diez minutos, pero le pareció que habían pasado horas después de descender del dirigible! Bueno, tenía una hora y media para buscar alojo y cambiarse, tal vez una ducha de agua tibia le quitaría el sueño.
La gente se desplazaba grácil por la calle. El pueblo no estaba muy habitado, al parecer poca gente conocía el lugar y sacó por deducción que los que sabían de él no lo trasmitían mucho, quizás por miedo a que los típicos turistas comenzaran a llenar las calles de tan hermoso lugar.
Hacía calor…
El olor a mango seguía en su nariz, incluso dentro del hostal muy grande y pintoresco llamado 'Eclipse Lunar' que le llamó la atención apenas lo vio. Un joven muy amableque debía medir lo mismo que él y que debía tener unos 18 años le había atendido. Killua miraba de un lado a otro viendo cada pequeño detalle del hostal mientras el joven amable intentaba hacer que le pusiera atención a lo que le estaba explicando.
- …y en la puerta izquierda hay un baño con ducha, dentro tiene todos los implementos necesarios. Si desea bañarse con agua caliente sólo abra la llave que le indico, aunque no creo que sea necesario… - Killua miró con sus grandes ojos añil grisáceos de manera curiosa al chico que mantenía una sonrisa tierna y sus ojos entrecerrados.
- ¿Por qué?
El chico abrió un poco sus ojos.
- Mire… - señaló moviendo la manilla. El agua comenzó a correr y Killua colocó su mano bajo ella.
- Está tibia…
- Isla Luna es muy calurosa así que su agua siempre es tibia - le dijo el joven, mientras caminaban fuera del baño -. Bueno, Killua-san, le dejo. Marié no está y debo ir a atender allá abajo. Adiós y buena estancia ^_^ - y cerrando la puerta dejó a un sorprendido viajero en aquella habitación.
- "Falta poco…" - se dijo suavemente y tiró su mochila a la cama, caminando rápidamente hacia el baño.
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- ¿Cómo se llamaba el café? - y su desesperación fue sólo interna.
Había salido con una polera(*) azul sin manga y unos pantalones negros. "Insisto -se dijo-, hace calor…" En los antebrazos llevaba unas bandas negras. Al cuello una cadenita que nunca se quitaba desde los trece años, la cual sostenía una piedra verde con forma de diamante, que, por lo irregular del corte, se podía ver que estaba quebrada por la mitad y que tenía una cavidad que guardaba una pequeña perla blanca, y en su oreja izquierda algo nuevo, una argolla más o menos ancha que tenía grabada diferentes formas. Se veía muy bien... (N. de A.: Killua se ve bien con TODO ^-^)
Quizás mirando los letreros podría recordar el nombre del café en el que debían reunirse… Suspiró. ¿Por qué a veces sus neuronas no funcionaban? ¡Lo hubiera anotado! Pero, nooo. La llamada había sido algo repentina y… esperen un poco... Ahora recordaba que el café que le había dicho Kurapica era el único que no tenía letrero y que se encontraba cerca de la playa, en una calle llamada 'Creciente' "…así te será más fácil ubicarlo" le había dicho Kurapika.
- "Idiota de mí ¬_¬u" - se reprochó a sí mismo.
Estaba justo enfrente del café. Gon se hubiera reído ya que de haber ido todos juntos a Gon y a él se les hubiera olvidado aquello, Kurapica habría suspirado frunciendo el ceño y con una gotita en la frente y Leorio habría reído a carcajadas burlándose . Esperaba que al menos en eso hubiera cambiado Leorio -_-.
Ahora se había detenido justo antes de abrir la puerta del café. El estómago se le revolvía. Cerró los ojos y abrió lentamente la puerta. Una campanita sonó y la odió, y aún sin abrir los ojos, sintió que todas las miradas se dirigían hacia él.
- ¿Killua? - esa voz era de… Lentamente comenzó a abrir un ojo, pero… - ¡Killua! - un par de brazos ya lo estaban apretujando -_-.
