Ángel Guardián

Por Cassiopeia Druella Black Stark.


Disclaimer: Todo pertenece a Tite, menos el fic, ese es mio.


A través de todos los años que habían pasado con él viéndola en silencio, siempre la había protegido, tal como se lo había prometido una vez hace tanto tiempo, tal como un ángel guardián.

A través de los años en los que la había visto crecer, casarse, tener hijos y vivir su vida.

Sufrió mucho, demasiado.

Hasta el día de hoy.

Este día seria el fin de la vida de su amada, y por ende, el comienzo de la suya junto a ella.

Pero confiaba en que, cuando ella muriera y pudiera ir a la Sociedad de Almas y estar de nuevo junto a él, siguiera amándolo tal como él la amaba a ella, pero estaba seguro que ella no lo recordaría, ya que no recordaba nada, ni de él, ni de su mundo.

Hacia muchos años la Sociedad le había quitado todos sus recuerdos sobre el mundo sobrenatural al que estaba ligada, para alejarlo de este, y de él.

No había sido fácil mantenerse alejado de ella, y muchas veces había intervenido en su vida, como aquella vez en la que le dio un poco de hielo para su bebida, o como la ves en que apareció en la boda de ella, diciendo ser un primo lejano suyo, solo para verla de cerca y fantasear que era con él con quien ella iba a casarse ese día, también apareció en el nacimiento de su primera hija, y cuando nació su segundo hijo el no apareció por allí, no se odiaba tanto a sí mismo.

Por eso, desde hacía años, solo se limitaba a observar desde la distancia al gran amor de su vida, teniendo que ver como ella envejecía rápidamente, mientras que el seguía midiendo igual que un niño de primaria, solo veía como ella seguía con su vida, con una vida a la cual el, ya no pertenecía.

Pero hoy, ese sufrimiento terminaría, porque hoy, Karin moriría, y el la llevaría de regreso a la Sociedad de Almas, por eso, ese día se atrevió a acercarse a saludarla antes de ver como la muerte se la llevaba, ella cuya mente con el paso de los años no recordaba nada, ni su propio nombre, solo sonrió al joven niño que había ido a verla.

El niño tenía una sonrisa tranquilizadora, que hizo que algo dentro de ella se sacudiese, como si hubieran abierto un libro que hace mucho tiempo no era abierto, y solo atino a mirar confusa al joven.

Toshiro sabía que debía mostrarse sereno y no alterarla, pues con los años el corazón de Karin se había ido debilitando, pero no pudo evitar que gruesas lagrimas corrieran por sus mejillas cuando ella le sonrío tranquilizadoramente, como hace tantos años no lo hacía, el solo lloro como un niño cuando ella le acaricio levemente su cabellera plateada y le pregunto su nombre, y Toshiro no pudo dejar de llorar cuando vio, que antes de que la vida se le escapara a Karin de sus manos, ella había pronunciado un nombre, el suyo, mientras los recuerdos volvían en los últimos segundos de su larga y pacifica vida.

Y Toshiro solo pudo llorar, mientras volvía a la Sociedad después de tanto tiempo en el mundo humano.

Y Toshiro solo pudo llorar y sonreír, cuando al fin, luego de semanas de búsqueda, hayo a la Karin de 16 años que una vez le había gritado que lo amaba y que siempre lo haría.

Y Toshiro luego de tantos años pudo ser feliz de nuevo junto a la persona que había estado esperando tanto tiempo.