Hola, soy Alelí Lapin.
Vengo presentándome con esta pequeña historia. Un HistuHina de los clásicos, donde se aman pero no saben cómo… No le di a leer esto a mi Beta porque no estaba pensado… No le digan. Pero el primer capítulo ya se encuentra a la mitad. Y pretendo publicar una cada dos viernes. Por eso un prólogo nos viene bien hoy.
Quizá se agregue un GinRan. Quizá, lo estoy pensando
Disclamer: Ni Bleach ni sus personajes me pertenecen. Todos los derechos a su autor.
Tu recurrencia en mí
Hoy me siento extraña… estoy más distraída que de costumbre y eso ya es mucho decir. Me he saltado el desayuno porque quería llegar a una hora… decente a la oficina. Al vestirme volví a pensar en eso. Corrí hasta la división. Ya es normal verme correr en todo el Gotei por ir tarde, pero en realidad corrí para evitar pensarlo, me siento perseguida. Sin embargo, al sentarme en el escritorio y dejar a Tobiume frente a mí… el pensamiento me alcanza…
Tengo una "X" en el pecho, es de piel gruesa y un poco más clara que en el resto de mi cuerpo, duele con el frío. Cicatrices.
Uso el uniforme más cerrado que los demás porque me incomoda que se vea. No por la estética, sino el significado. Cada línea fue hecha por una espada distinta. La primera, la más tenue le corresponde al error más grande de mi vida. Fue hecha de frente y me enseñó lo crédula y estupida que puedo ser; aprendí los peligros de la admiración y la ceguera del ideal. Aizen.
La segunda inició en mi espalda y terminó destellando delante de mi cuerpo. La hizo la espada más hermosa que conozco y la más querida por mí, dicen que en su camino al exterior dejó mucha destrucción e inutilizó tres órganos.
Es más profunda, dolió mucho y fue mayor el tiempo de recuper. Shiro chan aún no se perdona.
Pero yo sí. No fue culpa suya.
Me enseñó más cosas, ¿saben? Ahora sé cuan fuerte puedo ser y la naturaleza de mi fuerza, no es de ataque o de imposición, sino de resistencia. Sé que puedo salir adelante de casi cualquier situación futura, gracias a lo que he logrado. Y gracias a quienes estuvieron ahí.
¡He sido de todo!: peón, ícono de despojo, saco de lástima, mártir, experimento, milagro médico... Valiente.
Hace tanto tiempo de eso... parece que fue en otra vida. Toshiro ha cambiado, todos lo hicimos. Rangiku no lo dice; no obstante, es la viuda más hermosa del Gotei. El hecho de que Ichimaru Gin no fuera un traidor sino un héroe sacrificado es lo que la ha mantenido a flote, pero lo extraña. Ella tiene muchas heridas también, y de las difíciles, las invisibles, las del alma. También es remarcable la transformación del comandante. Ingiere cada vez menos licor y se le ve más cansado. Hisagi por su parte es un orgullo en su división. Kira decidió no renunciar a su puesto... en fin.
Por otro lado, Shiro chan y yo, ya no somos tan niños, él es un hombre... guapo, diré de paso. ¿De mi? puedo decir que ya no soy tan ingenua e inocente, con algo de suerte. El capitán Shinji insiste que he madurado. Ay, mi capitán. Único en su clase, original y auténtico. Él fue la primera persona que me vio con respeto real. Luego de ser acribillada por las miradas cargadas de lástima del Seretei fue como una isla para naufragar y pensar de nuevo. Una pausa. Un respiro.
Creí que me destituiría.
̶ Hermosa Momo ̶ él entra radiante en nuestra oficina ̶ ¿cómo se encuentra esta mañana mi teniente favorita?
Esa forma de ser tan suya, tan sincera. Es abrumador nunca había conocido a alguien así.
̶ Soy su única teniente ̶ le recuerdo divertida. Tardé mucho en acostumbrarme a Hirako, desvanecer tanto agradecimiento para dar paso a una suave camaradería, ¡eso es, un camarada! Lo respeto más que admirarlo mientras él me privilegia al verme como una igual, no lo digo únicamente por el grado militar, de hecho. Menos víctima y más sobreviviente de la desgracia que compartimos hace años, aún sin conocernos. ¡Esa sí es una manera rara de empezar! El vínculo nuestro nació de la traición del mismo hombre.
̶ ¡Claro!, por eso eres mi favorita ̶ camina siempre con un aire de comodidad impresionante, cien años, doscientos años después y quizá vuelvan a pasar, no importa, él se mantiene fiel a su manera de ser. De pronto se voltea y me mira como molesto ̶ ¿Por qué no has puesto la música?
̶ Porque... es una oficina y no da buen ejemplo de... ̶ ¿para qué me molesto en balbucear?, en cuanto a sus gustos de ambiente de trabajo, vestido y corte de cabello no hay lugar para palabras sobrantes. O sea, toda opinión contraria o diferente a las suyas.