- Leorio, ya basta. ¡Leorio, suéltame! - chilló mientras hacía presión con sus brazos en el pecho de aquel larguirucho de metro noventa que lo seguía tratando de asfixiar. ¿Por qué de repente se volvía tan efusivo? Oh, es cierto, hacía más de tres años que no se veían...
- Leorio, detente - la voz que oyó lo hizo detenerse, pero Leorio seguía abrazándolo, así que volvió a intentar soltarse -. ¡Detente! - esta vez la voz sonó molesta y sin saber por qué, cayó sentado en el piso.
- ¡Auuch! ¡¿Por qué me hiciste eso?! - exclamó Leorio mientras se sovaba el tobillo.
- Killua, qué gusto me da volverte a ver - el rubio sonrió ignorando los reclamos de Leorio y extendiéndole la mano a Killua -, estás más alto…
- ¡Oye! - siguió reclamando Leorio.
- Sí… - Killua se sonrojó levemente - Tú también has cambiado - el rubio también había crecido unos centímetros...
- Pues yo no veo muchos cambios - y a Kurapika le saltó una vena en la frente, pero conteniéndose le comentó a Killua:
- Y en cambio Leorio no ha cambiado en nada y cuando digo nada, es porque es na-da ¬¬.
- ¡¿Qué fue lo que dijiste?! - exclamó Leorio molesto.
- Sólo dije la verdad ¬¬ - pero en ese momento algo le distrajo, algo que Killua llevaba al cuello. Iba a preguntarle, pero Leorio seguía con su berrinche, así que olvidó por completo el colgante.
- ¡Repítelo! - Leorio le miraba desafiante
- ¿Estás sordo acaso y debo repetirte lo que te dije?
- Era cierto lo que decía Leorio, Kurapika tampoco ha cambiado... - murmuró Killua, pero lo suficientemente alto como para que Leorio y Kurapika le oyeran.
- Kurapika: ¿Ehh? - y un leve sonrojo cubrió las blancas mejillas.
- Leorio: Jajajajajajaja xD.
- Señores, ¿se servirán lo que tienen en su mesa o seguirán armando alboroto aquí a la entrada del café? - el hombre les observaba bastante molesto, aquello era vergonzoso.
- Eh… iremos a la mesa - contestó el rubio aún más sonrojado. No se habían dado cuenta de que aún estaban en la entrada, pero tenían suerte de que a esas horas no hubiera casi nadie en el café.
Killua sonrió… no, no habían cambiado mucho en su forma de ser, y como había dicho Kurapica, Leorio no había cambiado en nada. Seguía usando terno y corbata. Este traje era de color gris oscuro, aunque estaba sin la chaqueta, hacía mucho calor y lucía la corbata suelta y la camisa abierta en el cuello. Kurapica llevaba el mismo peinado y lucía su aro en la oreja izquierda, pero su vestimenta había cambiado por completo, ya no llevaba su antigua vestimenta... Ahora usaba unos pantalones de vestir de color verde oscuro que contrastaba con sus ojos y una camisa de color crema manga larga abierta en el cuello. Sobre sus hombros descansaba un suéter negro.
Se habían sentado en la mesa donde les esperaban algunos alimentos.
Pero sentía que faltaba algo… o más bien dicho 'alguien' y sin pensarlo de sus labios escaparon las siguientes palabras:
- ¿Dónde está Gon?
Kurapika había fijado su vista en él con una mirada enigmática, pero con su típica seriedad y Leorio al ver que el rubio no decía nada, respondió:
- Isla Ballena está muy lejos, así que es comprensible que - pero el sonido de la campanita lo interrumpió.
Entonces Killua no entendió por qué Kurapika miraba tan molesto al moreno y lo amenazaba con un tenedor, y habría jurado que le estaba pisando el pie a Leorio, mientras éste sólo apretaba los labios sin saber si mirar a Kurapika o a la puerta de entrada. Entonces una voz cansada se oyó:
- Chicos… llegué… ¿Killua?
