-Disclaimer: Los personajes son de Meyer, la historia completamente mía. Está basada en la canción de I Need a Doctor de Skylar Grey
AU, TH, Lemon.
Estoy apunto de perder la cabeza,
porque te has ido para siempre y me estoy quedando sin tiempo,
necesito un doctor, llámame a un doctor, necesito un doctor,
un doctor para que me traiga de vuelta a la vida...
.
Había vuelto a pasar, y había sido mi culpa.
Mi culpa por haberle perdonado, mi culpa por cerrar los ojos cuando vi la verdad. Mi culpa porque le amaba más que a nadie y me había roto el corazón. Me limpié las lágrimas que tenía derramadas por el rostro, sintiéndola cálidas contra mi sonrojada piel.
Cogí la foto que estaba en la mesita de noche, mirando la foto de Edward y mía, juntos dos años después de habernos casado. Yo le miraba a él, él miraba a la cámara sonriendo mientras mis brazos le rodeaban el cuello.
Siempre había necesitado su contacto, era como una planta con el sol.
Necesitaba tocarlo cada momento, era como mi pequeña ración de alimento para sobrevivir. Ahora, me habían prohibido de ella y me encontraba desolada, podrida como una planta... Sola, sin saber qué hacer.
Tiré la foto con toda mi fuerza contra la apred, rompiéndose el cristal y el marco.
Me levanté de la cama y saqué una maleta de viaje. Cogí mi ropa y empecé a guardarla todo dentro de ella, excepto los regalos de Edward. Lo dejé todo... Excepto el collar que me regaló la primera vez que nos vimos.
Suspirando, lo guardé y me odié por ello. Cerré los ojos y dejé que las lágrimas cayesen por mis ojos. ¿Por qué me había hecho eso? ¿Es que acaso yo no valía la pena? ¿No le satisfacía? ¿Se aburría? Habría hecho cualquier cosa por él.
Me fui hacia la puerta de la casa para irme.
Cometí el error de mirar hacia atrás, viendo toda la casa oscura y los recuerdos que me penetraban en la mente, recordando cada momento que había vivido con él. Recordé cuando me pidió matrimonio, cuando hicimos por primera vez el amor, o cuando me dijo que anhelaba hacer una familia conmigo
Todo aquello había sido destruido. Él lo había destruido.
Ahora sólo me quedaba recoger los pedazos de mí misma que aun quedaban.
.
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—Estará bien, me quedo con esto. —Susurré mientras dejaba caer la maleta en el suelo del piso.
El hombre parpadeó sorprendido y se tocó el bigote espeso que tenía encima de los gruesos labios.
—Pero señora...
—Deme los papeles, los firmaremos ahora. —Me quité las gotas de lluvia que tenía en el cabello.
—Como quiera... —Suspiré. —Seré sincero, creo que el piso es demasiado caro, no vale tanto...
—Me da igual, lo necesito ya y usted está dispuesto a vendérmelo.
Asintió y nos sentamos en la mesa que había en el salón.
Sabía que el piso valía el doble de lo que valía, pero no me importaba. Cuando salí de mi casa, dejando atrás todo aquello que una vez había deseado, me fui a una cafetería donde pensé estar sola. Escuché como una mujer de la mesa de al lado se negaba a pagar "tal cantidad" de dinero por un piso tan pequeño.
Cuando el hombre pensaba irse, le cogí del brazo y le pedí que me hiciese la oferta.
Nos sentamos en una mesa y me enseñó las fotos del piso. Era pequeño, sencillo y algo desarreglado, nada que yo no pudiese arreglar. Le dije que aceptaría. Cuando dijo "nos vemos dentro de unos días" le dije que lo quería inmediatamente. Se negó al principio, pero pude sobornarle. Sabía que estaba gastando el poco dinero que había heredado con la muerte de mi abuela y madre, pero era urgente.
Terminé de firmar los papeles y cheques, nos dimos la mano y el hombre se fue. Cerré la puerta y miré a mi alrededor.
Nunca más volvería a enamorarme, nunca más volvería a desear a formar una familia, había salido demasiado herida de esta relación, y estaba segura de que si volvían a hacerme lo mismo, la próxima vez no saldría adelante.
Fui hacia mi habitación.
Una cama doble, con una corcha vieja de flores. Coloqué mi maleta encima y empecé a desempacar, sacando toda la ropa. Cuando terminé, guardé el collar de Edward en la mesita de noche en la que apenas cabía nada. Me deshacería de ella, pero por ahora no podía.
No podía asimilar que todo aquello había terminado.
Tan pronto... Ha sido tan pronto...
Sólo cuatro años casados y ya estábamos separados.
Edward no sabía que lo había visto por segunda vez, cuando lo vi en un restaurante llamado "Skiel" sentí como me desmoronaba. Nunca me había llevado a ese restaurante ni cuando se lo pedí por favor. Decía "es demasiado caro, podemos ir a otro" y yo había sonreído, asintiendo. Estaba con una chica de cabellos rubios, ojos azules glaciares y unos labios pintados de carmín.
Me había quedado mirándolos fijamente por el escaparte, con la bolsa de comida para hacer una "noche especial" Pero se besaron, él le acarició la mejilla con el dorso de la mano, luego le guiñó un ojo y la besó.
Sobre todo, dolió ver cómo se había quitado la alianza y tenía la señal en el dedo.
Me fui corriendo de allí, cruzando los pasos de peatones sin mirar, dirigiéndome a mi casa mientras el cielo se oscurecía para llover. Cuando llegué a casa... Bueno, hice todo lo demás, también me llevé la bolsa de comida.
Miré en el suelo de mi habitación, donde estaba la bolsa con la comida.
Me dirigí hacia el pequeño cuarto de baño donde apenas cabrían dos personas. Me desnudé entera y me miré en el espejo. Vi mis ojos enrojecidos, mis mejillas ardiendo y mi cabello despeinado. No me extrañaba que el hombre no quisiese venderme tan rápido la casa... Me metí en la ducha, al menos allí mis lágrimas no se distinguirían de las de agua que caía.
Hola!
Saben que amo a Carlisle y a Bella juntos, así que he hecho esta historia. ¿Qué os parece?
Estoy muy ilusionada con esta historia, al igual que Pyramid.
Espero que me puedan dejar comentarios por esto =)