Me ignora por completo y enciende su reproductor. Conectado con bluetooth. Me acuerdo cuánto me costó entender que no iban a pintarse mis dientes de azul si encendía ese aparato. Hirako trajo tantas cosas nuevas que pude construir mi división en la realidad también. Mi capitán es muy curioso de las cosas humanas, la mayor parte de su sueldo se va en tecnología que disfruta mucho, ropa del mundo humano que usa con regularidad cuando va a visitar a su Hiyori y algunas cosas que comparte conmigo. No sabía que me veía bien con sombrero hasta que él me obsequió uno. De los trece tenientes disponibles y de todos los shinigamis candidatos existentes, terminó acompañado por la de preferencias tradicionales, igual piensa en mi como una chica...
̶ ¡Aburrida! Vamos, no seas una tabla. ̶ la melodía suena. No la entiendo. No soy una persona particularmente afecta al baile. Pero hace más de medio siglo el escuadrón cuatro lo vio como una manera de ayudarme a estar de vuelta en mi propio cuerpo, más recuperada, entonces el capitán se tomó la molestia de animarme con eso, mi rehabilitación finalizó hace tiempo... sin embargo, a él le sigue gustando bailar conmigo de vez en cuando. Lo único que puedo hacer es corresponderle con el mismo gusto.
Se acerca moviéndose al ritmo de la música. Me toma de las manos y empieza a saltar, mi cuerpo responde. Doy una vuelta guiada por él.
̶ ¡Eso es, teniente! Baile matutino. ̶ río, carcajeo. Antes me sorprendía al escuchar mi risa.
Soy una mujer sensible por naturaleza, me conmueven los sentimientos de los demás, ya no digamos el dolor. Si puedo ayudar a que alguien se sienta mejor lo hago, una especie de reflejo. También sé lo mucho que duele estar necesitado y abandonado, abatido en el alma. Ojalá nadie se sintiera asi, yo prefiero acompañar cobijando. Es una parte de mi personalidad que resistió, no se marchitó, no importa si otros lo piensan como debilidad, yo lo prefiero tomarcomo una cualidad, bien pensada, invaluable.
̶ ¿Qué te pasa Hinamori? ̶ Lo miro sin entender, el capitán Shinji se detiene por completo y baja el volumen de la música, tal vez mi pensamiento sobre la cicatriz se nota en mi cara. ̶ Algo está pasando en ti…
Un ruido reina sobre la habitación. Mi estómago. Con hambre. Menos mal.
̶ No desayuné.
Hirako ríe con mucha fuerza y soltura. Siendo el calor extenderse por mis mejillas. Va hacia su lugar de trabajo y toma asiento, empieza a revisar papeles con pereza.
̶ Era cosa extraña que estuvieras acá tan temprano. Les diré a los chicos de la cocina que traigan algo… mejor ve tú, y pide extra de lo que te den para mí. Por cierto ¿Diste el anuncio?
̶ Claro capitán, los reclutas de primera línea se han emocionado de saber que hay nuevo circuito de entrenamiento. La primera sesión será el viernes.
̶ Bien. Luego de eso retomaremos nosotros tu entrenamiento. Quiero ver ese bankai de kidoh pronto. ̶ Expectante, me emociona y preocupa a la vez.
̶ Lamento decir que aún estamos muy lejos de ello. ̶ Honestamente no me agrada del todo entrenar con él, por momentos es muy cuidadoso y de la nada su presencia se convierte en algo por completo distinto. Imponente, impactante. Peligroso. Su energía es tan densa que me es difícil moverme… además está eso. Cuando parece que se habla a sí mismo, pero sé que habla con su contraparte. Su obscuridad. Una vez me lo explicó, está controlado por supuesto, pero tanta fuerza contenida es un riesgo. Ambos lo sabemos.
̶ Cuando tenga la máscara, sabrás que el momento está cerca. ̶ Tengo que jalar aire con fuerza. También lo piensa.
̶ Sí capitán. ̶ Confío en él. Sé que va a ayudarme, ya me ha dicho en más de una ocasión que le interesa mucho mi habilidad con el kidoh. Hemos ido con cautela, es lo mejor.
̶ No tomes todo tan enserio, esa linda cara tuya se podría arrugar por preocupación y no quiero una teniente vieja. ̶ Vuelve a reír y yo me dejo llevar. Las cosas están sólo en mi mente y no vale la pena echar por la borda un buen día.
̶ Anda, después de desayunar necesito que vayas a central de misiones, el comandante dijo algo en la junta de hace dos días y es tan holgazán que es muy probable perdernos entre sus prioridades. Y necesitamos estar al pendiente, ordené una pantalla más grande.
̶ ¿Qué al mundo humano? Pero capitán, ya no tenemos más espacio.
̶ ¡Es verdad! Habrá que deshacernos de cosas. Mañana empezamos con uno de esos armarios o quemamos los archivos.
̶ Hoy mismo empezamos si prefiere, no podemos quemar archivos.
Está prohibido, fue una sugerencia… más bien una exigencia de Nanao para el comandante. Es mejor tener las cosas escritas, para no olvidar nada.