- "¿Quién…?"
Lentamente se volteó hacia la entrada y lo vio. Y aquel sentimiento agobiante volvió. Estaba… estaba muy diferente… ¡no había podido siquiera reconocer su voz! Y se levantó. Killua seguía siendo un poco más alto que Gon. Éste llevaba el cabello un poco más largo y mojado y vestía unos pantalones azules y una polera negra y, al parecer, por el apuro se amarró descuidadamente un polerón rojo a la cintura. Se veía tan… De repente sentía su pecho acelerarse, pero ¿por qué? Los grandes ojos miel le miraban expectantes y una bella sonrisa iluminaba aquel rostro aún infantil. Y no se dio cuenta cuando llegó hasta él y deslizó sus brazos por la cintura estrecha, abrazándolo fuertemente siendo correspondido en un abrazo con la misma fuerza. Aún tenía ese aroma tan fresco... a mar… olió inconscientemente el cuello del niño, y pudo oír un suave suspiro en respuesta. ¿Por qué de repente sentía algo indefinido en su pecho? Y aquella sensación esta vez lo asustó y medio brusco lo soltó, y lo primero que pudo ver fue el rostro algo triste de Gon… ¿Acaso por haberlo abrazado Gon se sentía mal?
- Hola… Gon. Estás muy cambiado… - fue su saludo entrecortado.
- Tú también has cambiado mucho…, Killua - aún sonaba igual. El ambiente se había tornado algo incómodo…
- ¡Gon!
Al parecer Leorio se había logrado librar del pie y del tenedor de Kurapika, y el de ojos añil se sentía agradecido por esto. Observaba divertido como Leorio casi asfixiaba a Gon, mientras el rubio le volvió a dar una patada y el más alto le volvía a reclamar.
- Leorio, ¿qué te pasó en la mano? - preguntó Gon curioso cuando vio cuatro hoyitos en el dorso de su mano derecha.
- Pues es la prueba de la bestialidad de cierta persona que no voy a nombrar, pero que sí la voy a observar - y miró fijamente a Kurapika el cual, desviando su mirada algo sonrojado, sólo respondió:
- Pues, te lo merecías ¬¬.
- ¿Cómo que me lo merecía? ¡¡Tú...!!
- Quizás qué fue lo que le hizo el viejo a Kurapika - le murmuró Killua a Gon.
- Quizás - respondió éste.
- ¡Oigan! ¡¿Qué están murmurando?! - preguntó un molesto Leorio, habiéndolos oído.
- Señores… van a…
- Sí, sí, sí. Si ya vamos - interrumpió Leorio al hombre mientras arrastraba al rubio hacia la mesa.
- Ellos no han cambiado - murmuró Gon.
- Nosotros tampoco - afirmó Killua.
- Mmm - y volvió a ver esa mirada triste.
Se sentaron a la mesa. Killua estaba preocupado, pero ¿por qué? ¿Por qué Gon tenía esa cara de tristeza? No podía quitar su mirada de él... Estaba más alto. Sus facciones aún algo infantiles habían cambiado bastante dándole un aire más maduro, pero sus ojos aún tenían la misma mirada inocente a pesar de la tristeza que él podía ver. ¿Acaso ni Leorio ni Kurapika se habían dado cuenta de eso? ¿Sería que él le estaba poniendo demasiada atención? Aquello lo inquietaba... Quería hacerle muchas preguntas... eran tres años sin verse..., pero sólo podía mirar ese rostro mientras su dueño conversaba con Kurapika y Leorio.
- Killua, ¿te sucede algo? - era el de ojos miel, quien se volteó hacia él dándose cuenta de que le estaba mirando. Killua hubiera jurado que vio un leve sonrojo en sus mejillas, pero luego supo que aquel tono rojizo era creado por el reflejo del vidrio pintado de color escarlata. Entonces le preguntó:
- ¿Por qué te has puesto triste cuando te dije que no habíamos cambiado?
Gon lo miró sorprendido, no se esperaba una pregunta así.
- Quizás... porque es cierto... - respondió despacio, desviando su mirada hacia el vaso de jugo que tenía frente a él.
- ¿Y eso te entristece? - le preguntó curioso Killua.
- No... - Killua lo miró con una ceja alzada sin entender aún el comportamiento de Gon.
- ¿Entonces? - el pequeño volvió su mirada hacia él. Sabía que no podría mentirle, no a su mejor 'amigo'.
- Es sólo que...
- ¡Gon! ¡Killua! - fue interrumpido por Leorio - ¿Qué hicieron todo este tiempo? - un suspiro de alivio escapó de los labios de Gon y adelantándose a Killua respondió:
- No mucho... - había seguido viviendo en Isla Ballena. Les contó que hizo varios viajes, pero que siempre volvía donde Mito-san. La quería mucho y nunca la iba a abandonar y tampoco a la abuela - ¿Y tú, Leorio? - preguntó cuando terminó su relato. Podía notarse que no les había contado todo lo que había hecho, pero decidieron respetar el silencio del chico.
- Pues yo... - y puso cara de profesional -, yo seguí con mis estudios. Hice muuuuchos viajes para aumentar mis conocimientos. Conocí a muuuuchas chicas lindas -salí también con muchas-... - siguió enumerando las veces que salió con chicas mientras su mirada se tornaba cada vez más pervertida.
El de ojos miel lo miraba con cara de inocencia y curiosidad.
EL de cabello gris lo miraba con cara de poca inocencia y mucha curiosidad mientras le hacía más preguntas y Leorio le respondía entusiasmado.
Y al rubio le saltaba una vena en la frente y otra en el puño. Tenía sus ojos verdes cerrados y los dientes apretados, hasta que...
- ...y ella sí que era to... ¡¡¡AAUUUCH!!! ¡Mi manooooooo! - Kurapika le había vuelto a clavar el tenedor, pero ahora en la otra mano.
- ¡Nadie quiere oír sobre tus aventuras lujuriosas! - le gritó Kurapika amenazándolo con el puño.
- ¡Pero no tienes que ser tan violento! ¡si no las quieres oír, te vas! - el rubio le pisó un pie - ¡Auch! ¡Eso dolió! ¡Ya verás!- y pasó un brazo por el cuello de Kurapika agachándolo mientras con la otra mano le daba un par de coscorrones en la cabeza y Kurapika intentaba quitárselo de encima.
- Killua, ¿qué es una aventura lujuriosa? - preguntó un curioso Gon y a Killua le corrió una gota por la frente.
- Eres muy inocente... - murmuró. El de ojos miel lo miró más curioso.
- ¡Señores! ¡¿Podrían dejar de armar alboroto?! ¡O me veré en la lamentable obligación de echarlos de aquí!
Gon aún miraba curioso y con los ojos muy abiertos. Killua tenía los ojos en puntito. Leorio miraba avergonzado y asustado al hombre. Y Kurapika estaba sonrojado y con los cabellos en desorden, aún en los brazos de Leorio. Y cuando lo notaron...
- ¡Whaaa! ¡Suéltame!
- ¡Tú eres el que no me suelta!
Y se terminaron separando bruscamente, diciéndose algunos insultos más. ¿Nunca dejarían de pelear esos dos?
Leorio les siguió contando que después de las vacaciones haría un post grado... Decía que quería obtener todos los conocimientos necesarios porque no estaba dispuesto a ver gente morir nuevamente por una enfermedad curable, sino que las salvaría a tiempo. Además, para él no existían enfermedades incurables, para eso haría todas sus investigaciones, ya tenía lo que quería... dinero. Y cumpliría su sueño... Kurapika lo miró serio y con un brillo especial. Después de que Leorio terminara su relato se formó un molesto silencio que fue cortado por Gon:
- ¿Y tú Killua? - Leorio y Kurapika dirigieron sus miradas curiosas hacia el chico de cabellos grises.