̶ Hoy no puedes, tienes que salir temprano. Es el día en que ves al capitán Hitsugaya. ̶ Ya no siento calor en las mejillas, me siento hervir. ̶ Momo, estás roja… ten control.
̶ Perdone Capitán Hirako.
̶ Capitán Shinji. ̶ Me señala con esa mirada cálida. Y luego saca la lengua para mostrarme la pieza de metal que la atraviesa, se burla de mí. ̶ Anda ve a comer y vuelve. Mientras más rápido termines más temprano saldrás para ir a tú cita.
̶ No es una cita.
̶ Una cita es pasar tiempo con la persona que amas.
̶ Toshiro no me ama. Soy su mejor amiga y…̶ Me interrumpe con voz suave.
̶ Pero tú a él sí… Y no estaría tan seguro de que no te ama, pienso que su quehacer amoroso es una farsa puesta. Como sea, es una cita. Teniente, recuerda que conozco el mundo mucho antes de que nacieras y murieras y llegaras acá. Tengo más experiencia que tú.
̶ ¿Podemos no hablar de eso?
̶ De acuerdo, de todas maneras es con el capitán Hitsugaya con quien tienes que hablar de esto, no conmigo.
Suspiro y asiento con la cabeza, salgo de nuestra oficina. Es ese argumento el que no puedo refutar.
¡Pero no es una cita!, aun si yo le amo. Detesto cuando lo dicen en voz alta. Cualquier sentimiento además de la amistad que pudiera profesarle a Toshiro fuera de mi mente no es importante a estas alturas. No supe cuando dejó de ser importante.
Da igual, es miércoles, el mejor día de la semana. Por mucho. Hoy lo veré y pasaremos la tarde juntos, no supimos el momento exacto que se hizo así pero es como una ley no escrita entre nosotros. Salgo de la oficina lo más temprano posible y llego a casa. Nunca pasan más de diez minutos cuando Toshiro llama a la puerta y entonces el mundo desaparece.
Es un día cálido, de esos que son un lujo en otoño, antes de llegar a la cocina de la división me siento en uno de los jardines interiores.
Shiro chan.
Yo sé qué es una cita y nuestras reuniones difieren mucho de eso. Toshiro tiene citas, con chicas. Desde que alcanzó su forma adulta se convirtió en alguien muy codiciado.
Una briza suave me acaricia la cara y siento el frescor de la línea casi recta que baja por mi mejilla… una lágrima.
Ya no lloro tanto.
Antes me diluía en tanta agua salada. Con el tiempo empecé a ser más selectiva, las cosas y situaciones que me llevaran a la tristeza líquida son, a mi parecer, más específicas. Poco a poco dejé de hacer ruido al llorar. Suelo buscar momentos de privacidad para permitirme expresarlo y a veces… a veces me descubro como ahora, con una lágrima o dos que se escapan sin avisar.
No tengo derecho a llorar por Toshiro Hitsugaya.
Él hizo mucho al quedarse cerca a pesar de todos los problemas que le causé. Y ahora no tengo manera de decirle que deje de buscar en todo el Seretei a una chica con quien compartir su vida para elegirme como algo más. Tengo un lugar en su vida, no es el mejor pero es seguro y eso no podría arriesgarlo.
̶ ¿Y ahora qué te pasa, por qué lloras? ̶ Su tono de voz más frío que de costumbre me turba. Volteo y ahí está él chico que amo. Suelo imaginar su energía espiritual al pensar en él. Por ello pudo sorprenderme, supongo.
̶ No estoy llorando ̶ compongo una sonrisa. Él me extiende un pañuelo pero prefiero secarme con las mangas de mi uniforme… ̶ ̶ Bueno, sí estaba llorando pero ya no.
̶ ¿Pasa algo?
Pasa todo, pasas tú en mi vida y no como yo quiero y yo no paso en tu vida…
̶ No, todo ests bien... puede ser alergia. ¿Buscas al Capitan Shinji?
̶ Sí, vi su línea de entrenamiento. Y me interesa hacerle una propuesta. ̶ Guarda su pañuelito ̶ ¿Crees que le interese?
̶ Seguro, está muy emocionado por eso… no le digas que te dije. Está en la oficina. ̶ Me levanto para verlo de frente, un poco hacia arriba. ¿Cuándo creció tanto? ̶ Yo tengo que hacer algo, no sé si cuando acabe aún estés en la oficina.
̶ De todas maneras nos vemos en la tarde… Hoy saldré antes. ¿Estás de humor para cocinar?
̶ Claro. A las tres de la tarde creo que puedo estar libre. ̶ Es una de las cosas que nunca rechazaría, cocinar para él.
̶ Entonces es una cita. ̶ Dice antes de caminar hacia mi oficina.
No, no lo es.
Pero es el Capitán Hitsugaya que nadie más puede tener… es Shiro Chan.
¿Qué tal? Una pequeña introducción a la vida de la teniente durazno. Ha vivido muchas cosas, lo menos que se merece, según yo, es que se piense más en ella. Totl, escribo para Hinamori por lo pronto.
Se aceptan cometarios.
Saludos