- Pues, yo... - comenzó Killua - estuve viviendo en casa hasta ayer... - los chicos lo miraron sorprendidos y Killua siguió explicándoles - no voy a volver porque... - he hizo una pausa - porque me están presionando mucho allá y bueno, no me gusta que me presionen... además... - y volvió a callar - No... olvídenlo, no quiero hablar de eso... - y desvió su mirada.
Muchas razones comenzaron a pasar por la cabeza de dos chicos, pero por la cabeza de Gon pasaba el siguiente pensamiento: ¿Por qué no me lo has contado? ¿Ya no me consideras tu amigo? Fue Leorio quien esta vez rompió el silencio preguntándole al de ojos verdes qué había hecho.
Kurapika les dijo que él no había hecho mucho, sólo se impuso unas misiones y además nombró vagamente algo de querer olvidar a lo cual Gon le miró comprensivo cuando el rubio dijo que había sido un total fracaso. Ni Killua ni Leorio comprendieron aquello.
- Ehem... señores... vamos a cerrar el café.
- Oh, van a almorzar - había dicho Leorio y al hombre le corrió una gotita.
- No, señor, ya es muy tarde, debemos cerrar - y los cuatro dirigieron su mirada a su alrededor. No había un alma cerca y pudieron ver a través de la ventana que ya era muuuuuuuy tarde.
- Denos la cuenta, entonces - ordenó el rubio.
- Aquí está... - el hombre volvió rápidamente. Kurapika se quedó pasmado y los otros al ver aquella reacción miraron también el papel.
- ¡ESO ES MUCHO DINERO! - exclamó Killua, la cifra lo dejó con la boca abierta. Gon sólo asintió efusivamente.
- No es nada - dijo con desinterés Leorio mientras sacaba un fajo de billetes agitándolo mientras Gon y Killua seguían el movimiento de los billetes.
- Nunca había visto tanto dinero junto... - murmuró el pequeño.
- ¿De dónde sacaste toda esa plata, ojisan? - preguntó un desconfiado Killua.
- Fruto del esfuerzo... - dijo Leorio, sin alebrestarse por el apodo y de manera extraña mientras sonreía, lo cual no permitió que los otros le hicieran alguna broma respecto a su comentario - Aquí tiene su dinero, puede quedarse con el cambio - y sonrió esta vez creídamente hacia sus amigos -. ¿Por qué esas caras chicos? ^____^
- Mejor no digo nada - murmuró el rubio mirándolo con una ceja alzada y molesto. Los otros dos callaron.
*******~~~~~~~*******
- ¿Cómo se llama el hostal en el que te alojas? - había preguntado Killua a Gon.
- Mmm... 'Eclipse Lunar', creo...
Kurapika, Leorio y Killua: O.O
- ¿Qué? ¿Por qué me miran así?
- ¡Yo también me quedo en ese hostal! ¿Eeeh? - habían dicho los tres al mismo tiempo, para luego mirarse entre ellos interrogantes.
- Pues 'Eclipse Lunar' es el mejor hotel para turistas de toda 'Isla Luna'. Lo construyeron porque sabían que tarde o temprano el secreto de su existencia podría expandirse... - comentó Kurapika.
- Pues yo me hospedé allí porque me llamó mucho la atención... - explicó Gon.
- Yo igual... - murmuró Killua algo sorprendido.
- Pues a mí me pareció el más grande de aquí, así que por deducción supe que 'Eclipse Lunar' debía ser el mejor - y Leorio sonrió ampliamente.
- Hasta que usas tus neuronas ¬¬ - replicó el rubio mientras esperaba el berrinche de Leorio que llegó enseguida.
- ¿Qué dijiste? - el más alto lo miraba muy molesto, apunto de volverlo a tomar como antes y abusar de su altura. Killua observaba con resignación y Gon se comenzaba a desesperar.
- Él dijo que... mira, hay unos puntos brillantes en el cielo ^^U.
- ¿Qué? - y miraron al cielo - Esas son estrellas -___-U.
- Oh, jejejejeje...
Y así todos se dirigieron hacia 'Eclipse Lunar'.
La noche era muy tranquila y calurosa como el día, aunque corría una suave brisa fría, y los hogares despedían una luz amarillo pálido, dándole así un aire hogareño a todo el lugar. Las flores dormían y poco a poco las luces comenzaban a extinguirse. Sólo quedaban encendidas las luces que habían fuera de las casas y las de algunos locales que no cerraban: uno de ellos era el gran hotel 'Eclipse Lunar'.
Llegaron cerca de la media noche al hotel, donde el joven amable les había recibido con sus ojos pardos muy abiertos y una sonrisa algo sorprendida.
- ¿Ustedes se conocían? - los cuatro le habían observado interrogantes - Tienen suerte, ya no tendrán que compartir sus habitaciones con extraños ^_^ - y volvío a su sonrisa con sus ojos cerrados.
- ¿Compartir? - interrogó muy extrañado Killua.
- ¿No se acuerda, Killua-san? - Killua negó con la cabeza - Cuando usted llegó en la mañana, yo le expliqué que las habitaciones eran dobles y que se conectaban a través del baño ^_^ - Killua aún lo miraba sorprendido: ¡no lo recordaba! "Oh, es cierto... yo no le estaba poniendo mucha atención en lo que me decía -_-"
- ¿Y con quién tendré que compartir la mía? - intervino Gon y Killua miró con curiosidad al joven.
- Los anoté por orden de llegada. Esperen un poco, aquí los tengo anotados - el joven por lo menos se colgó del mesón intentando sacar algo del otro lado.
- ¿No sería mejor rodear el mesón? - preguntó Kurapika.
- No ^_^, ya lo ten... ¡whaaaa! - el joven cayó hacia el otro lado con un sonido bastante feo.
Los cuatro: O.O
Kurapika saltó por encima del mesón y ayudó al joven, que tenía la ropa desordenada y un libro en la cabeza, a levantarse mientras los otros miraban curiosos la escena.
- ¿Se encuentra bien? - Kurapika lo observaba preocupado.
- Sí, gracias Kurapika-san - había murmurado el chico de ojos pardo con un leve sonrojo en sus mejillas mientras seguía sosteniendo la blanquecina mano.
Y a Leorio le molestó grandemente esta imagen .
- Cof, cof - carraspeó de manera fingida - ¿No se supone que nos iba a decir cómo están distribuidas las habitaciones?
- ¡Oh! Es cierto, Leorio-san - y una mirada extrañada apareció en los ojos pardos -. ¿Dónde cayó la libreta? õ.o
Los cuatro: -_-U
- Aquí - dijo Leorio quitando el libro de la cabeza del joven y entregándoselo.
- ¡Oh! - exclamó volviendo a sonrojarse, para luego sonreírle tiernamente a Leorio, sorprediéndolo con este gesto - Gracias, Leorio-san. Discúlpenme, soy un completo desastre... Marié-san, la que atiende aquí - comenzó a explicarles, mientras abría el libro y lo volteaba, para luego comenzarlo a hojear -, me ha dejado a cargo y yo no soy muy bueno para estas cosas... Y como ven, no hay mucho personal - dijo apuntando a unos botones que se encontraban cerca del ascensor.
- No se preocupe...
- Joseph - completó el chico las palabras de Gon -. No me traten de usted, eso me hace sentir más viejo de lo que soy ^^.
- Entonces no nos trates de usted a nosotros - y Killua le sonrió. Le agradaba este chico.
- ¿Seguros? - los cuatro le sonrieron mientras asentían - Bueno ^_^, ahora les digo la distribución de las habitaciones. Ustedes están en el 3er piso, ok... - y miró las escrituras del libro mientras con su dedo índice buscaba los nombres - ¡Aquí están! Habitaciones 108, 109, 110 y 111. Primero llegó Kurapika-sa... eh, Kurapika, después llegó Leorio... luego Killua y al final Gon, ¿ok?
Los chicos se habían sorprendido mucho con la distribución de las habitaciones. Gon y Killua se observaron por un momento, para luego sonreírse complices, chocando sus manos y escondiendo un poco la extraña sensación que sentían.
- ¡¿Deberé compartir mi habitación con él?! - exclamó Leorio apuntando a Kurapika, mientras éste mantenía su postura con los ojos cerrados, el ceño fruncido y los brazos cruzados - Prefiero compartir mi habitación con un monstruo ¬¬.
- Baka... - murmuró el rubio tratando de contener un sentimiento extraño en su pecho y reemplazándolo con molestia, aunque al parecer no lo estaba logrando - Si quieres te cambias a otra, total, con todo el dinero que traes... - y una leve sombra cubrió los ojos de Kurapika. Leorio lo observó preocupado.
- Kurapika... - murmuró - No, no me cambiaré. Sólo bromeaba con respecto a lo que dije sobre... que prefiero compartir mi habitación con un monstruo en vez de compartirla contigo - admitió Leorio. Siempre hacía ese tipo de comentarios, pero nunca había visto que a Kurapika le afectasen... siempre le molestaban...
Pensó que tal vez el rubio saldría con una frase sarcástica, pero éste sólo le miró por un momento para luego dirigir su vista hacia otro lado... esos ojos le expresaban cosas que el no podía o no quería comprender...
Joseph observaba la escena con sus ojos pardos entreabiertos y con una nueva sonrisa en sus labios. Creía entender perfectamente lo que estaba ocurriendo. Killua y Gon sólo observaban extrañados la nueva escena entre Kurapika y Leorio.
- Bueno, yo quiero ir a dormir. Estoy muy cansado -_- - y Gon dio un gran bostezo.
- Como somos niños buenos, nos acostaremos temprano... - y Killua sonrió a Gon.
- Ajá, para así poder recorrer toda la isla ^^ - completó Gon con una sonrisa adormilada.
- Bueno, nos vemos mañana entonces - dijo Leorio con una media sonrisa. También se le veía cansado.
- Buenas Noches, Joseph - saludó Kurapika y juntos se dirigieron al ascensor. Joseph les miró un momento antes, para luego volver tras el mesón y seguir con su trabajo.
En el ascensor...
- Kurapika, tú dijiste que conocías 'Isla Luna', ¿no? ¿Dónde nos llevarás? - preguntó Gon de manera cansada.
- Creo que los llevaré a que primero conozcan la bahía y después a lo que es el interior - respondió el rubio con una mano en su barbilla.
- ¿Nos bañaremos en la playa?
- Claro ^_^.
- ¡Qué bien! - exclamó Killua entusiasmado.
- Ya verán lo buen nadador que soy - presumió Leorio.
- Ya llegamos.
Salieron del ascensor y caminaron por el pasillo que tenía muchos adornos tipo autóctonos. Las paredes tenían algunos trabajos de mármol. Eran nombres unidos con pedazos de éste. Habían cuadros y mesitas con adornos muy bellos, indígenas al parecer. De verdad que el hostal era muy bello y todo en él llamaba la atención. Tenía una hermosa vista de la bahía que se veía a través del gran ventanal que cubría todo el pasillo, el cual ahora mantenía sus cortinas cerradas.
- Bueno chicos, aquí nos separamos - dijo Kurapika cuando llegaron a la habitación 108 -. Buenas noches.
- Buenas noches - dijeron los tres y cada uno entró en su habitación.
Kurapika ingresó a la habitación y rápidamente entró al baño. Pensó algunas cosas antes de terminar de lavarse los dientes y salió cerrando con un sonido lo suficientemente alto como para que Leorio estuviera enterado. Se desvistió rápidamente y se colocó una camiseta sin mangas, quedando sólo con su ropa interior y ésta, y se deslizó en la cama cerrando sus ojos e intentando dormir.
Leorio en cambio sentía mucho calor como para dormir con pijama o algo así, así que se acostó sin ropa.
Killua entró en su habitación y se sentó un momento en su cama. Revolvió un poco sus cabellos para después tomar su mochila y buscar algo en ella. Tenía mucho sueño, pero debía lavarse los dientes, aunque fuera sonámbulo al baño. Se levantó con los ojos cerrados y lentamente, sin hacer ruido entró al baño. Entonces lo oyó... era el sonido del agua corriendo. Y lentamente levantó la vista para encontrarse con la espalda de... Gon. ¡¿Que no sabe que hay una cortina?! Pero, qué cosas pensaba, si eran hombres y ya se habían visto desnudos... ¿por qué de repente no podía quitar la mirada de ese cuerpo? Se estaba jabonando el abdomen y las gotas caían lentas por sus piernas... Miró el rostro ladeado de Gon quién tenía sus ojos cerrados con un gesto plácido en su rostro. Su mano izquierda frotaba la esponja por el hombro derecho. Aquella imagen era tan...
- Excitante... - murmuró quedo, pero Gon lo oyó y se volteó.
- Killua... - susurró, para luego sonreír - Hola, ¿quieres usar el baño?
Killua sintió que un calor rabioso le subía a las mejillas y sólo pudo responder:
- Yo... el baño... no quise... ¡permiso! - y salió cerrando rápidamente la puerta y apoyándose contra ésta, resbalando hacia el piso.
Sentía que el corazón se le desbocaba. Subió su mano derecha hacia su mejilla y la sintió ardiendo, y luego miró hacia abajo. Allí casi se muere.
- Pero, ¡qué me está pasando! - murmuró con sorpresa levantándose, mientras sentía un dolor fuerte en aquella parte - ¿Por qué...?
De la pura desesperación se quitó todo y se acostó así en la cama. Cerró sus ojos e intentó dormir, pero la imagen de Gon desnudo jabonándose no lo dejaba. ¿Qué era bueno? ¡Ah! ¡Contar ovejas! Una oveja, dos ovejas, tres ovejas, cuatro Gon's bañándose, cinco... ¡¿Qué?! Y abrió nuevamente los ojos, volteándose violentamente hacia el otro lado. ¡No! ¡Nada servía! Se volteó una vez más, pero al parecer no le quedaba cama y un 'Tum, tum' se oyó. Con un '¡auuch!' y sovándose la cabeza, se subió nuevamente a la cama quedando de espaldas y sin taparse con las cobijas.
- Qué me está pasando... - un suave olor a mango le llegó a la nariz y entrecerró sus ojos oliendo ávido - ¿Será que...? - y el sueño lentamente le venció a las 4 am...
La perla que descansaba en la cabidad de la piedra verde del colgante de Killua que estaba ahora en el velador al lado de la cama, brilló intensamente para que luego su luz se extinguiera lentamente...
TBC...
Espero que les haya gustado el primer capítulo...Gueno, me encantaría que dejasen reviews.. Sí?? Chauuuuu...
Algo más.. ¿Por qué Kurapica y Leorio pelean tanto en este fic? Pues... no sé si en la serie pase mucho esto, pero yo sé que en el manga sí, así que... eso ^_^ (Además, sin tanta pelea sería fome al historia (para los que no entienden lo que significa fome: es una expresión chilena que puede significar que algo es aburrido o que se dice después de oír alguna desgracia, ej.: Cuando uno ve tv y ésta está aburrida uno dice: la tv está fome. Y para una desgracia: Mi gatito se murió - Buu, qué mala..., uno dice: Buuu, qué fome...))
(*)Polera: remera, playera, cuál es la diferencia?? Las poleras son más apegadas al cuerpo?? Eso lo sabremos en el próximo cap... eh, sí claro ¬¬.
